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Arte urbano como manifestación social
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Sergio Adrián González Ruiz
Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara
Guadalajara, Jalisco.
27 de octubre del 2015
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El arte, es uno de los medios de expresión más antiguos que se conocen.
A través de éste, se pueden contar historias, expresar emociones, y demás
sentimientos, sin embargo, existe una rama del arte que ha evolucionado de una
manera muy rápida, es el conocido street
art. El arte urbano, o Street art,
ha tomado un rumbo impresionante en los últimos años, principalmente debido a
la época en la que vivimos, donde la difusión que se le da en las redes
sociales crea tanto impacto que en cuestión de segundos, una obra puede tener
tanta popularidad como nunca imaginó. En este ensayo, se hablará acerca de la
importancia del arte urbano dentro de la sociedad, del porqué la gente piensa o
cataloga a este tipo de manifestación social como negativa, y porqué también es
considerada como positiva. A base de argumentos sólidos, buscaré convencer a
las personas de que el arte urbano, es una necesidad de la sociedad,
convirtiéndolo automáticamente, en un tipo de manifestación positiva.
Palabras clave: dignidad, igualdad, justicia, ética, universalidad, derechos humanos, imparcialidad, beneficio.
Como tal, el origen del street art se remonta hasta épocas
prehistóricas, donde nuestros ancestros plasmaban, en paredes de cavernas, las
historias que ellos tenían día a día, como la caza de algún animal, el contacto
mítico con sus dioses o la batalla entre pueblos. Esa tendencia de plasmar algo
que remonte a otra situación, se sigue usando hoy en día. El concepto de street
art, se empezó a usar cerca de los años 70’s, donde se hacía una llamada a la
protesta, a la libertad y a la revolución, colocando en las calles stenciles
del Che Guevara, uno de los
principales íconos de la revolución (Walls, 2011). Tras el uso de estos medios
de protesta, obviamente empezaron a llegar los actos de rebeldía, que ya no
buscaban expresar un sentimiento o alguna inconformidad, sino que simplemente
lo hacían por querer dejar su marca en la ciudad, por ejemplo, para la década
de los 80’s, la mayoría de los trenes en Nueva York, estaban totalmente
graffiteados por tags, que son los
pseudónimos de las personas artistas
(Walls, 2011). En lugar de que todos los artistas se juntaran a crear algo
grande, notorio y relevante, empezaron una guerra que, se podría comparar, con
las batallas de pandillas en los barrios de Estados Unidos, donde buscaban
siempre que su firma o tag, fuera la
más notoria, acaparando los principales edificios, los principales trenes, e
incluso, como método de desafío, en las casas de sus adversarios. Fue a partir
de ésa época, cuando la gente empezó a ver mal el plasmar algo en paredes
públicas, pues se afectaba la armonía y belleza de la ciudad, llegando así a no
solo afectar a los edificios, sino incluso la dignidad de las personas que
vivían en esos lugares, convirtiendo sus viviendas en lugares que inspiran poco
respeto y seguridad.
Hoy en día, el street art se fue por un rumbo diferente. A pesar de que se
siguen viendo personas graffiteras con tags,
ya son muchas menos, a comparación de las que hacen verdadero arte. Sin
embargo, el pensamiento de muchas personas hacia el arte urbano, sigue siendo
negativo, pues, puede entenderse, que no entienden realmente lo que es. Cuando
se habla de arte urbano, no solo se habla de graffiti, existen muchas
modalidades de arte, tanto danzas, como proyecciones en edificios, stenciles, y
demás, pero efectivamente, el principal es el graffiti. A diferencia de lo que
las personas piensan, la mayoría de estas obras son con el fin de embellecer la
ciudad, no degradarla. Vivimos en una época en la que, hagas lo que hagas,
puedes ser castigado, ya sea aplicándose la justicia social o injustamente,
violando los derechos humanos de la persona. Una de las principales
características del arte urbano moderno, es hacer una crítica o sátira a esas
situaciones negativas, en las que el artista sabe que está atacando a alguien
que está haciendo mal, ya sea un gobierno corrupto, una sociedad cegada o
cualquier otra situación que necesite ser descubierta y entendida por todas las
personas. A pesar de esto, existen aún muchas personas, instituciones u organizaciones
que no aceptan esto como razón para dañar la ciudad, por ejemplo, en ciertas
ciudades de México, se aprobó una ley llamada Ley Antigraffiti, que
supuestamente busca, no criminalizar a las personas, sino evitar daños por
vandalismo. Esta ley, basada en “la proscripción, estereotipación y
criminalización de la juventud graffitera” (Gómez-Abarca, 2014, pp. 676), es un
claro ejemplo de cómo el graffiti suele ser estereotipado hacia lo negativo,
donde, como mencioné antes, solo buscan sentirse superiores a otros mientras
denigran la dignidad de la persona contraria.
Retomando el tema ético, ¿por qué la gente considera el arte urbano
fuera de la ética? Puede ser porque son adultos mayores, los cuales tuvieron
una educación, un contexto social juvenil, relaciones, muy diferentes a las
nuestras, o puede ser que una madre no quiera que su familia crezca en un
vecindario que puede parecer inseguro debido a las pintas que se le da, sin
embargo, la principal traba que se encuentra el arte urbano, es la corrupción.
Como mencionaba antes, cuando la gente debe abrir los ojos y darse cuenta de
qué tan mal está la sociedad, es ahí donde entra el arte urbano, para hacer que
todas las personas salgan de la burbuja donde se pueden encontrar y entren en
un estado de rebelión pacífica. Obviamente, dicha rebelión implica la crítica a
ciertas identidades poderosas dentro del contexto social. La mayoría de las
veces, cuando se trata de eliminar dichas obras, es porque se está haciendo una
verdadera crítica constructiva para la comunidad, pero destructiva para esa
identidad, una crítica que les molesta porque mancha su imagen, están siendo,
por así decirlo, desenmascarados. Por ejemplo, políticos, gobernantes,
instituciones que están haciendo mal a la sociedad; donde realmente no importa
el ámbito, sino la acción; ellos mismos lo saben, tratarán de cerrar cualquier
posibilidad de que la gente se dé cuenta de lo que en realidad están haciendo,
quieren mantener su identidad limpia, cuando en realidad está muy lejano de eso
y posiblemente estén quedando peor. Cuando una persona, que se supone
representa a la sociedad, está haciendo cosas ilícitas, eso sí se consideraría
poco ético, se está haciendo simplemente por beneficio propio y no por la
sociedad que dicen proteger, actuando de una manera imparcial, a diferencia del
arte, que realmente quiere comunicar la verdad a través de las calles y
beneficiar a la mayoría.
Tema
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%
|
Político
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79.7
|
Educación
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7.6
|
Sindical/laboral
|
4.7
|
Internacional
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3.4
|
Economía
|
1.9
|
Salud
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0.9
|
Comunidad
|
0.7
|
Seguridad
|
0.4
|
Otros
|
0.7
|
Total
|
100
|
Base
|
740
|
En nuestro país, es bien conocido que los medios de comunicación, a
pesar de asegurar ser totalmente transparentes y honestos, aplican una censura
en la mayoría de sus programas para evitar que la sociedad se entere de la
verdadera información que se suscita, pero además, se crea tanto contenido
inútil, inservible y vano, que provoca justo lo que desean, que las personas se
mantengan continuamente distraídas del contexto social en que se vive. Como
menciona Romeu (2008, pp. 185), “[…] los medios de comunicación masiva
desempeñan un papel importante relegando rápidamente al pasado las experiencias
históricas del presente y fomentando la amnesia histórica”. A diferencia de
dichos medios, el arte urbano ayuda a construir relaciones ocultas detrás de
esa obra, es decir, el lugar, el contexto y la obra, están siempre en relación
tratando de expresar algo que no se puede contar tan libremente (Rubiano, 2012,
pp.82).
Actualmente, el arte urbano ayuda a la gente a expresar lo que realmente
siente, pero que lo tienen guardado en silencio, ya sea por miedo a las
autoridades, a personas de poder, o simplemente porque lo consideran
insignificante. Como dice Wodiczko a Rubiano (2012) en una entrevista: “Hay
cosas de las que la ciudad no quiere hablar. Mis proyecciones son intentos de
leer y esculpir esos silencios en los monumentos y en los espacios que propagan
ficciones cívicas dentro de la esfera social” (Rubiano, 2012, pp.82). Para
respaldar estas afirmaciones, presento el siguiente ejemplo, en Venezuela se
hizo una encuesta a artistas urbanos, para conocer su inclinación en cuanto a
temas (Abreu, 2013), los resultados fueron los siguientes (tabla de porcentajes):
Como se puede observar, actualmente el arte busca más la crítica
constructiva hacia la sociedad, que el buscar ser mejor que otros. Existen
muchas veces en que se desea trasmitir algo, ya sea importante para otras
personas o simplemente sea importante para la persona artista el transmitir
para su propia felicidad, sin embargo, no siempre se puede decir en palabras,
“lo que no puede ser representado, no puede ser dicho” (Nieto, 2013, pp.39). El
arte funciona como ese emisor de información entre el artista y el espectador.
Existen muchísimos artistas dedicados solo a esto, como Banksy,
TrustIcon, Obey Giant, entre otros, quienes son los principales exponentes de
esta técnica. Ellos no solo hacen graffiti, sino que montan estructuras
demasiado complicadas con el fin de concientizar a las personas, como el caso
de Dismaland. Dismaland, es un parque de atracciones ubicado en el Reino Unido,
montado por Banksy y muchos otros artistas. El origen de Dismaland,
evidentemente, es hacer una crítica a Disneyland, pero de una manera apagada y
cínica. Dentro de las instalaciones, puedes encontrar obras que, a pesar de ser
muy críticas y atacantes, son bellas, pues hacen a las personas reflexionar el
porqué de esa obra. El arte urbano ha llegado a un punto tan importante, que
exposiciones de este tipo tienen más atención que exposiciones de otros
artistas, incluso, la gente está dispuesta a pagar por ver este tipo de
atracciones, pues sabe que, este tipo de artistas, nunca se doblegará ante lo
que la gente de poder le ordene o le pida que deje de hacer, y podrán ver una
verdadera intención detrás de eso. El ejemplo de Banksy es el ejemplo perfecto
de lo que un artista urbano debería ser. A pesar de que nadie –excepto sus
amigos y familiares- sabe su verdadera identidad, es una de las personas más
famosas y buscadas en todo el mundo. Ha convertido su hábito de criticar las
irregularidades sociales, sin obtener todas las ganancias que podría sacar de
ello, en una virtud, una virtud que mucha gente admira y le imita.
En estos tiempos, ahora el único problema que existe, es cómo la
sociedad actúa ante este tipo de manifestaciones. Muchas personas ya apoyan
este movimiento, pues descubrieron sus verdaderas razones, incluso existen en
algunos países, como resultado de las leyes antigraffiti, las Unidades
Graffiti, en Londres, por ejemplo. Estas unidades se encargan de preservar los graffitis
y demás demostraciones urbanas que valga la pena mantener, ya sea por su
belleza, por su crítica social, o por la importancia del autor (Cultura
Colectiva, 2013).
El arte urbano es algo bello, pero a la vez muy complicado. Es un tema
de interés en la sociedad, en el cual existen tanto posturas a favor como
posturas en contra. Es, y será, muy difícil, lograr una unidad en cuanto a las
opiniones acerca de este tipo de manifestación ya que la universalidad en este
caso, es muy difícil de aplicar, pues existirán siempre personas que no les
parezca adecuado alterar las características de la ciudad. Si todas las
personas actuáramos de manera racional, lograríamos llegar a un acuerdo en el
que el beneficio no solo sea del artista, sino sea un beneficio de la sociedad,
un beneficio universal.
Referencias Básicas
Abreu, Sojo, Iván. (2003). El graffiti en la
V República Venezolana. Estudio del graffiti sobre asuntos públicos. Revista
Latina de Comunicación Social, abril – junio.
Gómez-Abarca, Jesús. (2014). Graffiti: una
expresión político-cultural juvenil en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,
México. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud,
Julio-Diciembre, 675-689.
Nieto Blanco, Carlos. (2013). El arte de la
vida. Wittgenstein en la encrucijada entre ética y estética. Valenciana,
Enero-Junio, 33-68.
Romeu, Vivian. (2008). Arte, ética y
socialización. Una manera de entender la estética pragmática en las coordenadas
postmodernas. Andamios. Revista de investigación social, diciembre, 183-204.
Rubiano Pinilla, Elkin. (2012). Arte urbano
contradiscursivo: Crítica urbana y praxis artística. Revista Bitácora Urbano
Territorial, Sin mes, 79-84.
Referencias
complementarias
Cultura Colectiva (Mayo, 2013). Entender al
street art como manifestación artística. Recuperado de
http://culturacolectiva.com/entender-al-street-art-como-manifestacion-artistica/
Walls, A. (2011). ¿Qué es el street art? Y un
poco de historia. Recuperado de
http://lineadeltiempostreetart.blogspot.mx/2011/04/que-es-el-street-art-y-un-poco-de.html
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