viernes, 4 de julio de 2014

Conciencia colectiva y sociedad incluyente (Ricardo Benítez)

Ricardo Arturo Benítez Cruz A01018084
Ética, persona y sociedad
Verano 2014

Conciencia colectiva y sociedad incluyente
Abstract:       
En este ensayo buscaré generar conciencia en las personas sobre la situación que nuestra ciudad y nosotros mismos estamos generando. Basándose en diversos argumentos y posturas éticas se buscará generar un análisis de la sociedad actual en relación a temas de interés colectivo como lo son la tala de árboles, la situación de la ciudad con respecto a la relación peatón-automovilista, la participación ciudadana y como se puede apoyar para generar una sociedad que poco a poco vaya siendo mejor y así generar una sociedad más incluyente con todos, y no sólo un grupo selecto. También propondré una forma de comportamiento entre las personas que asegura el buen funcionamiento de esta misma.
Palabras clave: Conciencia, participación ciudadana, ética, moral, utilitarismo, dignidad, respeto, egoísmo ético, convivencia social pacífica, sociedad, incluyente.
Una sociedad es tan buena como lo son sus ciudadanos, con este principio me parece debemos de comenzar el análisis del tipo de sociedad que queremos y lo que tenemos que hace para conseguirla. En el “Camina Providencia” se busca exactamente esto; señalando y reconociendo la colonia, para que de esta manera se genere conciencia en la sociedad en general. Encontré diversas situaciones en el evento, entre los que destacan la excesiva tala de árboles; la falta de rampas para discapacitados; la obstrucción del paso peatonal y el estacionamiento de automóviles en lugares prohibidos. Sin duda alguna, todas estas situaciones son de mucho cuidado y no es nada sencillo intentar solucionarlas de raíz. Sin embargo, no podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que la situación se arregle por sí sola, nosotros tenemos el cambio en nuestras manos y en nuestras acciones.
            La participación ciudadana es primordial, si lo que se busca es un verdadero cambio en las actitudes de las personas, y como dice Sánchez en su libro de Ética, la moral es el conocimiento adquirido a través de las prácticas enseñadas por costumbre y que constituyen las normas a seguir en una sociedad en particular, mientras que la ética es la ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad (Sánchez, 1984, pp.23). Con esto podemos darnos cuenta que no basta con hacer un planteamiento moral de la situación que se está viviendo, sino que es esencial hacer un planteamiento ético para verdaderamente generar conciencia en la gente y generar un cambio en la forma de actuar.
Como menciona la OEI (Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2011): “…es necesario que nuestra sociedad comience a preocuparse y cuidar del medio ambiente, para que no sólo nuestra generación, si no todas las generaciones futuras puedan gozar una Tierra digna”, esto relacionado a la problemática presentada en Providencia ciertamente podremos hacer muchas acciones para tomar cartas en el asunto y dejar un mejor mundo para nuestros sucesores. No podemos permitir que la tala de árboles continúe a diestra y siniestra ni mucho menos dejar pasar el tiempo antes de hacer algo por nuestra comunidad verde y las generaciones futuras. Debemos de generar conciencia colectiva y juntos mejorar poco a poco.
Las razones que se utilizan para justificar el ecocidio son variadas, desde que el árbol ya se encontraba muerto debido al muérdago, que se hayan caído por las fuertes lluvias, o incluso simplemente porque “estorbaban” en la calle. Como menciona Clarck (2012, pp. 105) en su libro  Un humanismo científico para la sostenibilidad: debemos de tener una mejora en la moral de las personas para incluir la conducta entre los humanos y el ambiente, y no solamente las acciones de las personas entre sí. De esta manera, si tuviéramos una moral extendida de ese tipo, podríamos realizar acciones en favor de las plantas y los árboles y no ignorar su muerte, como lo estamos haciendo la mayoría de las personas actualmente.
Hablando específicamente del muérdago, es un semiparásito que vive en las ramas de los árboles, absorbiendo la savia del árbol infectado (Botanical-online, 2014), ocasionando en la planta que poco a poco muera, hasta llegar a un punto irreparable y el árbol se convierta simplemente en un tronco incrustado en el suelo. Esto, sin embargo, se pude tratar se puede lograr que el árbol vuelva a tener salud. Se puede realizar la poda de toda la rama en donde se presenta el muérdago, ya que este semiparásito genera raíces dentro del árbol huésped y puede volver a crecer si solamente se corta superficialmente dicha planta (Mundoforestal, s.f.). Mencionado esto, cabe destacar que el tratamiento de esta plaga no es muy complicado y prácticamente cualquier persona con las herramientas necesarias puede hacer lo debido y darle el tratamiento necesario a los árboles, o bien, la contratación de algún experto en el área que pueda ayudarles. Dado a la alta contaminación de los árboles con este mal, nos lleva a la observación de que poca gente realmente le importa lo que le suceda a los árboles de nuestra ciudad, y basándonos en lo que se menciona en el libro de Introducción a la filosofía moral: “El egoísmo ético es la idea de que cada quien debe buscar exclusivamente su propio interés” (Rachels, 2006, pp.128), si realizamos una comprensión de lectura sencilla de ese texto podríamos decir que estaría bien ignorar lo que le sucede a los árboles y seguir haciendo con nuestras vidas lo que debemos de hacer, porque el interés propio no está en cuidar un árbol, sino trabajar y conseguir el bienestar propio, sin embargo, no se estaría cumpliendo por completo está teoría ética, ya que se estaría rompiendo algo muy importante llamado contrato social, del cual voy a hablar más adelante.
La postura ética del utilitarismo dice que se debe de generar el mayor bien y la mayor felicidad posible para la mayor cantidad de personas (Rachels, 2006, pp. 148), y al momento de talar un árbol, probablemente pueda generar algún bien en particular para cierto grupo selecto de personas, sin embargo eso afecta de una manera negativa a un sector más grande de la población que sí nos interesamos en la vegetación de nuestra ciudad; por lo tanto, la tala de árboles es una acción incorrecta éticamente desde este punto de vista utilitarista.
            Todas estas acciones basadas en posturas éticas tienen una razón de ser y están ligadas a una razón de ser en este ensayo en común, la cual es la convivencia social pacífica y el contrato social que cualquier persona como participe de una sociedad debe de cumplir. Como menciona Rachels, para tener una sociedad estable es necesario que haya confianza entre la población, un gobierno que regule las actividades de las personas y sobre todo, un contrato social (Rachels, 2006, pp. 222-223). Por ende, si lo que buscamos es que consigamos tener una vida justa y digna en sociedad debemos de ser lo más incluyente posible entre todos tratando de respetar la autonomía del resto de la población. A lo largo de nuestro recorrido en el “Camina Providencia” ciertamente no se podían notar acciones de esta índole y se puede notar como los ciudadanos tienen poco respeto por las reglas a seguir y sólo buscan su propio bienestar sin tomar en cuenta al resto de la población. La ética habla de la aceptación y respeto al otro, por lo tanto, en una ontología en la que no haya “otro”, habrá una ausencia fundamental de la ética (Montero, 2010). Tomando esto en cuenta, a los ciudadanos de la ciudad de la zona metropolitana de Guadalajara nos hace mucha falta de orientación ética.
            Ahora que si de lo que hablamos es sobre la falta de respeto de los espacios públicos y la poca inclusión que nuestra ciudad nos puede mostrar, me parece que necesitamos urgentemente un jalón de orejas. La ciudad está completamente diseñada para que las personas se muevan en base al automóvil y cuando intentamos caminar una calle o bien, simplemente cruzarla nos vamos a encontrar con varias situaciones que no nos parecerán agradables. Carros estacionados en lugares prohibidos, banquetas dañadas, falta de rampas para discapacitados e invasión de pasos peatonales. Esos son sólo algunos ejemplos de lo que nos podemos encontrar un día cualquiera en nuestra ciudad y eso no es algo que debamos de apoyar ya que la persona que va dentro de un automóvil y la que camina la ciudad son humanos, y por el simple hecho de serlo, poseen una cualidad intrínseca llamada dignidad (Rachels, 2006, pp. 206) y de la misma forma que se respeta al automovilista, se debe de respetar al peatón, con mejores calles, rampas para discapacitados en funcionamiento y adecuadas, además de darle prioridad a este por sobre el automovilista.
            Para que haya un cambio en la sociedad, se debe de empezar por uno mismo; debemos de dar el ejemplo, “obra sobre una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley universal” (Rachels, 2006, pp. 205). Si nosotros no mostramos al resto de la población las buenas acciones que nos gustarían que ellos hicieran, ellos jamás podrán conocer nuestra visión del mundo y como se puede contribuir a tener una sociedad más incluyente.
            Para concluir, los humanos somos seres humanos por naturaleza, y como tales sentimos la necesidad de comunicarnos con los demás, sobre todo cuando una acción nos parece injusta o bien nos incomoda de alguna manera. Precisamente tratando de crear en los lectores una cultura crítica de la sociedad y que haya más comunicación entre todos les digo que en caso de que todos participáramos en las decisiones de nuestra ciudad y además respetáramos los espacios públicos del resto de la población, estaríamos asegurando un proceso de mejoría constante de nuestra sociedad, convirtiéndonos poco a poco en seres más incluyentes entre sí. Debemos de realizar acciones tales que, queramos que se conviertan en parte de nuestra cultura, cuidando el bienestar del otro y procurando tomar las decisiones correctas en base a las consecuencias directas y a largo plazo, y procurando al mismo tiempo el mayor bienestar posible para el resto de la población, así y sólo así se generará la sociedad y la ciudad añorada por todos. Por último me gustaría recordarles que, una sociedad sólo es tan buena como lo son sus ciudadanos.




Referencias
Boletín Nº 68. (2011). La Solidaridad como requisito de sociedades sostenibles. Recuperado de: http://www.oei.es/decada/boletin068.php
Botanical-online, (2014). Propiedades del muérdago. Recuperado de: http://www.botanical-online.com/muerdago.htm
Clark, I. (2002). Un humanismo científico para la sostenibilidad. En Leff, E. (Ed), 
Ética, vida y     sustentabilidad (pp. 105-110). México: UNEP.
Mundoforestal, (s.f.). Males y tratamientos. Recuperado de: http://www.elmundoforestal.com/consultorioforestal/males.html
Montero, M. (2010). De la ética del individualismo a la ética de la otredad: La noción de Otro y la liberación de la psicología. Escuela de Estudios Políticos y Analíticos
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.

Sánchez, A. (1984) Ética. Barcelona: Crítica.

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