jueves, 3 de mayo de 2012

Animales Domésticos: ¿Objetos o Compañeros? por Monica Pulido


A lo largo de los años el contrato social en las diversas sociedades en todo el mundo ha ido evolucionando conforme el avance en la mentalidad del hombre lo necesita; mientras que antes la represión a las mujeres, los ansíanos y lo enfermos se justificaba hoy en día la sociedad exige un trato equitativo a todo ellos sin importar su condición. De la misma manera los animales ya no representan lo mismo que años atrás, si antes se les veía como objetos o herramientas, actualmente las personas están interesadas en velar por el bienestar de estos. Sin embargo, el maltrato animal es la prueba más contundente de que los animales aun se encuentran siendo categorizados en un contexto ético diferente.
Hoy en día el interés de muchas personas ha logrado catalogar a los animales, en especial los de compañía, como una parte más de la sociedad que debe ser vista con dignidad e igualmente debe ser tratada justamente. De acuerdo con el libro “Introducción a la Filosofía Moral” de James Rachels, esto se debe primordialmente a que las personas están en una época donde la moral los obliga, de cierta forma, a tomar en cuenta a los animales ya no como simples objetos, sino, como entidades que, al igual que los humanos, tienen intereses que dependen de las acciones humanas; en la llamada teoría moral satisfactoria Rachels explica que “se debe dar igual peso a los intereses de los animales en nuestros cálculos morales (Rachels, 2006, p.304)”, la imparcialidad mediante la cual nos tendríamos que desarrollar actualmente también abarca a los animales como seres a los cuales se les debe tomar en cuenta. A su vez, a lo largo de la historia, otras corrientes filosóficas han clasificado a los animales en la misma categoría moral que los seres humanos, como lo hizo el utilitarismo. De acuerdo con el punto de vista utilitarista “lo que importa no es si un ser tiene alma, es racional o lo demás. Todo lo que importa es si es capaz de experimentar felicidad e infelicidad, placer o dolor… (Rachels, 2006, p.157)”, por lo tanto, debido a que los animales son capaces de sufrir no deben ser maltratados de la misma manera que se pensaría con una persona.   
Bajo este primer criterio existen dos aspectos importantes que están rompiendo este principio moral que se desarrollan en el contexto social y permiten el maltrato animal; el primero de ellos seria que, en el caso se los animales domésticos, se les trata como simples objetos, es decir, socialmente hubo regresión a la idea antigua en el que se aseguraba que los animales únicamente existen para el bien del hombre y su entretenimiento como sugería el filosofo Immanuel Kant. Kant explicaba que los seres humanos nos encontrábamos en un lugar especial por nuestro valor intrínseco, mientras que los animales solo tienen valor por el modo en el que nos sirven a nosotros, es decir, son solamente medios para alcanzar un fin (Rachels, 2006, p.204). Al tratar a los animales como objetos nos olvidamos totalmente de que son seres vivos y que al igual que nosotros tienen necesidades de higiene, salud, cariño y alimentación, olvidarnos de todos esto es una de las razones por las que el maltrato a los animales sigue vigente hoy en día, las personas regalan animales en cualquier festejo sin pensar a profundidad si el futuro dueño o dueña podrá hacerse responsable de cuidarlo o si es el tamaño de la mascota es el adecuado para su futura vivienda. El no tomar en cuenta aspectos tan sutiles como los anteriormente pronunciados, puede traer graves consecuencias para la mascota, ya que pueden terminar siendo maltratados o incluso abandonados en cualquier lugar.
El segundo aspecto, enormemente ligado al fallo social anteriormente enunciado, tiene que ver con la falta de interés que tienen algunos dueños por satisfacer las necesidades de sus mascotas. Éticamente se estaría faltando a la teoría moral satisfactoria, ya que los intereses básicos del animal estarían siendo ignorados. El tener una mascota, si bien produce una gran alegría a la familia, también implica que los dueños estén al tanto de las necesidades básicas del animal, a su vez, también los compromete a que se le lleve a vacunar, se le alimente adecuadamente y se le provea de un espacio donde pueda acomodarse adecuadamente. Cuidar de un animal implica esfuerzos que algunas personas ven como molestias, por lo que omiten su compromiso objetándose en que solo se trata de un animal, es decir, la importancia de la vida de la criatura no tendría ningún valor especial.
Con un contexto social que cada vez decae más y más, en el caso de los animales, con un nivel de desinformación bastante alto en las comunidades de bajos recursos y con la necesidad de evitar el que volvamos a políticas donde los animales tendrían que volver a ser rebajados a simples objetos; distintas organizaciones, en conjunto con autoridades estatales decidieron crear en México leyes que protegerían el bienestar de los animales tanto domésticos, como de trabajo, si bien varios estados trabajaron es aprobar sus pocas leyes no existe una sola ley que pueda ser aplicada a lo largo de toda la republica, además, las leyes existentes sueles ser penadas con castigos muy ligeros o carecen de autoridades que regulen el cumplimiento de las leyes.
Para establecer una contexto legal respecto a las leyes existentes que tratan de reducir los casos de maltrato animal se puede mencionar la Declaración Universal de los Derechos del Animal, esta declaración, proclamada en 1978, recalca la responsabilidad que tiene el hombre de respetar a todo los animales que lo rodean para que no sufran a causa del ser humano. Además, los principios recalcados en el documento tienen una gran coincidencia con la teoría moral de Rachels. En México diversos estados se comprometieron a fomentar una cultura pro-animal en la cual se garantizara la protección de todos los animales, tal es el caso del Estado de México, Distrito Federal, entre otros estados, sin embargo estas leyes presentan 2 fallos que han sido recalcados por diversas organizaciones civiles como lo son la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales, Adopta Guadalajara, Patitas de Ayuda, entre otras.
Hoy en día no existe una autoridad que tenga la labor de velar por el cumplimiento de las leyes enunciadas en los documentos realizados, al no existir una autoridad las pocas leyes que castigan el maltrato animal son continuamente violadas. A su vez, el segundo fallo que tienen estas leyes es que los castigos que se dan por maltratar una animal son muy ligeros y pueden ser evadidos fácilmente. Esto último contradice a la idea de Rachels en la que estipula que debemos tratar a las personas de acuerdo a sus méritos, en el caso del castigo, menciona que este es válido y debe ser proporcional al fallo cometido, ya que al ser seres racionales estamos conscientes de que lo que estamos haciendo es algo indebido (Rachels, 2006, 305-306). Siguiendo este criterio podemos asumir que las multas monetarias que se utilizan como máximas penas no son proporcionales al daño causado al animal. El utilitarismo menciona que aunque se busca una equidad, el trato distinto a una persona al estar siendo castigada se justifica por lo que esta hizo en el pasado (Rachels, 2006, p.305).
Todo lo anteriormente enunciado tiene gran importancia en la vida diaria de las personas, al terminar con el maltrato animal no solo estaríamos cumpliendo y respetando los principios morales, sino que también, estaríamos estableciendo un lugar donde el ser humano podría desarrollarse más humanamente entre los miembros de la sociedad, es decir, habría nuevamente una mejora y evolución del contrato social estableciendo una sociedad más justa. Muchas veces las personas se olvidan de la importancia que tienen los animales en nuestras vidas y como estos nos han ayudado a desarrollarnos a lo largo de nuestra historia e incluso hasta hoy en día continúan haciéndolo.
Prueba del importante papel que desarrollan actualmente los animales de compañía podemos enunciar algunos: el perro guía se convirtió en una nueva oportunidad de independencia para las personas con alguna discapacidad; diversas razas de perros son entrenadas para convertirse en perros de rescate que arriesgan sus vidas para salvar a alguna personas, perros que trabajan incansablemente para proteger al ser humano y que no piden más que las necesidades más básica a cambio de su ardua labor. Aun sabiendo la importancia de los animales en el desarrollo de las personas aun existen personas que justifican su maltrato al decir que los animales son un tema irrelevante que no necesita una atención inmediata ya que existen temas de mayor importancia que deben ser tratados los antes posibles. Más no se puede dejar de lado el maltrato animal, pues puede ser la base que evitaría problemas más serios en el futuro. Es aquí donde se puede enunciar la importancia de prestar atención a los problemas que se ocultan detrás del maltrato animal.
De acuerdo con la doctora y especialista en criminología Núria Querol, existen estudios que demuestran que existe una gran relación entre la crueldad hacia los animal que se presenta en la infancia y la posibilidad de que aquella persona que maltrataba animales se convierta en su adultez en un agente violento; esta declaración fue sustentada por un estudio realizado en Estados Unidos por parte del FBI y la Universidad de Pensilvania que se realizo en diversas cárceles a lo largo de todo el país, dicho estudio revelo que por lo menos el 46% de los criminales que participaron en el tenían una tendencia a maltratar animales en su infancia. A lo largo de la historia diversos casos han comprobado lo estipulado en dichos estudios como lo fue Russell Weston Jr. quien torturaba y asesinaba gatos hasta que finalmente asesino a dos policías en el Washington; Jeffery Dahmer también torturaba gatos, siendo responsable tiempo después de la muerte de 17 personas. Como estos muchos casos se han dado y es, en base a ellos que podemos exaltar la necesidad de prestar atención al problema del maltrato animal.
Tanto el utilitarismo, como la teoría moral satisfactoria promueven el buen trato a los animales, es decir, maltratar a un animal solo deteriora la calidad social e impulsa a las sociedades a dar un paso hacia atrás en todo el progreso que se ha hecho a lo largo de todos los años. Si maltratar a un animal puede ser justificado, puede que el día de mañana otras exclusiones sociales lo sean también. Los animales forman parte de nuestro día a día, aunque se les trate de ver como entes ajenos se encuentra en cada aspecto de nuestras vidas, facilitando nuestras labores, apoyándonos e incluso sirviendo como alimentos, ya no se puede permitir que se les maltrate bajo criterios tan simples como que se trata de animales.


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