miércoles, 26 de noviembre de 2014

Televisión para jodidos


TELEVISIÓN PARA JODIDOS por Alam Gómez Canales

“Nosotros estamos en el negocio del entretenimiento y de la información, y podemos educar, pero fundamentalmente entretener. México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil.”
-       Azcarraga, E. (1993).


Introducción

En México existe un gran problema que no podemos ignorar y es la Televisión abierta, esta es el medio de difusión mas grande del país, la mayoría de la información, entretenimiento y cultura que tenemos provienen de este medio, la gente quiere estar informada y para muchos, la televisión es el único medio, el problema reside en que el medio esta semi-monopolizado, en México solo existen 2 Televisoras abiertas que transmitan a nivel nacional, Televisa y Tv Azteca, por lo tanto no queda mucho de donde escoger. Nadie se quejaría, si los contenidos fueran de propositivos, vanguardistas y de buena calidad, pero la realidad es otra, cada vez vemos más programas basura, con guiones mediocres y repetitivos, además de pésimas actuaciones, que resultan creando en la sociedad un estancamiento intelectual, esto tiene varios problemas éticos que desarrollare a continuación. Además por esta situación estas empresas se vuelven poderosas y tienen en sus manos la decisión de que es lo que el pueblo tiene que pensar, como tiene que actuar, en que tiene que creer y por quien tiene que votar.

Desarrollo
¿Pero porqué solo el hecho de ser un monopolio es tan malo? Cortina, A. (2002) en “Por una ética del consumo” plantea la definición de consumidor soberano en una sociedad de consumo como la nuestra, como aquel que toma la decisión de lo que consume de manera racional y perfectamente informado de las alternativas y consecuencias de decisión de consumo, por lo que debe de haber una libre competencia para que exista una elección verdadera de un producto sobre otro. Cuando se crea un monopolio del producto el consumidor soberano deja de existir, porque no tiene de donde escoger y como consumidor tiene la necesidad de satisfacer esta área, por lo que se ve obligado a votar por la única opción.
Claramente en México no existe un consumidor soberano en muchas áreas, pero hablando específicamente de la televisión, E. Azcárraga dijo en 1993 que el consumidor en realidad si tiene opciones, puede escoger entre prender el televisor y entre no hacerlo, por lo tanto están en toda su libertad, pero este arrogante argumento que en principio puede parecer para a algunos fuerte, carece de sentido, haciendo una analogía, es como si toda la comida que nos ofreciera el mercado estuviera caduca y nos dieran la opción de entre comer eso y no comer, sabemos que si no comemos podemos morir de inanición pero si lo comemos podemos morir de una enfermedad, ambas opciones son malas y atentan contra el articulo 25 de la declaración universal de los derechos humanos que habla sobre el derecho a un nivel de vida adecuado incluyendo alimentación y salud; otra analogía puede encontrarse en las elecciones presidenciales de un país hipotético en el cual el gobierno se escude bajo el argumento de que son democracia porque el pueblo puede votar libremente por su presidente, pero que en realidad solo exista un único partido con un único candidato o que las únicas opciones posibles sean de este mismo partido o con las mismas propuestas e ideología, la gente se vería en la forzada obligación de votar por alguien con el que no están de acuerdo o en dado caso anular su voto, pero esto violaría el articulo 21 de los derechos humanos que habla  sobre el voto y los representantes libremente escogidos. En este caso las opciones del televidente serían o ver mal contenido que lo desinforme, que le haga creer en una falsa realidad y enajene su mente con contenido que requiera nulos procesos racionales o aburrirse, desconectarse del mundo, abandonar su parte en la vida cultural de la comunidad y no disfrutar de las artes, que de cierta forma vendría violando los derechos humanos en el articulo 27 que dice que toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes…
Si bien es cierto que existen otras opciones como los teatros, los libros, conciertos, museos o incluso el internet, pero ninguno es de tan fácil acceso, tan constante, ni tan para un público general como la televisión y es inútil ignorar la importancia de esta como medio de difusión cultural; de acuerdo a encuestas de CONACULTA en 2010 el 90% de la población ve la televisión y de estos el 75% ve 2 horas o mas de televisión diaria y lo mas visto son los noticieros (23%) y telenovelas (21%). Y un 32% no usa internet.
Por lo tanto es importante que exista una plena libertad de competencia televisiva, para que exista diversidad de opciones de “acceso gratuito”, porque como dije antes, ésta es la televisión que tiene mayor injerencia en el pueblo, ya que las otras no son de tan fácil acceso. También una solución sería que aunque siendo monopolio, ofrezca contenido de buena calidad, pero esto está muy alejado de la realidad, puesto que cuando las opciones son pocas y casi no hay competencia, la calidad en la mayoría de las ocasiones, a falta de un buen referente a superar tiende a bajar la calidad porque no se ve en la necesidad de perfeccionarse, como un atleta que no tiene competencia pero igual en la meta le darán su medalla y ponerle a de competencia a alguien con solo una pierna tampoco es una opción.
Dejando claro el punto, es preferible para la satisfacción y el bienestar de los ciudadanos un modelo en el que exista un consumidor soberano a uno de una dictadura del productor. Porque cuando el consumidor no tiene más opciones y se ve obligado por sus necesidades a consumir lo único que tiene al alcance, se viola su autonomía y libertad.
Pero ya dejando de existir el monopolio, ¿en realidad las televisoras tienen la responsabilidad moral de ofrecer contenido de calidad?. Si bien ya hemos visto por la experiencia, teniendo en cuanta que existe TV Azteca, que un duopolio tampoco es garantía de que la calidad mejore, entonces como podemos reprender a las difusoras con argumentos éticos de que no es correcto dar contenido mediocre. Podemos refugiarnos bajo el imperativo categórico de Kant que como se cita en Rachels, J. (2007).  dice “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal” (p.192). Por lo tanto no sería moral ofrecer un producto del cual estas consiente de sus deficiencias y que tú mismo no  estarías dispuesto a consumir. Entonces la forma correcta de ofrecer algo bajo este principio tendría que seguir un proceso de reflexión en el que analices si tú como individuo estás dispuesto a consumirlo y también si estás dispuesto a aceptar que tus amigos o familia lo hagan, si después de la reflexión tu producto es aprobado entonces lo puedes ofrecer a toda la sociedad, pero si no estas dispuesto a consumirlo tu y los tuyos, entonces para nada deberías exponerlo al mercado, porque además el imperativo categórico es universal y requiere poner a todo individuo en el mismo nivel de dignidad ya sean ricos, pobres o clase media.
También podemos verlo desde un punto de vista utilitarista, en el que se aprueba o desaprueba cualquier acción, según la tendencia que tenga para aumentar o disminuir la felicidad de las partes de cuyo interés se trata (Rachels, 2007, p. 148). Por lo tanto cualquier acción es mejor si produce mayor bienestar frente otra y se debe velar por el mayor bien común como se este en las manos de cada quien. Y la Televisión como uno de los medios de comunicación más importantes y de mayor repercusión en el país, tiene intrínsecamente una muy alta responsabilidad, puesto que mucha de la información que aquí se dice es la que la mayoría de el pueblo va a aceptar y las cosas que te van a vender son las que la gente va a comprar. Entonces es lógico deducir que al tener un importante papel como vehículos de información entre la sociedad y el Estado, la responsabilidad social de lograr una buena calidad de vida mediática se vuelve también de gran importancia y para lograr esto los esfuerzos para generar contenido adecuado, deberían de aumentar, según Villanueva. E (2000). “el sentido teleológico de los medios electrónicos debe consistir en un servicio público dirigido a enriquecer la calidad de vida mediática de todos, brindar información de interés público con veracidad e imparcialidad, y ofrecer variedad de programas de cultura, educación y entretenimiento susceptibles de interesar a la sociedad en su conjunto regidos por normas éticas”(p.10).
Pero nos encontramos con que Televisano solo no genera buen contenido, si no que al aprecer no lo hace de forma voluntaria, pareciera que tiene un punto de vista egocentrico que se define como aquel que “No considera los intereses de otros o considera que son distintos a los de él… Las acciones se consideran físicamente más que en términos de los intereses psicológicos de los demás”                                                                                              (Pérez, 1996, pp.77-78.)  y esto los ubica inmediatamente en el primer nivel y más bajo de desarrollo moral de Kohlberg que divide a los tipos de razonamiento en niveles dependiendo de la calidad de juicio moral de cada quien. Se encuentran aquí porque todos los demás niveles consideran los intereses del prójimo y generan una empatía con ellos, por lo tanto para poder considerar que exista un juicio Moral de nivel II, debe  existir una necesidad de aceptación social, tener buenos motivos y mostrar interés por los demás en relación de respeto, pero al parecer las televisoras obstinadamente se quedan en el primer nivel, no tienen buenos motivos y no son imparcial en su preocupación por el prójimo ni en la utilidad general y por eso no pueden subir al segundo ni al tercer nivel de juicio moral.
Por lo tanto una de las soluciones a esta problemática es eliminar el duopolio y que el gobierno haga mas concesiones para televisión abierta que transmita a nivel nacional, para que pueda existir una sana competencia y por lo tanto un mayor estado de calidad, la otra solución para lograr contenido adecuado para la población es de tener reglas adecuadas a las cuales poder apegarse, todas escritas en un código deontológico el cual deberá cumplirse estrictamente, Según Muchos países Villanueva, muchos países de primer mundo y otros tienen códigos de regulación de contenido para las televisoras pero desgraciadamente en México no existe uno como tal. Mejia, F.(2014) Menciona que televisa tiene un código de ética en el que nos dice que su misión es  “satisfacer las necesidades de entretenimiento e información de nuestras audiencias, cumpliendo a la vez con nuestras exigencias de rentabilidad a través de los más altos estándares mundiales de calidad, creatividad y responsabilidad social” pero jamás especifica sus compromisos en materia de contenidos. Por su parte Azteca si tiene un código que referencia a sus contenidos, pero no los cumple y para que un código ético tenga valor o significado, debe cumplirse.

Reflexión final
La televisión en México se encuentra bajo serios problemas éticos que deben de ser solucionados con el propósito de ayudar a la sociedad, mientras no se haga nada al respecto, le pueblo va a seguir sumergido en la desinformación y seguirá experimentando un retroceso intelectual, tal vez no se logre que las televisoras actuales comiencen a seguir códigos éticos, pero el abrir muchas mas concesiones de televisión abierta nacional es algo que imperativamente se debe de hacer.


Referencias

            Básicas

è Cortina, A. (2002). Por una Ética del Consumo. La ciudadanía del consumidor en un mundo global (1ra Ed). España: Santillana.

è Pérez, C. (1996). Las normas en el curriculum escolar. Editorial EOS, Madrid.

è Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.

è Villanueva, E. (2000). Ética de la radio y la televisión: reglas para una calidad de vida mediática (1ra Ed). Universidad Iberoamericana.

è CONACULTA (2010). Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales

Complementarias

è Monsivais, C. (2000). Lo entretenido y lo aburrido (La televisión y las tablas de la ley). Asociacion Centro de Estudios y Cooperacion Para America Latina.

è Mejía, F. (2014). La ética en Televisa y Azteca 2014. Milenio


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