martes, 22 de noviembre de 2016

Dron, un dolor invisible.


Dron, un dolor invisible.


Jorge Alonso Sánchez Muñoz
A01262243


Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara


Ética, Persona y Sociedad

Dra. Alicia Ocampo Jiménez

22 de Noviembre del 2016

Desde hace 15 años que se llevó el primer ataque registrado con uso de drones en Afganistán por la Fuerza Aérea Norteamericana (Regueral, 2014), el uso de Drones en el combate militar se ha vuelto un tema que ha despertado muchas preocupaciones a lo largo de la sociedad en todo el mundo, sobre todo en lugares donde la guerra es un malestar latente; un avance tecnológico significativo ha representado la construcción y uso de estas naves no tripuladas, las cuales al no tener un piloto en ella dejan fuera la posibilidad de la muerte del mismo, lo cual les hace una herramienta idónea para la estrategia militar en cualquier conflicto armado.

Las aplicaciones del uso de drones no son del todo bélicas, ya que pueden llegar a servir como herramientas de monitoreo en lugares de difícil acceso, como lo son zonas de desastre natural, cultivos muy extensos, clima extremo, etc… pero el principal problema se torna frente al uso que se les da cuando son utilizados como las herramientas para llevar a cabo un acto de guerra, donde se puede invadir la privacidad de los individuos o bien terminar con la vida del mismo.
El principal dilema ético se presenta a sí mismo, asesinato; una herramienta de control remoto que tiene una serie de comandos manipulados por un operador miembro de la milicia, una agencia de vigilancia o el mismo crimen organizado a través de organizaciones terroristas.

Palabras clave (Key words): dignidad, derechos humanos, privacidad, intimidad, dron.


Partiendo de que la dignidad humana es la base de los derechos humanos, y la dignidad según Kant es una valor incondicional, absoluto e incomparable de la persona donde no existen los grados de dignidad entre las personas, es decir que todos tienen la misma dignidad (Siurana, S. F.), conforme el acto cometido por un dron, controlado por un operador a distancia, al momento en el que es utilizado para cometer un asesinato en un acto de guerra o terrorismo, para el operador y quien da las órdenes es un hecho que desvirtúa a la persona desde la dignidad propia y la de los demás. Siendo el principio de dignidad humana de Kant, conforme a las palabras de Christopher McCrudden, profesor de la Universidad de Queens y miembro de la Academia Británica, la concepción no-religiosa más citada de la dignidad. (Pabón, 2011)

Es un tema de controversia y de gran impacto el ver como desde hace más de 15 años la aplicación y uso de drones ha ido incrementando; en palabras de Francisco Esquivel, miembro de la Revista de la Paz y Conflictos, recalcado el cambio tan importante que representa en el paradigma de la guerra moderna:

“la tendencia a usar los drones en la guerra supone un cambio de paradigma comparable a la bomba atómica de Hiroshima, cuyo bombardeo supuso un cambio radical.” (Sánchez, 2015)

Conforme a lo anterior y haciendo referencia a el arma que cambio el combate moderno, y que sumió a las dos potencias mundiales más poderosas después de la Segunda Guerra Mundial, en un conflicto que duró cerca de 40 años, el hecho de tener una nueva arma como los drones que de manera sigilosa y sin causar un daño colateral de semejante magnitud como con una bomba atómica, el peligro de la guerra aumenta. El vulnerar la privacidad de una persona, en lugares de difícil acceso, mientras se tiene el arma a punto de jalar un gatillo, mientras que el objetivo a eliminar no tiene noción de la situación de peligro que se le presenta, tiene una connotación que trasciende de manera muy importante; vulnerar la privacidad e intimidad de un individuo.

Si un individuo no tiene garantizados sus derechos a la privacidad e intimidad, se están usurpando sus derechos humanos fundamentales, lo cual acarrea una violación a las leyes del país donde el uso de drones no esté regulado; es decir que si el individuo no está completamente protegido por una legislación nacional o internacional que regule el uso medido de los drones su intimidad y privacidad están vulnerables ante un ataque o uso irresponsable de un dron, lo cual va de la mano con la dignidad del individuo, que según la Declaración Universal de los Derechos Humanos: 

“la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana.” (Pabón, 2011)

Conforme a lo anterior, sabiendo y reconociendo que los Derechos Humanos están sustentados en el reconocimiento de la dignidad de la persona, es importante recalcar que el acto cometido al vigilar, monitorear, atacar o matar a una persona utilizando como arma una nave no tripulada (drones), quien opera esta herramienta tiene la responsabilidad por los actos cometidos con esta herramienta; esto desvirtúa al operador y a quien da las órdenes ya que son conscientes de que al violar la privacidad, atacar una persona o ser la fuete de un posible daño físico o moral hacia un semejante, la responsabilidad del acto no recae en el dron, sino en quien lo opera y, como se menciona a continuación:

“los pilotos de los drones y otros tripulantes de estos aparatos, la contemplación de imágenes de guerra y destrucción en tiempo real, aunque sea a través de una pantalla, es a menudo el principal desencadenante de trastorno del estrés postraumático.” (Sánchez, 2015)

Puede que las aplicaciones de los drones en la actualidad se vean opacadas por la connotación militar y de vigilancia que adquieren, pero las bondades de esta tecnología son también de gran impacto en la actualidad y lo seguirán siendo en un futuro; la cuestión recae en un uso responsable de estas naves no tripuladas conforme a un marco legal internacional que regule el uso de esta tecnología. 

“Y así, los drones como tecnología adquieren su relevancia militar, legal y política, no como un resultado predeterminado de sus características materiales, ni como el resultado lineal de decisiones políticas, sino como un producto de la confluencia de ambos.” (Kleinschmidt, 2015) 

En el marco del uso de drones, y el impacto en la ética que se tiene actualmente, está de manera latente la transgresión de los Derechos Humanos, cuando se vulnera la privacidad y la intimidad de los individuos al momento en el que se vigila, monitoreo, se ataca y puede haber muertes por el uso de estas herramientas de alta tecnología, lo cual genera una gran responsabilidad para quien los utiliza además de que las implicaciones de las muertes ocasionadas por drones no solo retumban en la dignidad que de quien se ve afectado directamente por el ataque de esta nave no tripulada, ya que al mismo tiempo quien opera estas herramientas y da las órdenes de cometer estos actos de guerra se ven desvirtuados en su identidad como individuos miembros de la familia humana.
Es importante también saber que el sentar las bases de un marco legal internacional que regule el uso medido y responsable para los drones en todo el mundo, conlleva que los intereses militares, legales y políticos lleguen a un común acuerdo, ya que el impacto de estas nuevas tecnologías aplicadas en drones tiene el mismo impacto que la bomba atómica en su momento.

Finalmente, considero que es realmente importante saber que conforme a la velocidad que va evolucionando y se reinventa la tecnología que nos rodea día con día, el mundo ya no es el mismo. Desde hace 15 años que se presentó el primer ataque de dron registrado al presente, la manera en la cual la tecnología implícita en una nave no tripulada ha cambiado, de la misma manera la percepción que tenemos de estas máquinas ha tenido una gran influencia sobre nosotros; saber que la tecnología nos rebasa a pasos agigantados es impresionante, lo cual nos lleva a la conclusión de tener una consciencia actualizada en los posibles riegos y bondades que esta nos presenta, y que al mismo tiempo somos responsables de dar un uso adecuado conforme a los principios éticos con los que nos regimos diariamente.

La tecnología es una herramienta que nos permite destruir y construir el mundo, de peor o mejor manera, siendo responsables o no; esto depende de cada uno de nosotros.






Referencias



Botello, N. A. (Enero-Abril de 2016). Política de la verticalidad: drones, territorio y población en América Latina. Región y Sociedad, 263-292. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=10243267008
Esquivel Sánchez, F. J. (2015). Las guerras de los drones. Matar por control remoto. Revista de Paz y Conflictos, 281-285. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=92740054005
Kleinschmidt, J. (2015). Drones y el orden legal internacional. Tecnología, estrategia y largas cadenas de acción. Colombia Internacional, 17-42. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81238992002
López, S. R. (2015). Del campo de batalla a las calles: el derecho a la intimidad en la era de los drones. Revista Derecho del Estado, 181-199.
Makram, H. (2014). La tecnología aviónica militar en los conflictos asimétricos: problemáticas implicaciones del uso de los drones letales. Cuadernos del CENDES, 23-67. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=40331800003
Pabón, J. O. (2011). Dignidad, Derechos Humanos y la Filosofía Práctica de Kant. Bogotá: Vniversitas.
Regueral, C. C. (12 de Septiembre de 2014). Ética y Legalidad en el Empleo de Drones. Obtenido de Instituto Español de Estudios Estrátegicos: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2014/DIEEEO101-2014_Etica-Legalidad-Drones_CarlosCalvo.pdf
Siurana, D. J. (S. F.). Universitat de València. Obtenido de http://www.uv.es/gibuv/SiuranaDignidad.pdf



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