martes, 1 de diciembre de 2015

HOMOSEXUALIDAD: LA BÚSQUEDA DE UN HIJO

Sandra Maria Ruelas Velazquez
Tecnoligico de Monterrey Campus guadalajara
01 de Diciembre de 2015

En la sociedad existe una innumerable serie de prejuicios ante estas parejas. Una de ellas, es que la sociedad piensa que estas parejas son de sentido promiscuo y que son incapaces de llevar una relación duradera, ya que, según estos, buscan algo transitorio. Y no solo esto, sino que, por ser de diferente orientación, son seres llenos de defectos de naturaleza variopinta (Gimeno, pp. 76-77, 2014). Es por esto que comúnmente se observa una oposición contra la adopción por parte de parejas homosexuales, más aun, se cuestiona la legitimidad del mismo matrimonio. Estas ideas y acciones carecen de un fundamento sólido y se basan principalmente en prejuicios.
Podemos ver el conflicto entre las posturas, a favor y en contra, y los valores que cada una busca defender. Por un lado, se defiende el bienestar de los niños y por lo tanto su derecho a una familia, sin importar si se trata de una pareja homoparental. Igualmente buscando la defensa del bienestar de estos mismos, se encuentran argumentos que afirman es mejor para los niños no ser adoptados por parejas homoparentales. Ambas posturas afirman defender la integridad y velar por el bienestar de los niños, lo cual genera el conflicto ético que se debe analizar.
Primeramente, hay que considerar si un matrimonio homosexual tiene o no la misma legitimidad que otro matrimonio. Ambos representan la unión de dos individuos ante el estado, y por tanto se les provee de un cierto número de derechos y obligaciones. Como personas, son acreedoras a un valor, lo que se conoce como dignidad humana, que según Kant debe tomarse siempre a la persona como un fin, respetando esta dignidad. Ninguna persona es más valiosa que otra, pues todas deben ser tratadas como fines, por lo cual no debemos tratar de forma distinta la unión legal entre dos personas, indistintamente de sus características. Esta misma imparcialidad es observada en otras corrientes, como en la ética de Rawls donde las leyes son establecidas por un contrato social, donde se decide desde una posición original, donde un hipotético velo de la ignorancia nos oculta nuestra posición en la sociedad. Por lo que podemos concluir que la unión de dos individuos legalmente ante el estado, bajo el mismo título de matrimonio, no debe ser acompañada de una distinción de derechos u obligaciones, sino de un conjunto equitativo de los mismos. Es decir, si un hombre y una mujer deciden casarte y formar una familia, entonces los homosexuales también tienen ese derecho (Millán, 2011).
Abordando el tema de la adopción, hay que analizar cuáles son los objetivos de la misma, y si existe algún motivo que impida que estos se cumplan, o alguna razón éticamente valida que lo impida en una familia homoparental. La adopción implica una búsqueda de la felicidad, de la formación y desarrollo de una familia con un bienestar. En el planteamiento, una de los puntos que menciona Yepes, es que una persona para poder ser feliz busca tener a quien amar y amarle hasta hacerle, efectivamente, feliz (Yepes, pp. 215, 1997). Por lo que observamos que los padres buscan en la adopción su felicidad, y a su vez la del niño. Como indica la ética kantiana el niño no es tratado como un medio para lograr la felicidad, el fin es la felicidad del mismo, que como consecuencia trae felicidad al seno familiar y esto a su vez al bienestar del pequeño. Por otro lado, se busca en una familia adoptiva, la capacidad de guiar a los infantes, formarlos como humanos de buen carácter, con hábitos y virtudes que sean capaces de razonar y actuar de forma ética y promover el desarrollo social. Es decir, proveer la mejor educación posible al retoño. Otro punto importante de la adopción es la relación del adoptado con su nueva familia. Esta se puede ver afectada por las circunstancias, o experiencia vividas por estos niños (Sánchez-Sandoval, pp. 630, 2011).
Iniciamos el análisis de los objetivos de la adopción por el de la búsqueda de la felicidad de los padres y el hijo. La ética en sus inicios se basaba en la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, esta no era sin limitaciones, Aristóteles distinguía entre la felicidad pasajera y momentánea a la de largo plazo, por lo tanto, uno no debía caer en el libertinaje, si no buscar tomar decisiones que a largo plazo trajeran la mayor felicidad. Esta es una característica de los seres humanos, sin importar sexo, raza, religión u orientación sexual. La adopción no es una decisión simple, trae consigo grandes responsabilidades, y podemos observar que de esta puede derivar una gran felicidad, pero toma tiempo y requiere de trabajo y virtud. Una pareja homosexual, como cualquier otra, se compone de seres humanos que buscan una felicidad. La adopción para ellos no es un acto inmoderado en búsqueda de satisfacción inmediata, si no la búsqueda del sentido en su vida. Negar este derecho a otro ser humano basado únicamente en su orientación sexual, atenta contra la equidad de su estatus como matrimonio y a los derechos humanos.
Sobre la educación. Existen muchos motivos por los cuales un adulto sea capaz o no de inculcar buenos hábitos en un infante, pero la orientación sexual no ha sido comprobada como una de ellas. Una adopción puede llevar a resultados exitosos al igual que fracasos en matrimonios tanto heterosexuales como homosexuales. Se ha observado que todo depende de la capacidad de los individuos como persona y el estado del matrimonio. Los casos deben ser calificados de manera equitativa, evaluándose entonces, los aspectos socioeconómicos, edad, estado civil y entre otras (De Irala, López del Burgo, pp. 379, 2006). Un factor importante para el bienestar del niño es el de un matrimonio desde ya varios años, el cual se concluye que es el idóneo (De Irala, López del Burgo, pp. 383-384, 2006). Debido a lo reciente de la aceptación del matrimonio homosexual como una institución legal, no se han observado estos casos a detalle, por lo que, si lo anterior podría mostrar una postura en contra de la adopción homosexual, de pronto no lo es.
Finalmente, y de gran importancia es el bienestar de quien es adoptado y su relación con la nueva familia. Una relación de respeto, cariño y aceptación es ideal para el correcto desarrollo de una identidad moral en los niños. Por lo que se buscan familias adoptivas con las que tal relación sea posible. Un factor importante es el estado emocional del niño. Un niño que ha sido víctima de abusos anteriormente es menos propenso a desarrollar un vínculo que un niño emocionalmente estable (Sánchez-Sandoval, pp. 630, 2011). Esto depende únicamente del contexto en que el niño se desarrollara antes de la adopción. En el caso de los padres, esto se encuentra fuera del alcance de su autonomía, sus acciones no tienen impacto sobre lo anteriormente sucedido y el contexto del que el joven provenga. Por lo cual es éticamente incorrecto responsabilizar a la nueva familia por este aspecto, que impacta tanto a familias homoparentales como heteroparentales. Por otro lado, las intervenciones oficiales al momento de tener un contacto con los próximos cuidadores y la adaptación con ellos implican una tensión para los niños (De Irala, López del Burgo, pp. 383, 2006). Por lo que se expone que las adopciones por una pareja homosexual pueden presentar un riesgo para el niño, precisamente por el conflicto y el estrés que a éste podría causarle. Y que, al llegar a la edad adulta, tienden a tener problemas psicológicos, intentos de suicidio y abuso de sustancias. Sin embargo, esto asume que no existe un estrés y ansiedad causada por la adopción en caso de padres heterosexuales. Esto es incorrecto, y muestra una visión carente de imparcialidad. Si bien las circunstancias pueden variar entre una pareja homosexual y una heterosexual, ambas colocan presión y ansiedad sobre el niño al entrar en contacto con sus posibles nuevos criadores. Los mismos motivos que se utilizan para defender la integridad emocional de los niños en contra del matrimonio homosexual, pudieran ser aplicados para cualquier matrimonio. Éticamente, no podemos dejarlo solo ahí, pues, aunque es un momento de estrés emocional para el infante, este tiene como objetivo traerle un bienestar mayor en el futuro, además de que es derecho de un niño contar con una familia, por lo que se debe afrontar la situación si lo que se busca es realmente defender la integridad y bienestar del joven.
Entonces podemos concluir, existen diversos factores que podrían afectar el éxito de la adopción, y que no debe ser propia a la orientación sexual de los padres. Un aspecto importante, el apego del niño a los padres, la manera en cómo se desenvuelven con ellos y las adversidades enfrentadas, influye mucho en el proceso de la relación y el tiempo en el que éste se llegaría en solidificar (Román, Palacios, pp. 99, 2011). Por lo que no se debe negar el derecho de los padres adoptar, y de los niños a ser adoptados por una familia. Hay muchos niños en la espera de unos padres que les den una vida integra y con amor independientemente de sus preferencias sexuales (Navarro, UNAM, 2013). Finalmente, los niños deben representar un fin, se debe buscar su felicidad y no utilizar como medios para el prejuicio y la inequidad. Volviendo a Irala y López del Burgo “Se trata, en definitiva, de buscar siempre la mejor opción disponible para estos niños”.




- Referencias básicas:
Millán, Ortiz. (2011). Derecho al matrimonio por personas del mismo sexo. [Versión Digital PDF] (n.d).
Navarro, Luis, (2013). Posiciones en contra y a favor de la adopción homoparental desde la sociología y psicología. UNAM. México. Recuperado de: http://biblio.juridicas.unam.mx/

Gimeno, M. (2014). La representación de las falacias contra la homosexualidad. Opinión Jurídica, vol. 13, núm. 25, enero-junio, 2014, pp. 69-86. Universidad de Medellín. Medellín, Colombia. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=94532532005

Valdés, C. (2007). ¿Son legítimos los matrimonios homosexuales? IUS. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A.C., núm. 20, 2007, pp. 285-290 Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla A. C. Puebla, México. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=293222932016

Yepes, R. (1997). Fundamentos de Antropología. Pamplona: EUNSA, pp. 211-224.
Irala. J,  López del Burgo, C. (2006). Los estudios de adopción en parejas homosexuales: Mitos y Falacias. Cuadernos de Bioética, vol. XVII, núm. 3, pp. 377-389. Asociación Española de Bioética y Ética Médica. Murcia, España. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87506106

Sánchez-Sandoval, Y. (2011). Satisfacción con la adopción y con sus repercusiones en la vida familiar. Psicothema, vol. 23, núm. 4, pp. 630-635. Universidad de Oviedo. Oviedo, España. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=72722232016

Román, M. Palacios, J. (2011). Separación, pérdida y nuevas vinculaciones: El apego en la adopción. Acción Psicológica, vol. 8, núm. 2, pp. 99-111. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid, España. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=344030766008

- Referencias complementarias:

(S.A). (2015, 17 Junio). 18 argumentos contra la ley homosexual: Leopoldo Varela. Tiempo: La noticia digital. Recuperado de: http://www.tiempo.com.mx/_notas/2249810

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