martes, 1 de diciembre de 2015

La Ética Detrás de la Fertilización Artificial

Tecnológico de Monterrey

Janet Frías Orozco (A01222871)
Octubre 22, 2105
Ética y Sociedad, grupo #11

La Ética Detrás de la Fertilización Artificial
El hecho de convertirnos en padres es algo que muchos damos por descontado. Pocas veces se nos ocurre la posibilidad de que no seamos capaces de realizar una de las actividades más naturales que existe como lo es la paternidad. Sin embargo, ¿qué pasa cuando nos vemos en dicha situación? En promedio 2 de cada 8 ó 10 parejas son infértiles en el mundo (IECH, 2015). La magnitud del problema y el deseo de muchas parejas de tener hijos lleva a éstas a buscar alternativas. Algunos optan por la adopción, otros por técnicas de baja complejidad. Sin embargo, algunas parejas eligen una solución más controversial y que ha hecho cuestionar a muchos por la ética de la concepción asistida. El método se llama fecundación In Vitro y tras su introducción se ha convertido en una fuente de dilemas para las personas más conservadoras. No obstante, considero que a pesar de que este método no sea el más natural (si llamamos natural a algo que no tiene intervención humana), esto no cambia las intenciones detrás. Todos deberíamos tener la oportunidad de ser padres, si es nuestro deseo. Es por ello que en el presente ensayo pretendo explicar algunos de los argumentos en contra de la fertilización In Vitro y defender mi postura sobre la ética de dicho método.
La técnica de fecundación In Vitro  ha entrado bastante en debate en cuanto a aspectos éticos, morales, jurídicos y religiosos. Muchos individuos están en contra de dicha práctica ya que lo califican como inmoral y antinatural. Por otro lado, parejas infértiles defienden la fertilización In Vitro ya que mencionan que tienen el derecho de tener hijos con su misma genética. El  dilema es evidente, sin embargo,  la verdadera pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué tan ético es traer al mundo un ser humano a través de la manipulación de la fecundación en un laboratorio? A pesar de que las personas en contra objeten que cualquier método que no sea el natural está condenado a ser una aberración, la decisión no deja de ser de los padres, por lo que los derechos de objetar de las personas en contra deberían terminar cuando empiezan la de los padres a favor.
Por otro lado, algunos afirman que las personas que nacen de manera artificial pierden sus derechos al nacer, puesto que, una vez más, su concepción no es natural. Sin embargo, el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos nos menciona que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” (ONU, s.f.). Resulta evidente, por lo tanto, que independientemente de la forma en que fuiste concebido, tus derechos de ninguna forma son menores que los que nacieron de una forma ‘normal’. Por lo que el argumento de que la fertilización In Vitro es ilegal queda desarmado.
Otro argumento en contra dice que la fertilización artificial atenta contra la dignidad del hijo, ya que éste es utilizado como objeto de fabricación y fue ‘hecho’ en un laboratorio, es decir, el feto no es más que el fruto de un deseo o capricho de los padres. Bajo esa perspectiva, quienes están en contra podrían argumentar que el bebé no debería ser tratado como un objeto, ni siquiera por un fin bueno o por un deseo noble como el de tener un hijo. La honestidad del fin y la bondad de las intenciones no bastan para justificar éticamente dicho acto. Es perfectamente comprensible este argumento, ya que según los principios filosóficos tradicionales, no debemos utilizar a las personas como medios para fines de otros (Rachels, 2006, p. 19), por lo que la FIV sería considerada como manipulación o trampa ya que el niño probeta sería utilizado para satisfacer el deseo de tener un hijo de sus padres. Sin embargo,  en mi opinión, el bebé está lejos de ser considerado un objeto para los padres y su concepción lejos también de ser una transacción o un acto de conveniencia. El argumento dice que no importa la nobleza del deseo de tener un hijo, pero para mí claro que tiene importancia, puesto que la intención es la única diferencia entre un acto de amor y uno de dinero. ¿Cómo podría ser objetado el deseo de los padres que lo único que desean es poder querer a un hijo propio? Seguramente no fue su elección no poder tener hijos a la forma tradicional. Si la FIV es la única manera de poder tener descendencia propia, ¿su deseo de ser padres se vuelve inmoral? La respuesta es que no debería.
Las personas que desean ser padres deben entender que los hijos también tienen derecho a ser engendrados en un contexto natural, generado en una relación íntima. Desear tener un hijo es bueno, sin embargo el modo de conseguirlo no siempre es considerado el más adecuado debido al aspecto ético. Considero importante recalcar que hay que distinguir entre el deseo natural de formar una familia y la obsesión de tener un hijo sólo para complacer nuestra necesidad. La relevancia de esto es que son las intenciones detrás las que, en mi opinión, hacen la diferencia entre un deseo egoísta y caprichoso y la verdadera necesidad humana y natural de ser padres, un deseo que creo es muchas veces superior a cualquier sentimiento pueril.
No obstante, a pesar de las controversias, la ventaja más importante de la FIV es que ofrece a muchos individuos y parejas la posibilidad de tener un hijo que de otro modo sería imposible. La fecundación in vitro funciona cuando todos los demás métodos naturales han fracasado. El proceso permite a las parejas la oportunidad de manipular su material genético para así evitar posibles enfermedades o trastornos hereditarios. La FIV exige un compromiso físico, emocional, financiero y de tiempo considerable, pero que al final cambia la vida de las parejas que se sienten desilusionadas y decepcionadas por su incapacidad de tener hijos, y los hace recobrar la esperanza de formar una familia. Finalmente, después de una serie de tratamientos hormonales, cuando se logra el embarazo la pareja infértil tendrá la felicidad de traer al mundo a un nuevo ser.  
A pesar de todo, mi opinión continúa siendo que el deseo de ser padres es de lo más natural, al punto en que raya en una necesidad fisiológica. Ídem, todos deberíamos tener como garantía (o mejor aún, el derecho) al menos la posibilidad de intentarlo. Si bien en cierto que la FIV no es precisamente el método más recomendado, en parte por las dicotomías éticas y morales y por las opiniones sobre si éste conculca en contra de lo establecido moralmente por la sociedad, ésta no deja de ser la última esperanza de muchas parejas. Siempre y cuando los nuevos padres cumplan con su función y hagan respetar los derechos de sus hijos el método que usaron para concebir es irrelevante. Mientras que sea una decisión responsable y con conciencia social no debería discriminarse a nadie ni causar por no poder tener hijos de la forma ‘natural’. Los argumentos en contra muchas veces reflejan la postura de personas conservadoras con argumentos vacuos (una suerte de exégesis) que prefieren que sus puntos de vista sean escuchados aun si eso hace infelices a otras personas. No Ad Hominem, sino de bona fide.


Referencias :

(s.f.). Declaración Universal de los Derechos Humanos. Octubre 22, 2015, de UN Recuperado de: http://www.un.org/es/documents/udhr/

(2015). El Mundo Moderno y la Infertilidad. Octubre 22, 2015, de IECH Recuperado de: http://www.iech.com.mx/mundo-y-la-infertilidad.html

García, E. (2014). ¿ES UN ACTO DE AMOR HUMANO LA FECUNDACIÓN IN VITRO? UNA PROPUESTA DE ANÁLISIS ÉTICO. Valencia, España: Universidad Cardenal Herrera.

Rachels, J Introducción a la filosofía moral. Fondo de Cultura Económica, México, 2006


Fuentes de consulta:
(s.f.). Fecundación in vitro. Octubre 22, 2015, de Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Recuperado de http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007279.htm
Vargas, Luis Alberto; Pérez, Karl Ygor; Ricardo Pella, Mag Biol. (2007). Fertilización in vitro en la altura. Revista Peruana de Ginecología y Obstetricia, Enero-Marzo, 18-2


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