Ana María Sandoval Castellanos
Experimentación
en animales
Convivimos
con animales: nuestras mascotas (perros, gatos…), pájaros en el cielo,
insectos. Estos forman parte de nuestra vida diaria, son piezas de nuestro
andar. Nos permiten experimentar alegrías, tristezas y enojos. Ellos han
evolucionado con los hombres y le han servido de instrumento o ayuda para
cumplir con sus tareas: mulas para el arado, caballos para carretas, perros
cazadores y guardianes, pájaros y conejos para funciones de magia, leones para
el espectáculo romano, transporte y, entre otras cosas, experimentación. A
medida que crecen los avances científicos se necesitan más y más animales para
experimentar con ellos. Sin embargo, el pensamiento humano se ha percatado de
las tareas que con los animales se llevan a cabo y ha hecho conciencia al
respecto: realizan marchas y campañas en contra de los abusos, otros lo
respaldan y, desgraciadamente, otros tantos son indiferentes al problema. Se
alega de la relevancia de que los animales sean parte del proceso de experimentación.
Otros dicen que existen alternativas para los procedimientos científicos. Independientemente
de las discusiones entre grupos que lo apoya y que lo desaprueban ¿qué de ético
tiene la experimentación en animales? El propósito de este ensayo es aclarar un
poco el panorama entre si es bueno experimentar con animales y si una
alternativa para no hacerlo sería probar en humanos. Además, se dará a conocer
la importancia de la redacción de informes de los estudios realizados de manera
eficaz para evitar la mala información y los malentendidos que pueden provocarse.
Los animales nos han asistido en infinidad de ocasiones: nos acompañaron, nos
asistieron, salvaron, defendieron, atacaron, abandonaron. Siempre están ahí,
nos guste o no. Pensemos en qué sería nuestro mundo sin ellos o un mundo donde
les quitáramos la importancia que tienen
en el rompecabezas de nuestras vidas. Sin ellos, no habría inspiración para
construir maravillas.
Quisiera
iniciar el desarrollo del tema con la siguiente pregunta: ¿preferiría que la
experimentación se llevara a cabo directamente en humanos sin saber que daños
podría causarle para así no perjudicar a los animales? Es una cuestión difícil
porque de alguna manera es necesario estudiar el efecto que tendrían los fármacos u protocolos de diferentes
procedimientos. Imagínese la siguiente situación: usted compra una medicina (no
experimentada) y le aseguran que curará su malestar. Se da cuenta, después de
días de tomarla, que el medicamento no
le causó efectos o, en el peor de los casos, su estado de salud decayó. ¿Realmente
aceptaría comprar un producto el cual dice hacer algo pero no hace nada de eso?
Porque, seamos realistas, siempre proponemos algo y no sale a la primera:
hacemos ajustes basándonos en los resultados de la experimentación. Sería
absurdo pensar que somos perfectos y que triunfamos al primer intento. O por
ejemplo: le piden a usted que sea parte del proceso de aprobación de un ‘x’
producto, que usted es la etapa que sigue del experimentar en cultivos
celulares ¿aceptaría ser un conejillo de indias? ¿Realmente tomaría el riesgo
sin saber qué sucederá en su organismo? Recuerde que en la legislación actual
se experimenta primero en cultivos celulares, después en tejido, luego en
animales y finalmente (claro, no sin antes estar casi seguros que no causará daños
severos) en humanos. Tome en cuenta que “Los principios éticos de las investigaciones
en seres humanos comenzaron a formularse después de las revelaciones de las
atrocidades cometidas por los nazis” (Penchaszdeh, 2002, p. 2) por lo que es
incuestionable la protección humana. Ahora, el propósito de este ensayo no
radica en si es necesario experimentar o no sino en qué o en quién y cómo. El
cómo es un aspecto de altísima relevancia porque si el cómo implica maltratar o
dar malestar entonces no importa el quién o el qué, entonces no se le
respetaría y atentaría contra su vida, la cual es sagrada.
Eco2site reportó que “Alrededor de 10,000
primates son utilizados cada año en experimentos científicos en la Unión
Europea (UE). El Reino Unido se manifiesta como el más grande usuario de
primates de la UR (2951 monos en el 2000)” (2010) La organización mundial
People for the Ethical Treatment for Animals (PETA) ha declarado “Las pruebas
de toxicidad aguda, comunmente llamadas pruebas de dosis mortal o
envenenamiento, determinan la cantidad de una substancia que matará a un
porcentaje, aun hasta del 100 por ciento, en un grupo de animales de prueba” (2012)
y “En los Estados Unidos, una encuesta de la American Medical Association
encontró que el 75 por ciento de los americanos están en contra de usar animales
para probar cosméticos” (2012). Todo esto manifestado por las pruebas del
maltrato inminente a los animales. ¿Quiénes somos para tratar mal a seres
indefensos? Después de todo, no pueden defenderse, ¿porqué actuamos de manera tan
desalmada? No porque seamos seres pensantes nos da el derecho de accionar con
lo que nos rodea de la manera más conveniente, no seamos abusivos y pongámonos
en su lugar. ¿Nos gusta verlos sufrir o llenos de cicatrices o sin ojos o piel?
Sin embargo ¿siempre se trata mal? ¿Estamos seguros? No hay ideas o acciones
universales: se han presentado casos donde se trata muy bien a los animales y
otros donde los tratan muy mal durante la experimentación. Lamentablemente casi
(y digo casi porque debe de haber algo, pero es muy difícil de encontrar porque
la información está centrada en denunciar malos tratos en vez de los buenos.)
no hay registros de buenos tratos a los animales. No podemos asegurar que TODOS
son maltratados de la misma manera en todos los lugares. Hay un problema: no
todo se reporta de la manera adecuada para verificar las buenas ‹‹o malas››
condiciones de trato durante la experimentación. Y este, antes que nada, es un
gran fallo: para obtener información confiable es necesaria la comunicación
clara y precisa. Peña señala “La publicación en revistas sobre cualquier
experimento realizado con animales debe brindar una información detallada sobre
las condiciones bajo las cuales se realizó; pero no siempre ocurre esto […] Una
revisión de 184 trabajos publicados en 10 revistas nacionales de Ciencias
Médicas, se determinaron los indicadores siguientes. Nombre del animal mal
definido 14.67% de los trabajos. No indica centro de origen del animal o este
no es reconocido 46.73%. No refiere las condiciones de alojamiento 46.71%. No
define bien las condiciones de alojamiento 17.39%. No refiere el tipo de jaula
y densidad 79.34%. No define correctamente el tipo de alimento 74.45%. No
indica el destino final de los animales 43.47%. No aclara el método de
eutanasia empleado 42.00% (Trabajos donde se aplicó). Las valoraciones de cada
uno de los indicadores pudiera conducir aún cuando no sea la intención del
lector, a la duda razonable sobre la calidad de los resultados, o no puedan ser
referencia de comparación, para los resultados obtenidos por otros investigadores,
por no realizarse en igualdad de condiciones o no disponer de los datos necesarios;
lo cual implica a su vez no puedan ser
citados.” (2006, p.2). Es decir, no se puede juzgar con medias palabras o
medias acciones, es necesaria la transparencia y el total conocimiento de los
hechos para poder analizar de manera universal, racional e imparcial el
ambiente en que se desarrollan los experimentos y a partir de ese proceso
mental redactar un argumento válido que realmente apruebe o desapruebe la
experimentación.
Se ha respondido el cómo. A continuación
tratemos con los qué o quiénes.
Si
se supone que no debemos utilizar agentes morales como medios: ¿sería mejor
experimentar directamente en humanos? Examinemos. Primero. Éticamente hay un
principio kantiano de gran peso por que dice que “No debemos usar a las
personas como medios” (Rachels, 2009, p.
20). Si se experimenta directamente con humanos, estaríamos utilizando a estos
últimos solamente como medios para descubrir si cierto medicamento o
procedimiento funciona como se planteó o si necesita mejorías o si es imposible
su administración. Pero lo anterior se concluiría a raíz del uso desmedido de humanos
a los que se les tentaría su vida porque la vida es santa por lo tanto se
estaría violando otro principio ético: “Santidad de la vida humana” (Rachels,
2009, p. 26). Por otro lado ¿podemos utilizar animales para experimentar con
ellos aunque ese no es su destino? porque no se puede forzar a que se realicen
actividades que no son las propias: no le puedes hacer que los peces vuelen.
Sería abusar del animal al pedirle que sirva como objeto de experimentación porque no nació para ese fin, además
sería impropio utilizarlo así porque el animal no acepto de manera voluntaria
ser parte del proceso. Pero hay un punto que puede quebrar esta afirmación: le
puedes poner algún dispositivo que le permita volar y respirar. Siempre se
tiene un propósito natural pero esto no impide que se puedan hacer
modificaciones para realizar algo “no natural” por lo que “La idea que es
incorrecto usar las cosas para cualquier otro propósito que para los
“naturales” no puede sostenerse razonablemente” (Rachels, 2009, p. 82). Además
el que no sea “natural” no significa que sea algo malo, sino puede ser algo a
lo que se adapta para resolver una situación porque se han hecho
investigaciones donde se aclama la gran ayuda de los animales en
descubrimientos científicos y los beneficios que se obtienen en pro de la
humanidad: “El uso de modelos de cáncer en animales han aportado muchos conocimientos acerca de
los procesos de malignización, por lo que en las fases pre-clínicas de las
investigaciones es necesario contar con modelos experimentales que porten
tumores para poder facilitar la valoración inicial de la eficacia de nuevos
agentes antitumorales” (Beausoleil-Delgado, 2008, p. 2). Se puede sustentar
porque “Ni siquiera la más sofisticada tecnología puede imitar las complicadas
interacciones entre células, tejidos y órganos, que se dan en humanos y
animales” (Cuesta Brey, 2007, p.2). No se puede sostener este argumento porque lo “natural” no
significa que sea moral, simplemente es una característica o propiedad de las
cosas, no virtudes ni acciones con implicaciones éticas. Lo moral en este caso
es que “Lo que importa es si es capaz de experimentar felicidad e infelicidad,
placer o dolor” (Rachels, 2009, p.157) o hacer lo correcto, lo mejor. Pongamos
en la balanza la felicidad del animal y nuestra felicidad, su y nuestro dolor o
placer y optemos por un equilibrio. Hasta ahora, sigue siendo un poco confuso
hacia donde nos dirigimos. Calma, en un momento lo resolveremos.
Dirigiéndonos
sobre otra línea o camino de pensamiento, no tenemos derecho a maltratar a los
vulnerables. Debemos buscar alternativas porque “Si sufre, tenemos el deber de
tomarlo en cuenta para decidir” (Rachels, 2009, p.157) y las decisiones que
hagamos será para tomar acción para motivar a que se deje el maltrato y pedir
la legislación necesaria y adecuada para evitar su abuso porque “No debemos
torturar a los animales porque los humanos sufren indirectamente como resultado”
(Rachels, 2009, p.205). Somos sólo seres humanos, no creadores controladores
del entorno que no tomamos en cuenta las consecuencias de dichas acciones hacia
los otros, aunque sea para los no-humanos. Ojo aquí. Lo anterior declarado no
debe ser precepto ni mandato para dejar a un lado la experimentación. Es una
simple pauta porque “Los juicios morales deben apoyarse en buenas razones, y
requiere consideración imparcial. Debemos consultar a la razón, ya que los
sentimientos son irracionales” (Rachels, 2009, pp.32-33). Podemos sufrir por el
maltrato animal pero eso no significa que sea razón consistente para evitarlo
en absoluto porque ese sufrimiento viene de la tristeza que a su vez es un
sentimiento, y este y otros tantos son irracionales y no justifican los actos
¿robarías solo porque te sientes impotente de no tener dinero? Debemos dejarnos
guiar más a menudo por nuestra mente y
nuestros pensamientos. Además debemos observar lo que sucede desde el mayor
número de puntos de vista posibles porque “Razonamiento ético es diferente al
racionamiento científico” (Rachels, 2009, p.75). Así que antes de opinar, analicemos lo que
los científicos e investigadores tratan de hacer y alcanzar por el bienestar de
los humanos: no hacen sus experimentos por hacer sufrir más, sino por evitar el
mayor dolor posible. Después de todo “No
siempre es incorrecto matar inocentes” (Rachels, 2009, p. 27).
Tema
difícil. Cuestión que invita a discusiones que durarían días y días. Debemos
tener una menta abierta a las múltiples posibilidades que asechan nuestra
existencia. Se prohíbe juzgar y sacar conclusiones precipitadas antes de pensar
fría y racionalmente. Los animales coexisten con nosotros, son parte del ciclo
de la vida. Merecen respeto y apoyo de nuestra parte para que sean partícipes del
entorno de la mejor manera. A mi parecer, los animales son indispensables para
la experimentación porque, gracias a ellos, se podrá mejorar y solventar la
vida humana. Sin embargo, esto no implica que los maltratemos o los tratemos
como viles cosas. Propongo que la
experimentación se lleve a cabo en condiciones que garanticen el bienestar
animal, luchando y buscando alternativas para evitar algún posible sufrimiento;
que no se examine en especies endémicas ni en peligro de extinción; que en los
animales en los cuales se experimentó lleven una vida plagada de lujos, es
decir, que las empresas privadas o gubernamentales estén a cargo de los seres y
les brinden hogar, alimento, servicios de veterinario, cariño, atención,
tranquilidad, felicidad; que se redacten leyes que protejan a los indefensos y
exijan a los laboratorios o compañías el buen trato animal; existencia de una
ley (o leyes) que reclame un protocolo para informar de forma transparente y
veraz los estudios realizados; creación de un departamento que se encargue de
velar por el trato justo a los animales dentro de los ámbitos experimentales.
Cada vez que observemos a un ser,
agradezcamos el sacrificio realizado por y para nuestro beneficio y
comprometámonos a cuidar de aquellos que estén a nuestro alcance, fomentemos la
responsabilidad que tenemos con ellos y cuidémoslos porque sin ellos, la
humanidad moriría de manera exponencial.
Bibliografía
Beausoleil-Delgado, I., Avellanet-Martínez, J.,
Medinilla, A. L., Montero-Casimiro, J.E. (2008). Alcance, limitaciones y perspectivas éticas de los sistemas
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Rachels, J. (2009). Introducción
a la Filosofía Moral. México: FCE
Experimentos con animales Ι Eco2site. (n.d.) Eco2site Ι Comunicación Ambiental. Retrived February 28, 2012 from http://www.eco2site.com/Informe-307-Experimentos-con-animales
Consumidor Preocupado 1Ι PETALatino (n.d.).PETALatino Ι PETALatino.com.
Retrived February 28, 2012, from http://www.petalatino.com/cmp/viv1.htm
QUE PORQUEIA DE ENSAYO, ERES UN ESPECISTA DE MIERDA, MATATE TU, ASESINO !
ResponderEliminarHay otras maneras de experimentar, siendo estas muy eficaces. Informarse al respecto.
ResponderEliminarQue decepción de ensayo, reflexionar sobre tus ideas.
ResponderEliminargracias por el ensayo ojala me aprueben en el colegio :v
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