martes, 25 de noviembre de 2014

Ética de la empresa y responsabilidad social empresarial

Israel Escobar Partida

Tema: Ética de la empresa y responsabilidad social empresarial.

Introducción
            Las empresas de hoy en día se enfrentan a nuevos retos, como ser socialmente responsables, ser “verdes”, protectoras de los animales, generosas con sus empleados, aparte de sus tradicionales obligaciones de producir bienes y servicios a la comunidad. Como consumidores ya somos parte importante al influir en ellas, tratamos de exigir que la mayor parte de las tareas mencionadas sean cumplidas, aunque muchas veces nos es imposible saber si las llevan a cabo. Por otra parte como empresarios y dirigentes de las empresas no es algo fácil de realizar. Vivimos en un mundo capitalista, de libre competencia, de oferta y demanda, mejores precios, más beneficios, mayores utilidades, salud para la compañía son algunos de los factores que hacen tan complicado hacer siempre lo correcto al tomar decisiones importantes en la dirección.
Lo que busco es concientizar al lector sobre las diferentes posturas, las dos caras de la moneda, mediante casos que lo hagan reflexionar sobre las injusticias, maltratos, prácticas desleales de comercio que se hacen con el objetivo de maximizar beneficios para unos cuantos.
Palabras clave:
Responsabilidad social, ética empresarial, responsabilidad moral, justicia laboral, derechos trabajadores.

Contenido:
Las empresas actuales  deben ser socialmente responsables, los empresarios y administradores deben ejercer con honestidad, justicia y responsabilidad a los objetivos económicos, morales y sociales de éstas. Dentro del contexto capitalista, que mencioné, se origina el problema ya que implica en la mayoría de los casos la reducción de las utilidades, pero es fundamental más que nunca, que no solo se vea por los intereses propios a corto plazo, sino que se busque el beneficio de la sociedad en general y el respeto a las personas y su medio ambiente. (Moreno, 2009)
Para concretarlo más pondré el ejemplo de un empresario mexicano que se dedica a la comercialización de trapeadores en el país, al ver que la competencia está bajando sus precios se ve tentado a importar de China, en vez de comprar en la industria nacional, pero ahí no es realmente donde se encuentra el gran problema, al ir a esta potencia industrial y analizar varias opciones se da cuenta que puede encontrar trapeadores en una tienda A a un precio increíblemente bajo, pero que sus empleados trabajan hasta quince horas por día, en espacios muy reducidos, el lugar no parece muy higiénico ni decente para que puedan trabajar con comodidad, había un par de niños como empleados, en resumen pésimas condiciones laborales. Mientras que en la tienda B los precios que le dan son un poco más altos, pero los empleados tienen mejores áreas de trabajo, lucían más contentos en general, con salarios un poco mejores en comparación.
El problema ético se plantea al decidir qué fábrica debe escoger como proveedor, si escoge a la primera conseguirá mejores precios, por lo tanto mayores márgenes de utilidad y probablemente más participación en el mercado; claro, todo a costa de  pésimas condiciones laborales a los empleados de esa fábrica y al atropello de sus derechos laborales. Pero si decide comprar al otro productor no tendrá un precio tan competitivo, perderá mercado y corre el riesgo de que su competencia contacte al industrial injusto y se aproveche de estos precios bajos para incrementar su participación en el mercado, pero el empresario mexicano por su parte respetaría las condiciones justas de trabajos y sus derechos.
La pregunta es bastante complicada de responder, porque la competencia en estos días es tan feroz, que si el empresario mexicano no acepta el primer trato alguien más tarde lo hará, y lo que es peor puede dejar al empresario honrado en la quiebra, con lo que sus vendedores y demás empleados quedarían desempleados, tal vez esta decisión afectaría a más personas, que si decide la opción de malas condiciones a los empleados de la fábrica, ahí es donde es necesario analizar éticamente cual sería la mejor opción. Para este tipo de casos desde una perspectiva kantiana, se debería seguir la premisa de “Obra sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”, si todo los empresarios siguieran tal principio a la hora a la hora de buscar proveedor, en este caso específico, no tendrían que preocuparse por una competencia desleal y se acabaría este tipo de tratos inhumanos. La cuestión es que por naturaleza tendemos a actuar de manera egoísta porque sabemos que existe la posibilidad que otro actúe de la misma forma y nos lleve a terminar peor, por eso acabamos accediendo a estos tratos, “necesitamos negociar como llegar a la moral. Podemos hacerlo si logramos establecer suficientes sanciones para asegurar que, si respetamos los intereses de otras personas, ellos también respetarán los nuestros” (Rachels, 2013, 237)
Desde una postura kantiana y personal, estoy de acuerdo en que las empresas y sus respectivos líderes deben cooperar y aceptar las regulaciones como máxima universal, siguiendo la premisa: “Trata a las personas siempre como un fin y nunca como un medio” (Rachels, 2013, 211) Los principios universales deben estar por encima de cualquier beneficio del tipo que sea, se debe respetar a diginidad de los trabajadores y los involucrados, preocuparse por su bienestar y su felicidad dejando a de lado el egoísmo.
Una postura que se opone a estos principios éticos en los negocios es la de M. Friedman quien dice que todo se reduce al aumento de los beneficios, la empresa él la concibe como un conjunto de recursos materiales y humanos para que de forma eficiente, logre la producción y distribución de bienes y servicios demandados por la sociedad. Y que no se puede esperar otro tipo de responsabilidad. (González, 2005) El único propósito de las organizaciones de lucro debe  ser producir bienes y servicios, generar empleo y maximizar las utilidades. Una manera de pensar utilitarista, donde se busca conseguir la mayor felicidad, ahí es donde radica el problema, se deja a un lado el tema de la sustentabilidad y solo se ve por los resultados y acciones a corto plazo. Si tomamos esta postura para el caso del empresario, se escogería la opción de la explotación, de los mayores márgenes de utilidad, justificando que se producirían y distribuirían trapeadores a menor costo para que sea más fácil que todas las familias mexicanas cuenten con esta herramienta de limpieza en sus hogares y que además le daría estabilidad y seguridad a la comercializadora y sus empleados.
Si vemos el problema desde el nivel de desarrollo más alto, el postconvencional, la decisión sería diferente, puesto que “este nivel se caracteriza por ir más allá de los intereses grupales o individuales para incluir el universo de intereses comunes de la humanidad” (Kohlberg, 1958) las acciones en ese nivel se llevan a cabo no por interés propio, si no que va más allá, ve por el bien de los intereses comunes de la sociedad, analiza principios éticos universales para regir sus decisiones, por lo que sería imposible aceptar para un profesionista con esta ética aceptar un trato donde se infrinjan los derechos de los trabajadores por su beneficio propio.
El problema realmente tiene su origen en las malas regulaciones chinas hacia sus fábricas, que representan la mayor parte de su economía. Estas reglas son necesarias porque sin legislación ni verificación externa no hay cómo ni quién pueda garantizar la conducta ética y sostenible de la empresa. (Bhatia, 2013) Existe el riesgo de que las empresas usen la RSC solamente como una estrategia de publicidad. Se pone en riesgo el desarrollo sostenible sin la obligatoriedad, implicando impactos en la sociedad que pueden llegar a ser dañinos, a nuestra salud, a nuestros valores. (Argandoña, 2009)
Otro problema distinto consiste en que los costos de responsabilidad social recaen desproporcionadamente sobre las empresas pequeñas, lo que las pone en gran desventaja, propiciando además que se generen los monopolios o se fortalezcan aún más. Las grandes empresas pueden darse este lujo de conseguir certificaciones de “Fairtrade”, “ESR”, certificación verde, entre otras. En cambio, para las empresas pequeñas representa una limitación, un lujo que no siempre económicamente pueden afrontar, ya que implica tiempo para supervisar los intercambios y puede implicar la contratación de personal extra que la empresa puede no ser capaz de pagar. Lo que limita su crecimiento y su actividad económica, perjudicando a la economía en general. (Kielmas, 2012) Si las empresas pequeñas y medianas se ven afectadas la competencia bajará y tendremos productos de menor calidad por el mismo o mayor precio.
Pero a fin de cuentas de los retos que plantea ser una ESR, la responsabilidad social empresarial es una manera de ayudar la realidad de que el sistema económico no garantiza la óptima redistribución de los recursos sociales. Y que remedia  parcialmente los problemas que las empresas ocasionan a la sociedad. (Sendotu, 2013) Las donaciones y los sueldos equitativos ayudan a reducir esta brecha que crea el sistema, al beneficiar a los menos afortunados y distribuyendo mejor las utilidades entre el personal.

Conclusión
El objetivo de toda empresa es hacer un bien a la mejora de la economía de la sociedad, buscando elaborar cosas que faciliten más su vida, que la hagan más placentera, etc. No se puede dejar de lado la responsabilidad social con el medio ambiente, cualquier daño a él repercute de manera negativa en nuestra salud por menor que sea, por lo que se debe ver por el bien en general y no solo por generar utilidades, no se puede ver a las personas solamente como clientes que te generarán ganancias, se tiene que ver por el bienestar en general y no olvidarse del objetivo de toda empresa. Y se debe respetar la dignidad de todos los individuos no se puede pasar por encima de sus derechos, el valor de los seres humanos está por arriba de cualquier precio, debemos esforzarnos en promover su bienestar, respetar sus derechos, evitar dañarlos, tratarlos como fines en sí mismos.
Referencias básicas:
Bhatia, A. (diciembre de 2013). Scielo. Recuperado el 11 de septiembre de 2014, de Rev. signos vol.46 no.83 Valparaíso: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09342013000300002&lng=es&nrm=iso
González, M. d. (20 de octubre de 2005). Hegoa. Recuperado el 1 de septiembre de 2014, de http://www.hegoa.ehu.es/congreso/bilbo/doku/bat/responsabilidadsocialcorporativa.pdf
Kohlberg, L. The psychology of moral development: The nature and validity of moral stage. Essays on moral development series, vol.2, Harper & Row, San Francisco,1984
Moreno, R. C. (2009). Scielo. Recuperado el 11 de septiembre de 2014, de Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 8, N° 23: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-65682009000200015&lng=es&nrm=iso
Rachels, J. (2013). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.
Referencias complementarias:
Kielmas, M. (2012). La voz de Houston. Recuperado el 1 de septiembre de 2014, de Demand Media: http://pyme.lavoztx.com/pros-y-contras-de-la-responsabilidad-social-corporativa-7664.html
Sendotu. (2013). Sendotu.org. Recuperado el 1 de septiembre de 2014, de Fundación Peñascal y Federación Sartu: http://www.sendotu.org/documents/files/Cuaderno_RSE.pdf
Argandoña, A. Responsabilidad social: ¡obligatoria o voluntaria? Comentarios de

actualidad, febrero 2009. La Cátedra “la Caixa” de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo.

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