miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi granito de arena, que cambiará al mundo.

Muchas veces tenemos la impresión que para realizar grandes cambios se necesita ser una persona con gran poder o ser un magnate o un político, pero lo que no nos damos cuenta es que con pequeñas acciones podemos cambiar nuestro entorno.

Este semestre participé en una actividad realizada por el grupo estudiantil Bicitec, en donde el objetivo era hacer una valla humana para apoyar la ciclovía y así evitar que los carros invadan el carril destinado a las bicis.

Al participar en esta actividad me di cuenta que muchas veces estamos encerrados en nuestra burbuja y no nos percatamos de lo que pasa a nuestro alrededor. Mientras repartía volantes, con el reglamento vial de ciclistas, a los conductores, me tocó que varios en el alto se dedican a mandar mensajes, a cambiar la música, cualquier cosa dentro de su carro y hacía afuera nada. En varias ocasiones tuve que esperar un buen rato para que los conductores bajaran su vidrio y aceptaran hablar conmigo. Una de las experiencias que más me sorprendieron fue de una chava que iba en su carro BMW convertible, con los vidrios arriba  y mandando mensajes con su iphone, pasé junto a ella e intenté darle una paleta como agradecimiento de ir en su carril y no invadir el de las bicis y no me prestó atención, otra chava que también estaba repartiendo paletas lo intentó y tampoco, fue hasta que el presidente de Bicitec se acercó y la convenció de bajar el vidrio, en ese momento la chava se desconecto de su mundo y se dio cuenta lo que pasaba a su alrededor, le contaron el proyecto y se emocionó y dijo que padre que estuviéramos haciendo cosas así.

A mi me sorprendió darme cuenta que a veces nosotros somos esa chava que va con los vidrios arriba en su burbuja sin percatarnos de lo que pasa a nuestro alrededor y que es necesario salir de esa burbuja y ver que hay un mundo por descubrir.

El día que fui a apoyar a los de Bicitec, sucedió que todos éramos "primerizos", no habíamos participado en esta actividad. Ahí fue cuando caí más en la cuenta que pequeñas acciones pueden causar un impacto.  En mi caso destiné dos horas de mi mañana a una buena causa, pero juntando las horas de los que estábamos ahí era más de una jornada de trabajo.

Días después al pasar por santa margarita me percaté que había policías viales multando a aquellos que invadían la ciclovía, al verlos ahí me sentí parte de ese cambio las dos horas que dediqué de mi mañana fueron un granito de arena, los que estuvimos ahí también aportaron su granito de arena y al juntar todos esos pequeños granitos se juntó un gran costal que logró crear una mayor conciencia y un cambio. 

Mayra Haydeé Vázquez Rivas 


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