lunes, 2 de mayo de 2011

GUARDIANES DEL PLANETA TIERRA por Leonardo Francisco Garrafa Pacheco

INTRODUCCIÓN


Tal es el impacto del quehacer humano en el planeta, que ha cambiado lugares desérticos en lugares habitables; a construido enormes represas de agua distribuyéndola donde antes no había; se ha trabajado la tierra para sembrar, para criar ganado, y hasta demoler montañas para construir carreteras y puentes; se han extinto muchas especies, los mares se acidifican, el planeta se calienta y hasta los pájaros cantan más para contrarrestar el ruido de las ciudades[1]. No cabe duda que el ser humano utiliza muchos de los recursos que hay en el planeta tierra para sus actividades, pero hasta que punto abuzamos de estos recursos, que aspectos éticos contiene y que responsabilidades éticas tenemos con el planeta es lo que deseo plasmar en éste escrito.

1. El efecto del ser humano sobre la tierra

Desde que el ser humano empezó a vivir en sociedad se separó de la cadena alimenticia, pasando de ser un ser natural a uno más artificial. Antes, como ser natural, se vivía en grupos o manadas tratando de sobrevivir cazando, y no siendo cazado por depredadores; sin embargo, aún existía ese miedo hacia otros humanos, porque como todos buscaban satisfacer las necesidades básicas y los recursos estaban escasos, sería necesario que los seres humanos se enfrentaran contra otros seres humanos por los recursos; debido a esto, se vio en la necesidad de convivir en sociedad para poder vivir de forma más tranquila, o como Hobbes lo describiría:

Para escapar del estado de naturaleza, entonces, la gente debe estar de acuerdo en que se establezcan reglas para gobernar las relaciones mutuas, y convenir en que establezca una agencia, el Estado, con el poder necesario para hacer que se cumplan esas reglas. […] el contrato social (citado por Rachels, 2007: pág. 229-230).

Este fue el punto culminante donde el hombre se separó del ciclo natural y empezó a vivir en sociedad, con sus propias reglas y organismos que regirían la convivencia conocida como las reglas morales, y de ahí en adelante el ser humano se empieza a crear a sí mismo como un ser fuera del ciclo natural de las cosas. Empieza a utilizar los recursos que la tierra les proporciona para satisfacer sus necesidades básicas. Con la agricultura y cría de ganado empiezan a manipular la tierra y los animales, y esto fue toda una revolución, sin embargo aquellas personas no se imaginarían, que el ganado ya no daría abasto para todos los seres humanos y con el uso inadecuado de las tierras, éstas se volverían infértiles. Después, con la revolución industrial, toda una trasformación económica, tecnológica y cultural, acabaría por contaminar la tierra, el agua y el aire provocado por la tira inmoderada de los desechos industriales. Luego, nuestros gobernantes del mundo, llevados por intereses ajenos al desarrollo integral de la vida y la ecología, descuidan los medios por los cuales logran sus fines, haciendo una mala administración de los recursos y declarándose incompetentes en cuanto al control y desarrollo de la evolución del planeta tierra. La emisión de gases de invernadero que hace que la tierra se caliente tiene bastantes implicaciones negativas en el planeta tierra: como la acidificación de los océanos debido a que el mar absorbe el dióxido de carbono, y en los últimos años ha tenido un incremento del 30%, con lo que se produce mayor ácido carbónico afectando ecosistemas marinos completos[2]; además, el derretimiento de los polos con lo cual se espera un aumento en el nivel del mar de 12 pulgadas para el 2050[3]; y otro problema son las lluvias más constantes y más fuertes que se han dado en muchas partes del mundo, y por otro lado de modo similar pero de forma contraria, se encuentra la desertificación en otras partes del planeta tierra.

Los efectos del ser humano sobre la tierra han sido provocados por un uso inmoderado de los recursos, una inconsciencia que fue creciendo en el ser humano sobre los recursos que nos probé el planeta, los efectos que tienen nuestras acciones sobre éste y las responsabilidades que tenemos y que deberíamos adoptar por ser habitantes del planeta tierra.

2. Responsabilidades del ser humano en el planeta

Generalmente uno en sus hogares, trata de mantener su hogar lo más acogedor que se pueda en la medida de lo posible y al gusto de cada quién, con el fin de lograr un ambiente digno. Nuestros padres (o al menos la mayoría) nos recordaban que teníamos que tener el cuarto ordenado y limpio, debido a que si tenemos un cuarto donde dormir e impregnarlo de nuestra esencia, es nuestra responsabilidad encargarnos de su mantenimiento, y es que no se puede vivir en medio del desorden; además de qué, si éste es nuestro cuarto, solo nosotros nos hacemos cargo de éste y nadie más debería hacerlo. Por otro lado, nuestros papás no supieron como decirnos que el planeta tierra de cierto modo también es nuestra casa y que también, al vivir en éste, es parte de nuestra responsabilidad mantenerla en aptas condiciones.

¿Qué cosas debemos considerar para empezar a mantener en aptas condiciones al planeta tierra? ¿Cuales son algunas de las responsabilidades? Aunque existe un número grande de efectos negativos que tiene el ser humano en el planeta. Mencionaré unos puntos de los cuales considero son de más relevancia: el uso inmoderado de los recursos básicos del ser humano y la responsabilidad ética ambiental de las fábricas en sus procesos.

El ser humano que tiene la suerte de contar con todos los recursos naturales como es el agua y el alimento, necesita saber administrarse. Usamos estos recursos como si fueran ilimitados, como pensamos que hay demasiados recursos más de la que necesitamos inferimos que siempre habrá para nosotros; sin embargo, no estamos pensando que los demás seres en la faz de la tierra también necesitan de estos recursos básicos, es cuestión de utilizar solo la cantidad de recursos que necesitamos para que otros puedan también gozar de ellos, es decir, tener una conciencia planetaria, que somos parte de un mismo organismo: el planeta tierra. Por otro lado, se encuentran las fábricas. Muchas fábricas producen desechos dentro de sus procesos industriales que son arrojados al suelo, al agua y al aire y son dañinos para el medio ambiente, estos desechos pueden y deberían tratarse para causar un daño menos severo al medio ambiente. Sin embargo, las fábricas prefieren no invertir en dichos tratamientos porque no generan ganancias, para ellos el pensamiento es, que lo más importante es ganar y acumular capital, más que el medio ambiente, pero a la larga se verán perjudicados porque el suelo, el agua y el aire son los principales elementos que transforman la materia para crear los recursos que las compañías necesitan, de ahí que las fábricas tienen la responsabilidad de cuidar estos recursos, sabiendo que tienen que cuidar y mantener el suelo donde se sientan y que les da la materia prima de sus productos.

El gran filósofo Immanuel Kant, sugiere que los seres humanos son seres racionales, y que como tales seres racionales, son responsables de su conducta y, por tanto, se les pueden pedir cuentas de lo que hacen (citado por Rachels, 2007, pág. 222). Todos somos, de cierta medida, responsables de lo que pasa en el planeta, de manera directa o indirecta, contribuimos al calentamiento del planeta tierra. En tiempos pasados, ni nos imaginábamos que eventos tan importantes que están pasando en la tierra serían consecuencia de nuestras acciones, y es por esa misma razón que, por nuestra ignorancia digamos, hemos logrado un desequilibrio en el planeta tierra, es decir, si hubiéramos sabido el efecto que tendría hace varios años la gran cantidad de dióxido de carbono emitida al aire, seguramente no habríamos utilizado tanto el coche, habría sido diferente y se tendría otro tipo de conciencia. Sin embargo, tenemos el conocimiento ahora, y como seres racionales que somos es racional pensar que la responsabilidad con el mundo es nuestra; nuestra forma de vida separada del ciclo natural de las cosas, afectó los demás seres y sistemas naturales, pero de una manera importante, del tal manera que varios estarían de acuerdo sobre el actuar y empezar ha hacer algo para remediarlo.

3. Los guardianes del planeta

De nuevo Kant nos podría decir que los seres humanos son agentes racionales: esto es, agentes libres, capaces de tomar sus propias decisiones, establecer sus propias metas y guiar su conducta por la razón (citado por Rachels, 2007, pág. 211). Somos los únicos seres racionales en el planeta, y nos corresponde pensar sobre este problema. Sin embargo, en la actualidad se puede pensar que las personas suelen ser apáticas respecto a este tema del cambio climático y el efecto del ser humano en éste, pero esto es debido a que las personas creen que es algo que está fuera de sus alcance (esto tiene raíces más profundas de naturaleza social y política) y creen que no se puede hacer nada, piensan que no les corresponde, y lo apartan de su circulo de interés, de aquí que a muchos no les interesan las consecuencias. Otros piensan que las consecuencias estarán más allá de cuando ellos mueran, esto les hace pensar que no les incumbe el problema, sin embargo sigue siendo parte de formar esa conciencia planetaria que se necesita para vivir en armonía con el mundo. Además, tanto el actuar y pensar de éste modo estaría asumiendo que así es como se debería comportar una persona racional igual a mi ante esta situación, o como lo diría Kant: obrar solamente siguiendo aquella máxima, mediante la cual al mismo tiempo podamos desear que se convierta en ley universal (citado por Singer, 1995, pág.13). Si queremos realmente un cambio, adoptar una conciencia planetaria, necesitamos primero pensar en qué es lo que deberíamos hacer todos y hacerlo, si ignoramos el problema pareciera que queremos que todas las personas hicieran lo mismo, y eso no puede ser por el bien de la humanidad, en este aspecto se respeta la dignidad y el respeto de las personas.

Como los únicos seres racionales en el planeta es deber del ser humano el administrar los recursos del planeta tierra. Y a medida que vallamos adoptando este tipo de pensamiento, una conciencia planetaria, pensar por uno mismo y a la vez por todos y no de forma individualista, lograremos equilibrar el planeta. Y como sugeriría Guisán: […] las acciones serán morales en la medida en que se respeten tales derechos naturales o fundamentales […] (Guisán, 2006, pág. 41) podríamos inferir de esto de cierto modo a que siempre que se respete y practique la conciencia planetaria se convertirá en parte de nuestra moralidad y será lo correcto socialmente y aceptado por la mayoría. Lograr adoptar esa conciencia planetaria y dejar a un lado el interés personal, que el ser humano al final de cuentas tiene el mismo valor que cualquier cosa en la tierra para el universo (seamos modestos), es lo que el ser humano necesita para cambiar y resolver el problema, convivir de manera armónica y ejercer de manera correcta nuestro deber como guardianes del planeta tierra.

CONCLUSIONES

Como seres humanos, y como los únicos seres racionales del planeta, se nos concedió la suerte de poder apreciar la naturaleza como ningún otro ser lo puede hacer. Somos capaces de usar los recursos que tenemos para crear cosas grandiosas. Pero también, somos responsables de administrar estos recursos y hacer un buen uso de estos por estar dotados de inteligencia, adoptar una conciencia planetaria, es decir, tener siempre en mente que somos parte de un mismo organismo vivo llamado planeta tierra.

BIBLIOGRAFÍA

  • Frohmund G. [22/04/2011]. Cambios climáticos:grandes ciudades podrían estar bajo el agua para 2080. [Online]. Impremedia digital, LLC.http://twe.ly/Vekb [22/04/2011]
  • Guisán, Esperanza. (2006) Introducción a la ética, Cátedra, Barcelona.
  • Los pájaros urbanos dedican más tiempo a cantar para compensar el ruido. [Online]. 20minutos.es. http://www.20minutos.es/noticia/1020766/0/pajaros/ciudad/ruido/ [14, 04, 2011].
  • Oceans acidify much faster than ever before in Earth’s history. [Online]. Alfred-Wegerner-Institut. http://twe.ly/Rekb [27 de septiembre de 2010].
  • Rachels, J. (2009) Introducción a la filosofía moral. México: FCE.
  • Singer, P. (1995) Ética práctica, Cambridge: Cambridge University Press.

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