Juan
Pablo Arriaga
Antitauromaquia
Introducción
Sin duda alguna, uno de los temas más controversiales en la actualidad son
las corridas de toros, debido que la gente piensa que la fiesta brava es el
arte de estar vivo junto con la combinación del desveló de la muerte, pero no
es así. La tauromaquia es un término que dentro del Diccionario de la Real
Academia Española consta como “el arte de lidiar toros” y en donde se va
extender como fenómeno europeo más a allá de sus fronteras continentales, a
América Latina, lugar donde el matador y el toro fueron traídos por el
conquistador por el período colonial (Aldunante, 2013). La práctica de esta
barbarie se practica propiamente en España, Portugal, al Sur de Francia,
México, Colombia, Costa Rica, Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador y como fenómeno
relativamente reciente se practica en San Diego, California, en EE.UU. Las
corridas de toros fueron parte de las prácticas sociales en casi todos los
países colonizados por España (Aldunante, 2013).
El hecho de que la tauromaquia fuese vista públicamente, dificultó el
proceso de esconder las prácticas de agresión al toro lidia que estás como
consecuencia exhiben la crueldad del ser humano siendo mostradas a un público
gradualmente más sensible al sufrimiento animal. Bien sabido esto, podemos
estipular que las corridas de toros son un acto de barbarie y de crueldad por
los seres humanos.
Es muy relevante este tipo de temas para la propia dignidad del ser humano
en donde este tipo de espectáculos incitan a la violencia y a la crueldad
animal en un ambiente donde la barbarie del ser humano se ve reflejada
totalmente por la satisfacción que este le probé en el ruedo.
El gran impacto social que tiene las corridas de toros es el propio deleite
del ser humano por hacer sufrir a un animal para poder satisfacer su placer.
Los ámbitos económicos, ecológicos y culturales se ven influenciados por la
industria cultural de la tauromaquia. El porcentaje de esta barbarie disminuye
año con año en donde más países se están sumando por tener un ambiente sin
maltrato y libre de violencia.
Para poder dar un panorama ético acerca de la fiesta brava como un acto de
barbarie y de crueldad se debe de hacer mención de las corrientes éticas que se
implicaran en él y su propio significado.
Bentham nos argumentó que hay un principio moral fundamental que es
conocido como “el principio de utilidad”, en este terminó nos enfocaremos en el
principio que nos exige que, cuando tengamos que elegir entre diferentes
acciones ya sean políticas o sociales, debemos elegir aquella que tenga las
mejores consecuencias globales para todos los afectados (Rachels, 2006, 148).
“Por principio de
utilidad se entiende el principio que aprueba o desaprueba cualquier acción,
según la tendencia que tenga para aumentar o disminuir la felicidad de las
partes de cuyo interés se trata; o, lo que viene a ser lo mismo en otras
palabras, para fomentar o combatir esa felicidad” (Rachels, 2006,
148).
Palabras clave (Key words): Violencia, tauromaquia,
barbarie, sufrimiento, maltrato, crueldad y muerte.
Desarrollo
En el problema ético nos vamos a basar en el comportamiento humano, donde
abordaremos la injusticia social que provoca la fiesta brava en un ambiente
hostil, llena de sufrimiento y actos violentos en donde el principal
protagonista es un ser inocente que busca terminar con el sufrimiento que
propiamente la fiesta brava le ha provoca. La cuestión de la ética se ve
totalmente reflejada en estos actos barbáricos, ya que el ser humano debe de
buscar otros medios en donde el principal tema no sea la violencia.
De acuerdo con Savater nos dice que “la ética se centra en el ámbito de lo
humano, sólo los humanos tenemos una vida moral, eso nos hace excepcionales con
respecto al resto de la naturaleza, seres humanos y animales estamos en
categorías morales separadas y por lo tanto sólo tenemos obligaciones hacia
otros humanos, no hacia los animales”(Ortiz, 2014). Sin embargo, agrega, ser
cruel con los animales es un “mal síntoma”, porque preludia la crueldad hacia
los seres humanos. En esto coincide Savater con santo Tomás de Aquino, quien
afirma:
“Si algún pasaje de
la Santa Escritura parece prohibirnos ser crueles con los animales brutos, por
ejemplo, matar un pájaro con su cría, esto es o bien para quitarle al hombre
los pensamientos de ser cruel con otros hombres, por si acaso fuera que a
través de ser cruel con los animales uno llegara a ser cruel con los seres
humanos, o bien porque el daño a un animal condujera al dolor temporal del
hombre, del que hace el acto o de algún otro” (2010a, 35).
Actualmente, se conoce que las corridas de toros son un espectáculo
brutalidad, encubierto como arte y considerado aún como deporte. La fiesta
brava es una exhibición en el que la agresión del hombre toma un papel de
crueldad y de barbarie ante el toro de lidia , donde el principal objetivo es
el derramamiento de sangre en la arena del ruedo (“Carnaval Taurino”, 2013).
Los defensores de la fiesta brava se atreven a considerar esto como un deporte
y todavía se menciona que es arte; pero lejos de manifestar algo artístico,
contribuye a la destrucción en torno a la matanza injusta de un ser vivo (Ruíz,
2001). Y mucho menos puede ser considerado como deporte por dos razones de
lógica; en toda actividad deportiva se preserva la integridad física de los
participantes, además de que ocasionalmente ocurren percances; el toro de lida
entra en desventaja al ruedo ya que apuñalado en los toriles para sacar toda su
“bravura” (Abolición Taurina”, 2016).
De acuerdo con Escartín, M & Ausín, T; los animales han sido
considerados, hasta ahora, como objetos o juguetes, negándoles cualquier
semejanza con nosotros. Ello se debe a nuestro “fascismo” de especie, que
concibe al ser humano en guerra permanente de explotación y exterminio sobre el
resto de los seres vivos, convirtiéndolos en inferiores a nosotros y
representándolos como seres que no sufren (Escartín & Ausín, 2008).
El maltrato animal generado por el placer humano y los elementos que esté
contribuye a lo largo de su historia son relacionados con la antigua Roma donde
no solo la forma arquitectónica palimpséstica tiene la misma semejanza que la plaza
de toros, sino que la brutalidad y la crueldad estaban basados en el
entretenimiento del ser humano (Aldunate, 2013).
La tauromaquia solo va a mostrar la
bajeza del ser humano debido a que es un capricho de la voluntad humana que es
movida por diferentes intereses; no solo el público es participe de esta
salvajada sino que los toreros se creen dignos de arrebatar la vida de un
animal inocente (“Carnaval Taurino”, 2013). No obstante, el maestro John Stuart
Mill nos expone en su libro “El
utilitarismo” que consideremos un cierto estado de cosas que quisiéramos
ver que se produjera, en el que todos fueran felices y estuvieran tan bien como
es posible sin la propia necesidad de arrebatar la vida un ser vivo:
“Conforme al
principio de la mayor felicidad [...] el fin último, en relación con el cual y
por el cual todas las demás cosas son deseables (ya estemos considerando
nuestro pro-pio bien o el de los demás), es una existencia libre, en la medida
de lo posible, de dolor y tan rica como sea posible en goces” (Rachels,
2006, 149).
La existencia del toro de lidia no depende de las corridas de toros porque
no existen caracteres morfológicos propios de la raza de lidia, además que no
existen características definibles entre los toros de lidia y las otras razas de
la misma especie (Ortiz, 2014). Por otro lado tenemos la creencia de que el
animal es descendiente directo del bóvido salvaje, que es conocido por Uro
primigenio o Bos Taurus primigenius que desapareció en un bosque de Lituania en
1627; sin embargo, existe otro descendiente más actual que de igual forma, es
conocido por su cornamenta y su gran
tamaño (entre uno y dos metros de altura, con una gran cornamenta que daba
varias vueltas y acaban en puntas afiladas) llamado Auroch que en realidad es
el ancestro común de todas las especies de bóvidos de carne y leche (Marcos,
2010).
Mi postura ante este tema tan controversial es que deberían de erradicarse
este tipo de espectáculos; no es justo que los seres humanos hagamos este tipo
de barbaries para nuestro placer y entretenimiento, lo único que se está
generando es una postura que hace referencia a que los animales son solo un
medio para obtener lo deseado, sin pensar en que estos también sufren.
A lo largo de los años, el maltrato animal se ha presentado de distintas
maneras, en este caso, se presenta como un medio artístico, no como lo que
realmente es, una matanza hacia seres inocentes. Se dice que es un juego justo;
sin embargo, no lo es, el toro antes de salir a dar la función anhelada es
maltratado, dándole así, una ventaja competitiva al torero (Abolición Taurina”,
2016). La gente grita de emoción al ver cómo le arrebatan una parte del cuerpo
al toro, sin embargo, detrás de toda la emoción que se siente, un animal está
sufriendo por dentro, sintiendo como se muere a vista de miles de espectadores.
En otro contexto, debemos de preguntarnos por qué la ley específicamente
exime la pelea de gallos, el tiro al pichón y la fiesta brava, en donde este
tipo de prácticas brutales solo conducen al sacrificio de animales sin
propiamente lograr objetivos nobles (Gonzalo, 2010).
El toro, no es culpable de nuestros caprichos y obsesiones, el espectáculo
que se genera en la arena no más que un acto injusticias, que va relacionado
con el dolor y la muerte de seres inocentes. Si seguimos permitiendo este tipo
de atrocidades, cada vez se seguirá difundiendo más, por lo tanto, será más
difícil erradicarlo.
Lo que podemos hacer para ir quitando este tipo de actos, es no asistiendo
a este tipo de espectáculos, por lo tanto, entre menos ventas tengan, poco a
poco se irán cerrando arenas. Es necesario ir fomentando actividades que no
vayan relacionadas a la violencia animal. Si cada uno pone su granito de arena,
se acabará este problema; todo es cuestión de lo que el pueblo quiere, si este
quiere seguir viendo animales siendo masacrados, se seguirá haciendo, sin
embargo, si este pide cosas que no van relacionadas con este tipo de
atrocidades, se irán quitando y despertando nuevas formas de entretenimiento
que no van relacionadas con el maltrato animal. El cambio está en nuestras
manos, solo es cuestión de unirnos para generar un gran impacto.
Gil Martínez nos comparte en su libro “Valores
humanos y desarrollo personal” que el perdón debe ser visto como el afinamiento de la tolerancia
y que el propio ser humano deje de buscar sus placeres (Martínez, 1999).
Conclusión
Las corridas de toros son un espectáculo de crueldad en donde el engaño y
la falsedad se ven reflejados en un arte escondido como belleza; los animales
son utilizados para el entretenimiento del ser humano, sin importar la
integridad o los abusos que se puedan cometer ante él. No es propiamente un
arte sino un acto lleno de agresiones e ilusiones donde existe una desventaja
hacia un ser que no puede reclamar ni ser escuchado. El ser humano muestra su
inconciencia respecto a las corridas de toros y a sus actos violentos. Pese a
que la tauromaquia se considera un arte, detrás de todas las sonrisas, se
encuentra una tortura inminente en el animal expuesto, en donde se saca provecho
del animal para el gusto de algunos. Un arte lleno de sangre, violencia e
desigualdad. La fiesta brava toma un ambiente hostil, lleno de sufrimientos y
actos violentos en donde el principal protagonista es un ser inocente que busca
terminar con el sufrimiento que la tauromaquia le provoca. El ser humano, a lo
largo de los años se ha aprovechado de su superioridad, por lo que realiza
cosas inaceptables a un ser vivo, que al igual que el ser humano, sufre y
siente, y no por no poder hablar, se les debe de maltratar o incluso usarlos
como fin.
Debemos de cambiar ante esta situación divido que este tipo de eventos
denigra la dignidad de un ser vivo y es por esto que necesitamos enfatizar y
poder motivar a nuestra sociedad para un mundo sin crueldad e igualdad.
Referencias
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placer de la visualización de la muerte-. Diálogos Latinoamericanos, ()
119-133. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=16229035006
Escartín, M; Ausín,
T. (2008). El mundo académico ante las corridas de toros. Revista de Bioética y
Derecho, () 24-32. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=78339712008
Mejía, G. (2010). Sobre el Estatuto Nacional de
Protección Animal. Revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=407639223001
Ortiz-Millán, G; (2014). Ética para matador. Savater, los
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323033018008
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofía moral.
México: Fondo de cultura económica
Martínez, G. (1999). Valores humanos y desarrollo
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Derechos Humanos contra la Impunidad, Carnaval Taurino de
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http://www.aporrea.org/ddhh/a158842.html
Humane Society International, Abolición taurina. (2016).
Red internacional antitaurina. Recuperado de
http://www.redantitaurina.org/red-antintaurina-abolicacion-tauromaquia/organizaciones
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