viernes, 29 de junio de 2012

Profesionista ética en convivencia ciudadana


Mariana Parra

Profesionista ética en convivencia ciudadanía

            Al inicio de este curso me sentía totalmente perdida en todo lo referente a temas sobre ética, recuerdo que la primera clase tuvimos un cuestionario sobre los distintos tipos de ética que existían y sinceramente no fui capaz de contestar completamente. Al principio retomamos esos temas y en la primera lectura que tuvimos de Teorías Éticas de Adela Cortina, todo iba quedando mucho más claro. Yo sabía que la moral y la ética eran cosas distintas que por lo general la gente confundía y los maestros especializados en estos temas trataban de explicar desesperadamente. No fue hasta que leí el capitulo, El ámbito de la filosofía practica, que entendí que la moral es un “conjunto de principios, normas y valores que cada generación transmite a la siguiente en confianza de que se trata de un buen legado de orientaciones sobre el modo de comportarse para llevar una vida buena y justa”, y que la ética por su parte es, “una disciplina filosófica que constituye una reflexión de segundo orden sobre los problemas morales”  (Navarro, 1996). Aunque suena muy elegante la definición que tiene, para mi se resume en lo siguiente: la moral es el conjunto de tradiciones que se pasan por generaciones por se cree que son “buenas”, y la ética es la encargada de recolectar estas “morales” y aplicarlas dentro de la sociedad para que las personas vivan de una manera que les beneficie a todos, la ética no se puede medir ni enseñar, es una filosofía.

Teniendo lo pasado mucho más claro respecto a la diferencia entre moral y ética, en el curso también vimos testimonios de personas ejemplares que fueron capaces de cambiar sociedades por medio de sus actos. Los alcaldes de Bogotá, Mockus y Peñalosa, son un gran ejemplo que podemos tomar en cuenta para actuar de manera ética en la forma de ejercer la política, considerando siempre la dignidad de las personas como motivación para cambios personales, y esto para mi fue la mayor enseñanza que me dejaron junto con Fajardo, quien fuera alcalde de Medellín. En otros videos como el de Severn Suzuki, la niña que dejó en silencia al mundo durante 6 minutos, también aprendí la importancia y la responsabilidad que tenemos como ciudadanos del mundo para las próximas generaciones, porque nuestros actos guiados por el egoísmo solamente van a heredar un mundo “muerto” a las futuras generaciones.

En aspectos profesionales vimos algunos temas que fueron de gran importancia para nuestra formación ética, entre ellos estaba La ética en los negocios, el ambiente cambiante y la administración de stakeholders que hablaba sobre los mitos de la ética en los negocios, de como ésta no es personal, no se puede mezclar con los negocios y es relativa; que una buena ética era sinónimo de un buen negocio  y que la información era neutral y amoral (W., 2006). Estos mitos claramente se pueden desmentir al establecer que la ética no es una ciencia, ni una verdad absoluta y que ésta sirve para cubrir áreas que la ley no toma en cuenta o puede resolver problemas éticos que no tienen fundamentos legales y que definitivamente se requiere de una comprensión ética para resolver cuestiones morales. También mencionaba Weiss, la importancia que tienen los stakeholders en la ética, ya que estos son  las personas, grupos, compañías encargadas que causan y responden a problemas oportunidades, y amenazas externas, y que al verse afectados por el constante cambio en la globalización para su toma de decisiones pueden tomar acciones poco éticas que afecten directamente a las personas que forman parte de las empresas e instituciones establecidas. Esto sobresale en el esfuerzo que toman Kohlberg y Gilligan por establecer modelos de desarrollo que toman en cuenta la justicia y la responsabilidad para la toma de decisiones respectivamente.

Aunque suena muy “utópico” la aplicación de la ética en las profesiones, es importante recalcar que las escuelas, como lo menciona Amita Etzioni en su artículo, Cuando se trata de ética, las escuelas de negocios reprueban, no están formadas de manera integra para afrontar problemáticas sociales en las que los beneficios económicos sean para todos los individuos de la comunidad. Esto tiene mucho que ver con la manera en la que se han perdido los fundamentos que tienen las profesiones como tal, es decir, si la profesión es considerada actualmente como “una actividad especializada de una persona. Con la que se gana habitualmente su sustento, en un mundo en el que la fuente principal de ingresos de buena parte de la población es el trabajo” (Cortina, 2000). No es de sorprendernos que los estudiantes, y ahora profesionistas estén solamente preocupados por sus propios beneficios si desde un inicio, en su educación, ya se ha corrompido el significado que tiene su vocación. Como menciona Senett en el capitulo a la deriva, las personas ahora trabajan para obtener el mayor beneficio propio y no para toda la sociedad, tanto que se han perdido los valores y los compromisos por formar parte de un mundo que ya no se construye con proyectos a largo plazo, una modernidad liquida, como le llamaría Bauman. Una modernidad en la que se ha perdido el valor que tiene la vida familiar y otras actividades no laborales, en las que ya no se tiene seguridad sobre el presente y la fuente de ingresos que nos proporcionan tranquilidad. Ahora se vive en constante cambio que crea ansiedad, opresión, incertidumbre ante el futuro, un sentido de fragmentación, bajo nivel de formación, escasa empleabilidad, inexperiencia, falta de lealtad (Conill, 2002).   

Nos hemos colocado en un mundo en el que actuamos en automático sin pensar el ¿por qué? y ¿para qué? de las cosas. Antes de este curso yo sabía que estaba estudiando porque es lo que hace uno cuando ya ha pasado por la educación primaria, secundaria y preparatoria, pero en realidad no sabia si lo estaba haciendo por el simple hecho de querer “asegurar” un futuro que en realidad ni seguro es. Ahora, y tras haber leído el Planteamiento de una ética profesional, por Agusto Hortal, conozco más sobre lo que en realidad hago como una estudiante universitaria y que busco por medio de estos estudios alcanzar una aportación a la sociedad que me beneficie como persona y que beneficie a las personas de mi alrededor con todo lo que yo hago. Aunque existen muchas teorías éticas, me refiero a todas aquellas de se derivan de la teológicas y deontológicas, creo que ninguna es perfecta por si sola, me parece que todas son importantes para la toma de decisiones y por esto es importante conocerlas todas para aplicarlas de manera que sea más conveniente dependiendo del caso en el que nos encontremos.

Entre las actividades que más me gustaron, están las entrevistas que realizaron los diferentes equipos a diverso empresarios. Me gustó mucho porque aprendí de sus testimonios, posibles problemáticas a las que me pueda enfrentar y que debo de tener en cuenta desde este momento como estudiante. Sobre todo el señor Suberville que nos tocó entrevistar, me inspiró mucho la manera en que por medio de su empresa trata de ayudar a todas las personas que se puedan ver beneficiadas por los empleos que genera, y que no solamente se preocupa por sus beneficios personales, pero también se dedica a conseguir programas de apoyos enfocados a personas necesitadas como exconvictos. Por otro lado también el caso que tomé en un principio simplemente como un ejercicio para llevar en clase, me ha puesto a reflexionar en todos los aspectos que lo puedo abordar desde un punto ético y la mejor manera para resolverlo. Creo que ahora y después de haber tomado esta clase no tengo opción a decir si yo hubiera sabido, o si yo hubiera hecho, porque con todo el aprendizaje que he obtenido estoy preparada para tomar decisiones con pleno consentimiento en las consecuencias de mis acciones.



Referencias

Conill, A. C. (2002). Cambio en los valores del trabajo. Madrid: Siste 168-169.
Cortina, A. (2000). 10 palabras clave para la ética de las profesiones. Navara: Evd.
Navarro, A. C. (1996). Ética. Madrid: Akal.
Senett, R. (s.f.). La corrosión del carácter. ANAGRAMA.
W., W. J. (2006). Ética en los negocios, un efoque administrativo. . México: Thompson.

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