Los indignados, Fabiola Meza

Estas semanas, un tema común es el de “los indignados”, un movimiento que empezó en España (y que se denominó 15M) que quería promover una democracia en la que todos pudieran participar, y una mejora en el sistema financiero, ya que la repartición de riqueza es más que injusta.
A este movimiento se han sumado diferentes países y ciudades, siendo, posiblemente, Nueva York el mejor ejemplo, donde la gente sigue acampando en Wall Street y protesta por toda la ciudad.
No es difícil el ver porque la gente ha reaccionado con tanta fuerza, en un mundo donde la mayoría de la riqueza se queda en el 1% de la población, y con países cómo México donde para el 2010 las cifras de pobreza llegaron hasta el 46.2% de la población, y en Jalisco, solamente el 21.6% de la población tiene todos los satisfactores sociales garantizados, mientras que el 36.5% vive en algún tipo de pobreza (Coneval).
En el mundo capitalista en que vivimos, se ve que la pobreza es un problema de estructura, tenemos a millones de personas en una pobreza tal que no alcanza ni a cubrir las necesidades alimentarias, e incluso las personas de clases sociales superiores viven con miedo. No hay seguridad, no hay una garantía de que puedas mantener tu nivel de vida cuando ves al sistema económico caerse en trocitos a tu alrededor.
“La sóla idea de justicia y de equidad social es incómoda e incomoda.” dice Paco Gómez Nadal, recordándonos que aunque el hacer protestas y tomar las calles no es sino el paso más fácil, lo difícil es lo que viene después, el crear un nuevo sistema, el participar e informarse, el ser un miembro activo de la sociedad. Podemos verlo en México: un país pobre y lleno de indignados, pero que no dice nada, un país donde hay alboroto un par de días y después se olvida cualquier incidente, puede que estemos lejos de España o Nueva York, donde las protestas están cambiando las cosas, pero al menos esto nos está abriendo los ojos al mundo al que podemos aspirar.

Es difícil hablar de un modelo de justicia que podría servir para suplir al sistema capitalista, en lo personal soy una creyente de la justicia capitalista, o basada en la contribución, ya que aunque fundamentalmente todas las personas “somos iguales”, los tipos de trabajos y las habilidades son diferentes y debería de premiarse de esta manera, sin embargo esto no garantiza una igualdad, sino que volveríamos a caer en el círculo vicioso del capitalismo, más bien, debería de haber un punto de inicio, que primero se


aseguraran que todas las personas tuvieran un nivel de vida que cubra sus necesidades básicas, y de este punto ayudar a desarrollar sus habilidades. Cuando las personas no tienen cubiertas sus necesidades más básicas, es cuando comienzan los problemas de delincuencia y falta de educación, así que asegurar un nivel de vida es básico.
Después, aunque el “pago” a las personas sería en base a sus contribuciones, habría que replantear el valor de las contribuciones (¿Cómo es posible que un maestro reciba un pago de no más de diez mil pesos al mes, y a un actor se le paguen millones por una película?), y hacer una repartición más equitativa de los bienes.

Estamos en una época donde la tecnología cambia en un parpadeo, donde estamos avanzando más rápido de lo que nuestros cerebros pueden captar, estamos en el mundo del internet y google, de la información que llega al momento y de ciudadanos conociendo el mundo por redes sociales, si somos capaces de crear todo esto, ¿Por qué no podemos crear un mundo donde el cambio y la igualdad sea posible?

Bibliografía:

http://www.jornada.unam.mx/2011/10/17/politica/014n1pol
http://www.informador.com.mx/jalisco/2010/167348/6/en-jalisco-365-vive-en-pobreza.htm
http://eleconomista.com.mx/sociedad/2011/07/29/aumenta-pobreza-mexico-coneval
http://www.fronterad.com/?q=node/4066
http://www.sinembargo.mx/22-10-2011/61010