martes, 1 de diciembre de 2015

La educación sexual ya no es opcional

La educación sexual ya no es opcional
Introducción
Alrededor del mundo muchos jóvenes y adolescentes llevan una vida sexualmente activa, es decir, que suelen tener actividades sexuales con regularidad. Esta situación se expande cada vez más y muchos jóvenes la inician a muy temprana edad, sin tomarle la importancia necesaria al manejo correcto de su sexualidad y llevándola con irresponsabilidad por falta de información clara y directa para la mejor toma de decisiones. Este problema no solo abarca consecuencias físicas, sino también de carácter psicológico, por lo cual en este escrito se propone que como sociedad entendamos el por qué de la importancia de dicha información, la necesidad que sea durante la adolescencia, la comprensión de los conflictos por el tema y por último, conociendo lo anterior, poder unir esfuerzos como sociedad para poder erradicar problemas éticos como el bajo desarrollo moral de los jóvenes, el cual entorpece la toma de decisiones en temas sexuales, además de la responsabilidad moral, la felicidad y bienestar social. Los problemas anteriores pueden ser arreglados por medio de la información y comunicación activa, la cual pueda enseñar y dar herramientas necesarias por parte de los padres y maestros, que no solo favorezcan a ellos mismos, si no también a los demás.
Palabras clave: educación, información, sexualidad, desarrollo moral, responsabilidad, bienestar social, toma de decisiones, herramientas, padres y maestros.


Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada año dan a luz 16 millones de adolescentes alrededor del mundo, de los cuales el 38 % ocurre en América Latina y el Caribe. Todas estas jóvenes sufren de complicaciones durante el embarazo y el parto, creando como consecuencia “la segunda causa de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo”(OMS, 2014), es por esto, que la UNFPA ha decidido promover acciones con el fin de que los adolescentes lleven una sexualidad sana, creando programas que mediante “la formación de docentes en materia de educación de la sexualidad”(s.f), ayuden a los jóvenes, tomando en cuenta que para ellos “el ejercicio de la sexualidad implica múltiples demandas […] además de las dificultades evidenciadas alrededor de esta” tales como: embarazos no deseados, exposición a enfermedades de transmisión sexual, abortos y otras condiciones, demostrando la vulnerabilidad de los jóvenes en el ejercicio de su sexualidad (Comas, 1995; Arango, León, & Viveros, 1995; Levine, 2001 en Vianchá, Bahamón, Tobos, Alarcón y Uribe, 2012, p. 76).  Los problemas de estos jóvenes van más allá de las consecuencias físicas que se presentan, ya que viéndolo con la perspectiva ética, las dificultades inician con que la mayoría de los jóvenes no cuentan con un desarrollo moral importante, el cual no les dé la oportunidad de poder reflexionar más allá de lo superficial a la hora de tomar sediciones sobre estos temas; es decir, sus razonamientos alrededor de su sexualidad, son guiadas por el nivel preconvencional de desarrollo moral, el cual actúa según las consecuencias y no con un nivel posconvencional, en el que sus decisiones son razonadas viendo por otros y “va más allá de los intereses grupales para incluir el universo de intereses comunes a la humanidad”(Patiño, 2006, p. 78), además para que se pueda generar el progreso y desarrollo moral que buscamos para estos jóvenes, es fundamental la responsabilidad y una de las condiciones para que se ejerza dicha responsabilidad moral, es “que el sujeto no ignore las circunstancias ni las consecuencias de su acción; o sea, que su conducta tenga un carácter consiente”( Sánchez, 1984, p.104). Por lo tanto, es indispensable para que una persona tenga un desarrollo moral constante y que se pueda erradicar la ignorancia para que sus acciones sean responsables, es necesaria la educación clara y guiada al bien común. Por último, la felicidad y el bienestar social son claramente dos puntos que se ven afectados por la falta de información, ya que la educación representa herramientas y por lo tanto, factores que ayudaran a que la calidad de vida de estos jóvenes sea mejor y puedan encontrar con mayor facilidad la satisfacción humana y en este caso, sexual.
Teniendo dicha información es fácil notar la urgencia que tiene nuestra sociedad para empezar a enfocar nuestros esfuerzos y llevar la educación sexual a estos jóvenes, la cual les ayudará al manejo de la sexualidad a nivel individual, conocida también como conducta sexual, y ayudará a que sea entendida como realidad subjetiva, es decir, lo que la persona considera para él mismo apropiado o inapropiado para el manejo de su sexualidad (Vianchá, Bahamón, Tobos, Alarcón y Uribe, 2012, p. 80), y dejándolos decidir por ellos mismos lo mejor para ellos y los demás, y así con bases fuertes, puedan reaccionar correctamente en situaciones donde implique el cuidado de su persona y de su sexualidad.
Por otro lado, se cree que dicha información, más que ayudarles a definir dicha conducta, pueda ser perjudicial ya que puede hacer que los jóvenes se interesen y busquen tener prácticas sexuales, las cuales son puramente pasionales y “el hombre sabio debe de ser imitador de Dios y en consecuencia, debe dedicarse a anular los efectos (pathos) y las pasiones por la vida de abstinencia” (Montoya, 2007, p.169), pero existe un punto importante para contradecir lo anterior ya que “los órganos reproductivos, su fin es la reproducción y el mantener la especie humana, por lo cual se toma como inmoral, no utilizarlos con el fin que tienen[…], ”por consiguiente el exceso o abstinencia serían inmorales” (Montoya, 2007, p. 169) y para que esto pueda realizarse de una manera que busque el bienestar de la persona, y por su puesto, la felicidad del mismo, es necesaria dicha información, para que el joven pueda llegar a la felicidad mediante las virtudes que propone Aristóteles y buscando ser personas prudentes, no teniendo en cuenta solo el momento en el cual se vive, si no en todo el conjunto futuro, basándose en la experiencia, estudiando e informándose, ser circunspecto y prever el provenir, lo cual ayudará a no caer en una vida de excesos y poder ser realmente felices (Cortina, 1996).

Entendiendo así la trascendencia de dicha educación, es necesario señalar la importancia de que sea durante la juventud, ya que como sabemos, durante varios años, la sexualidad ha sido un tema cerrado para los jóvenes, sin comprender realmente el peso que tiene para la juventud y lo necesario que es para su desarrollo y para el de la sociedad de que se les incluya en estos aspectos, ya que como Vianchá, Bahamón, Tobos, Alarcón y Uribe nos confirman, durante esta etapa “se evidencia claramente la adaptación al ambiente mediante la adecuación de competencias (habilidades) y presión ambiental (exigencias del entorno), procesos que posibilitan un desarrollo integrado del ser humano” (2012, p. 86), dándonos respuesta que el desarrollo personal se potencializa en esta etapa y por lo tanto se les tiene que reforzar con herramientas que ayude en el mismo ya que es durante este momento cuando las personas inician con la experimentación sexual y empiezan a conocer sus cuerpos y por lo tanto tienen relevancia guiarlos, mostrarles opciones y herramientas que los ayuden. Esto fue confirmado por Botella y Fernández, los cuales dicen que efectivamente la educación sexual es importante para el proceso de crecimiento y el desarrollo del ser humano (1988, p. 136).
Habiendo comprendido estos puntos, es esencial mencionar que se tiene que tener mayor atención en la edad de los jóvenes por la etapa en la que están pasando, y para darles dichas herramientas tenemos que cuidar detalles como los que nos menciona Montoya; que se debe tener en cuenta a la ética del cuidado al momento de enseñar a los jóvenes, ya que es la que cuida el trato humano y la cercanía personal que ayudará a que toda la información que se les dé a los jóvenes, promoción de la misma y prevención de la salud sexual, sea buena y ética (2007, p. 171), favoreciendo entonces a que todas las herramientas y opciones que se les den estén alineadas al respeto de la dignidad de los demás.
Por lo contrario, existen argumentos que aseguran que no se les debe de dar esta información a los jóvenes, independientemente de lo ya mencionado, ya que las facultades sexuales son humanizadas “si se hace solo se­gún la ley, o sea, bajo la con­dición del matrimonio, y únicamente es posible bajo esta condi­ción” (Cruz, 2011), y por lo tanto, con esto se aseguran de que las relaciones sexuales son solo destinadas para esta etapa del ser humano, creyendo que la información a los jóvenes sería inútil y mal destinada porque no deberían estar realizando actividades de carácter sexual. No obstante, aunque el argumento lo asegura, muchos jóvenes a nivel global son activos sexualmente antes de cumplir los 20 años de edad y el 60% no utiliza ninguna protección contra el embarazo, contagio de una ITS o VIH (UNFPA, s.f), lo cual nos da una respuesta de que los jóvenes realmente necesitan dirección en el tema para que vivan con dignidad su vida sexual.

Muchos adolescentes, durante esta etapa experimentan conflictos psicológicos gracias a temas sexuales, los cuales los llevan a momentos de confusión y sufrimiento, el cual no debería de ser así y seguramente por medio de la comunicación de las personas cercanas a ellas, estos males podrían ser calmados y explicados. Uno de los más importantes es el de la culpabilidad sexual, la cual según Mosher y Cross definieron como “la tendencia a sentirse culpable por la violación de las normas acerca de las conductas sexuales aceptables” (Berger, Jacques, Brender, Gold & Andrés, 1985; Galbraith & Mosher, 1970; Schwartz, 1973 en Sierra, Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 74), señalando que dicha culpabilidad sexual determina la conducta sexual, y por lo tanto la salud sexual (1971 en Sierra, Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 78), pero el problema inicia con lo que los jóvenes y la sociedad les dicta qué es sexualmente aceptable y lo que realmente es bueno para ellos, es por esto por lo que la comunicación y educación activa de los padres y maestros, puede ayudar a que los jóvenes sepan diferenciar lo que está bien de lo erróneo, buscando que estos jóvenes lleguen a su autonomía moral, es decir, “la capacidad para autonormar sus acciones y para hacerse cargo de sus propias decisiones sin necesidad de coacciones y controles externos” (Patiño, 2006, p. 78). Dicho argumento es confirmado, ya que se dice que “una elevada culpabilidad sexual aparece asociada a falta de información sexual (Berger, Jacques, Brender, Gold & Andres, 1985; Galbraith & Mosher, 1970; Schwartz, 1973 en Sierra, Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 74), lo cual es fácil de erradicar si se quiere.
Otra principal problemática que está relacionada con la sexualidad, es el erotismo, “debido que al no poder ser definida fuera de los parámetros legislados por las sociedades, se mantienen las normatividades que históricamente han impuesto la idea de lo binario, hombre–mujer, activo–pasivo y dominador–subordinado” (Giraldo, 2013), lo cual causa conflictos personales y mentales a los jóvenes que no se sienten dentro de estos parámetros, además de que dentro de este erotismo, entran temas como el autoerotismo, el cual ha sido atacado por mucho tiempo, pero últimamente ha llegado a ser situado dentro de la sexualidad de hombres y mujeres para alcanzar un autoconocimiento corporal y autodescubrimiento (Fernández, 2004, p.24), siendo socialmente mal visto en nuestro país y creando nuevamente conflicto y vergüenza en jóvenes, cuando debería de ser un tema explicado por pares cercanos, que ayude al acomodo de información que se recibe del entorno, que muchas veces no es veraz.
Por último, un conflicto inicia cuando, para los jóvenes de este milenio, la sexualidad es vivida como natural, aceptada, placentera, abierta y de enriquecimiento personal lo cual crea choques entre culturas y generaciones, pero los adolescentes siguen en la búsqueda de la tolerancia, a lo plural y diverso, además de mayor equidad en estos temas (Fernández, 2004, p. 32), lo cual debe ser entendido por familiares y maestros cercanos a los jóvenes para poder comunicar con credibilidad y evitar que se construyan conflictos internos, al tener ese choque con lo que quiero y tengo que hacer, y entonces las decisiones que tomen, puedan ser bien fundamentadas por información valiosa, además de que como pares cercanos a los jóvenes, es importante enseñarles sobre el principio fundamental en la ética sexual, el cual indica trascendencia del “reconocimiento de la realidad personal de todo individuo humano, de su intrínseca dignidad, de su condición de fin y no meramente de medio” (Botella y Fernandez,1988, p. 136), para que los jóvenes y adolescentes que viven esta etapa de su vida, puedan hacerlo de la mejor manera y siempre buscando el respeto al otro y a su persona.

Conclusión

Durante dicho escrito se demostró que los jóvenes empiezan su sexualidad a temprana edad y que cuando tienen herramientas fuertes como la educación y la información clara, tienen la oportunidad de tomar decisiones moralmente responsables, ya que sus acciones son con conciencia y por lo tanto su nivel de desarrollo moral aumenta; además se crean factores para el bienestar social y pueden llegar a la verdadera felicidad por medio de la prudencia. Por lo tanto, como sociedad tenemos la responsabilidad de hacernos cargo de la ignorancia de los jóvenes y apoyarlos en su crecimiento y desarrollo humano, tomando en cuenta que la juventud es clave para el crecimiento sano de nuestra sociedad y por ende, es esencial que padres de familia y maestros puedan transmitir información valiosa, que les muestren sus derechos y les enseñen a decidir imparcialmente, universalmente y racionalmente, para en un futuro evitar conflictos personales, mejorando su capacidad de toma de decisiones y por su puesto, de cuidado de su persona y de los demás.

















Referencias
Básicas
Botella y Fernández. (1988). La Evolución de la Sexualidad y los Estados Intersexuales. España: Ediciones Diaz Santos, S. A.

Cortina, A. (1996).  Ética. La vida moral y la reflexión ética. Madrid: Santillana.

Fernández, L. (Julio-Diciembre,2004). Amor y sexualidad: algunos desafíos. Universidades, (28). Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=139026418007

Giraldo, C. (Enero, 2013), Cibercuerpos: Los jóvenes y la sexualidad en la posmodernidad. Actualidades Investigativas en la Educación, 13(1). Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44725654006

Montoya, G. (2007), La ética del cuidado en el contexto de la salud sexual y reproductiva. Acta Bioethica, vol. XIII Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55413203

Patiño, S. (2006). Desarrollo moral. En A.H (Comp.), Ética actual y profesional. Lecturas para la convivencia global en el siglo XXI (pp.75-99). México: Thompson

Sánchez, A. (1984). Ética. España: Editorial Grijalbo

Sierra, J. ,Perla, F. y Santos-Iglesias, P. , (2011). Culpabilidad sexual en jóvenes: influencia de las actitudes y la experiencia sexual. Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 43, num. 1. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80520078007

Vianchá, M. ,Bahamón, M. , Tobos, A., Alarcón, L. y Uribe J. (2012). Sexualidad en jóvenes: Un análisis desde el modelo ecológico. Tesis Psicológica, 7(2) Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=139026418007

Complementarias

Cruz, J. Persona y Sexualidad, (2014). Recuperado de http://www.leynatural.es/2014/12/27/persona-y-sexualidad-un-libro-del-autor/

UNFPA México, Salud sexual y reproductiva en adolescentes y jóvenes (s.f). Recuperado de http://www.unfpa.org.mx/ssr_adolescentes.php


Organización Mundial de la Salud, El embarazo en la adolescencia. (2014). Recuperado de http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs364/es/

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