¿A quién estamos matando? La realidad de los insecticidas
César Augusto Sánchez Bedia
30 de noviembre de 2015
RESUMEN
El ensayo habla sobre el uso de los insecticidas y
su rol que juegan en la erosión del medio ambiente, se hace énfasis en las
repercusiones que tienen sobre los insectos y se toma como ejemplo principal a
la población de abejas. Se trata el tema del papel de las abejas en el mercado
actual, las consecuencias de una posible extinción acelerada de su población,
en el estilo de vida que llevamos en la actualidad.
Lo anterior es abordado a partir de un enfoque
ético, tomando la sustentabilidad como punto de partida; se retoman los
argumentos de distintos autores, entre ellos: P. Cantú; L. González; M. Chávez;
entre otros; como punto de partida. Con base a sus artículos se habla sobre un
punto en el que se pueda dar a entender la importancia de la sustentabilidad
para el frágil y amenazado sistema en el que viven las abejas.
Palabras clave: ética, sustentabilidad, abejas,
insecticidas, neonicotinoides
A pesar que el uso de neonicotinoides
(tipo de insecticida), pueda parecer éticamente correcto por el posible
incremento de beneficios para los agricultores en términos de producción de
insumos, y en el descenso de daños producidos por insectos, considerados como
plagas, no es éticamente adecuado utilizarlos pues ya son conocidos los efectos
inmediatos y a largo plazo en ciertas poblaciones de insectos, ya amenazadas,
como la de las abejas.
Cómo en cualquier sistema de producción
en el que se utilizan seres vivos, deben de existir ciertas condiciones que se
deben de cumplir para no amenazar al organismo que se está utilizando, en
el campo de la apicultura existen varias reglas de oro, una de ellas es:
moins on dérange les abeilles, mieux elles feront
leur travail et plus la récolte sera bonne. A partir de ce moment là, il
apparaît totalement contreproductif de tuer des abeilles ; d´empoisonner
les colonies avec des produits toxiques ; de brûler les colonies
(..) ; et encore moins de les affamer (Anso, 2013).
Sí tan solo se siguieran este tipo de
recomendaciones la población de abejas estaría en un mejor estado, por
desgracia estas no solo sufren de hambruna y estrés al retirar la miel que
producen, también se suma el efecto de los insecticidas.
El uso de neonicotinoides, amenaza
varias poblaciones de insectos, en su mayoría la familia de los apocritos
(Insectidentification, 2015), teniendo mayores repercusiones en las abejas (las
cuales son consideradas como insectos benéficos por el rol que juegan en la
polinización de las plantas), e inclusive traería su extinción
ocasionando un grave desequilibrio en la cadena alimenticia dañándola con
resultados permanentes.
El reciente incremento de plagas, ha
llevado a los agricultores a exigir insecticidas cada vez más potentes, porque
estos con el paso del tiempo desarrollan resistencia a ciertos pesticidas
comunes (American Bee Journal, 2012), estos atacan indiscriminadamente a los
insectos sin importar si son buenos (polinizadores, simbiosis, etc.) o dañinos;
amenazando aún más a la población apícola, la cual ya se encuentra en un estado
frágil. La agencia de protección ambiental (EPA), clasifica a los
neonicotinoides en el tipo II de toxicidad, ósea que estos tienen efectos
adversos en otros animales, incluyendo a los seres humanos (Enviromental Protection
Agency, s.f.).
Cómo ya se mencionó, los insectos al
igual que las bacterias generan resistencia a los antibióticos, o en este caso
a los insecticidas por lo que fue necesario encontrar nuevos insecticidas que
fueran capaces de proteger a las plantas, también de ser menos tóxicos con los
seres humanos, la solución de este problema fueron los neonicotinoides
(American Bee Journal, 2012).
A pesar de las aparentes mejoras que
traen consigo tal insecticida, no podemos ni debemos hacer de lado los daños
colaterales que trae consigo su uso. Existe una mayor cantidad de insectos
resistentes a comparación de años pasados y que sin el uso de los
neonicotinoides las cosechas no serían tan abundantes como lo podrían ser con
estos; pero debemos recordar las acciones del ser humano que la afectan, y
ponen en riesgo el bienestar de ambas partes, tal como lo José Lara (2011), en
su obra que hace referencia a hábitos para mantener un equilibrio entre lo
generado y lo consumido (sustentabilidad) desde un punto de vista holístico. De
esta manera protegeremos a los animales, que al tratar de hacer su rol
(polinizar) se ven afectados al tener contacto con dichos insecticidas.
Aproximadamente el noventa por ciento
de las plantas necesitan ser polinizadas por otros organismos, en su mayoría
por abejas lo cual se refleja en el hecho que una tercera parte de lo que
consumimos fue polinizado por abejas; el ingreso que presenta los labores
referentes a la apicultura (a nivel global) es estimado en más de 250 billones
de dólares anuales (Nova, 2015).
Es por el motivo anterior que se ha
llegado a afirmar que no se puede abordar la sustentabilidad desde eso mismo
punto de vista, la única manera en la que se podría abordar es mediante un
punto de vista económico en el que se establece el costo y las ganancias, como
menciona Pedro Cantú (Cantú, 2015, p. 135-136).
No debemos de tomar lo anterior como
una justificación para atentar contra el bienestar de las abejas, tal
como dice Jean-Prost dice en SociétéVegane : “L’homme profite
du travail des abeilles. Il les exploite en prélevant une part de leurs
provisions et en multipliant leurs colonies” ( Prost, 2011) ;
con nuestras acciones solo estamos atentando contra el futuro de las próximas
generaciones y con ello la justicia social.
A lo largo de la historia, el ser
humano ha explotado económicamente los recursos naturales, aun sabiendo las
repercusiones que trae consigo su explotación; esto es motivo de preocupación
para algunos y para otros es tan solo, la supervivencia del más fuerte. Al
mismo tiempo los valores morales y èticos de la sociedad tienden a desaparecer.
Dando prioridad al tener que al ser. Hoy se prefiere tener lo ùltimo en
tecnologìa, en ropa, en carros ùltimo modelo. El ser es irrelevante. Diversos
sistemas (entre ellos económicos, políticos, etc.) han adoptado esa frase como
su lema, pues según ellos los fuertes son el futuro y los débiles ya han
quedado en el pasado.
No deberíamos de pensar de esa manera,
pues solo estaríamos impidiendo el desarrollo social, en cambio debiéramos
adoptar una visión que englobe la relación entre sociedad y naturaleza,
para facilitar la generación de un modelo de vida sustentable donde combinemos
la ética, la naturaleza, la sociedad, las finanzas y la política
(Ambiente y sociedade, 2002, p.3). Es necesario dar una revisada al
pasado, ver la forma como la familia transmitía los valores a sus hijos y
retomar la parte medular para tratar de implementarlos y así desarrollar una
conciencia ecológica, responsable y comprometida.
En los últimos años hemos experimentado
una avalancha de información acerca del cambio climático, varios gobiernos han
incluido en sus políticas, medidas encaminadas a la prevención, en la que es
mejor evitar los posibles problemas, pues es más eficiente prevenirlos que
resolverlos. Sin embargo no es suficiente, realmente necesitan comprometerse
con la ecología, los recursos naturales y el medio ambiente. No basta con
declarar medidas correctivas o simuladoras. Es necesaria la participación de la
sociedad
La meta del ser humano debe estar
orientada hacia la sustentabilidad, pues si cuidamos los recursos que
utilizamos y los que generamos, para que estén en un punto intermedio estaremos
en un estado ideal. Puede ser una opción intermedia, enseñar a los agricultores
como rolar cultivos para evitar que los insectos se hagan resistentes a los
insecticidas y evitar la creación de nuevos y más destructivos insecticidas.
De esto trata la sustentabilidad de
generar cambios en diversos aspectos, para asegurar que el bienestar integral
del ecosistema, no solo de nosotros sino de los animales y de nuestros recursos
naturales, porque de ellos dependemos, y si queremos seguir gozando de toda la
variedad de comida con la que hoy gozamos no se quede en el olvido, y la manera
para lograrlo es siendo conscientes entre lo que consumimos, lo que tenemos y
lo que hacemos para que esto siga sin agotarse.
Para lo anterior hacen falta varios
puntos, entre ellos los siguientes: conocimiento general sobre lo que es la
sustentabilidad y los temas que aborda; participación activa entre el gobierno
y la sociedad; y último pero no por eso de menor importancia, saber ejercer
juicios éticos o por lo menos tener conocimientos generales sobre la ética. Aun
cuando tan solo son necesarios tres factores para decir que se es
sustentable, estos no son fáciles de lograr y es en esta parte donde yace un
problema fundamental (Díaz, Montaner y Prieto, 2007, p. 160-162).
Como lo menciona Jazmín Díaz, estos son
puntos difíciles de conseguir, porque esto conllevaría varios cambios, uno de
ellos tendría que ser la replantación del esquema educativo en México y en el
mundo, esto con la intención de crear consciencia sobre sustentabilidad (desde
temprana edad) aunado a clases de ética (pero esto no sería suficiente, porque
si se quiere tener éxito estas enseñanzas tendrían que empezar en el hogar),
también sería necesaria la participación del gobierno y de la sociedad; es por
eso que hablar sobre sustentabilidad es difícil y es aún más difícil llevarla a
la práctica (Díaz, Montaner y Prieto, 2007, p. 160-162).
Podría parecer utópico hablar sobre
sustentabilidad, sin embargo es más fácil de lo que se piensa, Marta Chávez
propone un escenario en el que una persona virtuosa sepa utilizar los recursos
naturales sin explotarlos, llegaremos a un estado que podríamos categorizar
como sustentable; esto se ve ayudado por el constante incremento de la
globalización y el flujo de información relevante al tema (Chávez, 2006).
Reflexiones finales
Quisiera
concluir diciendo que tenemos nuevas oportunidades que se nos presentan cada
día y que no son aprovechadas, tenemos la oportunidad y el derecho de cambiar
este mundo en uno mejor en que se cree lo que creemos, lamentablemente no vemos
estas oportunidades que son únicas e irremplazables, como lo son la vida de los
seres vivos, de las abejas.
Es un
mundo lleno de posibilidades y nuestras acciones son los límites, el mundo en
el cual habitan las abejas y nosotros no son ajenos, son el mismo y es por eso
que debemos de procurar el bienestar mutuo, un paso a la vez. Tal vez se vean
muy lejanas las promesas que nos ofrece
la sustentabilidad, pero no lo están; estas están al alcance de nuestras manos;
la vida de las abejas y del ecosistemas pende de un hilo llamado: nosotros, y
nosotros somos las únicas personas que podemos y que estoy seguro que vamos a
proteger los interés comunes, entre ellos se encuentra la seguridad de las
abejas y la nuestra.
Referencias básicas
(2002). MANIFIESTO POR LA VIDA POR UNA ÉTICA PARA LA SUSTENTABILIDAD .
Ambiente & Sociedade, Sin mes, 1-14.
Cantú-Martínez, Pedro César. (2015). Ética y sustentabilidad. Revista
Latinoamericana de Bioética, . 130-141.
Chávez Cortés, Marta Magdalena. (2006). Distintas vías para abordar la
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Recuperado en 17 de septiembre de 2015, de
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-57952006000200007&lng=es&tlng=es.
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Díaz, Jazmín; Montaner, Jessica; Prieto, Marielina. (2007). Formación
ética para un desarrollo sustentable. Revista de Ciencias Sociales (Ve),
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Lara González, José David. (2011). El proyecto de hombre nuevo. Ética
para la sustentabilidad: un límite para el neoliberalismo. Theomai, Sin mes,
173-192.
Referencias complementarias
Anso,J. (2013). La traite des abeilles par les apiculteurs
esclavagistes.
Recuperado de http://www.dur-a-avaler.com/abeilles-apiculteurs-esclaves-exploitations-animales-vegetaliens-miel-pollen/
American Bee Journal,
Neonicotinoids: Trying to make sense of the science-Part 2. (2012).
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http://scientificbeekeeping.com/neonicotinoids-trying-to-make-
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Enviromental Protection
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Recuperado de
http://www.epa.gov/oppfead1/international/global/ghscriteria-
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InsectIdentification.
(2015). Honey Bee.
Recuperado de
http://www.insectidentification.org/insect-description.asp?identification=Honey-Bee
Nova, Getting the buzz on
the value of bees. (2015).
Recuperado de
http://www.nova.org.au/everything-else/getting-buzz-value-bees
Turquois, P. (2011). Le miel c´est du vol.
Recuperado de
http://www.societevegane.fr/documentation/ethique/le-miel-cest-du-vol/
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