jueves, 7 de abril de 2011

Ética de las profesiones (segunda parte)

Análisis del ejercicio profesional: Diseñador industrial

Jalil Spencer Sandoval

Corporativismo y función social humanizadora

Como ya lo hemos visto en la lectura Ética de las profesiones, en muchas instituciones los términos “corporativismo” y “función social” son completamente diferentes; Nos hacen creer que la aplicación de sus conocimientos tendrá un resultado positivo, y muchas veces esas promesas están fuera de la realidad. Tratan de ganar confianza en las personas mediante el cuidado de su imagen, de sus reconocimientos sociales y del estatus de sus profesionales, pero de que nos sirve todo esto si no se logran conseguir la garantización de los resultados. Esto crea una confusión entre los usuarios.

En lo que a mi profesión se refiere (Diseño industrial), la mayoría de las ocasiones de trabajo si no es que en todas, lo que el cliente te pide es meramente un resultado garantizado, sin importar el procedimiento que vayas a utilizar, y esto lo venimos aprendiendo desde nuestros salones de clase cuando los profesores te dicen “¡hazlo como quieras, pero hazlo!”, y es aquí donde surge el problema de no tener especificadas esas normas deontológicas que nos puedan guiar, no tanto a tener un mejor resultado, pero si un mejor procedimiento; y es entonces donde nosotros profesionales caemos en confusiones. Es por esto que, a mi criterio y como ya las había mencionado en el texto anterior, mis normas deontológicas serían: 1-Crear productos positivos, 2- No preocuparnos solo por el resultado sino también por el proceso, 3- Crear conciencia del cuidado del medioambiente, y 4-Crear una adaptabilidad ser humano-producto. Al cumplir con estas normas de manera profesional y responsable, estaríamos cuidando la imagen de nuestra empresa, brindando un excelente servicio a los clientes y finalmente garantizando buenos resultados.

Principio de beneficencia

En todo momento nosotros desarrollamos nuestras habilidades y prestamos nuestros servicios profesionales para recibir a cambio algo, esto puede ser dinero, poder, estatus, etc., y ninguno de estos términos son malos o “demoniacos” como lo dice la lectura, siempre y cuando se consigan de forma limpia y sin hacer trampas. Hacer bien nos hace bien, esto quiere decir que cuando nosotros ejercemos correctamente nuestra profesión nos autodenominamos buenos profesionales y eso nos trae muchas ventajas; Pero esto sólo se puede lograr si realmente sabemos a quién y para qué sirve el ejercicio de nuestra profesión y que consecuencias trae el que este ejercicio lo hagamos mal. Por lo tanto es mi responsabilidad aplicar todos mis conocimientos y dar lo mejor de mí al cliente esperando que lo que voy a recibir a cambio sea de acuerdo y únicamente a lo que esa aplicación de mis servicios valga, crear bienes intrínsecos profesional-usuario, sin aprovecharme y sin hacer trampas, y siempre estando consiente y responsable de las consecuencias que estas aplicaciones puedan traer consigo.

Principio de autonomía

Este principio nos habla de que el cliente tiene que ser siempre respetado e informado, ya que al ser nosotros los profesionales somos los que poseemos los conocimientos por los cuales ellos acuden a nosotros y no debemos de caer en la infantilización del cliente, por lo tanto es necesario entrar en dialogo con él y siempre tomar en cuenta sus puntos de vista; Es por eso que nosotros como diseñadores industriales estamos capacitados para brindar varias opciones de respuesta a los problemas con los que nos enfrentamos, ya sean diseños, productos, funciones, procesos, etc., y a partir de estas varias opciones que le presentamos al cliente es que se entabla un dialogo para la toma de decisiones, y este dialogo no solo abarca lo que a mí me gusta o lo que al cliente le gusta, sino lo que es más prudente de hacer.

Principio de justicia

Marca prioridades y jerarquiza las posibles opciones que se tengan en cuanto a la resolución de problemas, esta jerarquización se hace en base a que sería lo más justo para todos, por eso es necesario la comunicación entre profesionales y clientes para exponer estas posibles opciones y jerarquización de problemas para de forma consiente se tomen decisiones en cuanto a la elaboración del trabajo.

Existen varias instituciones gubernamentales y autónomas en relación al diseño industrial, las cuales su principal objetivo es hacerse propaganda y crear grupos de profesionales para poder intercambiar trabajos y conocimientos para así ayudarse de forma colectiva, sin embargo estas acciones no van a determinan la manera en que dichos conocimientos sean elaborados, por lo tanto no se tienen reglas ni normas en cuanto a la elaboración de objetos o productos, esto depende de la ética de cada individuo; Y es muy común que por el tipo de desempeño que tenemos los diseñadores industriales, lejos de querer formar parte de una empresa renombrada de diseño, tratemos de crear nuestra propia empresa con nuestro propio nombre. En lo personal no estoy interesado en pertenecer a algún tipo de asociación o institución de diseño industrial ya que no se tienen bases establecidas de lo que estas mismas buscan , sin embargo, me gustaría crear mi propia empresa, con mis propias normas y métodos de producción y comercialización, dichos procesos y resultados basados en normas éticas, son los que algún día darán ese renombre a mi empresa.

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