Experimentación Animal
Paulina Yuslin Santana Palomar
Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara
Guadalajara, Jalisco
01 de diciembre de 2015
Probar nuevos medicamentos, hacer pruebas o análisis en animales es una
actividad sin sentido a menos que dicha actividad sea beneficiosa para los
animales de la misma especie. Tratar de “verificar” si una medicina sirve para
una enfermedad humana en un animal es como tratar de arreglar una computadora
haciendo las pruebas en una estufa, son objetos completamente diferentes,
funcionan diferente y tienen diferentes cualidades.
“Los animales son, como nosotros, seres vivos, pertenecientes a la
naturaleza; no existe ninguna deferencia cualitativa radical entre el hombre y
los demás seres vivos […]” (Pardo. pp. 397. 2005).
En las escuelas de medicina, usan animales para prácticas, sin embargo,
“cirujanos afamados afirman que la disección de animales no les aportó nada y
que, más bien, les indujo malos hábitos quirúrgicos que hubieron de corregir
con la practica en el hombre” (Pardo. pp. 400. 2005). Tiene falta de lógica
tratar de arreglar algo y practicar en
otra cosa, ya se ha dicho, solo adquieren malos hábitos y estos se corrigen en
la práctica con el hombre, no solo pones la vida de un ser humano, sino que
sacrificaron la vida de un animal. Si sabemos que los aparatos electrónicos no
funcionan de la misma manera y, no tienen las mismas cualidades, sabemos que no
se arreglan de la misma manera, ¿Por qué
es diferente cuando se trata de animales? “Los animales no son hombres y, por
tanto, los experimentos realizados sobre animales no son extrapolables al
hombre” (Pardo. pp. 399. 2005).
El utilitarismo busca el mayor bienestar para el mayor número de
individuos, esto incluyendo a los animales, ya que los animales son capaces de
sentir felicidad, tristeza y placer, por lo tanto también merecen bienestar”
(Rachels, 2008); brindar ese bienestar es deber del hombre, ya que es el hombre
el que explota y viola los derechos de los animales, si entendiéramos que los
humanos y los animales son básicamente lo mismo, “un cúmulo de células que
funciona coordinadamente, estos tienen autoconciencia, son capaces de sentir y
de sufrir, del mismo modo que los humanos” (Pardo. pp. 397. 2005) veríamos a
los animales con un semejante y no como un inferior. Pero no es fácil hacer que
todo ser humano o incluso la mayoría se “encomiende” a buscar justicia e
igualdad para los animales, ya que no solo hablamos de la experimentación
animal, tendríamos que aplicar los mismos juicios al comer carne o vestir
prendas de cuero y muchas más cosas.
“Es éticamente reconocido que no se deben emplear nuevos medicamentos,
sustancias, ni dispositivos en seres humanos ame nos que las pruebas
previamente efectuadas en animales permitan hacer una suposición razonable de
su inocuidad” (Concepción, Á. R., de la Peña y García. pp. 10. 2007); creo que
una suposición no es lo suficientemente certera, no se sabe con seguridad los
efectos que podría tener en un humano. Tenemos claro que un animal no es
igual aun humano, por lo tanto, las
reacciones a medicamentos son diferentes, incluso en pruebas de toxicidad;
“los estudios de toxicidad agua implican la
determinación de la dosis, lo que provoca la muerte del 50% de los animales
tratados. En este tipo de ensayos se provoca la muerte de un importante número
de animales después de una única administración del producto. En muchos casos,
los animales padecen sufrimiento andes de su muerte (Vinardell. pp. 44. 2007).
“El código de Nuremberg (1946) fue la primera
regulación explicita de la investigación clínica sobre seres humanos. Este
código incorpora la exigencia del consentimiento voluntario, que ha derivado en
lo que actualmente se conoce como consentimiento informado. Esto supone un
importante progreso y un reconocimiento patente de la dignidad de la persona
sobre la que se investiga” (Marcos. pp. 13. 2014).
¿Por qué este código no aplica también en los animales? ¿Acaso no son
seres dignos? Los animales no son escuchados como los huma nos, y aun sabiendo
que ellos sufren al igual que un humano, son ignorados. “[…] que los animales
no tengas deberes hacia nosotros, no implica que nosotros no los tengamos hacia
ellos” (Concepción, Á. R., de la Peña y García. pp. 11. 2007). Nos estamos
auto-otorgando el poder de decidir quien vive y quien muere, que especie es más
importante, estaríamos cayendo en algo llamado especismo; “el especismo sería, según Peter Singer, una forma de
discriminación similar al racismo o al sexismo, y por tanto, injusta (Marcos.
pp. 16. 2014). “Los animales no pueden defender sus derechos por lo que llevan
siempre las de perder. Para terminar con la experimentación/explotación animal,
los humanos tienen que comenzar a defender los derechos animales. Este se puede
denominar con justicia “liberación animal”” (Pardo. pp. 397. 2005).
“Podríamos pensar que aseguramos el bienestar de los animales de
experimentación si están limpios, bien alimentados, si verificamos que no
tienen lesiones y no estén enfermos […] La búsqueda del bienestar animal debe
basarse, en el trato respetuoso del hombre hacia los animales […] (Jar. pp. 79.
2014).
“No hay alternativas garantizadas para saber efectos en el hombre sin
probar en el hombre o en algo humano. Probar en animales son es garantía de
nada” (Pardo. pp. 400. 2005). Se está jugando con las vidas, es un juego de
azar, donde probablemente se gane o no; “el paralelismo entre la reacción de un
organismo animal a un medica mente que experimentamos por primera vez y la
reacción del organismo del hombre coinciden por casualidad” (Pardo. pp. 399.
2005).
En los últimos años se han hecho muchos avances y descubrimientos en las
ciencias, pero todo con el motivo de favorecer al hombre, sí, también “ayuda” a
los animales, pero ellos no son la prioridad, es un efecto colateral. “Los
avances actuales en muchos campos de la investigación biomédica permiten que
muchos de los estudios que antes se podían realizar únicamente con animales se
realicen ahora utilizando cultivos celulares u otros procedimientos. Sin
embargo, éstos tiene que ser validados para garantizar la seguridad del ser
humano” (Vaniardell. pp. 44. 2007). Incluso las campañas actuales solo buscan
liberar a los animales en laboratorios y granjas, no tanto defender sus derechos; solo buscan
generar empatía, estas campañas deberían de “[…] mentalizar a toda la población
que los animales no están hechos para nuestro sustento […]” (Pardo. pp. 397. 2005).
Los animales no están hechos para nuestro sustento y menos para la
explotación que están sufriendo. No solo son nuestras mascotas, comida,
prendas, juguetes, etcétera, también nuestra salud “depende” de ellos. Se dice
que el conejo es el animal con la mejor vista, sin embargo, no nos pueden
trasplantar una cornea de conejo, ¿Por qué? Por el simple hecho que somos seres
diferentes y el cuerpo humano rechazaría inmediatamente el agente extraño, ¿Por
qué pensar que las pruebas en los ojos de conejos son válidas para aplicarla a
nuestros ojos? Por el hecho de que “podemos”, no sacamos provecho de nada con
ello, solo la sensación de tener poder sobre algo más. Cuantas curas no han
encontrado para curar enfermedades en animales que el humano también padece
pero por una u otra razón no es aplicable para el hombre, y no son aptas para
el humano ya que la tecnología o tratamiento se fue diseñando conforme a las
reacciones del animal, no del humano.
La voz del humano es escuchada, es un ser autónomo; el animal es
silenciado y es privado de su “autonomía”, de su libertad y la gran mayoría de
las veces, privado de la vida.
Si queremos llegar a un razonamiento universal, debemos de ver por todos
los seres, buscar la equidad y el respeto a los derechos; que todos tengan
condiciones dignas de vida y sean felices siendo.
Referencias
Básicas
Concepción Alfonso, Á. R., de la Peña Pino, R. &
García Capote, J. (2007). Acercamiento al accionar ético-moral del científico
que trabaja con animales de experimentación. Acta Bioethica, 13(1) 9-15.
Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55413102
Jar, A. M. (2014). Bienestar animal y el uso de
animales de laboratorio en la experimentación científica. Revista Argentina de
Microbiología, 46(2) 77-79. Recuperado de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=213031635001
Marcos, A. (2014). La experimentación con animales:
perspectivas filosóficas. Revista Lasallista de Investigación, 11(1) 11-22.
Recuperado de http://w.redalyc.org/articulo.oa?id=69531554002
Pardo Caballos, A. (2005). ÉTICA DE LA EXPERIMENTACIÓN
ANIMAL. DIRECTRICES LEGALES Y ÉTICAS CONTEMPORÁNEAS. Cuadernos de Bioética,
XVI(3) 393-417. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87512622006
Vinardell Martínez-Hidalgo, M. P. (2007). Alternativas
a la experimentación animal en toxicología: situación actual. Acta Bioethica,
13(1) 41-52. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55413105
Complementarias
Rachels, J. (2008). Introducción a la filosofía moral.
Fondo de cultura económica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario