Ana Patricia Cia Egli
Quítate la Venda de los Ojos
“Al que se apodera del vestido de otra persona se le llama ladrón;
pero el que no viste al pobre y puede hacerlo, ¿no merece el mismo nombre?” San Basilio
Uno de los grandes problemas que acechan a
muchos países incluyendo al nuestro es la pobreza. Pero el problema no es la
pobreza en sí. EL conflicto recae en la indiferencia de gran parte de la
población para apoyar a gente que vive en éste tipo de condiciones.
Pero, ¿Es la pobreza un dilema ético? ¿Por
qué existe pobreza? ¿Por qué no darles todo? ¿Por qué la mayor parte de la
gente que vive en situación de pobreza son mujeres? ¿Cuál es la solución? Son
muchas preguntas fáciles de cuestionar pero quizá no tan sencillas de
responder.
Es difícil estipular una o dos soluciones
para afrontar este problema. Lo cierto es que tiene muchas causas
históricamente hablando como lo fue: la esclavitud y la conquista pero es
diferente a un factor. Siendo éste una
acción o situación que favorezca el incremento de esta situación. Tales
factores incluyen: rezago en educación, alguna enfermedad, apatía de una
sociedad capitalista (no quiero decir que el socialismo sea una solución),
machismo y en ocasiones dependencia de la gente a esperar que los demás hagan
las cosas por ellos, en el caso de las mujeres tener muchas parejas por esperar
poder ser rescatadas.
La RAE define pobreza como:
“escasez, falta de recursos o condición de pobre”. Este es un punto muy
importante con el que quisiera comenzar. Cuando nos referimos a gente que vive
en condiciones de pobreza nos referimos a ellos como “la gente pobre” pero,
¿Realmente son gente pobre?, ¿Pobre de qué? Es un término que considero
despectivo ya que las personas que viven en situación de pobreza no son pobres.
Tienen valores, derechos, obligaciones; simplemente viven en una escasez
material. La pobreza se mide me manera multidimensional ya que recae en muchos
aspectos de la vida y sea pobreza alimentaria, educacional, habitacional etc.
(CONEVAL, 2010)
“La igualdad de necesidades establece
que cada uno de nosotros necesita las mismas cosas básicas para sobrevivir:
comida, vestido, un lugar para protegerse” (Rachels, 2007, 227). La generosidad
es definida por Rachels como “ gastar recursos propios para ayudar a otros”
(2007,280). Algo importante al ayudar es poder llegar a un punto medio ya que
no estamos obligados a hacer actos heroicos o supererogatorias.
Lo que me gustaría ligarlo a
participación ciudadana y que las personas de otros sectores socioeconómicos
sepan que no sólo se compone el mundo y la sociedad de bolsas de marca, viajes,
salidas, “shopping”, entre muchos otros placeres en la vida que hay quienes
solo piden y reciben. Es de extrema importancia salir de la burbuja y aterrizar
en la tierra y ver que si no tenemos escasez podemos ser capaces de ayudar a
aquellos que las tienen.
De acuerdo al Índice de
Pobreza Humana (IPH) en México, la población que se estima no sobrevivirá hasta
los 40 años de edad por la situación de pobreza en la que viven equivale al
8.3%, El porcentaje de la población que no tiene acceso a agua potable es del
14% y el porcentaje de niños de cinco años con peso insuficiente es del 8%.
(Lizcano, 2002, 210)
Unas cifras según la CONEVAL
y PNUD en cuanto a la situación que se vive en nuestro país se encuentran: El
35.8% de la población mexicana según las cifras del 2010 vive en condiciones de
pobreza. 11.7 millones de mexicanos que equivalen al 10.4% de la población mexicana
vive en pobreza extrema. La pobreza femenina es principalmente
alimentaria y urbana (53.78%). (CONEVAL, 2010).
Haciendo gran énfasis en la
última cifra a cerca de la pobreza
femenina tiene gran relación con los estereotipos creados por la sociedad que en
parte mejoran el funcionamiento, pero por el otro lado lo truncan ya que hay
evidente desequilibrio entre géneros. Estos estereotipos de transmiten
naturalmente con la socialización.
Existen escenarios que
desfavorecen al género femenino. “Si nos referimos en el plano económico hay
una gran diferencia por no llamarla discriminación hacia el género en cuestión
en términos salariales, sea cual sea su país.[…] Además la tasa de
analfabetismo entre mujeres es mucho mayor que la de los hombres.” (Pérez, 2001,
47)
· Las mujeres contribuyen
con el 52% a la población pobre y los hogares con jefatura femenina con un 23%
· La desigualdad de
género contribuye un 6% a la desigualdad total del ingreso factorial
· La desigualdad de
género reduce en 2.2 % el Indice de Desarrollo Humano (CONEVAL, 2010)
Como se observa es mucho
mayor el número de muertes en todas las cifras ya que sigue esa discriminación
hacia la mujer o aquel pensamiento errado y retrógrada acerca de que las
mujeres “sólo se pueden quedar en casa” o “las mujeres son para hacer niños y
criarlos” lo cual no es cierto. Se puede tener una perspectiva del problema
desde dos puntos. Si se observa del lado del matrimonio se supone que por eso
se casan las personas para compartir responsabilidades; dichas responsabilidades
incluyen aquellas de crianza a niños así como ciertos labores en el hogar. En
cambio, si lo observamos del lado económico tanto hombres como mujeres pueden
trabajar y generar los mismos resultados pero se necesita quién genere esas
oportunidades.
Cuando una persona vive en
estas condiciones se involucran muchos problemas humanos, “La igualdad de
necesidades establece que cada uno de nosotros necesita las mismas cosas
básicas para sobrevivir: comida, vestido, un lugar para protegerse” (Rachels, 2007,
227), así como éticos ya que no es respetada su dignidad que Kant la define
como: “El valor intrínseco que hace a los humanos valiosos sobre cualquier
precio.” (Rachels, 2007,209). Además son afectados por diferentes injusticias
como el Capitalismo de Cuates.
Dresser en su discurso expone
que; “El Capitalismo de Cuates no se basa en competencia, gozan de privilegios,
posiciones dominantes y sindicatos. En sectores como telecomunicaciones,
energía, servicios financieros y transporte.” (Dresser, 2009) Esto provoca grandes dificultades para
aquellas personas que no tienen muchos recursos, ya que los monopolios
establecen sus propios precios y suelen ser muy elevados.
Añadiendo a lo anterior
cuando a una persona que vive en condición de pobreza se le presenta un
programa de ayuda como en el que yo participo, una OSC llamada Techo. Esta OSC
ataca la emergencia habitacional proporcionando a las familias una pequeña
vivienda de emergencia prefabricada de madera. Y cuando llegamos a presentar el
proyecto y saber si están interesados, muchas veces las podemos percibir
escépticas ya que lo que nos responden ante un plan de ayuda es: “Esperamos que
no sea como en el gobierno que mucho prometen y nos dejan más jodidos”. Todas aquellas personas tienen
los mismos derechos como libertad de expresión, culto religioso pero sobre todo
derecho a la vida (Rachels, 2007, 174) sólo por mencionar algunos.
Un gran ejemplo es una
experiencia que en lo personal me tocó vivir en Techo (anteriormente llamado Un
Techo para mi País A.C.), donde soy voluntaria proveemos viviendas de
emergencia a personas que viven en situaciones de pobreza extrema. Hacemos una
serie de estudios para determinar en cierta comunidad qué familia es la más
necesitada uno de estos casos fue el de Adelaida.
Adelaida es madre soltera de
cuatro hijos dos de ellos están en perfectas condiciones de salud pero
lamentablemente dos de ellos padecen epilepsia. En su antigua casa cada que
llovía el techo que cubría su casa, conformado por bolsas de plástico y retazos
de cartón, no resistía y siempre se mojaban lo que ocasionaba que sus dos niños
que están delicados de salud sufrieran convulsiones. Por lo tanto era obvio que
necesitaba una vivienda de emergencia.
El día en el que se le asignó
la vivienda se le leyó la carta compromiso. Todo iba de maravilla en la carta
hasta que llegamos al punto donde Adelaida tenía que pagar 1,500.00 MXN ella
dijo: “Yo no puedo pagar la casa”. En ese punto le explicamos que la casa la
podía pagar en plazos accesibles y que si ella se lo proponía sería capaz de
pagar su casa. Al final fue la primera en pagar la casa en su totalidad.
Lo impactante de la situación
fue que al final dijo: “Yo nunca me creí capaz de lograr darles una casa a mis
hijos donde no sufrieran las inclemencias del clima y sobretodo que fue un
esfuerzo realizado por mi”. Hoy por hoy Adelaida protege su casa ante cualquier
situación y logramos en ella un sentido de pertenencia y una persona que trata
de luchar para salir adelante y poder dar una mejor vida a sus hijos.
Todas las personas podemos
poner nuestro granito de arena, ya que para vivir todos tenemos las mismas
necesidades, siendo generosos y ayudar en medida de lo posible.
Aunque tampoco es fácil el
hecho de simplemente ayudar. A pesar de que ayuda va desde dar alguna moneda en
la calle no es la manera más adecuada de hacerlo porque esa persona simplemente
esperará recibir más y más sin saber ganarlo por si misma o únicamente esperará
que alguien más lo haga por ella. Bien dicen no le des pescado a una persona
mejor enséñale a pescar así comerá toda su vida.
Por ello la importancia de
los programas no asistencialistas, donde quizá no se cobre en su totalidad el
bien o servicio proporcionado pero si se efectúa un cobro parcial donde se comprometa
a las personas a concluir el pago se darán cuenta de que pueden lograr muchas
cosas como en techo; el hecho de poder brindar un mejor lugar para que ellos
puedan vivir junto con sus hijos propicia a que tengan visión de mayores
oportunidades de desarrollo.
Hobbes menciona que se
consideran a los hombres como hongos recién salidos de la tierra que al crecer
maduran y logran su totoal autonomía ya que no existe ningún vínculo de uno con
el otro; sin embargo, la mujer es la madre de donde todas las personas nacen y
su concepto es reemplazado por el de la tierra. (Benhabib, 2006, 179) “La
negación de nacer de la mujer libera el ego masculino del lazo de dependencia
más natural y básico” (Benhabib, 2006, 180)
Volviendo al punto de Hobbes
la idea de una autonomía moral conduce a una privatización de la experiencia de
la mujer y a la exclusión de su consideración desde un punto de vista moral, el
ser moral es visto como un ser no integrado. Esta postura refleja aspectos de
la experiencia masculina, “el otro relevante”.
(Benhabib, 2006, 176)
Algunos de los que se dedican
a la ciencia social piensan que el carácter machista de la sociedad
contemporánea hace aconsejable un militancia feminista. Es decir, contra
machismo imponer feminismo. Por lo tanto este ensayo no pretende quitar al
machismo con feminismo sino “contra
machismo, equilibrio de géneros.” (León, 1997, 105) Entendiendo feminismo como un extremo o una radicalidad no como el
impulso a las mujeres.
El ejemplo de Adelaida forma
parte de un progreso en el desarrollo de las mujeres que ha sido oprimidas
durante muchos años. En el sistema género-sexo se desarrolla una identidad
materializada del propio cuerpo y vivir ene l cuerpo. Por éste filtro es donde
las sociedades y culturas reproducen individuos materializados. Los sistemas
género-sexo históricamente han contribuido a la opresión y explotación de las
mujeres.(Benhabib, 2006, 175)
“Cuando
las mujeres tuvieron mayor presencia en los procesos sociales y económicos de
desarrollo en las décadas de 1970 y 1980, se hicieron patentes las condiciones
de vida desventajosas para ellas respecto de los hombres en casi todas las
sociedades, sin importar la clase, la etnia, la raza y la edad.
Particularmente, las mujeres rurales de los países del Sur fueron tomando una
visibilidad relativa a las condiciones sociales de las mujeres con mejores
capacidades de desarrollo (escolaridad, salud, ingresos, patrimoniales,
etcétera).” (Viscarra, 2008, 3)
Todo este proceso es llamado empoderamiento, la
manifestación de una visión de madurez moral, que contempla el ser inmerso en
una red de relaciones con otros, es decir, el respeto por las mutuas
necesidades y la mutualidad del esfuerzo por satisfacerlas sostienen el
crecimiento del desarrollo moral.”(Benhabib, 2006, 173). Keller y Mbewe lo
definen como:
“Un proceso por medio del
cual las mujeres desarrollan la capacidad para organizarse con el fin de
incrementar su propia autoconfianza, afirmar su derecho de independencia para
hacer elecciones y controlar los recursos que les asistirán en el desafío y
eliminación de su subordinación” (León, 1997, 6)
En otras palabras es la
capacidad de las mujeres de incrementar su propia autoconfianza y su fuerza
interna, así pueden definir qué rumbo quieren dar a sus vidas y dejarse
influenciar por un cambio que también ayude a la habilidad para tener control
sobre recursos materiales. Todo esto implica ganar una voz y generar movilidad
de manera de encontrar control sobre estructuras de poder. (León, 1997,
216-217) empleando el poder como “capacidad de producir un impacto o un efecto”
(León, 1997, 220)
El empoderamiento está
conformado por tres dimensiones (León, 1997, 222-223):
· Personal
· Relaciones Cercanas
· Colectivo
Si regresamos al caso de
Adelaida es posible resaltar que gracias a que hizo una conciencia acerca de lo
que es capaz de hacer, logró un control de sus recursos desarrollando un
sentido de ser así como la confianza en la capacidad individual. Aunado a esto
ha comenzado a mandar a sus hijos a la escuela lo que hace explícita una preocupación
en el otro logrando una habilidad para negociar y responsabilizarse de las
decisiones tomadas. Para conciliar este proceso, hace falta desarrollar la
parte de la dimensión colectiva que es aquella que va más allá de su “metro
cuadrado”.
Una vez que se logra la etapa
del empoderamiento colectivo, se trata de “involucrar a todas las mujeres en
todos los niveles de implementación, planeación y pensamiento del desarrollo,
hará un mundo de diferencia no sólo para las mujeres sino también para una
sociedad que quiera un cambio reflejado” (León, 1997, 99)
Por lo tanto un programa no
asistencialista fomenta la confianza en las personas especialmente en las
mujeres a que no tienen que depender de un hombre para poder salir adelante
tanto ellas como sus hijos, sólo es necesario tener ese poder y fuerza interna
en el cual se tenga un empoderamiento personal y notar que es posible hacer las
cosas.
Finalmente hay que resaltar
tres cosas el problema de pobreza expresado mayormente en mujeres tiene
relación con un problema cultural remontado a hace muchos siglos en el cual la
mujer ha sido valorada en rangos menores al de los hombres.
Sin embargo, la pobreza no sólo
se refleja ante mujeres sino ante gran parte de la población mexicana y
nosotros podemos ayudar pero siempre siendo muy claros con nuestros sistemas o
programas de ayuda, es decir, que las intervenciones no sean asistencialistas
y/o paternalistas ya que las personas en especial las mujeres estarán
acostumbradas a ser “rescatadas” y esperarán con los brazos abiertos a recibir
ayuda. Si ayudamos no asistencialmente lograremos que las personas logren un
control de sus recursos así como un control de sus recursos desarrollando un
sentido del ser.
Haciendo gran énfasis en las
mujeres el empoderamiento de la misma provocará en la misma una universalidad
en que la lucha por cosas concretas será materializada por lograr su autonomía.
Resaltando lo recién mencionado no es búsqueda de un feminismo radical sino una
equidad de géneros.
Referencias:
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el otro en la ética contemporánea: feminismo, comunitarismo y posmodernismo.
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Ediciones Internacionales Universitarias
Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía
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Vizcarra Bordi, Ivonne. (2008). Entre
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