jueves, 16 de mayo de 2013

Daniel Su Su-Choug

El sindicalismo en la educación
México es uno de los países con más inversión de recursos en el sector educativo, pero por diversos factores la educación no es lo suficientemente eficiente. Algunos de estos factores los podemos encontrar en las organizaciones que representan las autoridades en dicho sector. Las agrupaciones sindicales en el sector educativo de México, representan más una búsqueda de poder político y un obstáculo para el progreso académico, que una ayuda real para los trabajadores en dicho sector. El individualismo de los militantes de estas agrupaciones permite que sean utilizadas como plataformas para crecimiento político y económico, lo que representa un problema.
La razón detrás de un sistema sindical es la formación de grupos reguladores de la convivencia entre empleados y empleadores, en búsqueda de un trato justo que cubra las necesidades de los trabajadores, sin abusar de las del empleador. De esta manera se está respetando a cada una de las dos partes como fines y por lo tanto su dignidad se ve intacta. “El derecho sindical y del trabajo no nació para cambiar al mundo si no para volverlo más aceptable, no tan sólo para los trabajadores […] si no para la indiferenciada humanidad conocida como gente llana” (Romagnoli en Santos  2003, pp.118). El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no es la excepción, pues siempre está en búsqueda del trato justo a los agremiados.
El derecho del trabajo en México permite a los grupos sindicales una amplia participación en las decisiones tomadas con respecto a los miembros de dichos grupos. Desde que se le brinden los derechos necesarios, hasta la intervención en cualquier conflicto con el empleador, como resolver si es necesario la baja del trabajador tras la petición del patrón. En el caso del SNTE su funcionamiento está regulado por leyes como la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, en donde se postula que tienen derecho a participar en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, que es el organismo encargado de la toma de decisiones con respecto a los trabajadores. De esta manera el sistema legislativo del país brinda armas suficientes a los sindicatos para un desempeño laboral justo.
El SNTE es el sindicato más grande y más importante del país, y por lo tanto el que tiene mayor poder político. El trabajo del SNTE para el bienestar de los trabajadores de la educación ha sido fructífero, por ejemplo “el incremento salarial acumulado entre 2000 y 2006 fue de 38%” (Bensusán, 2011, pp. 20). Bensusán y Tapia (2010, pp. 18), argumentan que el SNTE ha servido hasta la actualidad como la primera línea de defensa del status quo en el sector educativo.
Por lo declarado anteriormente se podría decir que el SNTE desempeña muy bien su función. Sin embargo, no se ha considerado las implicaciones en el sector educativo como tal. En un estudio estadístico, a través de encuestas hechas a miembros de alta jerarquía dentro del SNTE, se demostraron las motivaciones del cuerpo docente para integrarse al sindicato, la que mostró mayor interés fue la económica (Fernández  2010, pp. 83-85). El interés económico por sí sólo no demuestra nada hasta que es puesto en contexto. Supóngase que un profesor comprometido con la educación ingresa al SNTE en búsqueda de una mejor remuneración económica por su trabajo, simplemente para poder llevar una vida sin conflictos de dicha índole. Sin embargo, su crecimiento económico puede exigirle adentrarse más al sindicato, lo que a su vez le va dificultando prestar la atención necesaria a su fin inicial. Esa situación sólo demuestra que ha tomado decisiones que le convenían personalmente, pero si se considera el fin fundamental de la educación, los alumnos, es posible encontrar un error en el desempeño del profesor del ejemplo. Al olvidarse de los alumnos en su toma de decisiones está atentando contra su dignidad. Explicado de otra manera, los alumnos, que antes eran considerados como el fin principal de su trabajo, ahora son simplemente el medio y objeto de su empleo, con el que obtendrá el beneficio que busca.
Por otro lado, dado a la naturaleza de un sindicato, es inevitable llegar a politizar el fin del mismo. Durante todo el desarrollo del SNTE se ha observado su gran influencia en el ámbito político. En el 2011 tan solo 18 diputados de diferentes partidos políticos son representantes directos del sindicato, la mayoría en comisiones relativas a la educación (Bensusán 2011, pp. 21). En conjunto con eso, el poder político que representa el sindicato se ha extendido incluso más que instituciones encargadas de regular el campo educativo. “los mismos maestros reconocen obedecer más a la autoridad gremial que a la propia Secretaría de Educación Pública (SEP)” (Santibáñez, en Pérez, 2011, pp.73). Es preocupante, entonces, que la autoridad que tiene más influencia en el campo educativo es una basada en los intereses exclusivos de los agremiados dejando a un lado los intereses de la sociedad como tal. “Enfocando los medios se manifestaron los recursos con que los dirigentes han desviado, impulsado, frenado, dirigido, vigilado, manipulado la adecuación institucional desde hace veinte años.” (Fernández, 2011, pp. 11).
La educación, sobre todo en el nivel básico, es necesaria para el desarrollo integral de cualquier sociedad. Es por esta razón que la politización y el individualismo en los organismos que supuestamente deberían regular el funcionamiento del sistema educativo en México son un problema para todos. La educación básica representa en gran parte el desarrollo formativo de los jóvenes que representarán el futuro de la nación y los profesores son la autoridad a seguir. Lo cual exige un buen ejemplo de organización y de un comportamiento ético, que sentará las bases para el respeto y la buena relación de maestro-alumno.
La educación es el factor más importante para mejorar la situación que actualmente se vive en México. Al tener una sociedad educada se eliminan factores como el de la corrupción y comportamientos delictivos, pues los jóvenes se dan cuenta que realmente tienen una elección y que dicha elección afecta en importantes proporciones a su desarrollo y de las personas que los rodean. Actualmente no se le brinda la importancia que se le debería y con factores como los mencionados anteriormente se frena su desarrollo. Es por eso que los ciudadanos nos debemos preocupar más en buscar una buena educación y participar activamente, dentro de las posibilidades de cada uno, en su mejor funcionamiento. Debemos tener en mente que ser profesor significa ser formador y que por tal motivo se debe de respetar dicha profesión. Ser profesor representa la responsabilidad sobre el futuro de la nación y no es un empleo que resulta del defecto de muchos intentos de profesión, o por lo menos no debería serlo. Actualmente, muy pocas personas sueñan con enseñar en primaria o secundaria, por culpa de una mala percepción social sobre la profesión. Frases como “el que no puede hacer, enseña” son las culpables de la falta de respeto a la profesión que representa la primer necesidad de una sociedad organizada. Los profesores deben de estar genuinamente comprometidos con la educación y sentirse profundamente apasionados al respecto y no buscar en sus empleos el crecimiento individual que no encontraron en otro lugar. Los sindicatos por eso son muy importantes pues, en una sociedad en la que no se le respeta lo suficiente a la enseñanza y en la que ser trabajador en el sector educativo representa un sueldo muy bajo, los maestros se enfrentan a muchos problemas, siendo los sindicatos la primera línea de defensa a sus intereses. Los sindicatos en el sector educativo tienen en sus manos la responsabilidad de mejorar la condición de trabajo de los forjadores de la nación futura y es por esa razón que los intereses personales deberían de considerarse sólo después del bien común.


Fuentes:
Fernandez Marín, Karla. (2011). Diseño institucional del SNTE: base del poder político de sus dirigentes. El Cotidiano núm. 168 pp. 5-15. México D.F.: Universidad Autonoma Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319002.
Bensusán, Graciela; Tapia, Luis Arturo. (2011). El SNTE: una experiencia singular en el sindicalismo mexicano. El Cotidiano núm. 168 pp. 33-45. México D.F.: Universidad Autonoma Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319003
Fernandez Marín, Karla. (2010). Los incentivos de los dirigentes del SNTE del Valle de Toluca. El Cotidiano núm. 163 pp. 79-85. México D.F.: Universidad Autónoma Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32515913010
Pérez Ruiz, Abel. (2011).Política pública y sindicalismo magisterial: la búsqueda de la calidad educativa y los nuevos actores. El Cotidiano núm. 168 pp. 33-45. México D.F.: Universidad Autonoma Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32519319007
Santos Azuela, Héctor. (2003). Sistema y genealogía del derecho sindical. Boletín Mexicano de Derecho Comparado vol. XXXVI, núm. 106. Pp. 115-146. México D.F.: Universidad Autonoma Metropolitana. Extraído de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=42710605

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