lunes, 2 de mayo de 2016

La aceptación de la identidad Muxe

La aceptación de la identidad muxe
María Pamela Cuevas Herrera

Abstract:
Este ensayo analizará la aparente aceptación que tienen los muxes en el pueblo de Juchitán. Desde su rol como sostén económico de los padres en su vejez hasta las fiestas dedicadas exclusivamente a ellos. La identidad muxe se ha convertido en un estandarte en la comunidad trans en México. Son reconocidos desde etapas prehispánicas, pero, ¿son realmente aceptados? 
Keywords: Transgénero, tansexualidad, identidad, muxes, zapoteco, México, ética.

Introducción
Son los muxes en México un ejemplo perfecto de la gran diversidad que se encuentra en el país. Comparados con la alta violencia que vive la comunidad LGBTI en otros lugares, estos se encuentran en un paraíso de aceptación. Son reconocidos dentro de la estructura familiar e incluso se les brinda un rol establecido.

Es difícil saber cuan grande es la población transgénero en México. Sin embargo, en el documental “Mexico’s Third Gender” que realizó Vice en el año 2013, donde se mostraba al pueblo de Juchitán en Oaxaca, los entrevistados aseguraban que, en esta comunidad, en una sola cuadra se pueden encontrar entre diez y quince muxes, “un alma femenina nacida en un cuerpo de varón”(Vice, 2013; García Salord, 2003)

Los muxes en Oaxaca cuentan con el apoyo de su pueblo, son importantes para ellos. Un muxe aporta económicamente a la familia, e incluso puede ser el sostén económico de ésta; es esto parte de lo que le gana un gran respeto de parte de la comunidad. Los muxes fungen como protectores de los padres en su vejez, los cuidan y velan por ellos en sus últimos años. Tener un muxe en la familia es casi deseable, pues permite que los otros hijos desarrollen una vida familiar independiente sin tener que preocuparse por el bienestar de sus padres.

Los muxes son tan aceptados en su comunidad que incluso tienen una fiesta dedicada exclusivamente a ellos. Transgéneros y homosexuales de pueblos cercanos, o de otros estados, o incluso de otros países como Estados Unidos, acuden alegremente a celebrar en una comunidad en la que incluso la iglesia los acepta.

Por supuesto, toda esta aceptación, tolerancia y apoyo se da solamente mientras el muxe no tenga pareja. Siempre y cuando no se sepa que la persona se encuentra en una relación que para ellos sería homosexual, pues a los muxes no se les considera mujeres, la familia, la comunidad y la iglesia los acoge alegremente.

La realidad Muxe
Los muxes son aparentemente muy aceptados en Juchitán. Se les considera parte de la comunidad y de la familia, siempre y cuando no tengan pareja. El rol principal del muxe en la estructura familiar de Juchitán es cuidar de los padres una vez que los otros hijos se casan y crean una familia para sí mismos. Paola López, una de las muxes entrevistadas en el documental dice:

“La vida aquí en Juchitan es un poco divertida y un poco nostálgica. Porque aquí te aceptan como lo que eres, pero no te aceptan que tu tengas pareja. Yo, como hago botana, la gente no me va a querer comprar botana si tengo a una pareja viviendo con él. Ellos lo toman como antihigiénico, en los padres igual. Los padres te aceptan como eres y todo, pero que tengas pareja, y que te venga a buscar a tu casa no te lo van a aceptar, te lo van a prohibir.”

Así pues, el muxe es negado de la oportunidad de desarrollarse plenamente en su vida a cambio de convertirse en pilar de su familia. Kant nos dice que ninguna persona debe ser utilizada como un medio, sino como un fin en sí misma. Losmuxes son personas con deseos y metas que merecen ser cumplidas y superadas, y en esta estructura familiar deben abandonar su propio bienestar, su posibilidad de encontrar una pareja o formar una familia que los acompañe en su vida adulta, a cambio de la aceptación de su pueblo, sus padres y sus hermanos. (Rachels, 2006)

Si un muxe no es discriminado, es porque cumple con un rol tradicional, es el sustento económico familiar y cuida de los miembros dependientes en la familia “él es el que te va a ver (en la vejez)”. (Gomez & Miano, 2006).

A pesar de que el muxe es mal visto si está en una relación, o quizá por esto mismo, cuando un hombre “se va” (abandona a su esposa y a su familia) para estar con un muxe se considera que este solamente lo hace por dinero. Y la mujer incluso puede decir “¡qué bueno! Así somos comadres”. El reconocimiento y al mismo tiempo la desestimación del muxe como persona completa es la confirmación de la sociedad heteronormativa en donde se les considera solamente “porque dios los mandó así” o porque “viene de raza, hay muchos en una sola familia”. (Gómez, 2006; Moran Faudes, 2015)

Ellos nunca son completamente considerados como personas merecedoras de un destino propio, se les tolera pues “dios dice que amemos a todas la personas”; pero también dios manda que la homosexualidad es intolerable. Este pueblo lo soluciona permitiéndoles desarrollarse como ellos lo quieran, siempre y cuando no lleguen a consumar lo que para ellos sería un acto homosexual, pues nunca consideran a los muxes como mujeres. El pueblo zapoteco encuentra el punto medio entre aquello que manda dios como lo bueno, y la realidad. (Rachels, 2006;Vice,2013)

Si lo analizamos, el propio término “Muxe” poco claro en sí mismo, pues no solamente pareciera englobar a los transgénero y transexuales, sino a toda identidad homosexual. Los zapotecas intentan clasificar y ordenar la ambigüedad dándole un nombre propio que la separa y, de cierta forma, limita a ciertos roles. (Soley­Beltran, 2014)

Los muxes no necesariamente suelen recurrir a medios quirúrgicos para “legitimar” su feminidad. Ellos expresan su deseo de abordar a la feminidad desde una perspectiva cultural diferente, mucho más personal y, sobre todo, tradicional. Pero con esto, la relación sexo­género pareciera solo hacerse más fuerte, pues estos son antes considerados como un tercer sexo que como mujeres. (Aguilar, 2015; Vice, 2013)

La identidad femenina zapoteca es muy fuerte, la mujer zapoteca es considerada como “fuerte, valiente, orgullosa, con una alta autoestima y socialmente muy respetada y valorada”, esta se ve obligada a buscar por todos lados cómo sacar adelante a la familia. Sin embargo, quienes han logrado obtener aceptación e incluso un rol establecido, aunque restrictivo, son aquellos nacidos hombres.

La intolerancia y el castigo al lesbianismo y transgenderismo mujer­-a­-hombre es perturbador siendo que aquellos nacidos hombres cuentan con aceptación desde tiempos prehispánicos en la cultura zapoteca. Si bien es por mucho más común que el factor trans se dé de hombre­-a-­mujer (1/100,000) que de mujer­-a-­hombre (1/400,000) uno pensaría que el concepto de alma de una género en un cuerpo del género equivocado sería aceptado para todos; Sin embargo, no lo es. (Mazuelos, 1999; Morán, 2015)

Los muxes aceptan renunciar a ciertas cosas a cambio de aceptación. Si lo pensamos, han aceptado un enfoque muy utilitarista, encontraron el punto en el que se les permite vivir como ellos lo quieren (como mujeres) sin dañar su relación con dios y con su pueblo (cometer un acto homosexual). Así logran un nivel aceptable que felicidad para todas las partes; los padres no pierden a sus hijos, y los hijos no pierden a sus familias. Los muxes son puestos en una posición que les da propósito y hace que los demás los respeten (sostienen económicamente a lospadres en su vejez), pero se les niega la última consumación de su identidad femenina al tener una pareja masculina. (Rachels, 2006; Vice, 2013)

Parte importante de la identidad de los juchitecos son las fiestas, estas se dan todos los días y no son solo parte de la convivencia de la comunidad, si no de sus relaciones con los fuereños. Por supuesto, los muxes tienen su propia fiesta, llamada “La Vela”. Durante ésta, se corona a una reina y se hacen desfiles de embajadoras y princesas. Esta fiesta es costeada por un padrino, pero suele acarrear costos que ascienden a los cientos de miles de pesos para la reina. (Gracía Salord, 2014; Vice 2013)

Los muxes se exhiben en lo que ellos consideran como la cumbre de la aceptación de su pueblo hacia ellos. Pero una vez más, están siendo un medio para un fin. A la entrada del evento cada persona debe comprar un cartón de cerveza con un valor de alrededor de $150. Este evento crea empleos temporales para cientos de hombres, mujeres y muxes, pero la identidad muxe es utilizada como cebo para vender, atrayendo a locales y foráneos en un acto que roza lo cirquezco.(Rachels, 2006; Vice,2013)

Los muxes son uno de los estándares de la vida trans en México, para bien o para mal se encuentran integrados en su comunidad. Son una identidad abundante y conocida. Su fiesta (La Vela) atrae a personas trans de todo el país, e incluso del extranjero.


Conclusión
Juchitán es un paraíso en medio de un país en el que se ataca a la comunidad LGBTI en cuanto se tiene la oportunidad. Si bien los muxes no se encuentran del todo protegidos de los ataques, sí cuentan con una estructura que los provee de una comunidad establecida y de un cierto respeto por parte de quienes los rodean.

Los muxes han aprendido a aceptar lo que se les da, tienen la aceptación de su familia, su pueblo y la iglesia; pero no tienen una familia propia o una pareja estable. Logran estar en un ambiente en el que no se les maltrata por su condición trans, aunque tienen que dedicar sus vidas a trabajar para mantener a otros.

Quizá podríamos tachar al pueblo zapoteca de hipócrita, al decirse tolerante y aceptador de la identidad trans cuando, en realidad, la limita. ¿Realmente aceptan a los muxes cuando no les permiten tener pareja? Es mi opinión que no; la felicidad de las personas muxes nunca es completa, como la misma Paola López lo afirma, su vida es “nostálgica”.

El pueblo zapoteco cuarta la libertad sexual de los muxes y los convierte en medios gracias a los cuales los otros hijos de la familia pueden vivir su propia vida familiar tranquilamente. Los muxes son utilizados a beneficio directo de sus hermanos quienes gracias a ellos no tienen que cuidar de sus padres ni en sus últimos años. La felicidad en la vida de un muxe se encuentra solamente en darse a sí mismo a otros. Los muxes aceptan todo a cambio de no perder a su familia, a cambio de no ser maltratados en otros lugares, a cambio de tener un propósito y un lugar en la sociedad.




Referencias

● Aguilar, J. . (2015, Julio 05). La transexualidad en México. El paradigma desde la patología al derecho humano de modificar la identidad. Revista de Bioética y Derecho, 35, Versión on­line.
● García Salord, Susana; (2003). Reseña de "Hombres, mujeres y muxe ́ en el Istmo de Tehuantepec" de Marinella Borruso. Alteridades, julio­ diciembre, 158­161.
● Gomez, A. & Miano, M. (2006). Dimensiones simbólicas sobre el sistema sexo/género entre los indígenas zapotecas del Istmo de Tehuantepec (México). Gazeta de Antropología, 22, Artículo 23.
● James, R. . (2006). Introducción a la Filosofía Moral. México, DF: James Rachels. (2003). Extraído de: Introducción a la filosofía Moral. Nueva York, NY : The McGraw­Hill Companies, Inc.
● Mazuelos, J.. (1999). Problemas Éticos del Transexualismo. Bioética y Ciencias de la Salud, 3o Num.4, en línea: http://www.bioeticacs.org/iceb/seleccion_temas/sexualidad/PROBLEMAS_E TICOS_DEL_TRANSEXUALISMO.pdf
● Morán Faúndes, José Manuel; (2015). GÉNEROS, TRANSGÉNEROS: HACIA UNA NOCIÓN BIDIMENSIONAL DE LA INJUSTICIA. Andamios. Revista de Investigación Social, Enero­Abril, 257­278.
● Soley­Beltran, Patrícia; (2014). Transexualidad y Transgénero: una perspectiva bioética. Revista de Bioética y Derecho, Enero­Sin mes, 21­39.

Complementarios
● Vice (2013) Mexico’s Third Gender [Video] Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=1Bhp7i7WNcM&feature=youtu.be

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