Wilberth Marquina
IMPACTO DE LA TELEVISIÓN EN MÉXICO
Durante muchos años, la televisión ha formado parte de la historia del hombre y la mujer, las sociedades se ven relacionadas directa o indirectamente con la televisión y la programación que se ofrece por las distintas cadenas que hay, tanto de manera gratuita o de paga.
La televisión durante años fue considerado el medio por excelencia para la obtención de información y también ha servido como medio de entretenimiento. Sin embargo hoy en día la televisión enfrenta un declive en su audiencia. Creo que el principal problema de la televisión y la principal razón por la que están perdiendo la batalla contra el internet radica en que son las mismas cadenas televisivas que deciden que le ofrecerán al espectador, y hablo tanto de lo que se programa (llámese programas, películas, eventos deportivos, etc.), como de lo que se muestra en los noticieros, hablando de la información que se expone al espectador.
Ese tema quisiera exponer en mi ensayo, abordar la discusión sobre el contenido que ofrecen las cadenas de televisión y en especial hablar sobre la televisión abierta en México y los ámbitos que impactan en la vida de los mexicanos, porque es el gobierno mexicano el principal responsable de la regulación hacia las cadenas de televisión, y de igual manera regula la existencia de posibles nuevas cadenas de televisión y considero que el contenido ofrecido por las cadenas que están disponibles para todo el pueblo mexicano debería tener un mínimo de calidad en su contenido y que éste sume a la vida del pueblo mexicano y no solo sirva como mero entretenimiento.
Palabras clave: Televisión, información, entretenimiento.
La televisión, ha sido muy importante en la historia moderna, ha tenido un impacto considerable en distintas sociedades,en México “el grado de penetración de la televisión en los hogares es muy alto, prácticamente la totalidad (el 98.8 por ciento) tiene acceso a este medio” (Rodríguez, 2014). Si, bien los datos son muy altos, el que en un país la mayoría de su población tenga acceso a la televisión podría ser visto como bueno, porque son aparatos tecnológicos que no son baratos, y en un país como México donde hay pobreza, que solo el 2% del total de la población no tenga una televisión si es de sorprenderse. Con estos datos se puede tener un buen punto de partida, y es que la mayoría de la población en México cuenta con una televisión sin embargo solo hay dos maneras en que se puede ver contenido televisivo, de manera gratuita o el contenido que llega al tener contratado un proveedor de cable. La televisión por cable ha tenido un crecimiento en el mercado mexicano “Al término de 2008 apenas penetraba en 24.7% de los hogares en el país, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Esto significa que hasta ese mismo año había en promedio 66 suscriptores por cada 1,000 habitantes” (Gómez & Sosa, 2009, pág. 133). Si nos dejásemos llevar por estos datos del INEGI, y fueran exactos al día de hoy, se estimaría que alrededor de 3/4 de la población no tiene acceso a la televisión de paga y esto significaría que hay un gran mercado para los medios de televisión abierta. Los canales de televisión abierta están al alcance de la mayoría de la población, es decir, es un gran medio de difusión, y a mi parecer están mal gastados, para nadie es un secreto el pobre contenido que se ofrece, basta con ver el canal 2 o 13 de televisión abierta y ver programas que suman poco o nada a los mexicanos, la programación que la televisión abierta ofrece no suma a la vida de la población mexicana y esto atenta contra el crecimiento de la población ya que atenta contra el adquirir prudencia y conocimiento, y esto contradice la teoría Aristotélica donde se sostiene que el adquirir prudencia se necesita el estudiar e informarse (Cortina, 1996, pág. 2). Sería lógico pensar que en la programación que es ofrecida para todo el público mexicano tendría que haber un mínimo de calidad, o un mínimo de contenido que sume a la vida de los mexicanos pero esta idea es errónea, muchas veces solo se pueden ver novelas con historias un tanto pobres o programas de concursos televisados que no sumen algo de valor al espectador, que lejos de sumar, cumplen con la función de entretener, y si bien no estoy en contra del entretenimiento, si estoy en contra que al ser un medio de difusión tan importante, no se aproveche el impacto que podría tener un contenido que sirviera para sumar en la vida de los mexicanos
Hoy en día, los jóvenes de clase media - alta ya no vemos tanto la televisión, somos conscientes que hay otros métodos con más oferta y calidad para buscar contenido ya que “existe una apreciación diferente entre lo que piensan o creen los organizadores de la programación en televisión respecto a la oferta de programas culturales, y lo que los jóvenes piensan.” (Crespo, 2004, pág. 12).
México es una sociedad donde el machismo se hace presente de manera constante, es fácil tener la idea de una familia donde la persona que se dedica a trabajar es el papá y la mamá se dedica al hogar y a los hijos, siempre y cuando esta mujer no haya sido dejada y tenga que trabajar y cuidar a sus hijos. Aunque esa idea se ha ido con los años a nivel mundial y poco a poco se ha encontrado una igualdad de género y se han ido rompiendo estereotipos, en México se nos hace normal tener esa idea. Por eso mismo el mercado meta que tienen las televisoras son principalmente las mamás o amas de casa.
La televisión viene de la mano del consumismo, muchas veces entre programas se hace publicidad de distintos productos o servicios, por eso mismo, es inevitable encontrar relación entre la televisión y la política, porque la promoción de un candidato político o una ideológica política, vendría siendo un producto y la televisión el medio para promoverlo.
Aimée Vega Montiel, tuvo una investigación para ver la recepción que tiene la política mexicana junto a la televisión, y de los distintos espectadores televisivos se basó principalmente en amas de casa, en investigación, se pudo concluir que: “Hemos visto que en la opinión que las participantes tienen de los telediarios mexicanos frente a los procesos electorales, priva el escepticismo en la veracidad de las informaciones presentadas por esos noticiarios, aun cuando en principio manifestaron su credibilidad en las informaciones. Concluyo que este escepticismo en los telediarios puede deberse a la larga tradición de la televisión mexicana durante el régimen priista de favorecer a esa institución (sic) política.” (Vega, 2004, pág. 107)
Es incuestionable la relación que hay entre la televisión y el gobierno en México, por ejemplo: “La oferta programática actual de la televisión abierta en la Ciudad de México, que irradia su estructura y contenidos al resto del país, es una expresión de la relación entre el sistema político y el mediático; relación que ha priorizado (sic) el desarrollo económico y la estabilidad política más que el desarrollo democrático del país.” (Pareja, 2010, pág. 129)
La situación también resulta contradictoria a la teoría Aristotélica porque de igual manera, al existir ausencia de información en algo tan importante para un país, como es la política, se pierde la búsqueda de conocimiento y realmente no somos tan sabios como lo pensamos sobre un candidato o sobre algún partido político.
El principal problema de la situación que se vive con la televisión abierta en México, a mi parecer, es que si bien la apertura de nuevas cadenas de televisión es un poco más común que antes, el contenido que muchas veces dan las cadenas son solo adaptaciones mal hechas de programas internacionales y no se van por la parte de poder apoyar pequeñas empresas mexicanas que al existir una necesidad de realmente sobre salir, busquen crear un contenido que pueda ser programable y que ofrezca algo distinto a lo ofrecido por los medios. “Las reglamentaciones mexicanas nunca han puesto ninguna limitación sobre las cadenas de medios en relación con las producciones internas. Los conglomerados de televisión, como Televisa y TV Azteca son libres de producir cualquier porcentaje que quieran, y no hay políticas ni iniciativas que los obliguen a comprar programación de fuentes nacionales independientes.” (Lozano, 2006, pág. 142). Esto podría tener dos escenarios, el escenario en que el gobierno interviniera y buscara una manera en que el contenido fuera un poco más educativo (ésta situación podría disminuir el raiting de las cadenas y traería consigo efectos económicos para las cadenas) o el escenario donde todo sigue igual, y la televisión sigue siendo hecha para mero entretenimiento sin buscar la difusión de nuevos conceptos para el espectador mexicano.
El impacto que tiene la televisión hoy en día es importante, creo que representa un problema que la gente no esté bien informada sobre lo que pasa en el país y esto representa una contradicción con la misión principal de los noticieros que es informar a sus televidentes, y el informar a medias o dándole otro enfoque a la noticia crea un problema para la sociedad mexicana.
La televisión a nivel mundial está perdiendo la batalla contra el internet, ya que el internet nos da la ventaja de poder buscar la información y contenido que queramos, cuando queramos. La gente en otros países es más consciente que hay mejores maneras para la obtención de información y entretenimiento, y el internet ha venido a ser una herramienta que facilita la obtención de distintas fuentes de información y distintos medios de entretenimiento que dejan a manos del espectador el consumir los productos que desee.
Sin embargo, en un país como México, donde para un gran sector de la población su principal medio informativo o de entretenimiento son los noticieros y programas que se presentan en la televisión abierta, creo que es preocupante que se tenga solo este medio de acceso a la información y entretenimiento porque muchas veces las noticias que se presentan no tienen un enfoque neutral, y los programas que son presentados muy pocas veces son para sumarle algo a la gente que los observa y solo sirven de mero entretenimiento. La falta de neutralidad es algo presente en el periodismo en general, sería una falacia culpar solo al periodismo mexicano, porque al existir periodistas que no cumplan de manera correcta su trabajo o empresas que busquen informar de acuerdo a sus intereses, hay muchos otros más que si lo hacen, sin embargo éstos no están tan presentes como fuentes de información principal para la población mexicana. A mi parecer, la población mexicana es usada como mero objeto, y no como fin, ya que solo se busca el darles una idea o entretenerlos con programas que tengan un enfoque de solo entretener y no se busca el llenarlos de información que pueda ayudar a la gente a estar informada de manera oportuna y que esto llegue a sumar en sus vidas.
Referencias:
Crespo, Donacio Bartolomé; (2004). Televisión con cultura / cultura con televisión. Palabra Clave, diciembre, Recuperado de: http://redalyc.org/articulo.oa?id=64901102
Gómez, Rodrigo; Sosa, Gabriel; (2010). La concentración en el mercado de la televisión restringida en México. Comunicación y Sociedad, Julio-Diciembre, 109-142. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=34615372005
Lozano, José Carlos; (2006). Diversidad cultural y televisión en México. Comunicación y Sociedad, enero-junio, 137-156. Recuperado de: http://redalyc.org/comocitar.oa?id=34600507
Pareja Sánchez, Norma; (2010). Televisión y democracia. La televisión abierta y su oferta en la Ciudad de México. Andamios. Revista de Investigación Social, Septiembre-Diciembre, 101-135. Recuperado de: http://redalyc.org/articulo.oa?id=62819897005
Vega Montiel, Aimée; (2004). Amas de casa, televisión y participación política. México, elecciones 2003. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, XLVIenero-abril, 97-112. Recuperado de: http://redalyc.org/articulo.oa?id=42119006
Complementarias:
Cortina, A. (1996) Ética. La vida moral y la reflexión ética. Madrid: Santillana
Rodríguez (2014) Televisión, televisoras y crisis educativa en México. Recuperado de: http://www.ses.unam.mx/publicaciones/articulos.php?proceso=visualiza&idart=1911
No hay comentarios:
Publicar un comentario