¿CADENA
ALIMENTICIA O CADENA DEL PODER?
Maltrato
animal
Por Angélica Islas
Introducción
Dominar la naturaleza por medio del rito o de la técnica, no es más que
un afán de dominar la vida (Garzón, 2002, p.17). El hombre, a diferencia de
otros animales, se ha dado cuenta que posee el poder de cambiar el entorno a su
favor con el propósito de sobrevivir de la mejor forma posible. La doctrina
cristiana menciona que los animales han sido creados para satisfacer las
necesidades del hombre; que están para servirnos. La idea de que Dios nos ha
creado a su imagen y semejanza y que los animales son sólo parte de las
herramientas de subsistencia ha sido utilizada para justificar actos de
maltrato animal. Muchos analistas éticos, sobre todo utilitaristas, mencionan
que los animales al tener sentimientos son merecedores de respeto y no deben
ser presas del maltrato injustificado. Las prácticas científicas donde se
utilizan animales como medio de experimentación para obtener los resultados
posibles en humanos, son prácticas justificadas, algunas veces, cuando los
resultados en estos animales son cruciales para un beneficio general de la
humanidad y hasta de ciertos animales más. Sin embargo, los espectáculos en los
cuales están involucrados la tortura y el asesinato a animales, lejos están de
beneficiar más allá del entretenimiento y no está justificado algún beneficio
ni a la humanidad y mucho menos a los propios animales. En este ensayo estará
dividido en tres temas; Punto de vista cristiano, Maltrato a animales desde el
punto de vista de algunas teorías éticas; abordando el tema desde la
perspectiva utilitarista y de la ética kantiana y finalmente uso de animales
por humanos; analizando su uso como diversión y para investigación.
Punto de vista cristiano
El cristianismo desde la narración del inicio del mundo menciona que los
animales fueron creados para estar al servicio del hombre, quien por ser un
ente semejante a Dios, tiene todo derecho sobre ellos. Los usa a su antojo sin importarle
que estos animales experimenten verdadero dolor. Jane Goodall dice “Millones de
personas no se dan cuenta de lo estrecha que es la conexión existente entre los
humanos y el resto del reino animal; no se dan cuenta de que nosotros también
somos animales” (Goodall, 2003, p 25). Y es que es verdad, si dejáramos a un
lado la idea de que Dios creó a los animales como simples complementos para la
vida del hombre podemos darnos cuenta que no somos más que una pieza más del
rompecabezas y no los dueños del universo.
Por otro lado está el grupo de personas que piensa que una persona buena
no maltrata a los animales. Muchas de estas personas asocian la insensibilidad con
la maldad, no se explican cómo una persona puede ser indiferente e incluso
sentir satisfacción al saber que por su causa un ser vivo experimenta dolor. Y
es que el objetivo de la religión cristiana es precisamente ser “buenos” claro
que este concepto la mayoría de las veces se asocia con “lo que Dios quiere” y
muy pocas veces como lo que la misma persona desea. Usar a los animales a
nuestro antojo sólo porque Dios nos los ha dado como instrumentos de vida puede
por un lado justificar que se utilicen como alimento pero por otro lado no nos
aleja de la idea de maldad al utilizar el sufrimiento animal como medio de entretenimiento.
Maltrato
a animales desde el punto de vista de algunas teorías éticas
El movimiento modernista ha cambiado a Dios por la
Razón como método de guía para las acciones, sin embargo esto poco ayuda para
concientizar al humano acerca de la necesidad de ser solidarios con el resto de
las especies que habitamos este planeta.
Una concepción mínima de la moral según Rachels es: “un agente moral
responsable es alguien que se preocupa imparcialmente por los intereses de cada
uno de quienes se verán afectados por lo que hace; alguien que distingue
cuidadosamente los hechos y examina sus implicaciones; alguien que acepta
principios de conducta sólo después de analizarlos con cuidado para estar
seguro de que son firmes; alguien que está dispuesto a “escuchar la razón”,
incluso cuando esto significa que tendrá que revisar sus convicciones previas, y
finalmente, alguien que está dispuesto a actuar siguiendo los resultados de su
deliberación” (Rachels, 2006, p. 37). Podría aplicarse a esta concepción del a
moral el que se preocupara no sólo por
los intereses de sus semejantes (humanos) sino también de los animales que
forman parte de su entorno.
“Por principio de utilidad se entiende el principio que aprueba o
desaprueba cualquier acción, según la tendencia que tenga para aumentar o disminuir la felicidad
de las partes de cuyo interés se trata; o, lo que viene a ser lo mismo en otras
palabras, para fomentar o combatir esa felicidad.” (Rachels, 2009, p.148). Si
se analiza el tema por el lado del utilitarismo, por ejemplo hablando de usar a
los animales para comer, se puede notar que pareciera que es sólo un acto de
subsistencia; de cumplir las necesidades. Los utilitaristas se basan en la idea
de la felicidad para todos y en que las acciones humanas
deben estas basadas en las consecuencias de sus actos en la felicidad de los
involucrados, incluyendo a los animales, que aunque no son racionales, pueden
experimentar tanto alegría o felicidad como dolor y tristeza.
Está bien que los animales cumplan
con su parte en la cadena alimentaria; no nos atreveríamos a criticar las
razones del león para cazar al antílope, pero crear toda una red de tortura
para saciar nuestras necesidades alimentarias suena totalmente cruel. La
insensibilización es un proceso que consiste en disparar con una pistola
de bala retenida al animal justo antes
de la sangría para evitar que cuando ésta se lleve a cabo el animal sufra además
que no se deben sobrepasar los 30 segundos para desangrar al animal. En un
estudio realizado en Chile se encontró que el 85% de las veces el animal no
caía al primer intento de noqueo además de que un gran porcentaje de las veces
el animal era desangrado más un minuto después de su noqueo y en muchas
ocasiones en plena consciencia (Gallo, 2008, p.12). Quizá no podamos evitar
consumir estos alimentos, ya que son parte de nuestra dieta y el prescindir de
ellos nos trae consecuencias negativas, pero sería conveniente revisar los
procedimientos de transportación, producción y alimentación de estos animales. A
las gallinas “ponedoras” se les mantiene en jaulas apiladas una sobre la otra y
a menudo se les recorta el pico para evitar canibalismo, utilizando una
cuchilla al rojo vivo. Se cree que el recorte del pico causa un dolor intenso y
de larga duración, se ha conseguido que las gallinas pongan 300 huevos al año,
de los 170 que ponían en 1925 esto
gracias a procesos químicos a los cuales son sometidas. Casi un 25% de las
gallinas acaban con algún hueso roto cuando las trasladan de sus jaulas a la
planta de procesamiento debido a la osteoporosis provocada por el alto número
de huevos que producen (Goodall, 2003, p. 55). La supuesta irracionalidad de
los animales los condena a ser utilizados por los hombres como simples medios
para saciar sus necesidades.
Según Kant, los humanos tenemos un valor intrínseco
llamado “dignidad”, algo que no compartimos con el resto de las especies que
nos rodean que, de hecho, sólo tienen valor en cuanto sirvan a un propósito
humano. Menciona que puede parecer incorrecto torturar a los animales, pero la
razón es porque al torturarlos estarían causando daño indirectamente a humanos;
una persona que goza de ver sufrir a un animal tiene endurecido el corazón. El uso de
animales para consumo humano es inevitable y realmente indeseable, como
criaturas vivientes y omnívoras necesitamos carne para proveer a nuestro cuerpo
de proteínas, sin embargo; es indebido torturar al animal antes de ser
sacrificado. Animales que son transportados ya sea para su marcaje o pesado,
antes de ser sacrificados implican ayunos de hasta 60 horas, este ayuno puede
ser de comida y/o agua. Durante el transporte de los animales, además de
pérdidas de peso, se producen con frecuencia traumatismos, contusiones o daños
físicos. (Gallo, 2008, p.10). Es evidente el sufrimiento de estos seres durante
las largas horas en las que esperan ser
sacrificadas. Ya que no sólo esperan a una muerte dolorosa sino que sufren durante
el transporte, sufren traumas y estrés y es que quién se atrevería a gastar en
comida para alimentar a estos animales que después de todo están destinados a
la muerte. ¿Qué caso tiene darle agua a un animal que será sacrificado? Creo es
un pensamiento muy poco solidario y egoísta.
Citando algunas palabras de Kant:
“Con respecto a los animales, no tenemos ningún deber para con ellos, de modo
inmediato. Los animales […] son solamente medios para un fin. Ese fin es el
hombre”. Por tanto, podemos utilizar a los animales en la forma que nos plazca.
No tenemos ningún “deber directo” para abstenernos de torturarlos…aquel que se
comporta cruelmente con ellos posee asimismo un corazón endurecido para con sus
congéneres”. Podemos darnos cuenta que
desde la ética Kantiana los animales son mero medios para el fin que es el
hombre, esto incluye usarlos como medio para la diversión.
Uso de animales por humanos
Es incorrecto utilizar el sufrimiento
de los animales como medio de entretenimiento ya que esto sólo refleja la
dureza de nuestro corazón y un pensamiento poco racional. Las corridas de
toros, las peleas de gallos, peleas de perros, carreras, son a mi punto de
vista simples ritos donde el humano se divierte con la degradación física de
los animales. ¿Para qué? Yo no lo entiendo. Ritos donde se derrama sangre,
donde es evidente el sufrimiento, dónde incluso el humano es el asesino cruel.
¿Es acaso necesario que el humano demuestre de esa forma su superioridad?,
¿superioridad de qué?, ¿evolutiva?, ¿racional?, ¿intuitiva? Es importante
reconsiderar si de verdad disfrutamos ver cómo
se desangra un toro al cual han sido clavadas más de 3 puntillas en la
columna y que después de eso se le provoque para que no ceda al dolor y siga
brindando un espectáculo sanguinario.
Otra práctica que incluye el utilizar
a los animales como medio para beneficio humano es la investigación. Con todo
el desarrollo de la tecnología biomédica, es evidente la necesidad de probar
nuevos materiales, nuevos fármacos, nuevos procedimientos y es evidente que de
nadie en su sano juicio de buenas a primeras se ofrezca como voluntario. Desde
hace siglos se utilizan animales para las pruebas de biocompatibilidad,
podríamos decir que es necesario que sean utilizados para probar estos nuevos
fármacos y es en verdad, nadie prefiere el dolor humano al de un animal pero
incluso los procedimientos más básicos implican tortura para estos “animales de
laboratorio”. Algunos de estos métodos incluyen la aplicación de impulsos
dolorosos, de agentes irritantes directamente a las mucosas, seccionamiento de
la columna mientras el animal está consciente. Esto nos coloca en un gran
dilema ético por un lado, es completamente deseable encontrar nuevos
medicamentos para la cura de enfermedades o el desarrollo de nuevos
biomateriales para reparar estructuras dañadas de nuestro cuerpo o simplemente
para conocer el funcionamiento de nuestros sistemas. Por otro lado podemos
estar en desacuerdo con estas prácticas ya que el sufrimiento de estos animales
es indeseable, pareciera ser urgente la implementación de sistemas que simulen
la respuesta como lo harían estos cuerpos vivientes pero sin la necesidad de
torturar seres vivos. Sabemos que esto no es posible y lo único que nos queda
es pedir que se trate a estos animales de la manera menos cruel posible ya que
si bien son meros medios para el beneficio del hombre, también tienen
percepción física y sufren al enfrentarse a pruebas clínicas.
Conclusión
El cristianismo acepta la utilización
de los animales como medios de subsistencia; sin embargo también niega la
tortura y utilización de los animales como meros medios de entretenimiento.
Desde la postura utilitarista explotar animales como alimento parece estar
correcto ya que aporta un mayor beneficio. El utilitarismo también compromete
al hombre a revisar las consecuencias de sus actos; a las partes afectadas, en
este caso lo obliga a tomar en cuenta a los animales como afectados. Kant
menciona que los humanos no tienen ninguna obligación con los animales y que
éstos pueden ser manipulados a gusto y conveniencia del hombre. Que si bien es
incorrecto maltar a los animales no es porque se tenga alguna responsabilidad
con ellos, sino que el maltrato reflejaría la dureza de corazón de hombre y
esto es indeseable. La manipulación de animales como medio de entretenimiento
no está justificada en cuanto se tortura al animal o se le expone en
situaciones sanguinarias donde el final conlleva la muerte de éste. El
desarrollo de nuevos cosméticos, fármacos y otros productos, obliga al hombre a
utilizar animales para la experimentación. La experimentación con animales es
una práctica inevitable en cuanto se deseen los menores daños al hombre e
incluso a otros animales (si se trata del desarrollo de productos
veterinarios). Es conveniente reconocer que los animales son parte de nuestro
entorno, que si bien es necesario utilizar animales ya sea para alimentarnos o
como cuerpos de prueba, también es necesario actuar responsablemente ante el
sufrimiento de estos seres y evitar la tortura por diversión y la
sobrexplotación.
REFERENCIAS:
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Rachels, J. (2009). Introducción
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7. Goodall, J. (2003). Los
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8. Gallo, CarmenTadich B., Néstor. (2008).
Bienestar animal y calidad de carne durante los manejos previos al faenamiento
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9. Monson, S. (2006). Earthlings. Estados
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