martes, 1 de mayo de 2012

Quítate la venda de los ojos (Ensayo final)


Ana Patricia Cia Egli

Quítate la Venda de los Ojos
“Al que se apodera del vestido de otra persona se le llama ladrón; pero el que no viste al pobre y puede hacerlo, ¿no merece el mismo nombre?” San Basilio
Uno de los grandes problemas que acechan a muchos países incluyendo al nuestro es la pobreza. Pero el problema no es la pobreza en sí. EL conflicto recae en la indiferencia de gran parte de la población para apoyar a gente que vive en éste tipo de condiciones.
Pero, ¿Es la pobreza un dilema ético? ¿Por qué existe pobreza? ¿Por qué no darles todo? ¿Por qué la mayor parte de la gente que vive en situación de pobreza son mujeres? ¿Cuál es la solución? Son muchas preguntas fáciles de cuestionar pero quizá no tan sencillas de responder.
Es difícil estipular una o dos soluciones para afrontar este problema. Lo cierto es que tiene muchas causas históricamente hablando como lo fue: la esclavitud y la conquista pero es diferente a un factor. Siendo éste  una acción o situación que favorezca el incremento de esta situación. Tales factores incluyen: rezago en educación, alguna enfermedad, apatía de una sociedad capitalista (no quiero decir que el socialismo sea una solución), machismo y en ocasiones dependencia de la gente a esperar que los demás hagan las cosas por ellos, en el caso de las mujeres tener muchas parejas por esperar poder ser rescatadas.
La RAE define pobreza como: “escasez, falta de recursos o condición de pobre”. Este es un punto muy importante con el que quisiera comenzar. Cuando nos referimos a gente que vive en condiciones de pobreza nos referimos a ellos como “la gente pobre” pero, ¿Realmente son gente pobre?, ¿Pobre de qué? Es un término que considero despectivo ya que las personas que viven en situación de pobreza no son pobres. Tienen valores, derechos, obligaciones; simplemente viven en una escasez material. La pobreza se mide me manera multidimensional ya que recae en muchos aspectos de la vida y sea pobreza alimentaria, educacional, habitacional etc. (CONEVAL, 2010)
            “La igualdad de necesidades establece que cada uno de nosotros necesita las mismas cosas básicas para sobrevivir: comida, vestido, un lugar para protegerse” (Rachels, 2007, 227). La generosidad es definida por Rachels como “ gastar recursos propios para ayudar a otros” (2007,280). Algo importante al ayudar es poder llegar a un punto medio ya que no estamos obligados a hacer actos heroicos o supererogatorias.
Lo que me gustaría ligarlo a participación ciudadana y que las personas de otros sectores socioeconómicos sepan que no sólo se compone el mundo y la sociedad de bolsas de marca, viajes, salidas, “shopping”, entre muchos otros placeres en la vida que hay quienes solo piden y reciben. Es de extrema importancia salir de la burbuja y aterrizar en la tierra y ver que si no tenemos escasez podemos ser capaces de ayudar a aquellos que las tienen.
De acuerdo al Índice de Pobreza Humana (IPH) en México, la población que se estima no sobrevivirá hasta los 40 años de edad por la situación de pobreza en la que viven equivale al 8.3%, El porcentaje de la población que no tiene acceso a agua potable es del 14% y el porcentaje de niños de cinco años con peso insuficiente es del 8%. (Lizcano, 2002, 210)
Unas cifras según la CONEVAL y PNUD en cuanto a la situación que se vive en nuestro país se encuentran: El 35.8% de la población mexicana según las cifras del 2010 vive en condiciones de pobreza. 11.7 millones de mexicanos que equivalen al 10.4% de la población mexicana vive en pobreza extrema. La pobreza femenina es principalmente alimentaria y urbana (53.78%). (CONEVAL, 2010).
Haciendo gran énfasis en la última cifra  a cerca de la pobreza femenina tiene gran relación con los estereotipos creados por la sociedad que en parte mejoran el funcionamiento, pero por el otro lado lo truncan ya que hay evidente desequilibrio entre géneros. Estos estereotipos de transmiten naturalmente con la socialización.
                     

Existen escenarios que desfavorecen al género femenino. “Si nos referimos en el plano económico hay una gran diferencia por no llamarla discriminación hacia el género en cuestión en términos salariales, sea cual sea su país.[…] Además la tasa de analfabetismo entre mujeres es mucho mayor que la de los hombres.” (Pérez, 2001, 47)
·       Las mujeres contribuyen con el 52% a la población pobre y los hogares con jefatura femenina con un 23%
·       La desigualdad de género contribuye un 6% a la desigualdad total del ingreso factorial
·       La desigualdad de género reduce en 2.2 % el Indice de Desarrollo Humano (CONEVAL, 2010)
Como se observa es mucho mayor el número de muertes en todas las cifras ya que sigue esa discriminación hacia la mujer o aquel pensamiento errado y retrógrada acerca de que las mujeres “sólo se pueden quedar en casa” o “las mujeres son para hacer niños y criarlos” lo cual no es cierto. Se puede tener una perspectiva del problema desde dos puntos. Si se observa del lado del matrimonio se supone que por eso se casan las personas para compartir responsabilidades; dichas responsabilidades incluyen aquellas de crianza a niños así como ciertos labores en el hogar. En cambio, si lo observamos del lado económico tanto hombres como mujeres pueden trabajar y generar los mismos resultados pero se necesita quién genere esas oportunidades.
Cuando una persona vive en estas condiciones se involucran muchos problemas humanos, “La igualdad de necesidades establece que cada uno de nosotros necesita las mismas cosas básicas para sobrevivir: comida, vestido, un lugar para protegerse” (Rachels, 2007, 227), así como éticos ya que no es respetada su dignidad que Kant la define como: “El valor intrínseco que hace a los humanos valiosos sobre cualquier precio.” (Rachels, 2007,209). Además son afectados por diferentes injusticias como el Capitalismo de Cuates.
Dresser en su discurso expone que; “El Capitalismo de Cuates no se basa en competencia, gozan de privilegios, posiciones dominantes y sindicatos. En sectores como telecomunicaciones, energía, servicios financieros y transporte.” (Dresser, 2009) Esto provoca grandes dificultades para aquellas personas que no tienen muchos recursos, ya que los monopolios establecen sus propios precios y suelen ser muy elevados.
Añadiendo a lo anterior cuando a una persona que vive en condición de pobreza se le presenta un programa de ayuda como en el que yo participo, una OSC llamada Techo. Esta OSC ataca la emergencia habitacional proporcionando a las familias una pequeña vivienda de emergencia prefabricada de madera. Y cuando llegamos a presentar el proyecto y saber si están interesados, muchas veces las podemos percibir escépticas ya que lo que nos responden ante un plan de ayuda es: “Esperamos que no sea como en el gobierno que mucho prometen y nos dejan más jodidos”. Todas aquellas personas tienen los mismos derechos como libertad de expresión, culto religioso pero sobre todo derecho a la vida (Rachels, 2007, 174) sólo por mencionar algunos.
Un gran ejemplo es una experiencia que en lo personal me tocó vivir en Techo (anteriormente llamado Un Techo para mi País A.C.), donde soy voluntaria proveemos viviendas de emergencia a personas que viven en situaciones de pobreza extrema. Hacemos una serie de estudios para determinar en cierta comunidad qué familia es la más necesitada uno de estos casos fue el de Adelaida.
Adelaida es madre soltera de cuatro hijos dos de ellos están en perfectas condiciones de salud pero lamentablemente dos de ellos padecen epilepsia. En su antigua casa cada que llovía el techo que cubría su casa, conformado por bolsas de plástico y retazos de cartón, no resistía y siempre se mojaban lo que ocasionaba que sus dos niños que están delicados de salud sufrieran convulsiones. Por lo tanto era obvio que necesitaba una vivienda de emergencia.
El día en el que se le asignó la vivienda se le leyó la carta compromiso. Todo iba de maravilla en la carta hasta que llegamos al punto donde Adelaida tenía que pagar 1,500.00 MXN ella dijo: “Yo no puedo pagar la casa”. En ese punto le explicamos que la casa la podía pagar en plazos accesibles y que si ella se lo proponía sería capaz de pagar su casa. Al final fue la primera en pagar la casa en su totalidad.
Lo impactante de la situación fue que al final dijo: “Yo nunca me creí capaz de lograr darles una casa a mis hijos donde no sufrieran las inclemencias del clima y sobretodo que fue un esfuerzo realizado por mi”. Hoy por hoy Adelaida protege su casa ante cualquier situación y logramos en ella un sentido de pertenencia y una persona que trata de luchar para salir adelante y poder dar una mejor vida a sus hijos.
                   

Todas las personas podemos poner nuestro granito de arena, ya que para vivir todos tenemos las mismas necesidades, siendo generosos y ayudar en medida de lo posible.
Aunque tampoco es fácil el hecho de simplemente ayudar. A pesar de que ayuda va desde dar alguna moneda en la calle no es la manera más adecuada de hacerlo porque esa persona simplemente esperará recibir más y más sin saber ganarlo por si misma o únicamente esperará que alguien más lo haga por ella. Bien dicen no le des pescado a una persona mejor enséñale a pescar así comerá toda su vida.
Por ello la importancia de los programas no asistencialistas, donde quizá no se cobre en su totalidad el bien o servicio proporcionado pero si se efectúa un cobro parcial donde se comprometa a las personas a concluir el pago se darán cuenta de que pueden lograr muchas cosas como en techo; el hecho de poder brindar un mejor lugar para que ellos puedan vivir junto con sus hijos propicia a que tengan visión de mayores oportunidades de desarrollo.
Hobbes menciona que se consideran a los hombres como hongos recién salidos de la tierra que al crecer maduran y logran su totoal autonomía ya que no existe ningún vínculo de uno con el otro; sin embargo, la mujer es la madre de donde todas las personas nacen y su concepto es reemplazado por el de la tierra. (Benhabib, 2006, 179) “La negación de nacer de la mujer libera el ego masculino del lazo de dependencia más natural y básico” (Benhabib, 2006, 180)
Volviendo al punto de Hobbes la idea de una autonomía moral conduce a una privatización de la experiencia de la mujer y a la exclusión de su consideración desde un punto de vista moral, el ser moral es visto como un ser no integrado. Esta postura refleja aspectos de la experiencia masculina, “el otro relevante”. (Benhabib, 2006, 176)
Algunos de los que se dedican a la ciencia social piensan que el carácter machista de la sociedad contemporánea hace aconsejable un militancia feminista. Es decir, contra machismo imponer feminismo. Por lo tanto este ensayo no pretende quitar al machismo con feminismo sino “contra machismo, equilibrio de géneros.” (León, 1997, 105) Entendiendo feminismo como un extremo o una radicalidad no como el impulso a las mujeres.
El ejemplo de Adelaida forma parte de un progreso en el desarrollo de las mujeres que ha sido oprimidas durante muchos años. En el sistema género-sexo se desarrolla una identidad materializada del propio cuerpo y vivir ene l cuerpo. Por éste filtro es donde las sociedades y culturas reproducen individuos materializados. Los sistemas género-sexo históricamente han contribuido a la opresión y explotación de las mujeres.(Benhabib, 2006, 175)
“Cuando las mujeres tuvieron mayor presencia en los procesos sociales y económicos de desarrollo en las décadas de 1970 y 1980, se hicieron patentes las condiciones de vida desventajosas para ellas respecto de los hombres en casi todas las sociedades, sin importar la clase, la etnia, la raza y la edad. Particularmente, las mujeres rurales de los países del Sur fueron tomando una visibilidad relativa a las condiciones sociales de las mujeres con mejores capacidades de desarrollo (escolaridad, salud, ingresos, patrimoniales, etcétera).” (Viscarra, 2008, 3)
Todo este proceso es llamado empoderamiento, la manifestación de una visión de madurez moral, que contempla el ser inmerso en una red de relaciones con otros, es decir, el respeto por las mutuas necesidades y la mutualidad del esfuerzo por satisfacerlas sostienen el crecimiento del desarrollo moral.”(Benhabib, 2006, 173). Keller y Mbewe lo definen como:
“Un proceso por medio del cual las mujeres desarrollan la capacidad para organizarse con el fin de incrementar su propia autoconfianza, afirmar su derecho de independencia para hacer elecciones y controlar los recursos que les asistirán en el desafío y eliminación de su subordinación” (León, 1997, 6)
En otras palabras es la capacidad de las mujeres de incrementar su propia autoconfianza y su fuerza interna, así pueden definir qué rumbo quieren dar a sus vidas y dejarse influenciar por un cambio que también ayude a la habilidad para tener control sobre recursos materiales. Todo esto implica ganar una voz y generar movilidad de manera de encontrar control sobre estructuras de poder. (León, 1997, 216-217) empleando el poder como “capacidad de producir un impacto o un efecto” (León, 1997, 220)
El empoderamiento está conformado por tres dimensiones (León, 1997, 222-223):
·       Personal
·       Relaciones Cercanas
·       Colectivo
Si regresamos al caso de Adelaida es posible resaltar que gracias a que hizo una conciencia acerca de lo que es capaz de hacer, logró un control de sus recursos desarrollando un sentido de ser así como la confianza en la capacidad individual. Aunado a esto ha comenzado a mandar a sus hijos a la escuela lo que hace explícita una preocupación en el otro logrando una habilidad para negociar y responsabilizarse de las decisiones tomadas. Para conciliar este proceso, hace falta desarrollar la parte de la dimensión colectiva que es aquella que va más allá de su “metro cuadrado”.
Una vez que se logra la etapa del empoderamiento colectivo, se trata de “involucrar a todas las mujeres en todos los niveles de implementación, planeación y pensamiento del desarrollo, hará un mundo de diferencia no sólo para las mujeres sino también para una sociedad que quiera un cambio reflejado” (León, 1997, 99)
Por lo tanto un programa no asistencialista fomenta la confianza en las personas especialmente en las mujeres a que no tienen que depender de un hombre para poder salir adelante tanto ellas como sus hijos, sólo es necesario tener ese poder y fuerza interna en el cual se tenga un empoderamiento personal y notar que es posible hacer las cosas.
Finalmente hay que resaltar tres cosas el problema de pobreza expresado mayormente en mujeres tiene relación con un problema cultural remontado a hace muchos siglos en el cual la mujer ha sido valorada en rangos menores al de los hombres.
Sin embargo, la pobreza no sólo se refleja ante mujeres sino ante gran parte de la población mexicana y nosotros podemos ayudar pero siempre siendo muy claros con nuestros sistemas o programas de ayuda, es decir, que las intervenciones no sean asistencialistas y/o paternalistas ya que las personas en especial las mujeres estarán acostumbradas a ser “rescatadas” y esperarán con los brazos abiertos a recibir ayuda. Si ayudamos no asistencialmente lograremos que las personas logren un control de sus recursos así como un control de sus recursos desarrollando un sentido del ser.
Haciendo gran énfasis en las mujeres el empoderamiento de la misma provocará en la misma una universalidad en que la lucha por cosas concretas será materializada por lograr su autonomía. Resaltando lo recién mencionado no es búsqueda de un feminismo radical sino una equidad de géneros.


Referencias:
Benhabib, S., & Zadunaisky, G. (2006). El ser y el otro en la ética contemporánea: feminismo, comunitarismo y posmodernismo. Barcelona: Gedisa
De la Torre, R. d. (n.d.). Pobreza, desigualdad y desarrollo humano en México. PNUD. Retrieved April 3, 2012, from www.undp.org.mx/desarrollohumano
Denise Dresser - El Discurso Parte 1 - YouTube . (2009). YouTube - Broadcast Yourself. . Retrieved April 18, 2012, from http://www.youtube.com/watch?v=qjsHfEoO8As&feature=youtu.be
Informes de Medición de Pobreza. (n.d.). CONEVAL. Retrieved February 28, 2012, from web.coneval.gob.mx/Paginas/principal.
Las cinco mayores causas de pobreza. Factores, no síntomas. (n.d.). Home Page; Methods to Strengthen Communities; Community Self Management, Empowerment and Development. Retrieved February 28, 2012, from http://cec.vcn.bc.ca/mpfc/modules/emp-povs.htm
Lizcano Fernández, Francisco. (2002). Niveles de pobreza y desarrollo socioeconómico en América. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, enero-abril.
León, M. (1997). Poder y empoderamiento de las mujeres (1. ed.). Bogotá: UN, Facultad de Ciencias Humanas :.
Pérez, J. (2001). Diez temas de sociología: vivir una sociedad familiar y humana (1. ed.). Madrid: Ediciones Internacionales Universitarias
Rachels, J., & Millán, G. (2007). Introducción a la filosofía moral. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica.-


Vizcarra Bordi, Ivonne. (2008). Entre las desigualdades de género: un lugar para las mujeres pobres en la seguridad alimentaria y el combate al hambre. Argumentos, Mayo-Agosto, 141-170

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