INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
DE CÓMO LA BUROCRACIA MEXICANA SE HA EMPEÑADO EN FRENAR EL PROGRESO ECONÓMICO DE LOS CIUDADANOS
(EXTREMA DESIGUALDAD Y CORRUPCIÓN EN MÉXICO)
ISMAEL ROJAS YÉPEZ
GUADALAJARA, JALISCO
01/DICIEMBRE/2015
Introducción:
Nuestro país actualmente sufre de una condición
alarmante en materia de desigualdad, que, en caso de no solucionarse, puede
acarrear consecuencias graves para todos, siendo los más afectados los
integrantes de la parte baja de la pirámide económica, y en menor medida la
clase media. Sin embargo debemos analizar qué problemas éticos ocasionan esta
situación, qué factores limitan el desarrollo y qué podemos hacer para cambiar
esto y así comenzar por pasos pequeños, que poco a poco harán una gran
diferencia.
La desigualdad actualmente es un tema controversial y
muy sonado, sobre todo en nuestro continente, y específicamente en América
Latina. En esta área geográfica es donde mayor desigualdad existe según el
índice de Gini, el cual mide la
distribución del ingreso entre los habitantes de una zona económica e indica si
ésta economía se acerca o se aleja de una distribución equitativamente
perfecta, siendo 0 una equidad perfecta y 100 una inequidad perfecta. (José Víctor Ríos Rull), Desigualdad, ¿qué
sabemos?). Según datos de éste índice, nuestro país en el año 2012 tenía un
índice de 48, siendo uno de los países más desiguales de américa latina, y por
ende, del mundo entero.
La desigualdad en México no es un mito, es más que un
hecho. Los sueldos de los funcionarios públicos por los cielos, un salario
mínimo por los subsuelos (SAT, Salarios
mínimos: 2015), el enriquecimiento acelerado de los más poderosos del
sector privado, una política económica deficiente, beneficios fiscales a los
más ricos, un estado de derecho pobre, y un índice de corrupción preocupante,
son frenos indiscutibles al desarrollo económico y social de nuestro país.
Al mismo tiempo, la indiferencia del gobierno por
buscar estrategias para alcanzar el bienestar a más ciudadanos, excusándose en
que “no hay suficientes recursos”, no permiten desarrollar al país en materia
de erradicación (o disminución al menos) de la desigualdad, eso sin contar las enormes
cantidades de dinero que muchos funcionarios perciben como sueldos y que nadie
se explica por qué tienen que tener ingresos tan altos cuando se supone que
debería haber austeridad por “no haber recursos”. Además, la corrupción, el
elitismo y el robo descarado al erario por parte de muchos funcionarios
públicos así lo confirman, lo cual tampoco es un mito.
Tan solo el 1% de la población acapara el 21% de los
ingresos totales en el país (Chávez,
Esquivel, Campos, 2014). Según el Global Wealth Report 2014, puntualiza que el
10% de la población más rica de México, concentra el 64.4% de toda la riqueza
del país (Global Wealth Report, 2014: 16)
¿Pero qué problema ético encierra esta situación de tan marcada desigualdad en
México? Existe una teoría: La avaricia de muchos funcionarios públicos y su
enfermizo deseo por atiborrar sus cuentas de banco, a costa del bienestar
universal de los ciudadanos. La corrupción y la impunidad son virus que no nos
permiten llegar a la equidad, no existe una
justicia social palpable en nuestro país; donde los ricos cada vez se
hacen más ricos y los pobres cada vez más pobres (Estimaciones de la pobreza en México, CONEVAL: 2014)
Según el Índice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno
del 2010, la corrupción le costó a los hogares mexicanos 14% de su ingreso, y a
los hogares, dependientes de un salario mínimo, representó el 33% de su
ingreso, o sea que en promedio, una
tercera parte de su salario fue dedicado a financiar actos de corrupción
como: mordidas, sobornos, etcétera. Esto fue en el 2010, habría que ver que tan
mal seguimos hasta hoy, o si hemos mejorado en materia de combate a la
corrupción, lo cual pareciera casi imposible. Dichos datos son alarmantes, por
dos vías. La primera, es que la corrupción les está costando a los ciudadanos
una cantidad que no se puede pasar por alto, puesto que actualmente son más de
53 millones de personas que están ubicadas dentro de la clasificación de
pobreza extrema, o personas con ingresos extremadamente bajos (1 salario
mínimo), lo que frena aún más su desarrollo social y económico, poniendo en
riesgo incluso su integridad y su felicidad (CNN,
El dinero sí importa para ser feliz, 2014). La segunda vía por la cual
estos datos son alarmantes, es por lo ya mencionado; son más de 53 millones de
personas viviendo en la pobreza extrema, quienes no pueden acceder a más de un
salario mínimo, el cual no supera los 70.10
pesos por jornada laboral de 8 horas; una persona ganando este salario, y
que a la vez sostenga económicamente a otra, ya es considerada pobre extrema (OXFAM, Esquivel, Desigualdad extrema en
México, 2015: 8) y con razón…
Existe una deficiente ética cívica en muchos de
nuestros gobernantes, quienes dicen hacer, pero no hacen, dicen querer ayudar,
pero no ayudan, se proclaman la voz del pueblo, pero no escuchan realmente lo
que el pueblo necesita, y hacen con él lo que quieren, además de robarles,
tanto con actos de corrupción, como directamente al erario público; dinero que
se supone es destinado para mejorar el nivel de vida en nuestro país, pero el
único nivel de vida que aumenta es el de las élites, ¿y el pueblo? Que se
conforme con 70.10 pesos diarios.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), realizó una encuesta en países latinoamericanos en 2002 y 2011 para
saber la opinión de los ciudadanos con respecto a la distribución del ingreso y
saber si creían que era justa, injusta o muy injusta. En el 2002, en México, el
porcentaje de personas que creían que la distribución del ingreso era injusta o
muy injusta fue de aproximadamente 91%, el cual se redujo a comparación del
2011, donde el porcentaje fue de aproximadamente el 85% de los encuestados,
porcentajes que varían muy poco entre los demás países de América Latina. Dicha
encuesta revela la inconformidad de los ciudadanos con la distribución del
ingreso, y no es para menos. La ética está por los suelos gracias al gobierno
en gran medida y a la desconfianza que genera; y esto genera que muchos
ciudadanos vean como normales muchos actos de corrupción, haciendo una ola cada
vez más y más grande, evitando el progreso ético y cívico en nuestra sociedad,
donde cada vez nos interesamos más por nosotros mismos en vez procurar el
bienestar para todos.
Otro estudio realizado por la Socioeconomic Database
for Latin America and Caribean, en 2010, demostró los grandes contrastes en el
ingreso en México. A lo largo de los 30 años que duró el estudio, se aprecia
que el ingreso más favorecido acumula aproximadamente más del 40% del ingreso
total. Mientras que las necesidades económicas de la mitad de la población se
cubren con apenas 15 y 20% del ingreso disponible. También comparando la
proporción entre el ingreso superior frente al inferior, la diferencia en el
ingreso era de 39.42%, lo que significa que una sola familia acaudalada podría
solventar los gastos de casi 40 familias de ingresos bajos, lo que demostró la
enorme desigualdad en el ingreso por hogar, validando así la información del
estudio realizado por la CEPAL. (Desigualdad
y polarización del ingreso en México: 1980-2008)
De los 34 países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el que tiene la mayor
desigualdad en la distribución del ingreso de sus ciudadanos (El financiero, México líder en desigualdad,
2014). También fue el país que más incrementó la desigualdad del ingreso
entre 1985 al 2012, según un informe de la propia OCDE.
Entonces, México es un país muy rico culturalmente,
con grandes riquezas naturales, y con mucho potencial económico; lo que nos
hace pensar, ¿Por qué estamos hundidos en una crisis social y económica, donde
existe tanta pobreza y desigualdad? Pero la otra cara de la moneda es ésta: no
toda la culpa es del gobierno. Nuestros hábitos y nuestra cultura financiera a
veces también son factores por los cuales no podemos llegar más lejos (David Castro Lugo, Luis Huesca Reynoso,
Desigualdad salarial en México: una
revisión.) Esto no exime al gobierno totalmente de su responsabilidad de
proveer lo necesario a sus ciudadanos con imparcialidad y universalidad con tal
de buscar su bienestar, además de proveer de un estado de derecho integrador y
democrático, pero es una llamada de atención también para los ciudadanos, y
preguntarnos ¿Qué estamos haciendo mal? ¿Por qué sólo unos cuantos tienen
acaparado el mayor porcentaje de riqueza en nuestro país? Los 16 millonarios de
nuestro país, como Slim o Salinas, han visto incrementada su riqueza de manera
considerable, de $25,600 millones de dólares en 1996 a $142,900 millones de
dólares hasta el año pasado, representando el 9% del PIB de México en 2014, o
lo que es lo mismo, un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de
mexicanos (Fernando Cortés; (2003). El
ingreso y la desigualdad en su distribución en México). Y puede que los
beneficios fiscales y los favores del gobierno al otorgarles concesiones y
favorecer más al sector privado que a la ciudadanía, les han permitido a varios
de éstos millonarios acumular semejante cantidad de riqueza en tan poco tiempo,
sin embargo no es excusa para dejar en manos de estas personas todo el poder, y
permitir que el gobierno sólo favorezca a unos cuantos, al grado de dejarnos de
lado y funcionar como marionetas sólo para cumplir sus intereses. Si nuestro
país está así, es porque los ciudadanos lo hemos permitido, por nuestra
indiferencia hacia quién y cómo nos gobierna, por nuestra conformidad y por
nuestra pobre cultura financiera. No existe una ética cívica sólida, preferimos
dar una mordida que pagar una multa, cuando a final de cuentas, termina por
salirnos más caro. Además, el gobierno debe comenzar a comprender que debe
dejar de generar desconfianza hacia sus ciudadanos, o de lo contrario tanta
reforma no va a servir de nada, van a dejar de recibir contribuciones
tributarias, y por ende subirán los impuestos, o le pondrán impuestos hasta a
lo menos imaginable, afectando más a la ciudadanía y a su economía, generando
un círculo vicioso del cual nunca nadie saldrá beneficiado. (La reforma tributaria de 2013: los
problemas de la Hacienda pública y la desigualdad en México.)
Conclusiones
Como ciudadanos debemos entender que dejar el poder en
manos de unos cuántos lo único que ocasiona es que nuestro progreso se vea
estancado, nuestra felicidad se vea comprometida, y la justicia social se vea
afectada a escalas mayores, como lo que estamos viendo actualmente, y que
tristemente ha venido siendo así desde hace mucho tiempo ya. Si, debemos de
preocuparnos por los nuestros, buscar un patrimonio, pero que en el camino no
pisoteemos al otro, sino buscar cómo generar lo nuestro, pero que también pueda
beneficiar a los otros. Así, con pequeños pasos, empezando por las élites,
iremos viendo como poco a poco esta situación tan alarmante poco a poco va
cambiando y así todos salimos beneficiados, al vivir en un estado equitativo y
feliz, gozando de una justicia social plena y un desarrollo ilimitado hacia un
mejor país.
REFERENCIAS
BÁSICAS
-David Castro Lugo, Luis Huesca Reynoso. (2007).
Desigualdad salarial en México: una revisión. 15/11/2015, Papeles de población, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11205409_2
-Adelaido García Andrés, Noé Aarón Fuentes, Olga
Montes García. (2012). Desigualdad y polarización del ingreso en México:
1980-2008. 19/11/2015, Política y cultura,
Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26723182014
-Fernando Cortés; (2003). El ingreso y la desigualdad
en su distribución en México .Papeles de Población, Recovered from: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11203507
-Mónica Unda Gutiérrez. (2015). La reforma tributaria
de 2013: los problemas de la Hacienda pública y la desigualdad en México.
22/11/15, Espiral, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13840666003
-José Víctor Ríos Rull. (2002). Desigualdad, ¿qué
sabemos? 29/11/15, Investigaciones
económicas, Sitio web: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17326201
COMPLEMENTARIAS
-SAT, (2015) Salarios
mínimos, área geográfica única,
from:
- Raymundo Miguel Campos Vázquez, Emmanuel
Salvador Chávez Jiménez, Gerardo Esquivel Hernández (2014). Los Ingresos Altos,
la Tributación Óptima y la Recaudación Posible. 25/11/15, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, Sitio web: http://www.cefp.gob.mx/portal_archivos/convocatoria/pnfp2014/primerlugarpnfp2014.pdf
-CONEVAL (2014) Estimaciones
de la pobreza en México, from:
-CNN (2014) El
aumento al salario mínimo sólo beneficiaría al 40%, El dinero sí importa para
ser feliz, from: http://www.cnnexpansion.com/economia/2014/09/10/aumento-al-salario-minimo-beneficiaria-a-4-de-cada-10-inegi
-EL FINANCIERO, Piz, México líder en desigualdad,
(2014), from: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/mexico-lider-en-desigualdad.html
-CREDIT
SUISSE, (2014) Research Institute, Global Wealth Report from:
https://publications.credit-suisse.com/tasks/render/file/?fileID=60931FDE-A2D2-F568-B041B58C5EA591A4
-OXFAM México, (2015), Esquivel, Informe sobre la Desigualdad
extrema en México from: http://trazandoelrumbo.ibero.mx/wpcontent/uploads/2015/08/desigualdadextrema_informe.pdf
-CEPAL (2014), Pactos
para la igualdad hacia un futuro sostenible, 182, from
-INE, (2014), Informe país sobre la calidad de la
ciudadanía en México, from: http://www.ine.mx/archivos2/s/DECEYEC/EducacionCivica/Informe_pais_calidad_ciudadania_IFE_FINAL.pdf
-OCDE,
(2014), Focus on inequality and growth, Income inequality increased in most
OECD countries, from: http://www.oecd.org/els/soc/Focus-Inequality-and-Growth-2014.pdf
- Juan Pablo Jiménez. (2015).
Desigualdad, concentración del ingreso y tributación sobre las altas rentas en
América Latina. 29/11/15, CEPAL, Sitio web: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/37881/S1420855_es.pdf;jsessionid=24251C55A8B69E10813924870B9BF203?sequence=1
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