INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE
ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY
ETICA, PERSONA Y SOCIEDAD.
Nuestro extremo consumismo
Alicia
Ocampo
Andrés Gafford
27 de octubre del 2015
Zapopan, Jalisco. México.
Es inevitable ignorar el gran crecimiento de
consumismo en la sociedad moderna en que vivimos, porque es algo muy nuevo para
la humanidad, jamás en la historia se había pensado en desechar el aparato más
moderno en un año, a tal grado que hoy
en día las televisiones a color de señal analógica aun existen. Sin embargo
nuestro comportamiento evoluciona, ahora el consumismo nos ha dominado, sin
darnos cuenta el daño que nos podemos estar causando, no pensamos en nuestro
deber ético y reflexionar sobre si lo que hacemos es lo mejor, siguiendo las
teorías éticas y tomando de ahí algunas propuestas para mejorar nuestro
presente, dando buenas razones éticas en cumplimiento de las visiones
imparciales y justas para la humanidad. Por tanto he aquí algunas situaciones
que exponen algunas problemáticas sobre el consumismo, vistas de una manera
ética y con argumentación basada en la imparcialidad, justicia, prudencia y
universalidad.
Consumir productos en
general cubre una necesidad, pero hay productos que en realidad no necesitamos,
y más bien los compramos como un lujo. Como lo dice Antonio Argandoña, el
volumen de desechos y de basura ha crecido considerablemente en los últimos
años tanto por el consumismo como por el crecimiento de la población, y esto en
gran parte porque es muy cara la mano de obra para reparar los defectos que
tienen nuestros productos que es mejor comprar uno nuevo; y es que al final de
todos estos productos no nos crean un valor permanente, como para conservarlo y
repáralo. (S.F., 19-21) Y es un problema tanto del consumidor como del
vendedor, las empresas nos venden productos que no mantengan valor ni
sentimental, ni a través del tiempo, tampoco nosotros, mayoritariamente somos
consumidores imprudentes, no hacemos un esfuerzo por no desechar rápidamente
nuestros productos, cuando se nos descomponen intentar repáralos aunque sean
más caros.
Un ejemplo muy vasto son los
celulares, no hay que estar en contra de los avances tecnológicos y las
herramientas que nos permiten desarrollarnos mejor, como lo hacen los teléfonos
inteligentes, pero hay un límite entre la escasez y el exceso, la templanza y
la prudencia, en sociedades de altos recursos es muy común que si sus teléfonos
se dañan, inmediatamente compran el modelo mas nuevo, a veces como si fuera un
buen pretexto para cambiarlos. Siendo que pueden seguir funcionando quizá no a su 100%
pero a alguien de escasos recursos podría venirle muy bien, pero lo que
normalmente se hace con un pensamiento quizá pasivo pero egoísta, es dejarlo
como desperdicio y simplemente tirarlo a la basura. Como lo dice el artículo de
Alianza para el mundo responsable, plural y solidario; esta situación no solo
es ecológicamente insostenible, por cuestiones de los materiales utilizados
sino también es socialmente insostenible, tanto porque hace fácil la diferencia
social como el desarrollo. (S.F., 13) Si regaláramos o vendiéramos a un precio
accesible nuestros productos viejos a personas de escasos recursos, el
desarrollo no sería tan extravagante seria un desarrollo digno y justo para la
sociedad, hasta poder llegar a ser un desarrollo sustentable. Y podría no considerarse como consumismo el remplazo
de productos, si no un buen aprovechamiento de artículos.
El consumo funciona como un
marcador de clases sociales ya que limita a la población, llegando a causar
discriminación. Desgraciadamente en la actualidad el poder de la persona se
refleja en que tanto puedes comprar, en otras palabras “el consumo es una
categoría que define la pobreza, pues precisamente la línea divisoria está
trazada por los ingresos de las personas y familias y las posibilidades que
este ingreso les ofrece para enfrentarse al mercado y poder acceder o no a los
bienes y servicios que requieren para la vida” (Suárez, 2010, 3) La pobreza es
una de las maneras más comunes en la que se las puede observar como es afectada
la dignidad de las personas, pues al carecer de los servicios básicos el
bienestar de las familias se ve afectado y gran escala el desarrollo social
sufre una fractura. Tal es el caso de la sociedad mexicana con dos millones más
de pobres que hace un par de años, esto representa un porcentaje del 46.2% de
la población nacional (El universal, 2015).
El problema también
radica en que no tenemos una buena
educación para el consumo, como dice Castillejo, el consumismo es un rasgo del
ser humano, porque es libre y racional, puede comprar lo que quiera, pero esta
misma libertad, representa una responsabilidad por lo tanto el ser humano es
responsable de lo que consume. (2011, 39) Así entonces un exceso en el consumo
o los efectos colaterales son responsabilidad directa del consumidor, ya que
afectan el desarrollo de otras personas como de la naturaleza. Generalmente al
momento de consumir no nos hacemos la pregunta de si de verdad lo que estamos
comprando es una necesidad o es simplemente un placer extra no tan necesario y
que algún otro producto que ya tenemos nos puede satisfacer. Aquí es donde
viene la educación para el consumo, usar nuestra racionalidad en escoger y
comprar lo que menos dañe al ambiente, y solo si es necesario comprarlo
pensando justamente y equitativamente para la humanidad. Si bien consumir
productos de moda nos causa un placer individual, como el pensamiento
hedonista, que habla sobre los placeres que en realidad valen la pena, con los
cuales llegar a la felicidad, claro está que no cualquier placer entra en la
categoría, algunos de los más importantes mencionados son la amistad, la
libertad, la reflexión entre otros. Por otro lado el pensamiento utilitarista
que se pregunta si estos placeres son beneficio para un mayor número de
personas, las consecuencias que trae, su costo comparado con el beneficio y su
consideración moral. (Cortina, 1996, 3) Entonces están en juego dos temas, usar
un teléfono inteligente con la mejor tecnología o cuidar el medio ambiente pone
a pensar que es lo más justo universalmente, con una visión utilitaria.
Como lo afirma en el
artículo de la revista Eureka, el consumo también da empleo a muchas personas,
vendedores, diseñadores, manufactureros, etc. y el dejar de consumir puede
afectar a estas personas y estas familias (Paramo, 2007, 190), pero las mismas
empresas si así lo quisieran podrían asesorar y capacitar a estas personas para
que se enseñaran a reparar estos productos, así conservar su empleo y no
contaminar. Aquí mismo es donde vienen dos cuestiones, si la reparación sería
mejor que comprar un producto nuevo, ya que el personal ganaría ello y no
contaminar, pero su sueldo podría verse afectado y no con tantas ganancias para
la empresa para poder sustentar los gastos, y las condiciones de vida podrían
verse afectadas en los empleados y su familia. Algunas propuestas vagas y en
algunos países si están consideradas que las empresas se hagan responsables de
los desechos de sus productos. Por eso algunas empresas como Sobritas y
Coca-Cola que intentan concientizar a las personas de reciclar los desechos de
sus productos o depositarlos o mandarlos a tiraderos especiales donde ellos se
hacen cargo de esta basura. En cierta manera nosotros también tenemos la
responsabilidad de depositar los desechos en el mejor lugar posible para hacer
el menos daño. “Una persona al interior de una comunidad puede ser considerada
responsable de un acto determinado, no solo por las consecuencias de lo que la
persona hace en forma deliberada, sino que también por las consecuencias de
aquello que deja de hacer.” (Castilla, 2015, 65-71)
El consumismo por otra
parte, también estimula la actitud estética, estos rápidos cambios de modas
desarrollan el criterio de la estética y
la originalidad, de lo bello y de lo que agrada y reconforta el espíritu. (Páramo,
2004, 229) Como la teoría aristotélica
que explica que el fin es la felicidad pero no de placeres mas de virtudes, si
al consumir creamos virtudes que no excedan para hacernos temerarios ni
cobardes están en un punto medio que nos crean buenos hábitos como es la
innovación o emprendedores. (Cortina, 1996, 2) Por estos días la expresión
social ha sido opacada con temas como el bullying
y gobiernos opresores, de alguna manera el consumismo es un escape y libertad
para la opresión que hay esta el gran ejemplo del comunismo y el capitalismo.
Donde en el capitalismo somos libres de comprar lo que queramos pero a mayor libertad
mayor responsabilidad. (Páramo, 2004, 230)
Conclusión.
Lo mejor que podemos hacer
es hacer una compra responsable, sin dejar en cuenta que compramos, para que lo
queremos y que dejamos a cambio de la nueva adquisición, si podemos hacer lo
mejor para que nos sea simplemente basura y no refiriéndome a el reciclaje de
partes si no a la reutilización del mismo producto, quizá no para la misma
familia pero para otras que les pueda ser de mayor provecho y que pueda mejorar
su desarrollo, de esta manera estaríamos haciendo un desarrollo sustentable
quizá no cerrado donde los productos retornan a un reciclaje completo pero a no
ser productos basura, que adquieran valor a través de su uso y que no sea
satisfacción para una sola persona, sino para un grupo de ellas que puedan
sacar el mejor aprovechamiento. Esto no puede suceder si no empezamos a ver la
realidad en que vivimos, hemos dejado de ser imparciales, justos, y
universales. Asusta el nivel de egoísmo que a diario se vive, si tan solo un
grupo vasto de personas empezáramos a ver por una sola persona completamente ajena
a nosotros comprenderíamos que
necesitamos ayuda e impulsaríamos a otras personas a ver por el prójimo, porque
en el comportamiento del prójimo esta la descendencia de nosotros.
Referencias
básicas.
Castillejo, J.
L., Colom, A. J., Pérez-Geta, P. M. A., Neira, T. R., Sarramona, J., Touriñán,
J. M. & Vázquez, G. (2011). EDUCACIÓN PARA EL CONSUMO. Educación XX1, 14(1)
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Castilla, Juan
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individual responsable frente al calentamiento global. Acta
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Páramo Morales,
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salud como resultado del consumo. Revista Cubana de Salud Pública, 36(4)
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Referencia
complementaria
Alianza para un
mundo responsable, plural y solidario. (S.F.)Consumo ético. Serie
socioeconómica solidaria. http://infotek.alliance21.org/d/f/1843/1843_SPA.pdf
Argandoña, A. (S.F.). La ética de la sociedad del
consumo. Cuadernos empresa y humanismo. Texto en línea recuperado de
http://acolectivas.profeco.gob.mx/files/LA%20ETICA%20DE%20LA%20SOCIEDAD%20DE%20CONSUMO.pdf
Cortina, A.
Ética. La vida moral y la reflexión ética. (1996). Santillana, Madrid. 1996.
El universal (24
de julio de 2015) Crece pobreza en México; hay dos millones más: Coneval. Texto
en línea Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2015/07/24/crece-pobreza-en-mexico-hay-dos-millones-mas-coneval
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