Karla V. Contreras Robles
karla7878@yahoo.com
“Igualdad de Género”
¡Basta con la desigualdad! ¡Basta con la violencia! ¡Basta
con el maltrato! “La dialéctica entre mecanismos instituidos de
inclusión/exclusión social y las respuestas, percepciones y disposiciones de la
ciudadanía y la academia frente al modo en que ellos operan define la cohesión
social constituyéndose la igualdad de género como uno de los pilares del
desarrollo humano.” (Montané, A., 2012, pg. 98). El machismo se presenta en
forma virulenta en países como Asia y Africa, así como en países
industrializados, incluyendo a México, dónde el machismo va más allá del
sexismo, atribuye un desborde culto a la masculinidad. (Castañeda, M., 2007,
pg. 32). Actualmente, no solo en México, sino en todo el mundo grupos de
mujeres buscan la equidad de género. Esto no es algo reciente, esto se ha dado
a lo largo de la historia, poco a poco las mujeres han estado luchando por
alcanzar la equidad e igualdad de género. Sin embargo, esto aún está lejos de
poderse lograr, debido las costumbres del machismo en la sociedad, pero
paulatinamente se puede ir trabajando para lograr el objetivo. Poco a poco esto
ha ido mejorando a través de las diversas políticas públicas implicadas, y la
interacción del gobierno frente al problema. Ya fue suficiente de la diferencia
de salario solo por ser mujer, de no poder decidir sobre su propio cuerpo, de
tener que experimentar tanta violencia y discriminación. Las mujeres no son
solo instrumentos para concebir hijos, ni sirvientas o criadas, ya fue
suficiente de su instrumentalización.
Las mujeres, al igual que los hombres son humanos, y como tal deberían
de tener los mismos derechos, ser respetadas, y ser valoradas. Tal como nos
menciona Rachels, “una sociedad justa, según nuestra concepción, sería una en
la que la gente pudiera mejorar su puesto por medio del trabajo (con
oportunidades de trabajo disponibles para todos), pero no una en la que algunos
consiguen puestos superiores simplemente porque han nacido afortunados”
(Rachels, 2002, 306). De tal manera, cuando nos percatemos que los hombres y
las mujeres independientemente de sus determinantes biológicos y aspectos
físicos tienen el derecho de acceder con igualdad, justicia y autonomía los
mismos derechos, así como beneficios otorgados por la sociedad, se conseguirá
la equidad e igualdad de género.
Vivimos en un mundo donde las mujeres son constantemente
violentadas, con el simple hecho de salir a la calle, se le gritan cosas, son
utilizadas, y engañadas muchas veces en diversos ámbitos desde lo laboral hasta
lo personal. Las mujeres actualmente pueden realizar el mismo trabajo que el
hombre y su salario es mínimo, de hecho, según la organización mundial del
trabajo, existe una brecha de remuneración de 22.9%, además de que sus derechos
humanos son violentados son consideradas la raza inferior, incapaces, y
débiles. Esto es algo que afecta la integridad y dignidad de la mujer. La
sociedad impulsa el machismo, una modalidad particular de la identidad
masculina. Sin embargo, por el hecho de ser mujeres no significa que sean
inherentemente pasivas, ni sumisas ni hogareñas, ni irracionales, tampoco
significa que sean maternales, estos son paradigmas impuestos por la sociedad.
Desde niños estos roles de género e ideales del machismo son impuestos por
nuestros padres, desde el momento en que a la niña se le prohíbe jugar
carritos, o futbol para darle una muñeca o bebe, hasta los comportamientos que
deben poseer, y su forma de vestir y comportarse.
La equidad e igualdad
de género no es lo mismo, la equidad de género hace referencia a un concepto
ético que busca la igualdad en un marco de diferencias de está manera posee un
valor un poco más ético, mientras que la igualdad es la equivalencia
humana, hace referencia a poseer los
mismos derechos y deberes ante la ley y en la vida real. Actualmente el problema está en buscar ambas,
tanto la equidad y la igualdad de género. Esto debido a que actualmente a las
mujeres se les excluye socialmente, son discriminadas, violentadas, e incluso
aparecen en el sector de pobreza más frecuente. Además, cabe mencionar que a
las mujeres les pagan menos que a los hombres por realizar el mismo trabajo,
son consideradas la raza inferior. La equidad de género debe abarcar diversos
aspectos, como lo son los mismos derechos, oportunidades y obligaciones para
hombres y mujeres.
Palabras clave (Key words): Equidad de género, igualdad,
infancia, políticas públicas, educación, machismo, estereotipos, desigualdad
Desarrollo
“Aristóteles dijo que las mujeres no son tan racionales como
los hombres, y por eso las mujeres están naturalmente gobernadas por los
hombres. Kant convino en ello, y añadió que por esta razón las mujeres “carecen
de personalidad civil” y no deben tener voz en la vida pública. Rousseau trató
de ponerle buena cara al problema, y dijo que hombres y mujeres simplemente
poseen virtudes distintas; pero, por supuesto, resultaba que las virtudes de
los hombres los hacían apropiados para el liderazgo y las virtudes de las
mujeres para el hogar.”(Rachels, 2002, pg.262). De esta manera se demuestra
como a través del tiempo la mujer ha sido considerada como la raza inferior,
incapaz de tomar sus propias decisiones y menospreciada.
“A nivel mundial, las
niñas y las adolescentes enfrentan con mayor exclusión los retos económicos,
sociales y culturales que los varones. Las problemáticas que viven en torno a
las crisis económicas, la violencia y la inseguridad se ven acentuadas por dos
factores: su edad y género; condiciones que se agravan al no contar con
programas destinados a su desarrollo y al respeto pleno de sus derechos.”
(Colin, A., 2013, pg.5). Esto comienza desde la infancia o desde el momento que
inicia el ciclo de vida de una persona. Estas desigualdades al añadirlas con la
discriminación se pueden considerar como el origen de la violación de los
derechos humanos. Para poder evitar esto desde la niñez es sumamente importante
primero reconocer las diferencias entre sexo – género, así como identificar la
desigualdad de género en el marco de división sexual del trabajo los cuales son
mecanismos constituidos, además de incorporar a los niños en estrategias para
la construcción de igualdad de género (Colin, A., 2013, pg. 9-22).
Primero es importante poder diferenciar entre sexo y género,
sexo hace referencia a los aspectos biológicos o anatómicos con los que se
nace, es decir las gónadas que nos diferencian en masculino y femenino, así como
los atributos o rasgos físicos secundarios a la hora de la pubertad, mientas
que género es adquirido de cierta manera a través de los diversos aspectos
conforme las personas van creciendo y madurando así como a través de su
exposición con el mundo y su sociedad, ya que estos son aspectos sumamente
importantes al imponer los diversos estereotipos de géneros que la mayoría de
las veces se siguen. (Ocampo, A., 2014). Esto por lo tanto constituye una red
de creencias que influyen sobre el género, además de rasgos de personalidad,
actitudes, sentimientos, conductas o comportamientos esperadas de la persona
según su sexo. En otras palabras, el género es lo que la sociedad impone como
el “deber ser” de los comportamientos y actitudes según el sexo, de tal manera
se van creando estereotipos (Colin, A., 2013, pg. 22-28).
Los estereotipos de género son aquellas conductas, creencias
o atribuciones que la sociedad impone sobre cada género, estos rigen el cómo
cada género debe ser y comportarse. Por lo tanto, estos estereotipos difieren
según las diversas culturas, aunque en general al hombre o niño se le atribuye
características como independientes, fuertes y racionales mientras que a las
niñas generalmente se les atribuye ser dependientes, débiles y sentimentales. Cabe
mencionar que esto impone a su vez roles de género impuestos por la sociedad.
Los roles de género son el conjunto de tareas o actividades que deben ser
realizadas, así como las responsabilidades y exigencias sociales según el sexo.
A las niñas generalmente se les da juguetes que imitan los trabajos de ama de
casa, así como de madre, mientras que a los varones por lo general se les
permite jugar con carritos. De tal manera la identidad masculina influenciada
por la sociedad generalmente demanda a los hombres ser fueres, duros
emocionalmente, y sobre todo rechazar lo femenino, mientras que a la identidad
femenina en tales culturas generalmente hace referencia a la identidad de la
niña constituida por su relación con los demás y no tanto propia, además se centra
en ser madres, en ser nobles y en la estética y cuidado de sí misma. De tal
manera la diferencia de género es impulsado desde el momento en el que se
integra el niño a la sociedad (Colin, A., 2013, pg. 29-38). “La perspectiva de género permite evidenciar
la manera en que la masculinidad y feminidad se han construido a lo largo del
proceso de socialización y las consecuencias que esta construcción tienen en
las relaciones de los hombres con las mujeres, de las mujeres con los hombres,
entre varones y entre mujeres, con el objetivo de efectuar cambios que permitan
la equidad en estas relaciones. También se ha mostrado que, aunque se hable de
un modelo hegemónico de la masculinidad, existen diferentes formas de ser
varón, por lo tanto, desde esta perspectiva se habla de masculinidades en lugar
de la masculinidad, de la misma forma no existe un modelo único de ser mujeres,
por lo cual también podemos hablar de feminidades.” (Torres, L., 2011, pág.
47). Es por esto que para poder resolver
el problema de la desigualdad debemos de comenzar con los niños. Una manera
eficaz sería a través de la incorporación de los niños en estrategias para la
construcción de igualdad de género (Colin, A., 2013, pg. 29-38). También si se educará a los niños tanto en
los hogares como en las escuelas acerca de la equidad e igualdad de género,
este problema disminuiría.
Estás imposiciones de roles son sumamente importantes ya que
esto a su vez se ve influenciado por el machismo. Pero, ¿qué es el machismo?,
“el machismo se puede definir como un conjunto de creencias, actitudes, y
conductas que desencadenan sobre dos ideas básicas: por un lado, la
polarización de los sexos o contraposición de los lo femenino y masculino,
donde no solo son diferentes, sino mutuamente excluyentes; por otro la
superioridad de lo masculino en las áreas consideradas solamente para los
hombres.” (Castañeda, M., 2007, pg. 20). De tal manera, el machismo incrementa
tanto la desigualdad como la diferencia de género. Cabe mencionar que el
machismo a su vez es influenciado por las sociedades, de hecho, el machismo
llega a tanto que en ciertos lugares no dejan a las mujeres estudiar con la
excusa que ellas solo sirven para limpiar pañales, y que los hombres, al
contrario, deben estudiar para poder tener un buen trabajo y mantener su
familia. Esto a su vez es preocupante ya que nos trae a los índices de
escolaridad en las mujeres, dónde generalmente disminuye conforme avanza el
grado de escolaridad. “En muchos países de desarrollo las niñas son mucho menos
propensas que los niños a ingresar en la educación secundaria” (OECD, 2013,
pg.91). Cabe mencionar que aquí un factor influyente es el de costo-beneficio,
ya que en ocasiones las personas no puedes pagar los estudios y estos resultan
ser demasiado elevados, por lo que prefieren mandar a los niños que, a las
niñas, nuevamente con la justificación que ellos cuidarán de su familia.
“Podemos destacar la importancia del apoyo familiar, la necesidad de
desarrollar una cultura escolar de equidad de género y la interacción en el
salón de clase son pilares imprescindibles para una mayor asistencia de los
varones a las clases, para la retención escolar y para un mejor rendimiento
académico.” (Torres, L; 2011, pág. 50). Sin embargo, cabe mencionar que los
países han estado trabajando para poder lograr este objetivo. “En la Primera
Conferencia de la Mujer de las Naciones Unidas celebrada en México en 1975 se
advirtió, a los gobiernos de los diferentes países representados en ese
organismo, que las mujeres no se estaban beneficiando del desarrollo, que
formaban parte de los sectores más pobres de la población y que paradójicamente
estaban desempeñando una serie de trabajos imprescindibles, no valorados
económicamente, en la satisfacción de las necesidades básicas de sus familias. Ante
estas evidencias surgieron las propuestas de incorporar a la mujer al
desarrollo.” (Paredes, R, 2006, pg.746).
Esto resulta ser muy importante debido a que de esa manera las mujeres tienen
la libertad de elegir algo distinto a ser amas de casa y por ende poder buscar
su felicidad esto es esclarecido un poco más con lo que menciona Rachels en su
libro: “La doctrina utilitarista es que la felicidad es deseable, y la única
cosa deseable como fin; todas las otras cosas son deseables sólo como medios
para ese fin” (Rachels, 2002, pg.166).
Sin embargo, esto nos trae a otra pregunta, ¿Por qué las
mujeres siguen presentando mayores niveles de empobrecimiento? Las políticas de
igualdad de género son las políticas, dirigidas a superar la existencia de las
desigualdades injustas que no pueden ser superadas en el corto plazo con las
políticas de igualdad de género existentes. De esta manera planteando
contribuciones básicas a la metodología de las intervenciones en política para
enfrentar este problema de pobreza, cabe mencionar que estás generalmente son
del estado. Para poder solucionar esto se generaron tres premisas. El primer
periodo hace referencia a las políticas del estado de bienestar y las políticas
dirigidas a las mujeres, sin embargo, no se tomó en cuenta que las
desigualdades que afectaban específicamente a la población femenina (Paredes,
R, 2006, pg757-746). Posteriormente en
el segundo periodo, “las políticas con criterios de focalización y las
políticas de igualdad de género, ya se enfocaba un poco más, se cuestionó la
orientación universalista y se puso énfasis en los criterios de focalización
para enfrentar la pobreza, se identificaron los grupos con alta vulnerabilidad
y se diseñaron programas específicos para ellos.” (Paredes, R., 2006, pg747).
Final mente en la etapa 3, “Las políticas para enfrentar la pobreza femenina y
promover la equidad de género” a su vez con el proyecto: Transformación
Productiva con Equidad (TPE)” (Paredes, R., 2006, pg748). Esto permitió que la
reducción sistemática de la participación de la región en el comercio
internacional y la desigualdad distributiva, generada esta última por la
separación entre el crecimiento económico y la equidad (Paredes, R, 2006, pg748-751). De tal manera “diversas
organizaciones internacionales han contribuido significativamente al análisis
de la inequidad y discriminación de las mujeres desarrollando importantes
mecanismos e instrumentos específicos.” (Montané, A., 2012, pg. 98).
Conclusiones
Vivimos en una sociedad donde los hombres y las mujeres no
son considerados iguales, las mujeres en muchas ocasiones no tienen voz, la
mujeres en muchas culturas solo son para tener hijos y atender al marido, las
mujeres sólo deben de encargarse del hogar, las mujeres son consideradas como
un medio y no como un fin, las mujeres son consideradas instrumentos. A pesar
de que ha habido muchos logros con los derechos de las mujeres estos aún no se
completan las mujeres siguen siendo víctimas de acoso, de violencia, de
cosificación, y discriminación entre otras. La equidad de género no es algo que
se conseguirá de un día para otro. Es algo por lo cual se tiene que estar
luchando e enseñando constantemente, esto debido a la cultura a la que estamos
impuestos, al machismo, estereotipos y roles de género muy marcados según la
cultura. Si desde niños se les implementa mecanismos o enseñanzas acerca de la
igualdad de género esto ya no sería un problema. Cuando nos percatemos que los
hombres y las mujeres independientemente de sus determinantes biológicos y
aspectos físicos tienen el derecho de acceder con igualdad, justicia y
autonomía los mismos derechos, así como beneficios otorgados por la sociedad,
se conseguirá la equidad e igualdad de género.
Referencias
Castañeda, M. (2007). El Machismo Invisible Regresa. México:
Taurus
Ocampo, A; Mendoza, M. (2014). Sensibilización en Genero.
Inmujeres, IJM.
Paredes, R; (2006). Políticas públicas, pobreza y equidad de
género. Espacio Abierto, 15() 741-757. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12215403
Pessoa de Carvalho, M E; Montané, A; (2012). Diálogo sobre
género: justicia, equidad y políticas de igualdad en educación superior (Brasil
y España). Revista Lusófona de Educação, () 97-120. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34924585006
Rachels, J. (2002). Introducción a la Filosofía Moral.
McGraw-Hill. México:D.F.
Torres Velázquez, L E; (2011). RENDIMIENTO ACADÉMICO,
FAMILIA Y EQUIDAD DE GÉNERO. Ciencia y Sociedad, XXXVI() 46-64. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87019755003
Bibliografía
complementaria:
Colín, A. (2013) La desigualdad de género comienza en la
infancia. México: México.
.Recuperado de:
http://derechosinfancia.org.mx/documentos/Manual_Desigualdad.pdf
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