viernes, 1 de abril de 2011

Ética de las Profesiones: Ingeniería Electrónica Rigoberto Bracamontes Salazar A01134473

La historia de la ética se remonta mieles de años atrás, desde entonces y especialmente en el siglo pasado la ética ha dejado de tomar en cuenta el contexto social. En muchos casos el contexto social importa poco y el peligro de esta situación es que la ética pierde su capacidad de analizar asuntos concretos y se reduce a un conjunto de ideales. Por otro lado es muy importante evitar que el contexto social limite nuestra capacidad para analizar y aplicar la ética desde cualquier perspectiva. Con esto dicho es claro que se debe buscar la forma de aplicar de manera balanceada el contexto social y los fundamentos éticos.

Desde mi experiencia laboral me ha tocado observar estas situaciones en carne propia. Por ejemplo, en la empresa que trabajo existe un código de ética general, sin embargo este código fue diseñado por los directivos de la planta matriz en Estados Unidos. En este código se incluyen los ideales de conducta y valores de la empresa, compromisos y responsabilidades hacia nuestros clientes, sin embargo no se incluyen los aspectos del contexto social que harán que todos los trabajadores de la empresa, distribuidos en mas de 30 países, adopten y apliquen estos ideales a pesar de las diferencias culturales y de realidad social. Otro aspecto que se ha dejado de lado es el empeño de las compañías por cumplir con el código de ética establecido, en el año que llevo trabajando jamás me ha tocado algún evento, aviso o mail en el cual se promueva el conocimiento y aplicación de éste código. Esto solo me hace pensar que, como dice Hortal, “Las normas éticas para las empresas, en muchos casos, responden a las necesidades de una imagen corporativa”. [1]

Un ejemplo del otro extremo, en el que la aplicación de la ética se ve comprometida por el contexto social seria cuando las empresas electrónicas de manufactura llegan a los países en vías de desarrollo con la bandera de mejorar el nivel de vida de la zona, sin embargo si solo se considera el contexto social de la zona y el desarrollo económico que traen este tipo de empresas se pierde la capacidad de la ética de analizar otras cuestiones muy importantes, como la dignidad humana en el trabajo, horarios y salarios justos y el derecho de los trabajadores a decidir lo que es mejor para ellos.

Debido a que el área de la tecnología impacta de gran manera la calidad y el modo de vida de las personas en básicamente todos los aspectos de la vida diaria se hace imprescindible que se exista una serie de normas básicas para regir la practica de los ingenieros.

El siguiente es el código de ética del IEEE (Institute of Electrical and Electronic Engineers) aprobado en agosto de 1990.[2]

Nosotros, los miembros del IEEE, reconociendo la importancia de nuestras tecnologías en la calidad de vida de todo el mundo, y aceptando una obligación personal con nuestra profesión, sus miembros y las comunidades a las que servimos, nos comprometemos a guiarnos de la manera más ética y profesional y acordamos:
1. Aceptar la responsabilidad de tomar decisiones consistentes con la seguridad, salud y bienestar de las personas, y exponer prontamente los factores que pueden dañar a la gente o al entorno;
2. Evitar, siempre que sea posible, conflictos de interés reales o percibidos, y exponerlos a las partes afectadas cuando aquellos existan;
3. ser honestos y realistas en las afirmaciones y estimaciones basadas en los datos disponibles;
4. Rechazar sobornos en todas sus formas;
5. Mejorar la comprensión de la tecnología, su aplicación adecuada y sus posibles consecuencias;
6. Mantener y mejorar nuestra competencia técnica, y aceptar tareas para otros sólo si estamos cualificados por adiestramiento o experiencia, o después de exponer completamente las limitaciones pertinentes;
7. Buscar, aceptar y ofrecer críticas honestas sobre el trabajo técnico, aceptar y corregir errores y reconocer adecuadamente las contribuciones de otros;
8. Tratar equitativamente a todas las personas independientemente de su raza, religión, sexo, capacidades, edad o nación;
9. Evitar dañar a otros, sus propiedades, reputación o puesto de trabajo mediante acción falsa o maliciosa;
10. Ayudar a los/las compañeros/as en su desarrollo profesional y apoyarles en el seguimiento de este código de ética.
De acuerdo a este código, nosotros como ingenieros tenemos una responsabilidad. Por un lado debemos ser responsables de mantenernos informados, actualizados y competentes en las nuevas tecnologías, esto para poder cumplir con el compromiso adquirido con los clientes de proporcionar información actualizada y brindar criticas objetivas. Al mismo tiempo existe un compromiso hacia nuestros colegas para cooperar unos con otros en el desarrollo profesional y ético de cada quien. Por ultimo se tiene una responsabilidad hacia la sociedad en general de proteger en todo momento la salud y bienestar de las personas.

Un punto que me parece fundamental de la lectura de Hortal y con el cual me identifico mucho en mi trabajo consiste en nunca olvidar el objetivo para el cual se ejerce la profesión, como menciona Hortal, hay que buscar los bienes intrínsecos y nunca enfocarse solo en los bienes extrínsecos. Con mucha frecuencia me ha tocado que las personas se enfocan en ganar dinero, reputación, poder y se olvidan de la esencia de su labor. Por ejemplo, la semana pasada llegó un mail de un cliente pidiendo soporte acerca de uno de nuestros productos, sin embargo al momento de dar respuesta nadie quería tomar la responsabilidad por considerar que el tiempo que tardaría en responder esta afectaría los métricos de evaluación de quien lo atendiera y por lo tanto sus bonos anuales se verían afectados. Yo no poda entender esta situación pues al tratarse de un equipo dedicado a dar soporte a clientes esperaría que dar soporte de la mejor manera debería ser la prioridad y sin embargo aquí se demuestra que en muchos casos los bienes extrínsecos, como el dinero, tienen mayor importancia al momento de ejercer una profesión.

Tristemente esta situación no es un caso aislado, se repite no solo en ingenierías electrónicas y eléctricas también en muchas otras profesiones y a pesar de la existencia de los códigos éticos pareciera que no tienen mucho peso en la toma de decisiones de los profesionistas. Ésta es una situación que debe atacarse por el bien de todos, pero ¿Como empezar? Por un lado tenemos la tendencia de las empresas a sacar códigos deontológicos, pero como comenta Hortal, pareciera que estos códigos se enfocan más a cumplir con una imagen corporativa o a mantener y ganar reputación entre lo clientes que a mejorar de manera sustancial el servicio prestado a los clientes. Para mejorar esta situación se requiere de una mayor exigencia por parte de la sociedad pues mientras los clientes, en este caso nosotros como ciudadanos, sigamos conformándonos con escuchar de la existencia de estas normas sin preocuparnos por corroborar si realmente las empresas o profesionistas son congruentes con estos códigos será muy difícil el cambio de empresas enfocadas a bienes extrínsecos en empresas con un fuerte compromiso con los bienes intrínsecos.

Especialmente en la industria electrónica es muy importante comenzar con este cambio. Pues en esta industria tan influenciada por el capitalismo es raro encontrar que los principios propuestos por Hortal se cumplan. Por ejemplo el principio de beneficencia, donde se actúa siempre en beneficio del cliente, o el principio de justicia, donde se distribuyen los recursos de acuerdo a necesidades, no se pueden satisfacer si la maximización de ganancias es la prioridad. Por otro lado el principio de autonomía, donde los clientes tienen el derecho a elegir lo que es mejor para ellos, se encuentra muy limitado pues casi siempre los clientes deben adaptarse a lo que las compañías electrónicas deciden que es lo mejor y el problema es que no siempre los clientes y compañías coinciden. Mi propuesta para esta situación seria que nosotros como profesionistas, que laboramos y dirigimos estas empresas, comencemos a proponer soluciones mas inteligentes y sustentables para satisfacer las demandas. Actualmente se llevan acabo campañas muy interesantes bajo el slogan de “Electrónica Verde”, estas campañas tienen precisamente como objetivo el transformar la electrónica que diseña para el consumo masivo a la electrónica sustentable.

Para lograr que los profesionistas tengan este perfil y se sientan comprometidos con los clientes, la sociedad y con otros profesionistas es necesario fortalecer las instituciones que forman y promueven los códigos deontológicos. Para el caso de los Ingenieros en electrónica existe la IEEE, que se encarga de unificar a profesionistas de todo el mundo para promover el intercambio de conocimientos y la aplicación de los mismos en beneficio de la calidad de vida del mundo. En México existe una sección de esta organización y me gustaría unirme y comprobar desde dentro de la organización los esfuerzos para la formación de profesionistas con perfiles sensibles a las problemáticas que afectan a México.

Referencias:

Augusto Hortal Alonso, “Ética de las Profesiones”
http://www.sc.ehu.es/jiwdocoj/codeieee.htm
http://www.ieee.org.mx/IEEE/IEEE_Seccion_Mexico.html

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