Irving Leonardo Pérez Hernández
A00817454
Ética, Persona y Sociedad
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
La fórmula de la muerte
“El
pueblo estadounidense tiene que entender que las armas nucleares estratégicas
ponen a toda la humanidad ante una nueva circunstancia, a saber, que por
primera vez en la historia la humanidad puede literalmente destruirse.” (Kissinger,
1977). No solamente los estadounidenses,
si no todo el mundo debe estar enterado de esto. El tema que se tratara en este
ensayo es la destrucción; el porqué de la creación de artefactos que al final
del día pueden terminar con la vida como la conocemos en nuestro planeta. Son
muchas las ramas de la ética que van contra este tipo de armas, por su
contenido y por la finalidad de estas. Durante el ensayo hablare de algunos
problemas éticos que conlleva el uso de este tipo de armamento. En palabras de
Gandhi, “No puedo ver coraje ni
sacrificio en la destrucción de la vida o la propiedad, ya sea como ofensa o
defensa.”
La bomba atómica, también conocida como bomba nuclear, es un dispositivo
que funciona con grandes cantidades de
energía, por lo que esta se vuelve explosiva y mortal, la cual es creada por la
fisión o separación de átomos (Ochoa, 2005).
Actualmente se invierten grandes cantidades de dinero en la industria
armamentista, y su único fin es la destrucción de todo lo que se encuentre
dentro de su radio de alcance, estas armas también son denominadas armas de
destrucción masiva. Cada minuto se invierten más de dos millones de dólares en la creación
y fabricación de armas nucleares, ya que el costo de producción es muy elevado,
es muy triste y lamentable saber que se destinan grandes cantidades de dinero a
la investigación científica cuyo fin es la mejora de la calidad de vida humana,
mientras que al mismo tiempo se destinan cantidades superiores para el
desarrollo de la industria nuclear bélica (Amezcua,
2008, pág. 30). Es poco ético estas acciones
porque hay mayores problemas en la sociedad que se podrían terminar si el
enfoque de los políticos se centrará en esos problemas y no en el conflicto. Una Guerra con armas nucleares representa la destrucción
del planeta tal y como se conoce hoy en día. La amenaza para la conservación de
nuestro planeta no deja otra alternativa, los complejos Militar-Industriales y
sus excesos crean una rivalidad entre las potencias nucleares y ramas militares
(Bes, 2011, pág. 193).
En 1945, se lanzó la primera bomba atómica, creada por
el científico Albert Einstein. Por medio de múltiples estudios logró crear una
bomba que produjo una energía explosiva de 400, 000 KW de potencia eléctrica,
esto equivale a una energía radiante de 15, 000 toneladas de explosivo TNT.
Esta Bomba fue Lanzado por Estados Unidos a Hiroshima, el nombre científico que
se le dio fue Little Boy durante la guerra. Ante este lamentable hecho se
estima que unas 60, 000 personas murieron instantáneamente en Hiroshima y unas
100, 000 murieron después a consecuencia de la radiación (Educarchile, 2014).
No es difícil entender por qué Estados Unidos
lanzó esta bomba sobre Japón, lo difícil de entender es él porque lanzar
una bomba en una ciudad con puros civiles, teniendo como resultado tal
genocidio. Tres días después de estos actos inhumanos, Japón se reusó a firmar
una rendición incondicional. Sin tener la más mínima vergüenza, Estados Unidos lanzó una bomba sobre el
poblado de Nagasaki más eficiente y más
potente que Little Boy, con un poder de 21, 000 toneladas de explosivo TNT.
Murieron 150, 000 al instante (Educarchile, 2014). Esto es un ejemplo de cómo
la energía nuclear va en contra del derecho de la vida, pues la cantidad de
fuerza y energía que contiene, es capaz de liquidar todo ser vivo.
Estados Unidos tuvo estimaciones de las industria
militar que se salvaron de 200, 000 a 1, 000, 000 de vidas de soldados
Norteamericanos por el simple hecho de no haber invadido Japón (Educarchile,
2014). Esta es la razón que Estados Unidos utiliza como pretexto la vida de sus
soldados para la liquidación de tantos civiles inocentes.
Es muy impresionante que solo hayan pasado unos
cuantos años de que se descubrió la física nuclear, la cual está sustentada en
la química nuclear, donde las dos en conjunto han llegado a un punto donde la vida en el planeta se encuentra amenazada,
la vida es un derecho universal, no podemos ir en contra de este derecho
universal (Amezcua, 2008, pág. 31).
La necesidad de un cambio radical es más que evidente y claro en la
política armamentista del mundo, hasta
hoy, las armas nucleares no han tenido otro fin
más que para amenazar a los países enemigos (Amezcua, 2008, pág. 29).
También es lamentablemente saber que las armas nucleares no sirven para nada
excepto para amenazar y transformar en millonarios a quienes las fabrican, que
solo buscan poder económico y no se concentran en la consecuencias que pueda
acarrear hacia la población mundial. (Amezcua, 2008, pág. 30).
La sola existencia de los arsenales, debido a su magnitud, pone ya en
grave riesgo la supervivencia de la humanidad; ya que bastaría un solo error técnico,
un mínimo rose entre los países nucleares o, inclusive, la acción de un
gobernante “fanático”, para desencadenar un conflicto que en cuestión de
minutos puede acabar con la vida de miles de millones de personas (Amezcua, 2008, pág. 30).
Para finalizar, en mi punto de
vista los países que se consideran potencias nucleares deberían empezar un
desarme nuclear y así poner un ejemplo a todo aquel país con armamento de este
tipo para que eliminen sus arsenales. Pienso que es necesario que esta energía
se extinga en el aspecto bélico porque los países lo ven como una forma de
amenazar o defenderse de otros países, pero lo único que traerá el uso de estas
es la destrucción de poblaciones enteras y la contaminación del ambiente. El
mayor problema que encuentro en este tema, es que después de ver la magnitud de
destrucción que tienen estos dispositivos se sigan creando más, no entiendo en
que cabeza entra la idea de usar esto para defenderse si es lógico que en una
guerra con estas armas traería una consecuencia fatal, no solo para la víctima,
sino, para todo ser vivo. Podemos confirmar que las bombas nucleares van contra
el mundo y la gente como problema ético, va más allá de las consecuencias
físicas, el problema no es la muerte, sino lo que hay atrás de ella, como lo es
la pobreza, las enfermedades y la lucha por el poder. En palabras de Omar
Bradley, “La manera de ganar una guerra nuclear es la de asegurarse que nunca
comience” (Palmitesta, 2001).
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