Daniel Fernando Soltero Andrade

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DISCRIMINACIÓN, UNA PUÑALADA A LA DIGNIDAD HUMANA

Desde el descubrimiento del nuevo mundo, nuestros ancestros se vieron atacados por los Conquistadores, indudablemente el que al llegar vieran a los nativos de América como “salvajes” era un indicio de discriminación, el no saber que al ser una raza diferente se trataba de una misma especie, hacía que les fuera muy fácil que violaran la dignidad de éstas personas, esclavizándolas, humillándolas e incluso asesinándolas. Sin duda, ya pasó mucho tiempo desde que aquellos hechos tomaron lugar, pero lamentablemente aún vivimos en una etapa de la historia en la que no se tiene respeto alguno por los derechos de muchas personas, ya no sólo hablando de nativos, o indígenas, sino que también desde hace mucho tiempo, se ha discriminado también a la mujer y actualmente, desde que comenzaron a explayar sus sentimientos y a confesar su sexualidad, muchos homosexuales se han visto azotados por la sociedad poco tolerante a la diversidad en la que vivimos.

            Es muy difícil poder concebir el hecho de que a la mujer, se le vea como un instrumento del hogar, como muchas veces se le sigue considerando aún, por el tajante machismo en el que sectores sociales todavía se encuentran inmersos. Aunque nos podemos dar cuenta de que estos casos están desapareciendo en algunos sectores de la población, es inconcebible que la discriminación, en nuestros días, siga repercutiendo en la violencia.

            El último eje en el que me basaré, es en la discriminación que están sufriendo los y las homosexuales. Si  ya ha sido bastante difícil para ellos el poder expresar abiertamente que sus preferencias sexuales son distintas, no me parece nada justo que se les esté atacando constantemente por el hecho de no ser heterosexuales. Lamentablemente, se ha llegado hasta actuar hacia ellos con actos demasiado violentos, ya sea física o verbalmente.

            Estamos en el siglo XXI, nuestra sociedad ya ha pasado por bastantes atrocidades, no es posible que sigamos permitiendo que haya personas que sufran a costa de la poca tolerancia y respeto a la dignidad de bárbaros e insensatos.

Una falta de respeto a nuestros ancestros

“Se niega la diversidad cultural presente en nuestra sociedad, generándose conductas etnocéntricas que producen discriminaciones en el curriculum que no incorpora la cultura de los grupos marginados de la sociedad.” (Poblete, 2003, p.56)

            Nuestra cultura, históricamente se ha visto inmerso en una ola de violaciones a la dignidad y a los sentimientos de las personas que biológica, física o ideológicamente están “incorrectos” porque se les considera que son “diferentes”, cuando simplemente no son como las personas con las que nos rodeamos y no tienen por qué adecuarse a un estilo o ritmo de vida al que no pertenecen y ni siquiera pretenden pertenecer, porque simplemente, respetan sus costumbres y sus creencias. Las personas que se consideran “correctas” deben aprender a respetar todo tipo de diferencia y multiculturalidad. Si bien hay seres que idolatran la vida de los europeos cuando visitan países de dicho continente, ¿por qué caen en una horrenda hipocresía con los grupos autóctonos de su país de residencia? Se marginan a las comunidades erróneamente llamadas “indígenas”, porque si nos basamos en la Real Academia Española, la definición “indígena” significa: originario del país del que se trata. Es decir, todos, por el simple hecho de nacer en México somos indígenas. Es por eso, que me tomaré la libertad de criticar y analizar un poco más a fondo la problemática en la que en muchos países se vive, en este caso, me referiré únicamente a lo que se vive en México, en donde me queda claro que las personas están viviendo en una sociedad plagada de las apariencias, y como Rachels menciona a Kant (2007, p. 211), “…los seres humanos tienen un valor intrínseco, es decir, dignidad…” y lamentablemente muchos nos estamos olvidando de ese importante santuario que cada uno de nosotros tenemos.

A pesar de que los indígenas son de una cultura diferente, son personas racionales y es algo que en México no se respeta, a pesar de ser nuestra cultura madre, se les llama con nombre despectivos como nacos o chusma y esto es como si le dijéramos las mismas palabras a nuestra madre, deben respetarse sus diferencias para llevar una sana convivencia y así valorar el pasado que sufrieron estas culturas, esos grupos étnicos que anteriormente fueron civilizaciones, y que forman parte de lo que ahora es nuestra patria, llevamos en nosotros su sangre, y debemos aceptarlo.

No me parece coherente ni congruente de muchas personas que se dicen muy patriotas, muy mexicanos, orgullosos de sus raíces, pero ven a un mexica en una esquina vendiendo sus artesanías y sienten pena, se sienten ofendidos porque están ahí, que dan una “mala imagen” cuando yo creo que el que da una mala imagen es aquél que se siente mexicano, pero no se siente un azteca o mexica, o un maya. A veces queremos sentirnos pseudoespañoles, y no mexicanos, el ser mexicano significa que llevamos sangre mestiza, y no sangre azul como muchos lo creen. (Paz, 1963).

Discriminación a homosexuales

Rachels (2007, p.151) explica que “el utilitarismo se encarga de aceptar o rechazar acciones, de acuerdo a la felicidad causada a los afectados.” Con esto yo me cuestiono, ¿por qué ofender a alguien que busca ser feliz? ¿Por qué atacar por el simple hecho de no ser como tú? ¿De verdad es tan inconcebible el hecho de que dos seres de un mismo sexo puedan estar juntos? Yo creo que ya estamos en una sociedad “madura” respecto a la toma de decisiones, respecto a la información que tenemos al nuestro alcance, entre otras muchas razones por las cuales, el rechazar a un humano que siente atracción por alguien de su mismo sexo, debe ser tratado como un acto mezquino y de injusticia.

            Estamos haciendo algo mal para creer que dos personas que se aman, deben ser privados de su “libertad social” y no poder ejercer sus derechos a la libertad, me parece totalmente inhumano que se satanice a seres que no suelen meterse en la vida de nadie con el afán de ofender, así como hay grupos que están dedicados a querer “desaparecer” a personas que simplemente no nacieron como nosotros, que se les critica de “enfermos”, que tienen “problemas psicológicos” cuando el ser homosexual, no es una enfermedad, es un sentimiento que viene desde el nacimiento, es una orientación. Ahora bien, si queda claro que son humanos como todos nosotros, ¿por qué no aceptarlos como son? Si son seres humanos como nosotros, ¿por qué privarles del derecho a una familia?

El derecho natural, dice que solo puede procrear un hombre con una mujer, por lo tanto los homosexuales no pueden y por consiguiente no pueden tener hijos, es por eso que la adopción de parejas homosexuales no es aceptado en muchos lugares, pero un estudio de la universidad de Melbourne arrojó que los niños adoptados por parejas homosexuales tienen un mejor bienestar físico, mental y social, entonces por qué prohibirle este bienestar a los niños que fueron abandonados, o que perdieron a sus padres solo porque esto no es “algo natural”. Se deben sacar conclusiones y pensar por el desarrollo íntegro de los niños que son adoptados, entonces debería aceptarse la adopción por parte de parejas homosexuales. Si bien dice Alvarado (2004, p.31), ”…la ética del cuidado es la disciplina que se ocupa de las acciones responsables y de las relaciones morales entre las personas…” Entonces, no creo que debería ser tan difícil que dos personas, que tuvieron la madurez y el valor para expresar sus preferencias abiertamente, no puedan tener una familia, incluso me atrevería a decir que hasta pueden educar y sostener a una familia, mucho mejor que muchos matrimonios heterosexuales.

 “En México ha habido un fuerte rechazo a las relaciones homosexuales…” (Lozano, 2009, p. 155). El Consejo Para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (CONAPRED) reveló  que de 2013 hasta marzo de este año ha recibido 224 expedientes de quejas por discriminación a la comunidad homosexual, entre esos el más destacable fue que a una persona le negaron donar sangre por su orientación sexual. Lo que esta persona buscaba era proporcionar una ayuda al donar su sangre, pero eso no es lo más grave de la discriminación, sino que también tienen que soportar insultos, ser llamados “antinaturales” y hasta ser golpeados, dañando así la dignidad que tienen como personas.

            Basta de atentar contra sentimientos, intereses, gustos, preferencias o simplemente descendencia. La sociedad necesita madurar, necesita ver diferente lo que ahora entendemos por una “sociedad normal”, debemos ajustar nuestro chip, debemos respetar a aquél que llamamos “joto”, “marica”, porque estoy seguro que son más maricas muchos de los que se atreven a insultar la valentía y el coraje con el que muchos de ellos viven a diario.

Discriminar a la mujer es sinónimo de cobardía y machismo absurdo.

Cuando se dice que se está discriminando a la mujer, muchas veces se hace caso omiso, incluso, se muestra total indiferencia del tema, cuando todos nosotros estamos rodeados de mujeres, nuestra madre, abuelas, tías, primas, hermanas, amigas, pareja, etc. ¿por qué no respetar y convivir en paz con ese maravilloso ser con el que estamos destinados a compartir la vida? “La palabra humano representa aparentemente a los dos géneros, y debería ser así dado que ambos somos humanos.” (Maier, 1992, p.36). Los hombres estaremos rodeados de ellas siempre, no me cabe en la cabeza por qué se les trata como una especie diferente, o como un ser inferior, en muchos casos como se les llega a ver como esclavas, servidoras domésticas, incluso como objetos sexuales y de placer. Muchas de ellas no fueron las que decidieron ser feministas, fuimos los hombres quienes las orillaron a crear ese pensamiento, quienes hicimos que buscaran una forma de equidad, la cual llamaron “feminismo”, ya lo dijo Rachels (2007, p.254) ”… las mujeres han sido condicionadas por un sistema opresivo para comportarse de manera feministas.”

Dentro de los Derechos Humanos de las Mujeres, dados por el Gobierno del Distrito Federal, están el derecho a la educación, derecho a la salud, derechos sexuales y reproductivos, derecho al trabajo, entre otros, pero quisiera hacer énfasis en el derecho al trabajo, donde dice que no se tratara a las mujeres diferentes por el hecho de ser mujeres, pero aun así existen trabajos en los que despiden a las mujeres por el hecho de estar embarazadas. La CONAPRED reveló que en el sexenio pasado, existieron 318 quejas de mujeres que fueron despedidas por estar embarazadas. Esto debería llamar la atención del gobierno para tomar cartas en el asunto y que les den a las mujeres las herramientas necesarias para hacer valer sus derechos y quien lo desobedezca ser sancionado por el mismo gobierno. Incluso, no se puede ser congruente diciendo que “hay una equidad laboral” cuando el sueldo de las mujeres, es inferior al de los empleados masculinos. Me repugna con la notable incongruencia con la que vivimos, me parece algo increíble que portemos estandartes de libertad y justicia social cuando muchas veces no respetamos ni siquiera al de lado.

Conclusión.

Quiero citar una vez más a Rachels (2007, p230) donde dice que “El gobierno es el encargado de crear y validar las reglas que hacen posible una mejor convivencia”. En donde difieren un poco de lo que dice, porque no debe nacer de una autoridad legal el espíritu de cada ser humano, debe de empezar por ser común por la sociedad aceptar las diferencias, aceptar en el sentido de tolerar la diversidad, de no mirar como desprecio lo que para ti es raro, pero para mi es simplemente diferente.

En el pasado la discriminación a grupos étnicos, homosexuales y hasta a las mujeres era algo muy frecuente lo que hacía que en la sociedad hubiera desacuerdos y una convivencia poco agradable, ya que había insultos, desigualdad, marchas violentas y hasta muertes. Fue por eso que el los gobiernos crearon los derechos humanos en los que entran todas las personas, pero además se crearon diversas campañas sociales que impulsan el cuidado de estos grupos, así como programas sociales que lograron que las personas reflexionaran y entendieran que todos tenemos el mismo valor.

Que importante es entender que a quiénes llamamos “indígenas” son nuestro pasado, es crucial entender que no todos ellos quieren vivir apartados, viviendo en una “vitrina”, ellos muchas veces quieren ser parte de nuestra sociedad, compartir con nosotros costumbres, creencias, cultura. Es importante reconocer que todos somos diferentes, que si a mí me gusta una mujer porque soy heterosexual, puedo tener un amigo a quien le gustan los hombres, o una amiga que le gustan las mujeres, y no por el hecho de que sean diferentes tengo que juzgarlas, al contrario, tengo la idea de que lo que es diferente debe ser admirado, porque lo diferente muchas veces puede ser extraordinario. Así como aquél extraordinario ser que llamamos mujer, me causa conflicto el pensar que aún existen “machos” que se sienten “poderosos” porque controlan a su mujer, repito “a su mujer”, no es su mujer, es la mujer, la compañera, la madre, la hermana, un ser humano más, que forma parte de nuestra vida, y que seguirá formando parte de la historia.

Cuando las personas puedan comprender que existe la diversidad y que jamás dejará de existir, podremos vivir en una sociedad plagada de respeto y de derechos inquebrantables, en el que el gobierno no tendrá que imponer leyes simplemente para respetar al prójimo, una sociedad multicultural y en la que sea totalmente normal ver y aceptar un ente que pueda ser “diferente”.

                                                                                  

              

Referencias.

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Complementarias

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