La
educación sexual ya no es opcional
Introducción
Alrededor del
mundo muchos jóvenes y adolescentes llevan una vida sexualmente activa, es
decir, que suelen tener actividades sexuales con regularidad. Esta situación se
expande cada vez más y muchos jóvenes la inician a muy temprana edad, sin
tomarle la importancia necesaria al manejo correcto de su sexualidad y llevándola
con irresponsabilidad por falta de información clara y directa para la mejor
toma de decisiones. Este problema no solo abarca consecuencias físicas, sino
también de carácter psicológico, por lo cual en este escrito se propone que
como sociedad entendamos el por qué de la importancia de dicha información, la
necesidad que sea durante la adolescencia, la comprensión de los conflictos por
el tema y por último, conociendo lo anterior, poder unir esfuerzos como
sociedad para poder erradicar problemas éticos como el bajo desarrollo moral de
los jóvenes, el cual entorpece la toma de decisiones en temas sexuales, además
de la responsabilidad moral, la felicidad y bienestar social. Los problemas
anteriores pueden ser arreglados por medio de la información y comunicación
activa, la cual pueda enseñar y dar herramientas necesarias por parte de los
padres y maestros, que no solo favorezcan a ellos mismos, si no también a los
demás.
Palabras clave:
educación, información, sexualidad, desarrollo moral, responsabilidad,
bienestar social, toma de decisiones, herramientas, padres y maestros.
Según
el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada año dan a luz 16 millones de adolescentes alrededor del
mundo, de los cuales el 38 % ocurre en América Latina y el Caribe. Todas estas
jóvenes sufren de complicaciones
durante el embarazo y el parto, creando como consecuencia “la segunda causa de
muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo”(OMS, 2014), es por esto, que la UNFPA ha
decidido promover acciones con el fin de que los adolescentes lleven una
sexualidad sana, creando programas que mediante “la formación de docentes en
materia de educación de la sexualidad”(s.f), ayuden a los jóvenes, tomando en
cuenta que para ellos “el ejercicio de la sexualidad implica múltiples demandas […] además de las dificultades
evidenciadas alrededor de esta” tales como: embarazos no deseados, exposición a
enfermedades de transmisión sexual, abortos y otras condiciones, demostrando la
vulnerabilidad de los jóvenes en el ejercicio de su sexualidad (Comas, 1995;
Arango, León, & Viveros, 1995; Levine, 2001 en Vianchá, Bahamón, Tobos,
Alarcón y Uribe, 2012, p. 76). Los problemas
de estos jóvenes van más allá de las consecuencias físicas que se presentan, ya
que viéndolo con la perspectiva ética, las dificultades inician con que la
mayoría de los jóvenes no cuentan con un desarrollo moral importante, el cual no
les dé la oportunidad de poder reflexionar más allá de lo superficial a la hora
de tomar sediciones sobre estos temas; es decir, sus razonamientos alrededor de
su sexualidad, son guiadas por el nivel preconvencional de desarrollo moral, el
cual actúa según las consecuencias y no con un nivel posconvencional, en el que
sus decisiones son razonadas viendo por otros y “va
más allá de los intereses grupales para incluir el universo de intereses
comunes a la humanidad”(Patiño, 2006, p. 78), además para que se pueda generar
el progreso y desarrollo moral que buscamos para estos jóvenes, es fundamental
la responsabilidad y una de las condiciones para que se ejerza dicha
responsabilidad moral, es “que el sujeto no ignore las circunstancias ni las
consecuencias de su acción; o sea, que su conducta tenga un carácter
consiente”( Sánchez, 1984, p.104). Por lo tanto, es indispensable para que una
persona tenga un desarrollo moral constante y que se pueda erradicar la
ignorancia para que sus acciones sean responsables, es necesaria la educación clara
y guiada al bien común. Por último, la felicidad y el bienestar social son
claramente dos puntos que se ven afectados por la falta de información, ya que la
educación representa herramientas y por lo tanto, factores que ayudaran a que
la calidad de vida de estos jóvenes sea mejor y puedan encontrar con mayor
facilidad la satisfacción humana y en este caso, sexual.
Teniendo dicha información es fácil notar la urgencia que tiene
nuestra sociedad para empezar a enfocar nuestros esfuerzos y llevar la
educación sexual a estos jóvenes, la cual les ayudará al manejo de la
sexualidad a nivel individual, conocida también como conducta sexual, y
ayudará a que sea entendida como realidad subjetiva, es decir, lo que la
persona considera para él mismo apropiado o inapropiado para el manejo de su
sexualidad (Vianchá, Bahamón, Tobos, Alarcón y Uribe, 2012, p. 80), y
dejándolos decidir por ellos mismos lo mejor para ellos y los demás, y así con
bases fuertes, puedan reaccionar correctamente en situaciones donde implique el
cuidado de su persona y de su sexualidad.
Por otro lado, se cree que dicha información, más que ayudarles a definir
dicha conducta, pueda ser perjudicial ya que puede hacer que los jóvenes se
interesen y busquen tener prácticas sexuales, las cuales son puramente
pasionales y “el hombre sabio debe de ser imitador de Dios y en consecuencia,
debe dedicarse a anular los efectos (pathos)
y las pasiones por la vida de abstinencia” (Montoya, 2007, p.169), pero existe
un punto importante para contradecir lo anterior ya que “los órganos reproductivos, su fin es la reproducción y el mantener la
especie humana, por lo cual se toma como inmoral, no utilizarlos con el fin que
tienen[…], ”por consiguiente el exceso o abstinencia
serían inmorales” (Montoya, 2007,
p. 169) y para que esto pueda realizarse de una manera que busque el bienestar
de la persona, y por su puesto, la felicidad del mismo, es necesaria dicha información,
para que el joven pueda llegar a la felicidad mediante las virtudes que propone
Aristóteles y buscando ser personas prudentes, no teniendo en cuenta solo el
momento en el cual se vive, si no en todo el conjunto futuro, basándose en la
experiencia, estudiando e informándose, ser circunspecto y prever el provenir,
lo cual ayudará a no caer en una vida de excesos y poder ser realmente felices
(Cortina, 1996).
Entendiendo así la trascendencia de dicha
educación, es necesario señalar la importancia de que sea durante la juventud,
ya que como sabemos, durante varios años, la sexualidad ha sido un tema cerrado
para los jóvenes, sin comprender realmente el peso que tiene para la juventud y
lo necesario que es para su desarrollo y para el de la sociedad de que se les
incluya en estos aspectos, ya que como Vianchá, Bahamón, Tobos,
Alarcón y Uribe nos confirman, durante esta etapa “se evidencia claramente la adaptación al
ambiente mediante la adecuación de competencias (habilidades) y presión
ambiental (exigencias del entorno), procesos que posibilitan un desarrollo
integrado del ser humano” (2012, p. 86), dándonos respuesta que el desarrollo personal se
potencializa en esta etapa y por lo tanto se les tiene que reforzar con
herramientas que ayude en el mismo ya que es durante este momento cuando las
personas inician con la experimentación sexual y empiezan a conocer sus cuerpos
y por lo tanto tienen relevancia guiarlos, mostrarles opciones y herramientas
que los ayuden. Esto fue confirmado por Botella y Fernández, los
cuales dicen que efectivamente la educación sexual es importante para el
proceso de crecimiento y el desarrollo del ser humano (1988, p. 136).
Habiendo comprendido
estos puntos, es
esencial mencionar que se tiene que tener mayor atención en la edad de los
jóvenes por la etapa en la que están pasando, y para darles dichas herramientas
tenemos que cuidar detalles como los que nos menciona Montoya; que se debe
tener en cuenta a la ética del cuidado al momento de enseñar a los jóvenes, ya
que es la que cuida el trato humano y la cercanía personal que ayudará a que
toda la información que se les dé a los jóvenes, promoción de la misma y
prevención de la salud sexual, sea buena y ética (2007, p. 171), favoreciendo entonces a que todas
las herramientas y opciones que se les den estén alineadas al respeto de la
dignidad de los demás.
Por
lo contrario, existen argumentos que aseguran que no se les debe de dar esta
información a los jóvenes, independientemente de lo ya mencionado, ya que las facultades sexuales son
humanizadas “si se hace solo según la ley, o sea, bajo la condición del matrimonio, y únicamente es posible bajo esta
condición” (Cruz, 2011), y por lo tanto, con esto se aseguran de que las
relaciones sexuales son solo destinadas para esta etapa del ser humano,
creyendo que la información a los jóvenes sería inútil y mal destinada porque
no deberían estar realizando actividades de carácter sexual. No obstante,
aunque el argumento lo asegura, muchos jóvenes a nivel global son activos
sexualmente antes de cumplir los 20 años de edad y el 60% no utiliza ninguna
protección contra el embarazo, contagio de una ITS o VIH (UNFPA, s.f), lo cual
nos da una respuesta de que los jóvenes realmente necesitan dirección en el
tema para que vivan con dignidad su vida sexual.
Muchos adolescentes, durante esta etapa experimentan
conflictos psicológicos gracias a temas sexuales, los cuales los llevan a
momentos de confusión y sufrimiento, el cual no debería de ser así y
seguramente por medio de la comunicación de las personas cercanas a ellas,
estos males podrían ser calmados y explicados. Uno de los más importantes es el
de la culpabilidad sexual, la cual según Mosher y Cross definieron como “la tendencia a sentirse culpable por la
violación de las normas acerca de las conductas sexuales aceptables” (Berger,
Jacques, Brender, Gold & Andrés, 1985; Galbraith & Mosher, 1970;
Schwartz, 1973 en Sierra, Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 74), señalando que dicha culpabilidad sexual
determina la conducta sexual, y por lo tanto la salud sexual (1971 en Sierra,
Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 78), pero el problema inicia con lo que los
jóvenes y la sociedad les dicta qué es sexualmente aceptable y lo que realmente
es bueno para ellos, es por esto por lo que la comunicación y educación activa de
los padres y maestros, puede ayudar a que los jóvenes sepan diferenciar lo que
está bien de lo erróneo, buscando que estos jóvenes lleguen a su autonomía
moral, es decir, “la capacidad para autonormar sus acciones y para hacerse
cargo de sus propias decisiones sin necesidad de coacciones y controles
externos” (Patiño, 2006, p. 78). Dicho argumento es confirmado, ya que se dice
que “una elevada culpabilidad sexual aparece asociada a falta de información
sexual (Berger, Jacques, Brender, Gold & Andres, 1985; Galbraith & Mosher,
1970; Schwartz, 1973 en Sierra, Perla y Santos-Iglesias, 2011 p. 74), lo cual
es fácil de erradicar si se quiere.
Otra
principal problemática que está relacionada con la sexualidad, es el erotismo,
“debido que al no poder ser definida fuera de los parámetros legislados por las
sociedades, se mantienen las normatividades que históricamente han impuesto la
idea de lo binario, hombre–mujer, activo–pasivo y dominador–subordinado” (Giraldo,
2013), lo cual causa conflictos personales y mentales a los jóvenes que no se
sienten dentro de estos parámetros, además de que dentro de este erotismo,
entran temas como el autoerotismo, el cual ha sido atacado por mucho tiempo,
pero últimamente ha llegado a ser situado dentro de la sexualidad de hombres y
mujeres para alcanzar un autoconocimiento corporal y autodescubrimiento (Fernández,
2004, p.24), siendo socialmente mal visto en nuestro país y creando nuevamente
conflicto y vergüenza en jóvenes, cuando debería de ser un tema explicado por
pares cercanos, que ayude al acomodo de información que se recibe del entorno,
que muchas veces no es veraz.
Por
último, un conflicto inicia cuando, para los jóvenes de este milenio, la
sexualidad es vivida como natural, aceptada, placentera, abierta y de
enriquecimiento personal lo cual crea choques entre culturas y generaciones,
pero los adolescentes siguen en la búsqueda de la tolerancia, a lo plural y
diverso, además de mayor equidad en estos temas (Fernández, 2004, p. 32), lo
cual debe ser entendido por familiares y maestros cercanos a los jóvenes para
poder comunicar con credibilidad y evitar que se construyan conflictos
internos, al tener ese choque con lo que quiero y tengo que hacer, y entonces
las decisiones que tomen, puedan ser bien fundamentadas por información
valiosa, además de que como pares cercanos a los
jóvenes, es importante enseñarles sobre el principio fundamental en la ética
sexual, el cual indica trascendencia del “reconocimiento de la realidad personal de
todo individuo humano, de su intrínseca dignidad, de su condición de fin y no
meramente de medio” (Botella y Fernandez,1988,
p. 136), para que los jóvenes y adolescentes que viven esta etapa de su vida,
puedan hacerlo de la mejor manera y siempre buscando el respeto al otro y a su
persona.
Conclusión
Durante
dicho escrito se demostró que los
jóvenes empiezan su sexualidad a temprana edad y que cuando tienen herramientas
fuertes como la educación y la información clara, tienen la oportunidad de
tomar decisiones moralmente responsables, ya que sus acciones son con
conciencia y por lo tanto su nivel de desarrollo moral aumenta; además se crean
factores para el bienestar social y pueden llegar a la verdadera felicidad por
medio de la prudencia. Por lo tanto, como sociedad tenemos la responsabilidad
de hacernos cargo de la ignorancia de los jóvenes y apoyarlos en su crecimiento
y desarrollo humano, tomando en cuenta que la juventud es clave para el
crecimiento sano de nuestra sociedad y por ende, es esencial que padres de
familia y maestros puedan transmitir información valiosa, que les muestren sus
derechos y les enseñen a decidir imparcialmente, universalmente y
racionalmente, para en un futuro evitar conflictos personales, mejorando su
capacidad de toma de decisiones y por su puesto, de cuidado de su persona y de
los demás.
Referencias
Básicas
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Estados Intersexuales. España: Ediciones Diaz Santos, S. A.
Cortina, A. (1996). Ética. La vida moral y la
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44725654006
Montoya, G. (2007), La ética del cuidado en el contexto
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Patiño, S. (2006).
Desarrollo moral. En A.H (Comp.), Ética actual y profesional.
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México: Thompson
Sánchez, A. (1984). Ética. España: Editorial
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Sierra, J. ,Perla, F. y Santos-Iglesias, P. , (2011).
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Vianchá, M. ,Bahamón, M. , Tobos, A., Alarcón, L. y Uribe
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Complementarias
Cruz, J. Persona y Sexualidad, (2014). Recuperado de http://www.leynatural.es/2014/12/27/persona-y-sexualidad-un-libro-del-autor/
UNFPA México, Salud sexual y reproductiva en adolescentes
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Organización
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http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs364/es/
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