lunes, 8 de diciembre de 2014

Instituto Tecnológico de Monterrey
Ana María García González Rubio
A01228172
Ética, Persona y Sociedad
08/12/14


Hogares de la Caridad A.C.


Como acción social de este semestre, para mi clase de Ética, hoy decidí ir a la Casa Hogar Bienaventurados de Jesús, donde reciben a bebés, niños y jóvenes con parálisis cerebral, autismo y otras discapacidades, que les impiden ser autosuficientes; la mayoría de ellos vienen de familias humildes que no cuentan con el tiempo o los recursos para brindarles la atención o los tratamientos necesarios para mejorar sus habilidades motrices e intelectuales.


Cuando estaba en el bachillerato, normalmente iba a platicar y a entretener a los niños de la Casa Hogar, pero esta vez, la mayoría de ellos ya estaban dormidos, así que después de llevarles un pastel navideño, ayudé a lavar los platos que habían quedado de la cena y a recoger la cocina.



Algo que me gusta mucho de este lugar es que tienes la oportunidad de ir a desconectarte de la vida diaria, porque el ambiente del lugar es completamente pacífico y se siente la alegría de los niños y de las personas que trabajan ahí; siempre se siente una energía positiva. No se necesita hacer donaciones de dinero ni nada parecido para ayudar, sino ir un rato a regalar una sonrisa.
Considero que este tipo de actividades pueden resultar muy beneficiosas para las personas que visitan este tipo de lugares, pues hace que se vuelvan más consientes de lo que les rodea, y que se puedan sensibilizar a las diferentes necesidades de todas las personas.
En mi opinión, los encargados de mantener estas asociaciones a flote son personas que se preocupan por que otra gente que tiene discapacidades tengan una vida digna y que puedan salir adelante, y es muy importante que sean tratadas con justicia e igualdad, pues son como cualquiera de nosotros.



No hay comentarios:

Publicar un comentario