viernes, 10 de mayo de 2013

La religión vs. la homosexualidad

Por Miriam A. Cepeda Carrillo



Actualmente, en algunas localidades de México, se vive bajo el régimen de una sociedad en su mayoría conservadora ocasionada por la influencia de la religión católica, más en concreto, sus enseñanzas, tradiciones y normas. Esta devoción se ve reflejada en el pueblo mexicano desde que éste fue colonizado por los españoles y los indígenas se vieron obligados a adorar al Dios hispano para tener un trato aceptable e inclusive en algunas ocasiones salvar su vida. Entre los ideales católicos, se encuentran el principio de igualdad, el respeto y la tolerancia; sin embargo, éstos no son respetados y mucho menos promovidos por la Iglesia bajo toda circunstancia, ésta hace excepciones de acuerdo a su conveniencia, siendo una de esas singularidades, la homosexualidad.  Es por eso que, en este ensayo se mencionarán diversas razones por las cuales se pone en duda que la Iglesia Católica, una de las principales instituciones de nuestro país en popularidad, economía y poder, respeta la individualidad de las personas, puesto que critica, desaprueba y discrimina a las personas que cuentan con preferencias sexuales no heterosexuales.
 “La moral sexual del catolicismo oficial no sólo atenta contra el valor de la diversidad sexual y coarta la autonomía de las personas homosexuales, sino que además viola el régimen internacional de los derechos humanos, que progresivamente ha venido reconociendo los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres como derechos humanos.” (Aguiló, pp.3)

El primer argumento que nos brindan las diversas diócesis con respecto al rechazo ante la homosexualidad es el que sentirse atraído sexualmente a otros individuos de nuestro mismo género representa una afición en contra del orden natural. Según estudio para Trends in Ecology & Evolution realizado por investigadores de la universidad de California, existen tendencias homosexuales en todas las especies animales que varían según la especie en cuestión. (BBC, 2009) Los motivos de estos encuentros pueden variar desde la falla genética hasta propósitos de interacción entre la especie y en algunos casos inclusive entre diferentes especies. Estos encuentros no sólo se presentan por fallas fisiológicas y psicológicas, sino que existen especies de animales que las efectúan por placer, como los delfines y las ballenas asesinas, los cuales también tienen juegos sexuales e inclusive orgías. Este tipo de encuentros sexuales también llegan a ser criticados por algunos religiosos al ser considerados prácticas antinaturales.
De acuerdo con Jeffey Weeks, la iglesia católica junto con la psicología, la medicina y la educación en los siglos XVIII y XIX estableció un nuevo concepto de lo que es una normalidad sexual que “por definición incluye únicamente las relaciones heterosexuales, convirtiendo todo lo demás en desviación sexual”. (Gamboa, pp. 246), refiriéndose a las prácticas sexuales de hombres con otros hombres y el lesbianismo, que consiste en las prácticas femeninas. Este hecho fue uno de los tres acontecimientos que marcaron y definieron tanto a la homosexualidad como a la homofobia a causa del impacto social que tuvo.

Este argumento es inválido desde el propio punto de vista religioso, ya que de acuerdo con la Iglesia Judía y la Católica, Dios creó todo el universo de forma perfecta según se redacta en el Génesis de la Biblia. El Creador se describe siempre como una autoridad omnipotente, omnisciente y omnipresente, lo que nos puede llevar a suponer que un ser así, superior al humano en tantos sentidos, no puede llegar a equivocarse debido a las cualidades con las que cuenta. Por lo tanto, si el universo fue creado por Dios y los animales realizan naturalmente prácticas homosexuales, Dios pretendía que éstos existieran y por consiguiente fueran considerados normales al ser naturales o en su defecto, esto nos lleva a cuestionarnos si es que ¿acaso el todopoderoso tuvo errores en el momento de la creación? De ser así, no se podría tomar como autoridad absoluta, ya que o no es omnisciente o en un escenario peor, se podría llegar a concluir que el altísimo es irresponsable y/o desinteresado, al no preocuparse por perfeccionar la vida animal y humana, corrigiendo el error de haber permitido la atracción homosexual.

Por otra parte, la iglesia permite la unión emocional entre personas del mismo género, sin embargo, desaprueba el encuentro sexual entre ellos, a pesar de que éste es considerado como la culminación del amor de pareja.
Actualmente existen muchas parejas homosexuales y religiosas a las cuales les gustaría casarse, debido a que realizando esta práctica dejarían de vivir en pecado bajo los ojos de la institución que asegura reproducir las enseñanzas de Dios. Sin embargo, en la mayor parte del mundo, aun no se permite este tipo de uniones porque no se considera normal (la definición de normal es relativa, varía en cada sociedad debido a que depende de la cultura y el contexto histórico, político y económico de la comunidad en cuestión). En base al estudio de Kinsey sobre los diferentes tipos de homosexualidad y las prácticas que cada tipo lleva a cabo, Gagnon asegura que “tales maneras de explicar la realización deben comprenderse como convenciones culturales en lugar de verdades científicas” (Gagnon, pp. 195), refiriéndose a todos los “desórdenes sexuales” que pueden observarse actualmente.
 En México, la Iglesia Católica se encuentra íntimamente relacionada en los aspectos gubernamentales, por ser una institución de antaño que cuenta con un gran poderío. En algunos países, como en el nuestro, el gobierno no permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y al hacer eso, atenta contra la dignidad humana de la persona con identidades homosexuales, la discrimina por ser diferente. Lo cual de acuerdo a muchos filósofos no debería permitirse, debido a que no es lo correcto; Kant afirma que lo correcto consiste en lo que los imperativos categóricos dictaminan, es decir, si se usa a las personas como fines y nunca como medio, si se respeta la dignidad humana en todo momento y si las acciones que se realizan son máximas que pueden ser universalizadas. Si tomamos como base a la escuela Kantiana, el hecho de no permitir el matrimonio gay puede ser considerado incorrecto, ya que no es un mandato categórico universal. Con esto, me refiero a que se podría catalogar como injusto el hecho de que el derecho al matrimonio se le niega a solamente un sector reducido de la población. Si se les restringe la opción de casarse a un grupo de gente con preferencias diversas, generalizando la orientación sexual en cuestiones de gustos, debería hacerse lo mismo con todos los grupos de gente que cuenten con favoritismos hacia ciertas cuestiones; porque todos son personas del mismo valor humano y  por lo tanto el gobierno debería ser ecuánime. (Rachels, pp. 205)

Esta Institución, de igual manera, busca crear una especie de desprecio y desaprobación a las prácticas que se llevaban a cabo en las ciudades de Sodoma y Gomorra, debido a que eran las ciudades de la perdición y perversión de la época antigua.  
“Sodomita es un sinónimo habitual de homosexual. Y en muchas legislaciones se sigue hablando del delito de “sodomía” al referirse a las conductas homosexuales. Desde el lenguaje mismo, y con increíble frecuencia, se alude a los “hechos” ocurridos en las ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra (Génesis 19) para justificar la homofobia y hasta la violencia contra homosexuales y lesbianas.” (López, pp.289)

La Iglesia Católica aprueba e inclusive promueve la homofobia, ésta se excusa usando pasajes de la biblia, Concilios, Inquisiciones, etc., del mismo modo, diversos religiosos (de jerarquías y ordenes variadas) han escrito o dicho discursos en contra de Sodoma y Gomorra, tales como Santo Tomas de Aquino, San Agustín y los  Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, entre otros.  (Mott,2010).

Hoy en día se sabe de la existencia de estas ciudades porque fue documentada en la Biblia, la cual, es uno de los compendios de libros más antiguos de la humanidad, sin embargo, esto no quiere decir que no exista la posibilidad de que estos acontecimientos hayan ocurrido anteriormente (durante el tiempo transcurrido entre el capítulo 1 y 19 del Génesis) y en otras ciudades. Si nos apegamos a la documentación religiosa, la homosexualidad existe desde el comienzo de las sociedades, ya que el Génesis es el primer libro de la Biblia en donde se describe la creación del universo y de la vida en la Tierra. Por lo tanto, la homosexualidad podría ya ser considerada algo común mas la Iglesia lo reprueba en base a que este tipo de relaciones no cumple con el propósito del hombre y la mujer. El principal motivo de la existencia de los sexos es la reproducción y si se sigue este modus vivendus, no se crea más vida, en todo caso solamente su destruye, de forma lenta y pasiva, al impedir la preservación de la especie. En ese caso, esa perspectiva debe llevar a cuestionarnos: ¿también se debe discriminar, agredir física y psicológicamente, negar ciertos derechos, ignorar o juzgar a todos aquellos que por algún impedimento físico, moral o psicológico no pueden procrear y a las personas que deciden conscientemente no tener hijos? La respuesta “correcta” sería no; aunque en algunos casos también se ven desaprobados por la sociedad, es una situación que se observa con menor frecuencia pero, aun así, debería ser erradicada, no es justo discriminar a alguien por las acciones que decide realizar o evitar, ya que cada, quien cuenta con el derecho a ejercer su autonomía, cada ser puede decidir que decisiones tomar y que hacer en las diversas circunstancias.
La Iglesia Católica no se dictamina por sus enseñanzas, no se deja regir por los valores que promueve entre sus seguidores: el respeto, la tolerancia, la paz, la igualdad, entre otros. Para sintetizar, la Iglesia cree que la homosexualidad no es natural; sin embargo, ésta existe en la naturaleza desde que Dios creó a la Tierra, por lo tanto, o la estableció a propósito o tuvo un pequeño descuido. Del mismo modo, es importante resaltar, que la practica de la homosexualidad es muy antigua, de acuerdo a la documentación católica existe desde hace mínimo unos 4000 años, y son estos mismos archivos los que utiliza la Iglesia para causar desprecio  hacia personas con  preferencias sexuales diferentes. Además, ésta institución influye en cuestiones gubernamentales para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo debido a que encuentra este tipo de preferencias como un enfermedad mental o un desorden sexual; también lo prohíbe puesto que no ve en él la lo posibilidad de procrear y por lo tanto no le encuentra finalidad, lo considera un acto en contra de la preservación de la especie humana. Es por todas estas razones que se puede concluir que la honorable institución de la Iglesia Católica atenta en contra de la dignidad humana, puesto que juzga, reprueba y hace diferencia con respecto a las personas con preferencias homosexuales. 

Bibliografía:
Aguiló, A. (2009). Pensamiento abismal, diferenciación sexual desigual y homofobia eclesial. Nómadas, Núm. 23

BBC. (18 de junio de 2009). Todos los animales son homosexuales. Obtenido de BBC Mundo: http://www.bbc.co.uk/mundo/ciencia_tecnologia/2009/06/090618_animales_gay_men.shtml

Gagnon, J. (1990). Preferencia de Género en las Relaciones Eróticas: El Kinsey Scale y los guiones sexuales.  Conerpts de la Orientación Sexual, ed. D. P. McWhirter, S. A. Sanders y J. M. Reinisch.


Gamboa, I. (2006). La constitución de trastornos sexuales en la psiquiatría. Dialogos revista electrónica de historia, vol.7, num 001. 242-290

Mott, L. (2010). Del malo pecado al pecado intrínsecamente malo: la radicalización fundamentalista de la homofobia católica desde los tiempos de la Inquisición hasta Benedicto XVI. Histõria (São Paulo), vol. 29, núm. 1. 4-23.

Rachels, J. (2009). Introducción a la Filosofía Moral.  FCE: México

Vigil, M. L. (2008). Otro Dios es posible. Quito: Silva.





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