domingo, 29 de noviembre de 2015

DE CÓMO LA BUROCRACIA MEXICANA SE HA EMPEÑADO EN FRENAR EL PROGRESO ECONÓMICO DE LOS CIUDADANOS


INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY


DE CÓMO LA BUROCRACIA MEXICANA SE HA EMPEÑADO EN FRENAR EL PROGRESO ECONÓMICO DE LOS CIUDADANOS


 (EXTREMA DESIGUALDAD Y CORRUPCIÓN EN MÉXICO)



ISMAEL ROJAS YÉPEZ



GUADALAJARA, JALISCO



01/DICIEMBRE/2015

Introducción:
Nuestro país actualmente sufre de una condición alarmante en materia de desigualdad, que, en caso de no solucionarse, puede acarrear consecuencias graves para todos, siendo los más afectados los integrantes de la parte baja de la pirámide económica, y en menor medida la clase media. Sin embargo debemos analizar qué problemas éticos ocasionan esta situación, qué factores limitan el desarrollo y qué podemos hacer para cambiar esto y así comenzar por pasos pequeños, que poco a poco harán una gran diferencia.

La desigualdad actualmente es un tema controversial y muy sonado, sobre todo en nuestro continente, y específicamente en América Latina. En esta área geográfica es donde mayor desigualdad existe según el índice de Gini, el cual mide la distribución del ingreso entre los habitantes de una zona económica e indica si ésta economía se acerca o se aleja de una distribución equitativamente perfecta, siendo 0 una equidad perfecta y 100 una inequidad perfecta. (José Víctor Ríos Rull), Desigualdad, ¿qué sabemos?). Según datos de éste índice, nuestro país en el año 2012 tenía un índice de 48, siendo uno de los países más desiguales de américa latina, y por ende, del mundo entero.
La desigualdad en México no es un mito, es más que un hecho. Los sueldos de los funcionarios públicos por los cielos, un salario mínimo por los subsuelos (SAT, Salarios mínimos: 2015), el enriquecimiento acelerado de los más poderosos del sector privado, una política económica deficiente, beneficios fiscales a los más ricos, un estado de derecho pobre, y un índice de corrupción preocupante, son frenos indiscutibles al desarrollo económico y social de nuestro país.
Al mismo tiempo, la indiferencia del gobierno por buscar estrategias para alcanzar el bienestar a más ciudadanos, excusándose en que “no hay suficientes recursos”, no permiten desarrollar al país en materia de erradicación (o disminución al menos) de la desigualdad, eso sin contar las enormes cantidades de dinero que muchos funcionarios perciben como sueldos y que nadie se explica por qué tienen que tener ingresos tan altos cuando se supone que debería haber austeridad por “no haber recursos”. Además, la corrupción, el elitismo y el robo descarado al erario por parte de muchos funcionarios públicos así lo confirman, lo cual tampoco es un mito.
Tan solo el 1% de la población acapara el 21% de los ingresos totales en el país (Chávez, Esquivel, Campos, 2014). Según el Global Wealth Report 2014, puntualiza que el 10% de la población más rica de México, concentra el 64.4% de toda la riqueza del país (Global Wealth Report, 2014: 16) ¿Pero qué problema ético encierra esta situación de tan marcada desigualdad en México? Existe una teoría: La avaricia de muchos funcionarios públicos y su enfermizo deseo por atiborrar sus cuentas de banco, a costa del bienestar universal de los ciudadanos. La corrupción y la impunidad son virus que no nos permiten llegar a la equidad, no existe una  justicia social palpable en nuestro país; donde los ricos cada vez se hacen más ricos y los pobres cada vez más pobres (Estimaciones de la pobreza en México, CONEVAL: 2014)
Según el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno del 2010, la corrupción le costó a los hogares mexicanos 14% de su ingreso, y a los hogares, dependientes de un salario mínimo, representó el 33% de su ingreso, o sea que en promedio, una tercera parte de su salario fue dedicado a financiar actos de corrupción como: mordidas, sobornos, etcétera. Esto fue en el 2010, habría que ver que tan mal seguimos hasta hoy, o si hemos mejorado en materia de combate a la corrupción, lo cual pareciera casi imposible. Dichos datos son alarmantes, por dos vías. La primera, es que la corrupción les está costando a los ciudadanos una cantidad que no se puede pasar por alto, puesto que actualmente son más de 53 millones de personas que están ubicadas dentro de la clasificación de pobreza extrema, o personas con ingresos extremadamente bajos (1 salario mínimo), lo que frena aún más su desarrollo social y económico, poniendo en riesgo incluso su integridad y su felicidad (CNN, El dinero sí importa para ser feliz, 2014). La segunda vía por la cual estos datos son alarmantes, es por lo ya mencionado; son más de 53 millones de personas viviendo en la pobreza extrema, quienes no pueden acceder a más de un salario mínimo, el cual no supera los 70.10 pesos por jornada laboral de 8 horas; una persona ganando este salario, y que a la vez sostenga económicamente a otra, ya es considerada pobre extrema (OXFAM, Esquivel, Desigualdad extrema en México, 2015: 8) y con razón…
Existe una deficiente ética cívica en muchos de nuestros gobernantes, quienes dicen hacer, pero no hacen, dicen querer ayudar, pero no ayudan, se proclaman la voz del pueblo, pero no escuchan realmente lo que el pueblo necesita, y hacen con él lo que quieren, además de robarles, tanto con actos de corrupción, como directamente al erario público; dinero que se supone es destinado para mejorar el nivel de vida en nuestro país, pero el único nivel de vida que aumenta es el de las élites, ¿y el pueblo? Que se conforme con 70.10 pesos diarios.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), realizó una encuesta en países latinoamericanos en 2002 y 2011 para saber la opinión de los ciudadanos con respecto a la distribución del ingreso y saber si creían que era justa, injusta o muy injusta. En el 2002, en México, el porcentaje de personas que creían que la distribución del ingreso era injusta o muy injusta fue de aproximadamente 91%, el cual se redujo a comparación del 2011, donde el porcentaje fue de aproximadamente el 85% de los encuestados, porcentajes que varían muy poco entre los demás países de América Latina. Dicha encuesta revela la inconformidad de los ciudadanos con la distribución del ingreso, y no es para menos. La ética está por los suelos gracias al gobierno en gran medida y a la desconfianza que genera; y esto genera que muchos ciudadanos vean como normales muchos actos de corrupción, haciendo una ola cada vez más y más grande, evitando el progreso ético y cívico en nuestra sociedad, donde cada vez nos interesamos más por nosotros mismos en vez procurar el bienestar para todos.
Otro estudio realizado por la Socioeconomic Database for Latin America and Caribean, en 2010, demostró los grandes contrastes en el ingreso en México. A lo largo de los 30 años que duró el estudio, se aprecia que el ingreso más favorecido acumula aproximadamente más del 40% del ingreso total. Mientras que las necesidades económicas de la mitad de la población se cubren con apenas 15 y 20% del ingreso disponible. También comparando la proporción entre el ingreso superior frente al inferior, la diferencia en el ingreso era de 39.42%, lo que significa que una sola familia acaudalada podría solventar los gastos de casi 40 familias de ingresos bajos, lo que demostró la enorme desigualdad en el ingreso por hogar, validando así la información del estudio realizado por la CEPAL. (Desigualdad y polarización del ingreso en México: 1980-2008)
De los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el que tiene la mayor desigualdad en la distribución del ingreso de sus ciudadanos (El financiero, México líder en desigualdad, 2014). También fue el país que más incrementó la desigualdad del ingreso entre 1985 al 2012, según un informe de la propia OCDE.
Entonces, México es un país muy rico culturalmente, con grandes riquezas naturales, y con mucho potencial económico; lo que nos hace pensar, ¿Por qué estamos hundidos en una crisis social y económica, donde existe tanta pobreza y desigualdad? Pero la otra cara de la moneda es ésta: no toda la culpa es del gobierno. Nuestros hábitos y nuestra cultura financiera a veces también son factores por los cuales no podemos llegar más lejos (David Castro Lugo, Luis Huesca Reynoso, Desigualdad salarial en México: una revisión.) Esto no exime al gobierno totalmente de su responsabilidad de proveer lo necesario a sus ciudadanos con imparcialidad y universalidad con tal de buscar su bienestar, además de proveer de un estado de derecho integrador y democrático, pero es una llamada de atención también para los ciudadanos, y preguntarnos ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué sólo unos cuantos tienen acaparado el mayor porcentaje de riqueza en nuestro país? Los 16 millonarios de nuestro país, como Slim o Salinas, han visto incrementada su riqueza de manera considerable, de $25,600 millones de dólares en 1996 a $142,900 millones de dólares hasta el año pasado, representando el 9% del PIB de México en 2014, o lo que es lo mismo, un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de mexicanos (Fernando Cortés; (2003). El ingreso y la desigualdad en su distribución en México). Y puede que los beneficios fiscales y los favores del gobierno al otorgarles concesiones y favorecer más al sector privado que a la ciudadanía, les han permitido a varios de éstos millonarios acumular semejante cantidad de riqueza en tan poco tiempo, sin embargo no es excusa para dejar en manos de estas personas todo el poder, y permitir que el gobierno sólo favorezca a unos cuantos, al grado de dejarnos de lado y funcionar como marionetas sólo para cumplir sus intereses. Si nuestro país está así, es porque los ciudadanos lo hemos permitido, por nuestra indiferencia hacia quién y cómo nos gobierna, por nuestra conformidad y por nuestra pobre cultura financiera. No existe una ética cívica sólida, preferimos dar una mordida que pagar una multa, cuando a final de cuentas, termina por salirnos más caro. Además, el gobierno debe comenzar a comprender que debe dejar de generar desconfianza hacia sus ciudadanos, o de lo contrario tanta reforma no va a servir de nada, van a dejar de recibir contribuciones tributarias, y por ende subirán los impuestos, o le pondrán impuestos hasta a lo menos imaginable, afectando más a la ciudadanía y a su economía, generando un círculo vicioso del cual nunca nadie saldrá beneficiado. (La reforma tributaria de 2013: los problemas de la Hacienda pública y la desigualdad en México.)

Conclusiones
Como ciudadanos debemos entender que dejar el poder en manos de unos cuántos lo único que ocasiona es que nuestro progreso se vea estancado, nuestra felicidad se vea comprometida, y la justicia social se vea afectada a escalas mayores, como lo que estamos viendo actualmente, y que tristemente ha venido siendo así desde hace mucho tiempo ya. Si, debemos de preocuparnos por los nuestros, buscar un patrimonio, pero que en el camino no pisoteemos al otro, sino buscar cómo generar lo nuestro, pero que también pueda beneficiar a los otros. Así, con pequeños pasos, empezando por las élites, iremos viendo como poco a poco esta situación tan alarmante poco a poco va cambiando y así todos salimos beneficiados, al vivir en un estado equitativo y feliz, gozando de una justicia social plena y un desarrollo ilimitado hacia un mejor país.






REFERENCIAS
BÁSICAS
-David Castro Lugo, Luis Huesca Reynoso. (2007). Desigualdad salarial en México: una revisión. 15/11/2015, Papeles de población, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11205409_2
-Adelaido García Andrés, Noé Aarón Fuentes, Olga Montes García. (2012). Desigualdad y polarización del ingreso en México: 1980-2008. 19/11/2015, Política y cultura, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26723182014
-Fernando Cortés; (2003). El ingreso y la desigualdad en su distribución en México .Papeles de Población, Recovered from: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11203507  
-Mónica Unda Gutiérrez. (2015). La reforma tributaria de 2013: los problemas de la Hacienda pública y la desigualdad en México. 22/11/15, Espiral, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13840666003
-José Víctor Ríos Rull. (2002). Desigualdad, ¿qué sabemos? 29/11/15, Investigaciones económicas, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17326201
COMPLEMENTARIAS
-SAT, (2015) Salarios mínimos, área geográfica única, from:
- Raymundo Miguel Campos Vázquez, Emmanuel Salvador Chávez Jiménez, Gerardo Esquivel Hernández (2014). Los Ingresos Altos, la Tributación Óptima y la Recaudación Posible. 25/11/15, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, Sitio web: http://www.cefp.gob.mx/portal_archivos/convocatoria/pnfp2014/primerlugarpnfp2014.pdf
-CONEVAL (2014) Estimaciones de la pobreza en México, from:
-CNN (2014) El aumento al salario mínimo sólo beneficiaría al 40%, El dinero sí importa para ser feliz, from: http://www.cnnexpansion.com/economia/2014/09/10/aumento-al-salario-minimo-beneficiaria-a-4-de-cada-10-inegi
-EL FINANCIERO, Piz, México líder en desigualdad, (2014), from: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/mexico-lider-en-desigualdad.html
-CREDIT SUISSE, (2014) Research Institute, Global Wealth Report from:
-OXFAM México, (2015), Esquivel, Informe sobre la Desigualdad extrema en México from: http://trazandoelrumbo.ibero.mx/wpcontent/uploads/2015/08/desigualdadextrema_informe.pdf
-CEPAL (2014), Pactos para la igualdad hacia un futuro sostenible, 182, from
-INE, (2014), Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, from: http://www.ine.mx/archivos2/s/DECEYEC/EducacionCivica/Informe_pais_calidad_ciudadania_IFE_FINAL.pdf
-OCDE, (2014), Focus on inequality and growth, Income inequality increased in most OECD countries, from: http://www.oecd.org/els/soc/Focus-Inequality-and-Growth-2014.pdf
- Juan Pablo Jiménez. (2015). Desigualdad, concentración del ingreso y tributación sobre las altas rentas en América Latina. 29/11/15, CEPAL, Sitio web: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/37881/S1420855_es.pdf;jsessionid=24251C55A8B69E10813924870B9BF203?sequence=1



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