domingo, 17 de junio de 2012

Reflexiones éticas de la crisis financiera

En su artículo "Cuando se trata de ética, las escuelas de negocios reprueban", Amita Etzioni hace notar que los cursos de ética para estudiantes universitarios son indispensables, y que los economistas tienden a tener un desarrollo moral más bajo que otros profesionistas, pues tienen como prioridad recibir mayores ganancias sin importar los límites impuestos por la ley o las consecuencias que esto pueda tener.

En el documental “Inside Job” puede verse un efecto de las conclusiones de Etzioni; la crisis económica que se vive actualmente es producto de un comportamiento poco ético en las grandes organizaciones que se envuelven en el área de los negocios. Y me parece gratificante que toda esta información pueda hacerse pública, sacando “los trapitos al sol” de todos los involucrados, invitando a la población a estar informada, a hacer reflexiones sobre las casusas del decaimiento económico y a prevenir que se repita la misma historia.

Se puede decir que la crisis pudo ser prevista e incluso evitada, ya que quienes jugaron un papel importante en los bancos, en la política, las agencias calificadoras, los burócratas y profesores universitarios, guiaron sus acciones simplemente por la avaricia. Pasaron por encima de cualquier necesidad social y sin poner límite alguno, aún encontrándose conscientes de los efectos que sus estafas podían tener.  

Pienso que el título del documental “trabajo interno” lo dice todo, los negocios que se llevaron a cabo bajo la bandera del engaño entre unos cuantos (y durante años) solamente beneficiaron a pocos y llevaron a la bancarrota a miles. Fueron actos realizados por el interés individual y, por más que intento, no logro encontrarle ética alguna que pueda validarlos. Muchas de estas acciones se hicieron a base de mentiras a los consumidores y la mentira nunca puede ser universalizada, por lo que no tienen justificación ética. Siento que estos “negocios chuecos” son como una peste, pues se fueron extendiendo a manera de red hasta convertirse en un monstruo incontrolable y con efectos irreversibles.

Me da vergüenza pensar que se cometan este tipo de actos tan deliberadamente, pero todavía considero más vergonzoso que los responsables de esta crisis no se encuentren en prisión. Si las autoridades no tienen el poder ni el deber moral para hacer justicia, el que ésta se haga valer me parece una responsabilidad de todos los afectados, algo que todos deberíamos estar exigiendo.

Es decepcionante ver la conformidad con la que admitimos la injusticia, la frase en los negocios “si uno juega, sabe que las mentiras estarán presentes” (Etzioni) me parece alarmante, ya que indica la costumbre a los malos hábitos y considero que esta mentalidad es la que ha hecho que quienes ocupan puestos de poder actúen cínicamente sin ver más allá que su propia codicia, pues al fin y al cabo no habrá nadie que pueda derrumbarlos y siempre serán “salvados”.

Coincido con Etzioni, la educación ética no podría evitar en su totalidad que sigan ocurriendo este tipo de escándalos corporativos, pero sí podría disminuirlos en buena cantidad para evitar que tantas personas se vean afectadas. No me refiero a que tenga un efecto únicamente en las personas que se dedican a los negocios, sino también sobre los ciudadanos, para que podamos exigir justicia, hacer valer la igualdad y lograr un bienestar mejor dividido. Si el hogar o la religión no pueden enseñar a obrar adecuadamente, la ética debe enseñar a reflexionar antes de actuar para poder hacerlo con prudencia y autonomía, respetando siempre la dignidad humana.

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