miércoles, 2 de mayo de 2012

Ensayo Final: Experimantación en animales

Ana María Sandoval Castellanos

Experimentación en animales
Convivimos con animales: nuestras mascotas (perros, gatos…), pájaros en el cielo, insectos. Estos forman parte de nuestra vida diaria, son piezas de nuestro andar. Nos permiten experimentar alegrías, tristezas y enojos. Ellos han evolucionado con los hombres y le han servido de instrumento o ayuda para cumplir con sus tareas: mulas para el arado, caballos para carretas, perros cazadores y guardianes, pájaros y conejos para funciones de magia, leones para el espectáculo romano, transporte y, entre otras cosas, experimentación. A medida que crecen los avances científicos se necesitan más y más animales para experimentar con ellos. Sin embargo, el pensamiento humano se ha percatado de las tareas que con los animales se llevan a cabo y ha hecho conciencia al respecto: realizan marchas y campañas en contra de los abusos, otros lo respaldan y, desgraciadamente, otros tantos son indiferentes al problema. Se alega de la relevancia de que los animales sean parte del proceso de experimentación. Otros dicen que existen alternativas para los procedimientos científicos. Independientemente de las discusiones entre grupos que lo apoya y que lo desaprueban ¿qué de ético tiene la experimentación en animales? El propósito de este ensayo es aclarar un poco el panorama entre si es bueno experimentar con animales y si una alternativa para no hacerlo sería probar en humanos. Además, se dará a conocer la importancia de la redacción de informes de los estudios realizados de manera eficaz para evitar la mala información y los malentendidos que pueden provocarse. Los animales nos han asistido en infinidad de ocasiones: nos acompañaron, nos asistieron, salvaron, defendieron, atacaron, abandonaron. Siempre están ahí, nos guste o no. Pensemos en qué sería nuestro mundo sin ellos o un mundo donde les quitáramos  la importancia que tienen en el rompecabezas de nuestras vidas. Sin ellos, no habría inspiración para construir maravillas.

Quisiera iniciar el desarrollo del tema con la siguiente pregunta: ¿preferiría que la experimentación se llevara a cabo directamente en humanos sin saber que daños podría causarle para así no perjudicar a los animales? Es una cuestión difícil porque de alguna manera es necesario estudiar el efecto que tendrían los  fármacos u protocolos de diferentes procedimientos. Imagínese la siguiente situación: usted compra una medicina (no experimentada) y le aseguran que curará su malestar. Se da cuenta, después de días de tomarla,  que el medicamento no le causó efectos o, en el peor de los casos, su estado de salud decayó. ¿Realmente aceptaría comprar un producto el cual dice hacer algo pero no hace nada de eso? Porque, seamos realistas, siempre proponemos algo y no sale a la primera: hacemos ajustes basándonos en los resultados de la experimentación. Sería absurdo pensar que somos perfectos y que triunfamos al primer intento. O por ejemplo: le piden a usted que sea parte del proceso de aprobación de un ‘x’ producto, que usted es la etapa que sigue del experimentar en cultivos celulares ¿aceptaría ser un conejillo de indias? ¿Realmente tomaría el riesgo sin saber qué sucederá en su organismo? Recuerde que en la legislación actual se experimenta primero en cultivos celulares, después en tejido, luego en animales y finalmente (claro, no sin antes estar casi seguros que no causará daños severos) en humanos. Tome en cuenta que “Los principios éticos de las investigaciones en seres humanos comenzaron a formularse después de las revelaciones de las atrocidades cometidas por los nazis” (Penchaszdeh, 2002, p. 2) por lo que es incuestionable la protección humana. Ahora, el propósito de este ensayo no radica en si es necesario experimentar o no sino en qué o en quién y cómo. El cómo es un aspecto de altísima relevancia porque si el cómo implica maltratar o dar malestar entonces no importa el quién o el qué, entonces no se le respetaría y atentaría contra su vida, la cual es sagrada.
Eco2site reportó que “Alrededor de 10,000 primates son utilizados cada año en experimentos científicos en la Unión Europea (UE). El Reino Unido se manifiesta como el más grande usuario de primates de la UR (2951 monos en el 2000)” (2010) La organización mundial People for the Ethical Treatment for Animals (PETA) ha declarado “Las pruebas de toxicidad aguda, comunmente llamadas pruebas de dosis mortal o envenenamiento, determinan la cantidad de una substancia que matará a un porcentaje, aun hasta del 100 por ciento, en un grupo de animales de prueba” (2012) y “En los Estados Unidos, una encuesta de la American Medical Association encontró que el 75 por ciento de los americanos están en contra de usar animales para probar cosméticos” (2012). Todo esto manifestado por las pruebas del maltrato inminente a los animales. ¿Quiénes somos para tratar mal a seres indefensos? Después de todo, no pueden defenderse, ¿porqué actuamos de manera tan desalmada? No porque seamos seres pensantes nos da el derecho de accionar con lo que nos rodea de la manera más conveniente, no seamos abusivos y pongámonos en su lugar. ¿Nos gusta verlos sufrir o llenos de cicatrices o sin ojos o piel? Sin embargo ¿siempre se trata mal? ¿Estamos seguros? No hay ideas o acciones universales: se han presentado casos donde se trata muy bien a los animales y otros donde los tratan muy mal durante la experimentación. Lamentablemente casi (y digo casi porque debe de haber algo, pero es muy difícil de encontrar porque la información está centrada en denunciar malos tratos en vez de los buenos.) no hay registros de buenos tratos a los animales. No podemos asegurar que TODOS son maltratados de la misma manera en todos los lugares. Hay un problema: no todo se reporta de la manera adecuada para verificar las buenas ‹‹o malas›› condiciones de trato durante la experimentación. Y este, antes que nada, es un gran fallo: para obtener información confiable es necesaria la comunicación clara y precisa. Peña señala “La publicación en revistas sobre cualquier experimento realizado con animales debe brindar una información detallada sobre las condiciones bajo las cuales se realizó; pero no siempre ocurre esto […] Una revisión de 184 trabajos publicados en 10 revistas nacionales de Ciencias Médicas, se determinaron los indicadores siguientes. Nombre del animal mal definido 14.67% de los trabajos. No indica centro de origen del animal o este no es reconocido 46.73%. No refiere las condiciones de alojamiento 46.71%. No define bien las condiciones de alojamiento 17.39%. No refiere el tipo de jaula y densidad 79.34%. No define correctamente el tipo de alimento 74.45%. No indica el destino final de los animales 43.47%. No aclara el método de eutanasia empleado 42.00% (Trabajos donde se aplicó). Las valoraciones de cada uno de los indicadores pudiera conducir aún cuando no sea la intención del lector, a la duda razonable sobre la calidad de los resultados, o no puedan ser referencia de comparación, para los resultados obtenidos por otros investigadores, por no realizarse en igualdad de condiciones o no disponer de los datos necesarios; lo cual implica a su vez no  puedan ser citados.” (2006, p.2). Es decir, no se puede juzgar con medias palabras o medias acciones, es necesaria la transparencia y el total conocimiento de los hechos para poder analizar de manera universal, racional e imparcial el ambiente en que se desarrollan los experimentos y a partir de ese proceso mental redactar un argumento válido que realmente apruebe o desapruebe la experimentación.
Se ha respondido el cómo. A continuación tratemos con los qué o quiénes.
Si se supone que no debemos utilizar agentes morales como medios: ¿sería mejor experimentar directamente en humanos? Examinemos. Primero. Éticamente hay un principio kantiano de gran peso por que dice que “No debemos usar a las personas como medios”  (Rachels, 2009, p. 20). Si se experimenta directamente con humanos, estaríamos utilizando a estos últimos solamente como medios para descubrir si cierto medicamento o procedimiento funciona como se planteó o si necesita mejorías o si es imposible su administración. Pero lo anterior se concluiría a raíz del uso desmedido de humanos a los que se les tentaría su vida porque la vida es santa por lo tanto se estaría violando otro principio ético: “Santidad de la vida humana” (Rachels, 2009, p. 26). Por otro lado ¿podemos utilizar animales para experimentar con ellos aunque ese no es su destino? porque no se puede forzar a que se realicen actividades que no son las propias: no le puedes hacer que los peces vuelen. Sería abusar del animal al pedirle que sirva como objeto de experimentación porque no nació para ese fin, además sería impropio utilizarlo así porque el animal no acepto de manera voluntaria ser parte del proceso. Pero hay un punto que puede quebrar esta afirmación: le puedes poner algún dispositivo que le permita volar y respirar. Siempre se tiene un propósito natural pero esto no impide que se puedan hacer modificaciones para realizar algo “no natural” por lo que “La idea que es incorrecto usar las cosas para cualquier otro propósito que para los “naturales” no puede sostenerse razonablemente” (Rachels, 2009, p. 82). Además el que no sea “natural” no significa que sea algo malo, sino puede ser algo a lo que se adapta para resolver una situación porque se han hecho investigaciones donde se aclama la gran ayuda de los animales en descubrimientos científicos y los beneficios que se obtienen en pro de la humanidad: “El uso de modelos de cáncer en animales  han aportado muchos conocimientos acerca de los procesos de malignización, por lo que en las fases pre-clínicas de las investigaciones es necesario contar con modelos experimentales que porten tumores para poder facilitar la valoración inicial de la eficacia de nuevos agentes antitumorales” (Beausoleil-Delgado, 2008, p. 2). Se puede sustentar porque “Ni siquiera la más sofisticada tecnología puede imitar las complicadas interacciones entre células, tejidos y órganos, que se dan en humanos y animales” (Cuesta Brey, 2007, p.2). No se puede sostener  este argumento porque lo “natural” no significa que sea moral, simplemente es una característica o propiedad de las cosas, no virtudes ni acciones con implicaciones éticas. Lo moral en este caso es que “Lo que importa es si es capaz de experimentar felicidad e infelicidad, placer o dolor” (Rachels, 2009, p.157) o hacer lo correcto, lo mejor. Pongamos en la balanza la felicidad del animal y nuestra felicidad, su y nuestro dolor o placer y optemos por un equilibrio.  Hasta ahora, sigue siendo un poco confuso hacia donde nos dirigimos. Calma, en un momento lo resolveremos.
Dirigiéndonos sobre otra línea o camino de pensamiento, no tenemos derecho a maltratar a los vulnerables. Debemos buscar alternativas porque “Si sufre, tenemos el deber de tomarlo en cuenta para decidir” (Rachels, 2009, p.157) y las decisiones que hagamos será para tomar acción para motivar a que se deje el maltrato y pedir la legislación necesaria y adecuada para evitar su abuso porque “No debemos torturar a los animales porque los humanos sufren indirectamente como resultado” (Rachels, 2009, p.205). Somos sólo seres humanos, no creadores controladores del entorno que no tomamos en cuenta las consecuencias de dichas acciones hacia los otros, aunque sea para los no-humanos. Ojo aquí. Lo anterior declarado no debe ser precepto ni mandato para dejar a un lado la experimentación. Es una simple pauta porque “Los juicios morales deben apoyarse en buenas razones, y requiere consideración imparcial. Debemos consultar a la razón, ya que los sentimientos son irracionales” (Rachels, 2009, pp.32-33). Podemos sufrir por el maltrato animal pero eso no significa que sea razón consistente para evitarlo en absoluto porque ese sufrimiento viene de la tristeza que a su vez es un sentimiento, y este y otros tantos son irracionales y no justifican los actos ¿robarías solo porque te sientes impotente de no tener dinero? Debemos dejarnos guiar más  a menudo por nuestra mente y nuestros pensamientos. Además debemos observar lo que sucede desde el mayor número de puntos de vista posibles porque  “Razonamiento ético es diferente al racionamiento científico” (Rachels, 2009, p.75).  Así que antes de opinar, analicemos lo que los científicos e investigadores tratan de hacer y alcanzar por el bienestar de los humanos: no hacen sus experimentos por hacer sufrir más, sino por evitar el mayor dolor posible.  Después de todo “No siempre es incorrecto matar inocentes” (Rachels, 2009, p. 27).

Tema difícil. Cuestión que invita a discusiones que durarían días y días. Debemos tener una menta abierta a las múltiples posibilidades que asechan nuestra existencia. Se prohíbe juzgar y sacar conclusiones precipitadas antes de pensar fría y racionalmente. Los animales coexisten con nosotros, son parte del ciclo de la vida. Merecen respeto y apoyo de nuestra parte para que sean partícipes del entorno de la mejor manera. A mi parecer, los animales son indispensables para la experimentación porque, gracias a ellos, se podrá mejorar y solventar la vida humana. Sin embargo, esto no implica que los maltratemos o los tratemos como viles cosas. Propongo que la experimentación se lleve a cabo en condiciones que garanticen el bienestar animal, luchando y buscando alternativas para evitar algún posible sufrimiento; que no se examine en especies endémicas ni en peligro de extinción; que en los animales en los cuales se experimentó lleven una vida plagada de lujos, es decir, que las empresas privadas o gubernamentales estén a cargo de los seres y les brinden hogar, alimento, servicios de veterinario, cariño, atención, tranquilidad, felicidad; que se redacten leyes que protejan a los indefensos y exijan a los laboratorios o compañías el buen trato animal; existencia de una ley (o leyes) que reclame un protocolo para informar de forma transparente y veraz los estudios realizados; creación de un departamento que se encargue de velar por el trato justo a los animales dentro de los ámbitos experimentales. Cada vez que  observemos a un ser, agradezcamos el sacrificio realizado por y para nuestro beneficio y comprometámonos a cuidar de aquellos que estén a nuestro alcance, fomentemos la responsabilidad que tenemos con ellos y cuidémoslos porque sin ellos, la humanidad moriría de manera exponencial.

Bibliografía
Beausoleil-Delgado, I., Avellanet-Martínez, J., Medinilla, A. L., Montero-Casimiro, J.E. (2008). Alcance, limitaciones y perspectivas éticas de los sistemas experimentales murinos en la evaluación de estrategias inmunoterapeuticas del cáncer. REDVET, Revista Electrónica de Veterinaria, IX, 10.  From http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=63617117010
Cuesta, L. Sánchez, K. (2007, May). Aspectos éticos de la experimentación con animales. Bioetica, 7, 3. From http://www.cbioetica.org/revista/72/722527.pdf
Peña Pino, R., Concepción Alfonso, A. (2006) La información sobre el trabajo experimental con animales, una aspecto a mejorar en las publicaciones. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria,  VII,5. From  http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=63612664005
Penchaszadeh, V. B. (2002). Ética de las Investigaciones Biomédicas en Poblaciones Humanas. Revista Cubana de Salud Pública, XXVIII, 9. From  http://redalyc.uaemex.mx
Rachels, J. (2009). Introducción a la Filosofía Moral. México: FCE
Experimentos con animales Ι Eco2site. (n.d.) Eco2site Ι Comunicación Ambiental. Retrived February 28, 2012 from http://www.eco2site.com/Informe-307-Experimentos-con-animales
Consumidor Preocupado 1Ι PETALatino (n.d.).PETALatino Ι PETALatino.com. Retrived February 28, 2012, from http://www.petalatino.com/cmp/viv1.htm





4 comentarios:

  1. QUE PORQUEIA DE ENSAYO, ERES UN ESPECISTA DE MIERDA, MATATE TU, ASESINO !

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  2. Hay otras maneras de experimentar, siendo estas muy eficaces. Informarse al respecto.

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  3. Que decepción de ensayo, reflexionar sobre tus ideas.

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  4. gracias por el ensayo ojala me aprueben en el colegio :v

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