martes, 22 de noviembre de 2016

¿Cómo acercarse a alguien en un mundo de estereotipos?

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Por: Juan Carlos Sánchez Cruz
1.     Presentación del tema, esquema e introducción
En este ensayo se expondrán cómo ciertas interacciones sociales influidas por estereotipos pueden llegar a ser discriminación. De la mano de la diversidad social y cultural los estereotipos son algo inherente al humano y esta afecta notablemente las relaciones interpersonales.
Cuando alguien que pertenece a una agrupación social donde los miembros tienen en común cierta característica física o cultural y hace un “chiste” acerca de la condición mismo grupo, pareciera que este no ha ofendido a nadie y que por lo tanto no es un acto de discriminación o violencia, sin embargo, este no es el caso cuando por ejemplo una mujer de complexión delgada hace bromas sobre gordos. La gente diría que ella esta cometiendo un acto de discriminación; ¿por qué las agresiones sutiles son aceptadas y rechazadas dependiendo del grupo social?

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La discriminación en las interacciones sociales es un tema que ha acompañado a la humanidad desde sus inicios, y que evoluciona a medida que esta lo hace. En la actualidad la sociedad ha tomado la iniciativa para combatir las agresiones por discriminación, sin embargo, en muchas ocasiones esta se presenta tan sutilmente que es difícil identificar si en realidad se está llevando a cabo.
Palabras clave (Key words):  -Discriminación –Estereotipos –Prejuicios –Creenciaslekjjld“”≠´]å∫∂acicondic
1.     Desarrollo
Conforme ha evolucionado nuestra cultura, occi, la discriminación entre segmentos sociales se ha convertido en una práctica que no es tan obvia ni extremista. Se entiende por discriminación directa cuando una persona sea, haya sido, o pudiera ser tratada de manera menos favorable que otra en una situación análoga; y por discriminación indirecta cuando una disposición, criterio o práctica, aparentemente neutra, pueda ocasionar una desventaja particular (Cabra, 2013). Esta discriminación indirecta o directa, se ha convertido en uno de los mayores problemas éticos del siglo XXI; y no porque haya aparecido recientemente, sino porque es hasta ahorita que las personas han recapacitado en cómo situaciones así las ponen en desventaja frente a diversas actividades de su vida diaria.
La discriminación puede ir incluso dirigida hacia un grupo social en específico, pero tan sútil que es aceptada por el mundo entero; y por discriminación no solamente se incluyen actos extremistas como asesinatos o violencia física, dentro de la categoria también se incluyen todas esas “bromas” que se realizan haciendo elusión a una característica de alguien, a un comportamiento o estilo. Desafortunadamente, estamos tan acostumbrados a escuchar este tipo de comentarios que ya son considerado normales, lo que nos hace complicado poder responder las siguientes preguntas: ¿cuándo un chiste acerca de las características de un segmento social es un insulto? ¿Cuándo es ofensivo etiquetar a alguien debido a estereotipos? ¿Cuándo hacer un prejuicio es violencia? ¿Cuándo un analisis de las capacidades de una persona con discapacidad es exclusión social?
Esto inicia un proceso de reflexión para encontrar la verdadera raíz del problema, de donde surgió, por qué estamos tan arraigados a él; ¿será psicología?, ¿será cultura y tradición? ¿O algún otro motivo como los estereotipos y el juzgar antes de tiempo? A continuación se hablará del punto de vista de los estereotipos y prejuicios y de cómo han ido evolucionando hasta llegar al punto en el que son determinantes de las relaciones interpersonales actuales y la perspectiva que se le da a una persona.
Para cada segmento o agrupación social, se crean imágenes preconcebidas y cristalizadas, sumarias y tajantes de las cosas y de los seres que se hace un individuo bajo la influencia de su medio social y estas determinan en mayor o menor medida nuestras maneras de pensar, de sentir y de actuar (Morfaux, 1980, en Amossy & Hirschberg). El estereotipo es entonces una creencia superficial sobre un grupo, según la cual todos sus miembros comparten uno o varios rasgos (Matás, 2011).
Las predisposición que uno puede hacerse al tratar a otra persona esta fuertemente condicionado por los estereotipos que el sujeto en cuestión pueda tener, es decir, si yo tengo la idea de que todas las personas provenientes de medio oriente son terroristas, esto se reflejará directamente en mi conducta hacia alguien de medio oriente. Definimos el prejuicio como el conjunto de juicios y creencias de carácter negativo con relación a un grupo social. Son considerados como fenómenos compuestos de conocimientos, juicios y creencias, y como tales constituidos por estereotipos es decir, el estereotipo sería el componente cognitivo (juicio, creencia) de los prejuicios (que son siempre de carácter negativo); (González, 1999). Ambos generan consecuencias en la conducta del ser humana, una de ellas, y la más importante, es la de la discriminación.
La discriminación es la conducta de falta de igualdad en el tratamiento otorgado a las personas, en virtud de su pertenencia al grupo o categoría social en cuestión sobre el que existe un cierto prejuicio (León Rubio, 1996, en González, 1999). Esta conlleva a varios tipos de violencia, cómo la física, la emocional o la simbólica.
La simbólica se refiere a la violencia que se expresa por medio del cuerpo: mala cara, miradas despectivas o no mirar son algunas de las formas en que pone en evidencia el malestar que causa en algunas personas y espacios la presencia de personas con diferentes características físicas y culturales. (Chaparro, 2009).
Son muchas las identidades sociales que sufren de estos enfrentamientos con los estereotipos. Una de ellas son las personas cuyo aspecto físico se caracteriza por un sobrepeso. Según un trabajo médico realizado por el Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica. Área de Nutrición y Bromatología de Universidad Pablo de Olavide se encontró que los aspectos socioculturales afectan en la motivación del tratamiento de la obesidad. (Jáuregui, Rivas, Montaña & Morales, 2006).
Y cómo no se va a ver afectado, si el sentimiento de rechazo tiene repercusiones fuertes en la creación de autoestima y en el fomento de la confianza; y más cuando vivimos en una sociedad en la que la apariencia física siempre tiene prioridad sobre cualquier otro atributo como la inteligencia o el valor sentimental nato de la persona, lo cual afecta directamente al estado de felicidad de alguien, puesto que hay personas que llegan a un estado de semejante infelicidad que caen en depresión y llegan incluso, a quitarse la vida. “Las personas que intentan auto eliminarse, con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que les parece imposible de manejar […] ”; uno de los mayores determinantes es el sentimiento de soledad o de rechazo (Nizama, 2011, p. 3). 
“El aspecto físico, la imagen, es uno de los determinantes más importantes en la percepción de personas y en la formación de las llamadas teorías implícitas de la personalidad […]. Así, el sobrepeso y la obesidad, como patologías que se expresan también en una determinada imagen, dan lugar a percepciones peculiares de las personas que las sufren, si bien el modelo médico tradicional ha prestado escasa atención a estos aspectos, que podríamos llamar psicosociales” (Jáuregui et al., 2006). Pero no podemos ignorar la existencia de los padecimientos derivados del constante rechazo de la sociedad hacia el grupo social.
Este grupo social no es el único que se ve afectado por discriminación, en México "se tiende a diferenciar entre el fresa y el naco, el blanco y el negro, el mestizo y el indígina, el hetero y el gay” (Silva, 2016). Y esto no sólo ocurre con las personas que son parte de las agrupaciones previamente mencionadas, también pasa con otros grupos sociales que tienen otras características o gustos, y por las divisiones que generan los niveles económicos. Todos los grupos son vulnerables a la discriminación.
“La discriminación sutil es dañina porque hay poco o ningún recurso legal contra ella. En general, las decisiones de los tribunales son más favorables a los demandantes en casos de parcialidad manifiesta e intencional” (Rey & Jones, 2016). Cómo no es notado por la sociedad, no se exige un cambio a estas conductas “pasivo-agresivo”. Es necesario ampliar la definición de discriminación para que cualquier incidencia sea penalizada bajo las normas correspondientes; es decir que exista una manera efectiva de defender los derechos humanos de manera completa y no sólo parcial.
Este problema resulta en aumentar la brecha entre los segmentos sociales. Es una acción denigrante que humilla discreta pero directamente a una persona; cuando esta tiene el derecho de ser respetado integramente y de ser tratado como igual sin importar la condición que tenga o en la que viva, tal como lo expresa el artículo 1 de la Declaración de los Derechos Humanos; “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Naciones Unidas, 1948). La discriminación hace que las personas no puedan vivir en un estado de bienestar puesto que están expuestas al rechazo y a la violencia de parte de cualquier otro ser humano y que no son defendidos de dichas agresiones.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ha realizado esfuerzos para erradicar la segregación social en el país, pero aún hay mucho que hacer; como propone Raúl Silva, educar con el principio del respeto (Silva, 2016), esto es aprender a pasar por encima de las diferencias culturales, sociales, físicas, económicas mentales para mejor concentrarnos en lo que nos puede aportar intelectual, social o emocionalmente; con el objetivo de construir una sociedad incluyente y unida que funcione como un engranaje, sin que las diferencias fomenten la prepotencia y discriminación, para de esta manera ir en camino hacia la justicia social en la que la igualdad sea el pilar. Juntos somos más grandes; juntos somos mejores.
En propias palabras de la Conapred. Necesitamos reconocer que México, es un maravilloso rompecabezas en su diversidad de etnias, de culturas, de edades, de formas de pensar, de expresarse, de creer, de aprender, de elegir y de amar. Y que el rompecabezas nacional estará incompleto si a alguien se le deja fuera; estará dañado si a una sola de sus piezas se le hiere en su dignidad (Enadis 2010). 
2.     Conclusiones
Es importate ser consciente de las relaciones que tenemos con personas de diferente agrupación social ya que podemos caer en el paradigma de la discriminación. Se debe tener cuidado en el uso de estereotipos y prejuicios tendenciosos a agredir o violentar.
Los derechos humanos deben ser nuestra referencia para determinar cuando una actividad está agraviando a otra persona. Así como profundizar en el contexto de la situación en específico.
Los cuestionamientos descritos en este ensayo tiene un alto impacto ético en nuestra sociedad. En respuesta a las preguntas planteadas al inicio de este escrito, podemos concluir que la discriminación no debe ser aceptada en ninguna forma; ni de nadie. Los comentarios racistas, discriminadores o violentos, aún siendo en tono de “broma” o “sátira” son perjudiciales a la salud mental y emocional de quien los recibe, por lo que deben ser eliminados por completo de nuestro hablar diario.
Los textos citados ahondan la discriminación en diferentes áreas y contextos, pero todos concuerdan con que debido a la sociedad actual esta se presenta de manera más sútil y es más dificil definirla. Pero lo que sí se puede confirmar, es que la discriminación como forma de violencia atenta contra la felicidad y el bienestar de la sociedad.
3.     Referencias
Bibliografía Básica:
Amossy, R. y Hirschberg, A, (Marzo de 2010). Estereotipos y clichés. Buenos Aires: Eudeba. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80515851017
Chaparro, J. (2009). “Es que tenía que ser negro”: estereotipos y relaciones sociales. Austin: LANIC University of Texas. Pp. 1-4. Recuperado de: http://lanic.utexas.edu/project/etext/llilas/ilassa/2009/chaparro.pdf
González, B. (12 de marzo de 1999). Los estereotipos como factor de socialización en el género. Huelva: Grupo Comunicar. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15801212
Jáuregui, Rivas, Montaña, Morales. (2008). Influencia de los estereotipos en la percepción de la obesidad. Sevilla: Universidad Pablo de Olavide. Pp. 319-321. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=309226727010
Nizama, M. (Abril, 2011). Suicidio. Revista Peruana de Epidemiología, 15(2). Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=203122516002
Bibliografía Complementaria:
Cabra, M. (2013). Discapacidad y aspectos sociales. España: Ministerio De Empleo y Seguridad Social. Recuperado de: http://www.empleo.gob.es/es/publica/pub_electronicas/destacadas/revista/numeros/50/Est02.pdf
Conapred. (2010). Encuesta Nacional sobre Discriminación en México. Recuperado de: http://www.conapred.org.mx/userfiles/files/Enadis-2010-RG-Accss-002.pdf
Matás, M. (2011). Tema 7: Estereotipos y Prejuicios Sociales. Elche: Universidad Miguel Hernández. Recuperado de: http://www.um.es/sabio/docs-cmsweb/aulademayores/tema_7_prejuicios_desarrollo_0.pdf
Rey, E y Jones, K. (16 de julio de 2016). ¿Por qué el prejuicio sutil puede ser peor que una discriminación directa?. La Nación. Recuperado de: http://www.lanacion.com.py/2016/07/16/por-que-el-prejuicio-sutil-puede-ser-peor-que-una-discriminacion-directa/
Silva, R. (9 de octubre de 2016). La sutil y brutal discriminación a la mexicana. LasNoticiasYa. Recuperado de: http://lasnoticiasya.com/2016/10/la-sutil-y-brutal-discriminacion-a-la-mexicana/
Naciones Unidas. (1948). Declaración Universal de Derechos Humanos. Recuperado de: http://www.un.org/es/documents/udhr/

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