martes, 25 de noviembre de 2014

Ser o no ser un teletubbie


Ser o no ser un teletubbie

Introducción
En mi ensayo presento varios dilemas éticos que traerían el ser un teletubbie en varios modelos de universos, utópicos y realistas. También presento argumentos para señalar que los teletubbies son seres de esencia pura después de un análisis y comparación con otros personajes que son “dignos” como para seguir su comportamiento. 

Entiendo la rareza del tema, pero fue escrito de tal forma que al cambiar la palabra teletubbie por el de un personaje histórico o mesías de algunas creencias o historias ficticias, se pueda hacer un análisis de su comportamiento estricto, que al final lo llevaran a una posición de sabiduría y benevolencia máxima (en una escala de seres superiores). Pero siempre manejando la dualidad de ser estrictamente moral en realidades donde el caos existe.
El ensayo abarca muchos temas que fueron vistos en el curso, incluso algunos que no fueron mencionados formalmente como es el caso de Rousseau y algunos puntos de seres que nacen con una naturaleza buena pero se corrompen conforme van viviendo. 

Palabras clave
Teletubbie, esencia, pura, benevolencia, moralmente, ética, autonomía, Rousseau, mesías 


Las personas en la actualidad tienen guías morales como en los antiguos tiempos de Aristóteles y Sócrates. Algunos posiblemente son religiosos como Jesús, Buda o Alá, otros más de obras como Aquiles, Hércules, Goku o famosos como Chuck Norris, Chagdud Tulku Rinpoche o Gandhi. ¿Son estos ejemplos fidedignos? ¿Deberíamos de tomar ejemplos más factibles y puros de esencia como ángeles? o incluso más puros que ellos, ya que es conocido incluso por las mismas historias que los afirman que son corruptibles. Algo que siempre sea moral en su comunidad y correcto en esencia desde el momento de su existencia.
Es posible que nunca sea mencionado como ejemplo moral un teletubbie, principalmente por su necesaria demostración del motivo de su esencia siempre pura.
Los teletubbies son un ejemplo de vida, ejemplos para los seres humanos como seres racionales; los teletubbies son seres cuya naturaleza benévola nunca se marchita ante la sociedad, ya que su universo ha evolucionado de tal forma que sea incorruptible (Rendon, Jorge, 2009).O en su opuesto, los seres tienen como verdadero comportamiento axiomático el contrato social, nacido con él, no aprendido. Todos los seres racionales que viven en el mundo de los teletubbies tienen este comportamiento, ellos mismos han evolucionado su universo para que siga desarrollando el único comportamiento existente; el correcto (García, Roberto, 2005).
La persona que se convierta en el quinto teletubbie necesita adquirir el comportamiento estricto de un teletubbie, pero su temperamento es adquirido por la simple naturaleza del teletubbie, nace con él, su universo le permite y exige ese comportamiento desde su existencia en ese plano. Aquel que sea convertido en teletubbie debió de haber siempre tenido un comportamiento de teletubbie, ya que el hecho por definición de haberlo adquirido significa que existió un lugar en el tiempo en el que el sujeto no lo poseía (Rendon, Jorge, 2009).La persona que se convirtió en teletubbie siempre lo fue en comportamiento pero no en forma, por lo que el comportamiento antes y después de la transformación es idéntico.
Los teletubbies nacen con una naturaleza incorruptible, solamente puede transformarse en uno aquel cuyo comportamiento hubiera sido guiado previamente por la misma naturaleza benévola (García, Roberto, 2005).
Esto en parte significa un problema en el otro extremo, qué modelo moral seguir, mientras que los otros son corruptibles los teletubbies no, es decir, no existe ni la idea vaga o un concepto efímero de algo antimoral. Por lo que por consecuencia no es aplicable tratar de ser un teletubbie en nuestro mundo actual, es decir: Podemos imaginar un caso en el que una persona entre a un banco y atente con quitarse la vida a menos que le den dinero. El comportamiento de respuesta de las personas serán muy diferentes, mientras que algunos con cualidades físicas tratarán de desarmar al sujeto antes de causarse daño, otros lo alentaran y no le darán el dinero a pesar que en el código moral “universal” se acuerda el valor invaluable de la vida humana. Si la persona amenazara a otra persona (quitarle la vida a ella), las reacciones cambiarían, pero el código de respuesta de un teletubbie siempre seria el mismo, ninguno.
El ser o no ser un teletubbie es un dilema teórico, que cuando se lleva a la práctica, y fundamentalmente a nuestro plano, se vuelve un falso dilema debido al contexto social junto con todos los problemas que lo derivan, por lo que el seguir un comportamiento idóneo en un plano no utópico no es posible, ni siquiera para el desarrollo del plano moral en esencia.
Para poderse comportar en la práctica como un teletubbie (suponiendo que no es tan estricto lo estipulado anteriormente y cualquiera puede de convertirse en un teletubbie), puede existir un caso donde la sociedad se vuelva una conglomeración de teletubbies que viven para sí mismo y para el otro, proponiendo una forma de esparcimiento de ideas donde uno seguirá al ser más moral que reconozca y análogamente tras varias series, todos actuaran pero no serán teletubbies (Olivares, Marta 2013).
También podemos manejar un comportamiento de teletubbies más realista donde no son seres puros de esencia y acto desde un principio, podemos asumir el caso qué dice que los teletubbies son seres racionales con desarrollo moral y social. En este caso es posible extrapolar esta “versión” de teletubbie para poder ser aplicado en nuestro no utópico plano.
Entonces, en un universo que no delimita las acciones y que es posible su destrucción mediante la evolución e interacción de sus seres, entonces los teletubbies tienen como deber el conservar el universo y el orden mediante las leyes y comportamientos que son generados con sus mismas acciones. Que consecuentemente pueden ser  heredadas y aprendidas por cada uno de sus seres, aunque por definición se crearía un momento donde los teletubbies no tienen un comportamiento puro de esencia, es posible debido a que el universo no lo necesitaba en todo momento para existir, pero entonces se supone un caso donde puede existir algo malo (por que no era bueno desde un principio), permitiéndole al mismo universo y a sus seres el desarrollo moral a partir del establecimiento de un código moral implícito, justo y necesario, pero sobretodo universal para todo aquel que quiera ser un teletubbie (Rendon, Jorge, 2009)
Los deberes de un teletubbie en su totalidad no son universales e independientes de la situación. La característica universal que comparten es el fin, pero por axioma, podemos llegar a la conclusión que sea cual sea el deber siempre se tiene el mismo fin, por lo que el fin ni la acción importan al final del acto. Por lo tanto los teletubbies siempre consiguen su meta final y lo único dependiente seria la meta, entonces sería necesario preguntarle al universo (o al instinto del teletubbie) qué es lo que debe de hacer (García, Roberto, 2005).El vivir en el universo de los teletubbies implica el seguir el orden de ese universo, de forma estricta; un comportamiento axiomático irrompible que ayude a mantener este mismo orden sin considerar otras alternativas por encima de ésta. Esto es el comportamiento y el deber de un teletubbie, comportarse de tal forma que sea un ejemplo para sus similares y a su vez mantenga el equilibrio en su universo que no sea quebrantado hasta el momento (García, Roberto, 2005).
Por lo tanto, la moral siempre en (muchos de los) el universo de los teletubbies se encuentra dirigida y conservada por los teletubbies en esencia. Además, la ejemplificación posiblemente más clara es la de los experimentos de cerebros sociales, o al menos en el caso de los teletubbies, sería un cerebro social propuesto por ellos mismos; un estándar que los gobernada, más en derechos que en obligaciones, pero siempre con beneficios distribuidos siempre y cuando exista cooperación entre ellos con otros seres (Montiel & Martínez, 2011).
Pero considerando previamente que el comportamiento de los teletubbies es en su esencia bondad y que se asemeja con la del mismo universo, entonces todas las acciones del teletubbie le llevan a mantener el orden y a propagar su misma esencia con sus similares (García, Roberto, 2005) Aunque no lo parezca, los teletubbies viven en una autonomía donde respetan a sus similares y así mismos, ya que si los deberes y el comportamiento único considerado como adecuado siguen las mismas leyes y se exige lo mismo, entonces la única forma de comportarse es la adecuada, pero a su vez no tiene límites de qué hacer.
Aquel que quiera ser el quinto teletubbie no vivirá en una libertad absoluta, ya que deberá de hacer valer su puesto y hacer lo que hace en esencia un teletubbie, pero una de las ventajas que puede presentarse es el crear una conciencia colectiva a partir del desarrollo individual, no necesitaría de instituciones ni las reglas de éstas y se hará todo como lo sugirió Robert Pippin; cada uno de los seres que se conviertan o sigan a los teletubbies podrán definir lo que es correcto y los mismos deberes incuestionables (cuya definición no existe en el plano utópico de los teletubbies) que hará la sociedad (Rendon, Jorge, 2009).
Por otro lado, es importante señalar las desventajas que representa ser un teletubbie en nuestro universo, como es la necesidad de formar parte de una sociedad con otra ideología que rechazaría la ideología del teletubbie y posiblemente se aprovecharían de él (Rachels, 2005) pero que a su vez seria alabado como un ser justo, un ser que siempre sigue las normas y como ente de cambio y progreso para todos los que conviven con él, hasta el punto de tener seguidores y multiplicar los practicantes de la ideología del teletubbie en un universo que no está preparado para este tipo de comportamientos, el tratar de hacer un cambio en una sociedad que simplemente rechazaría al teletubbie por soñador.
Pero a pesar de las dificultades que tendrá que vivir, junto con las posibles adaptaciones que tenga éste quinto individuo que tolerar y a su vez, aprender de ellas y evolucionar para quedar impune a pesar del trato, se convertirá en un ser que la sociedad difícilmente pasará por alto.
Conclusiones:
No somos seres perfectos (no estamos cerca de ser teletubbies, esto no significa que ellos lo sean), pero nuestra capacidad de adaptarnos al universo caótico que tenemos nos permite sobrevivir, la tendencia a evitar el caos en lo mayor posible nos permite mantener el orden social, si viviéramos en un universo donde no existen crímenes ni algo cuya definición sea malvado, esta capacidad se erradicaría con el paso del tiempo y de ser así; se eliminaría de la historia para siempre.
El ser un ente perfecto en un universo no utópico no es muy viable, debemos de adaptarnos al universo donde existimos, tenemos muchas desventajas si una única persona actúa como un teletubbie, a menos que más personas sigan su ejemplo y empiecen a actuar más como él, análogamente se llenaría el mundo de puros teletubbies, por lo que cambiarían el mundo para hacer nuestro universo más utópico.
Sería más fácil convertir a personas en teletubbies con algún aparato especial, pero como no es posible, una solución sería “sembrar” teletubbies en el mundo, esperando un futuro esparcimiento por el mundo.
Este ensayo me dejo mucho, cada vez que lo leía o lo comentaba con compañeros de la escuela veía el ensayo desde otro punto de vista. Además, me divertí mucho escribiendo este texto,  en ocasiones lo leía en voz alta, me parece muy divertido que algo tan “tonto” haya sido escrito “seriamente”. Tuve varios problemas para explicarles el universo de los teletubbies a varias personas, por lo que usé una referencia a la película “La invención de la mentira” donde les decía que el universo de los teletubbies es más extremo, ya que no sólo no existen  mentiras, tampoco existen robos, ni asesinatos, ni ningún otro delito o algo que sea visto como algo malvado.
Bibliografía:
Rachels, J. (2006). Introducción a la Filosofía Moral. México. Progreso
Montiel, A. &  Martínez,  J. (Septiembre, 2011). En busca del origen evolutivo de la moralidad: el cerebro social y la empatía. Fil, 14(28). Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1665-13242012000200002&lng=es&nrm=iso

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