jueves, 3 de mayo de 2012


Jeseli Guadalupe curiel Rojas


Violencia a adultos mayores

Ballesteros (2001) define a la violencia como la “negación del respeto debido a una persona o a una regla”, es decir, la omisión del respeto exigido (Ballesteros, 1981, 265). También nos proporciona su raíz etimológica violo, que significa maltratar, deshonrar, profanar y ultrajar. Gellert (2002) menciona que “el abuso a adultos mayores es cualquier acción que ya sea por comisión o por omisión, daña o hiere a una persona mayor. Incluye daño físico ocasionado por aquellos que se encargan de su cuidado, abuso psicológico, explotación financiera, violación de los derechos humanos y negligencia” (Gellert, 2002, 212)

Gellert (2002)  menciona también que el maltrato de ancianos implica a una persona, como el agresor involucrado en una estrecha relación de confianza con el adulto agredido, además de que estos acontecimientos tienden a ocurrir en instituciones de cuidado y en los hogares de las víctimas.

Que se realicen actos de violencia no indica exclusivamente que tenga que existir una agresión física. Tal como menciona Ballesteros en el capítulo de Tipos de Violencia (1981)  “Pueden darse casos de violencia, en que no se produzca una utilización física y actual de la fuerza, pero en las que la carencia de respeto sea el fruto de una situación de prepotencia de la persona que ofende o maltrata.” (Ballesteros, 1981, 266) que entra dentro de la definición ya antes dada de la misma como la carencia de respeto y distintas maneras de maltrato.

Por otro lado, Gellert (2002) dice que el abuso hacia los adultos mayores puede ser realizado tanto de manera intencional como de manera no intencional, la cual es la que surge debido a que la persona encargada del cuidado del adulto mayor no cuenta con la experiencia o el conocimiento necesario para proveer los cuidados necesarios o también a que algunos no tienen la intención o el deseo de cuidarlos de la forma adecuada.

Hace tan sólo algunos años los adultos mayores eran considerados por la mayoría de la gente como las personas más sabias, los que gracias a la experiencia habían adquirido conocimientos que serían transmitidos a las nuevas y futuras generaciones. En la actualidad la opinión que se tiene de ellos es una completamente distinta, la atención de las personas más jóvenes hacia ellos ha disminuido considerablemente, ahora son vistos como una carga, como seres débiles e innecesarios por los cuales ya no tiene sentido preocuparse, por lo cual una medida que la sociedad  ha tomado para el cuidado de ellos ha sido la creación de instituciones, como son los asilos de ancianos o adultos mayores; lugares que se convertirán en su hogar, a cambio de una cuota, dichas instituciones cuentan con personal capacitado para la atención necesaria que llegaran a ocupar, ya sea ayuda de traslado,  aseo, etc. se les proporciona comida, bebida y habitaciones de acuerdo las necesidades de la persona. 

Así que varias familias han encontrado en estos lugares un espacio ideal para el pleno desarrollo de sus familiares mayores, pero ¿cuál es la verdadera razón de que los lleven a estos lugres?, ¿será para que reciban mejores atenciones, o para quitarse esa responsabilidad de encima?, ¿estos lugares realmente son para apoyo de estas personas o sólo un medio para adquirir ingresos económicos sin cumplir necesariamente con lo que dicen realizar?

A lo largo del tiempo se han realizado estudios que prueban el hecho de que algunos de los adultos mayores que residen en estas instituciones sufren o han sufrido algún tipo de abuso o violencia por parte del personal encargado de mantener la calma y el orden en estos lugares. Como ya se mencionó los residentes son ancianos, que en su mayoría necesitan algún tipo de ayuda especial ya que no pueden realizar todas las actividades que quieren o necesitan, por lo que son dependientes, vulnerables y frágiles, por lo que no se pueden defender por sí solos ante la violencia y abusos que sufren. En el análisis de Gellert (2002) se observa que entre los factores que influyen en la violencia hacia los adultos mayores se encuentra también la falta de personal para los pacientes, personal sin la educación o sin capacitación necesaria creando estrés en el cuidador y éste a su vez reflejándolo en un acto de violencia.

Ballesteros (1981, 289) nos habla de la violencia y cómo es que en la actualidad se ve principalmente reflejada en la marginación de los débiles, tal como se ve reflejado en la violencia hacia los ancianos que no cuentan con la fuerza necesaria para enfrentarse y defenderse ante los actos de violencia que sufren día con día, por lo que lo correcto sería defenderlos, y por lo que existen leyes en contra de estos abusos. Sin embargo; parte de la sociedad no lo ve como un problema social o ético, sino que el problema que ellos identifican es el estorbo que los ancianos les causan al ser una carga más ejemplificando una cita de Nietzche dentro del capítulo de violencia de Ballesteros: “El gran peligro para el hombre son los enfermos, no los malos ni los animales de presa, son los desgraciados, los envilecidos, los destruidos desde el comienzo.” (Ballesteros, 1981, 289)

Varios de los adultos mayores que se encuentran viviendo en asilos no están del todo solos, hay quienes cuentan con una familia fuerte, sana y trabajadora, pero que se preocupan más por sus hijos y actividades personales en lugar de cuidar de su familiar mayor, o de tomarse un tiempo para visitarlo y conocer las condiciones en las que vive. Dentro de tantas posturas al respecto del tema y cómo es que ellos no intervienen para la sana convivencia dentro de los asilos está la postura de la religión católica, en la que además menciona cómo no es sólo lo que ellos piensan sino que otras religiones apoyan la idea, la cual dice “No podemos hacernos sordos ni ciegos ante la demanda de atención de los padres viejos, cuya mayor dolencia es la soledad. En todas las culturas humanas y todas las religiones, esta responsabilidad es muy grave; es primero corresponder a la atención y amor recibidos mientras se crecía, con todas las fallas y errores que ello pudiera haber tenido” (Salvador, ), que puede además ser apoyada por la Ética del cuidado: no toma la “obligación como algo fundamental; tampoco nos pide que imparcialmente promovamos los intereses de todos por igual. En cambio, empieza con una concepción de la vida moral como una red de relaciones con otras personas específicas, y concibe “vivir bien” como preocuparse por esas personas, atender sus necesidades y cumplir con ellas. (Rachels, 2006, 265), preocuparse por las personas necesitadas, abandonadas y maltratadas es una parte fundamental para el “vivir bien”.

Dentro de los adultos maltratados, también están los que han sido rescatados de sus hogares y llevados a centros como los asilos para mejorar su calidad de vida. Estas personas han sufrido violencia familiar física, psicológica y sexual que dependen económicamente de otros para sobrevivir, en su mayoría han sido personas sin educación, dentro de los agresores principales se encuentran los esposos e hijos.

Para encontrar la solución a un problema es importante primero entender la o las causas de dicho problema. En el caso que se está analizando como es la violencia hacia los adultos mayores Gellert (2002) explica: “Por lo general, el abusador se encuentra bajo una mayor cantidad de estrés, que puede ser financiero, civil, laboral o en la naturaleza” (Gellert, 2002, 217), por lo que “el estrés, combinado con las habilidades de confrontamiento inadecuadas, problemas emocionales, y otras tensiones externas, pueden producir un nivel de frustración en la persona encargada de cuidar del adulto mayor que se convierte en abuso”. (Gellert, 2002,222). Para conocer las causas y las consecuencias Ballesteros (1981, 270) explica varios tipos de violencia como son la explotación económica, la violencia lúdica y cómo el permisivismo influye en el incremento de las acciones violentas. En lo que respecta a la explotación económica es una de las formas predominantes de la violencia, ya que el que maltrata a otro ha logrado la “reducción de la vida a simple ocasión de enriquecimiento económico.” (Ballesteros, 1981, 270) En este aspecto se rompe con la filosofía de Kant, la que dice: “Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio” (Rachels, 2007), “La humanidad en su persona debe ser sagrada” (Rachels, 2007). Ballesteros define la violencia basada en temas de carácter económico como aquella que llega a ser un “vulgar desorden” en el que cual se hace “fines de los medios y de los medios fines”. “La preocupación desmesurada por las cosas conduce a la violencia sobre las personas (Ballesteros, 1981, 271)” y esto incurre en un hecho inmoral ya que convierte a las personas en mercancía como un medio para conseguir algún aporte económico.

En la violencia lúdica entran los valores tanto morales como culturales  de las personas, que han ido desapareciendo al ir aumentando el interés por lo económico, perdiendo la relación con el sentido de la vida y el ser humano, dejando así el sentimiento de desprecio en la persona y como consecuencia la violencia. 

El permisivismo y los “espíritus libres” han ido aumentando junto con la disminución de los valores. Nietzsche y Stirner dicen que al ser un espíritu libre las personas pasan a pensar: “A mí corresponde decidir lo que es para mí el derecho. Fuera de Mí no existe ningún derecho.” (Ballesteros, 1981, 289), por lo que si para ellos una acción es buena con tal de obtener lo que quieren estará bien y no habrá razón o argumento alguno que los haga cambiar de parecer, pues actúan según sus propios intereses.

Además del permisivismo y otros aspectos ya mencionados un factor que influye en este tema según lo menciona Sapoznikow (2000) en el tema de Consecuencias sociales de la globalización en el libro Convivencia y seguridad un reto para la gobernabilidad se encuentra como consecuencia “El individualismo por encima del bien común, y la capacidad de consumo independiente de la honorabilidad y la honestidad” (Sapoznikow, 2000, 108) lo cual también ha afectado el desinterés por el bien común y generado un interés por nosotros mismos.

Con todo lo visto anteriormente podemos ver que los gobiernos se han preocupado por que los adultos mayores no se encuentren solos promoviendo las casas de cuidado y asilos, entre otras instituciones dedicadas especialmente para sus necesidades, sin embargo no se ha dedicado lo suficiente por encontrar a un personal capacitado que cuente con habilidades, y un perfil psicológico especializado para cumplir adecuadamente su trabajo sino que se preocupa más por él mismo en lugar de pensar en los pacientes o residentes. De la misma forma la preocupación por el bienestar social no depende solo de ellos sino de todo el apoyo de la comunidad, por lo que hay que promover el cuidado, el respeto, e inculcar en las personas la preocupación por los adultos mayores y sus necesidades proporcionando información sobre dichos lugares a todos aquellos que forman parte de la comunidad e incrementar la conciencia sobre los mismos.

Referencias:

A. Llano, J. Ballesteros, J.Chozas, A.C. Pereida, Menaut, J. de Lucas. (1981) Ética y política en la sociedad democrática. Madrid.  Espasa Calpe S.A.

Barrientos, Cristal. (2010) El Siglo de Torreón. DIF canaliza a adultos mayores abandonados a asilos. Recuperado de http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/575710.dif-canaliza-a-adultos-mayores-abandonados-a.html

Estadísticas a propósito del día internacional de las personas de edad.(2004)  INEGI. México, DF. Recuperado de http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/contenidos/estadisticas/2004/edad04.pdf

Gellert, George A. (2002) Confronting Violence. Estados Unidos. American Public Health Association.

Hábitat y adulto mayor: El caso de Valparaíso. Revista INVI, Vol. 24, Núm. 66 2009 Universidad de Chile. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=25811593003

Integración social y habilidades funcionales en adultos mayores. 2008. No. 001 Colombia. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=64770119

Rachels, James (2007). Introducción a la filosofía moral. FCE.

Reding V,Salvador I. Padres ancianos: ¿Mis papás? ¡No tengo tiempo! Recuperado de http://www.entelchile.net/familia/tercera_edad/padres_ancianos/padres_ancianos.htm

Sapoznikow, Jorge; Salazar, Juana; Carrillo, Fernando. (2000) Convivencia y seguridad un reto a la gobernabilidad. Alcalá de Henares. Banco Interamericano de Desarrollo.

Significado de la calidad de vida del adulto mayor para sí mismo y para su familia. Anales de la Facultad de Medicina, año/vol. 68, No. 003. Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=203119676004

Violencia hacia el adulto mayor: Centros de Emergencia Mujer del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social. Revista peruana de epidemiología.Vol. 14 No.3 Diciembre 2010 Disponible en: http://www.redalyc.org/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=203119676004

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