Dos Principales Motivadores de Delincuencia, Caso Halcones de Juárez
Gustavo Alonso Martínez Ayala
Puede verse en la televisión, el periódico, en la calle, en el gobierno, en todos lados. Se hace notar por medio de la violencia, la intimidación, el miedo. Todos lo saben, pero pocos hacen algo, al contrario, poco a poco se unen a este movimiento. Es tanto lo que ha penetrado que es raro no hablar de ello y cuando se habla de eso no pasa, de la demostración de repudio, las descalificaciones, los juicios personales; sólo palabras. Muchas de estas palabras coinciden en un lugar: Juárez. Ha llegado a tal nivel que el gobierno estatal mudó la capital allí para combatir al enemigo tan apuntado por las autoridades: el narco. Pero el narco necesita de ayuda, necesita personas para mantener su organización, y las toma de donde es más fácil obtenerlas, donde éstas tengan necesidades económicas, donde la educación no impida el desarrollo de la ilegalidad, lugares abundantes en la ciudad de maquilas. Ahora ya no es sólo en narco, son los mismos ciudadanos quienes aumentan la violencia, quienes infunden el terror motivados por diversas variables, que se han magnificado por el paso del tiempo. El abuso en los “huecos” del sistema económico da a lugar a grandes márgenes de diferencias sociales, económicas, educacionales, en fin, de bienestar. Es la búsqueda de bienestar la que desvía a los ciudadanos del camino de la legalidad, al no estar educados para buscar un bien social. Los malos gobernantes, empresarios egoístas y organizaciones que sólo buscan el enriquecimiento personal, han dado el ejemplo a los ciudadanos de tener una vida egoísta, no importando si se afecta a otras personas. El vivir en situaciones críticas de pobreza, sumado a una falta de educación y los ejemplos que dan los líderes, han sumergido al país en una dinámica egoísta, que estimula la violencia y fortalece a la ilegalidad. Así se llegan a cometer acciones, como las que explica Carlos Puig en su artículo “Juárez, ¿y si no es el narco?”, publicado en Milenio en Febrero de 2010; donde informa sobre los “halcones”, jóvenes que vigilan, que “por 500 pesos a la semana informan, golpean y hasta matan”[1].
Como se publicó el 17 de Enero en el Diario de Juárez “De cada 10 personas, 4 viven en situación de “pobreza” y otras 2 sobreviven en condiciones de “pobreza extrema”; la suma de esos grupos representa el 58.1% de la población juarense.”[2], y estas cifras parecen seguir creciendo. La mayoría de las personas en situación de pobreza se concentra en 7 polígonos en el extremo poniente de la ciudad. Varias veces se ha llamado la atención de la SEDESOL para concentrar proyectos en la zona, sin embargo debido a la baja respuesta parece ser que estos individuos con escasos recursos no tienen otra opción que desenvolverse dentro de la ilegalidad. Sin embargo, esta situación no es pretexto para hacer daño al resto de la sociedad, pero parece ser que este sector quiere devolver el favor al gobierno mediante la destrucción del orden social. En viaje a Juárez el 11 de Febrero de 2010, el presidente Calderón anunció diversos proyectos para reducir la pobreza y disminuir la violencia[3], siendo ésta la única respuesta de parte del gobierno sin haberse llevado, hasta hoy, acciones concretas. Sin embargo, lo que sí ha hecho el gobierno, ha sido utilizar las fuerzas militares, trayendo mayor violencia a la ciudad. Aunque dichas fuerzas no cuentan con personas en cada esquina, reportando diferentes sucesos, alertando sobre movimientos; todo por 500 pesos a la semana. Sin embargo, no sólo es el beneficio monetario lo que motiva a estas personas desempeñar tal cargo, el sentirse más poderosos, que pueden tener a la sociedad bajo su merced y actuar como se les plazca también los mantiene deseosos de seguir en el trabajo.
Normalmente, la pobreza viene acompañada de otra variable que acongoja a la ciudadanía juarense: falta de educación. Esto abre una gran brecha a las pandillas, fenómeno de gran crecimiento recientemente. En un principio las bandas juveniles y el narco trabajaban distantes, pero cuando La Jornada reveló en un artículo que la cifra de pandillas juveniles en Juárez pasaba de 300 a 900[4], dejó ver que el narco obtuvo mayor fuerza en la ciudad. Son estos jóvenes los que constituyen el ente principal de violencia y miedo. Jóvenes que se han apartado de las buenas costumbres y la moral, muestra del deficiente programa de educación mexicano, que los ha marginado a encontrar otros medios para vivir. No son minoría, como afirma Carlos Puig “…una ciudad en que alrededor de la mitad de los jóvenes en edad de secundaria o prepa no van a la escuela…”[5].
El gobierno se enfoca en hacer más y más escuelas, dejando a un lado el nivel educativo. Da a la población la apariencia de estar trabajando en ello, con exámenes a maestros, pruebas a alumnos como la prueba ENLACE, de la cuales no se llevan planes de acción de acuerdo a resultados. Pero, ¿es suficiente que un joven sepa matemáticas, español y ciencias? Tanto en las escuelas, como en la familia, se deben desarrollar habilidades para saber cómo aplicar los conocimientos, es decir, brindar el enfoque moral tan necesario en la sociedad.
Sólo con una base educativa sólida, se puede asegurar la reducción de la pobreza. Así las personas son capaces de darse cuenta de las posibilidades existentes, de los derechos que deben reclamar, del trato que deben recibir y dar a los demás, de la importancia del desarrollo en sociedad, en fin, son capaces de tener un razonamiento más profundo sobre qué es el beneficio y cómo llegar a ello. Con una buena educación se tienen personas con espíritu trabajador, emprendedor, moral, que viene a beneficiar a toda la sociedad. Cuando las personas saben y razonan, rechazan aquello que haga daño a la sociedad y aprovechan distintas oportunidades existentes para salir adelante, como empleos, créditos para emprender, oportunidades de inversión; y no sólo aprovechar, también saben crearlas y exigir a quien corresponda. Así se obtienen ciudadanos sociales, como los planteados por Adela Cortina, que reconozcan y vigilen sus derechos y los de los demás, construyendo la comunidad, sin permitir abusos, que siempre buscan sólo intereses personales.
Es ahora que se deben tomar acciones reales para reducir la pobreza, no con programas de apoyo directo, sino motivando a la gente a trabajar de manera honrada. Esto se puede lograr mejorando el sistema de educación, ocupando a los jóvenes y enseñándoles bases éticas y morales. Así es como se puede optimizar la situación de Juárez, dando buenas bases para el trabajo y desarrollo social, enseñando a las personas responsabilidad social para comprometerlas con el crecimiento común. No se trata de regalar todo lo que se necesita, sino de instruir para saber cómo obtener lo que se quiere. “Si le das un pescado a un hombre comerá una vez, si lo enseñas a pescar, comerá toda la vida”. Esto no sólo recae en el gobierno, o en los pobres, es responsabilidad de toda la sociedad en encarrilar a las personas por un camino que permita un desarrollo global y acorte las grandes brechas de desigualdad existentes.
Anónimo, Crece cinturón de Pobreza Aquí (2010). Diario de Juárez. Obtenido en Junio 30, 2010, de Fuente de Investigación Académica (Infolatina).
Anónimo, Se dispara de 300 a 900 cifra de pandillas en Juárez (2010). La Jornada. Obtenido en Junio 30, 20120, de Fuente de Investigación Académica (Infolatina)
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Dudley Althaus. (11 Febrero). Calderon heads to Juarez in trip of reassurance. McClatchy - Tribune Business News. Recuperado en Junio 30, 2010, de ABI/INFORM Dateline. (Document ID: 1959906581
Puig, Carlos, Juárez: ¿y si no es el narco? 2010. Milenio. Obtenido en Junio 30, 2010, de impreso.milenio.com.
[1] Puig, Carlos, Juárez: ¿y si no es el narco? 2010. Milenio. Obtenido en Junio 30, 2010, de impreso.milenio.com.
[2] Anónimo, Crece cinturón de Pobreza Aquí (2010). Diario de Juárez. Obtenido en Junio 30, 2010, de Fuente de Investigación Académica (Infolatina).
[3] Dudley Althaus. (11 Febrero). Calderon heads to Juarez in trip of reassurance. McClatchy - Tribune Business News. Recuperado en Junio 30, 2010, de ABI/INFORM Dateline. (Document ID: 1959906581
[4] Anónimo, Se dispara de 300 a 900 cifra de pandillas en Juárez (2010). La Jornada. Obtenido en Junio 30, 20120, de Fuente de Investigación Académica (Infolatina).
[5] Puig, Carlos, Juárez: ¿y si no es el narco? 2010. Milenio. Obtenido en Junio 30, 2010, de impreso.milenio.com.
Este artículo me encantó, también hubo comentarios positivos sobre él en Tuitertlán. Gus, ojalá lo publiques :)
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