jueves, 25 de noviembre de 2010

consumismo en la juventud actual

por Colter Ehman

INTRODUCCION

Actualmente el consumismo, que es una tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes no siempre necesarios, ha influido enormemente sobre los jóvenes.

Es decir, la juventud de hoy actúa bajo las influencias de una sociedad consumista, el mercado, la oferta y la demanda crean necesidades y estereotipos que para muchos es difícil de no imitar. Este tipo de conductas se pueden apreciar claramente en nuestra sociedad, una sociedad en la que el dinero, los bienes materiales y la imagen van por encima de la persona, de sus opiniones y de su valor.

Por un lado, se puede observar en la medida en la que determinados bienes aparentemente son la clave y requisito indispensable para que un individuo logre pertenecer a un grupo social determinado y como consecuencia se sienta aceptado y valioso.

Por otro lado, la mercadotecnia ha ido posicionando ciertas marcas, estilos y tendencias en ciertos estándares de calidad que las personas creen que necesitan alcanzar. Al momento de que una persona tiene las posibilidades de consumir aquellos bienes y servicios superficiales no indispensables para la vida, la sociedad lo reconocerá y le asignará cierta superioridad, es decir, el hecho de que alguien tengas las posibilidades de comprar y obtener lujos, que en realidad solo proporcionan un cierto placer material, las posicionan sobre los que no cuentan con dichas posibilidades y se ven limitados a vivir con lo justo y necesario para el día a día.

En este punto se puede llegar a hacer una analogía con la forma de vida animal, hoy por hoy el hombre que goza de los bienes de consumismo podría ser representado en la naturaleza como el macho alfa de una manada, el que es superior por su fuerza, habilidades y cuyo poder lo posiciona sobre todos los demás, es de la misma manera, como una persona rica, ostentosa y dominante económicamente tiene cierto poder sobre los que no lo hacen y logra controlar a las personas menos favorecidas. De la misma manera, es parte de la ley natural que existan líderes dentro de las mayorías, pero no se debe de olvidar que los líderes deben de ser escogido por entre los demás de acuerdo a sus capacidades intelectuales y humanas, no meramente por sus posibilidades económicas y los bienes que posean, ya que estos no los hacen constituirse como mejores personas.

Marcuse clasifica los consumos en dos categorías: la primera es la de tipo verdadero y el tipo falso; el consumo verdadero, como su nombre lo dice es el realmente necesarias o indispensables para la vida; y el tipo de consumo falso, es las que nos son impuestas por la presión de la sociedad, llevándonos a la miseria y a la frustración. El problema radica en que al obtener beneficios comprables falsos parece ser que se encuentra la felicidad, pero esta es una felicidad impuesta por las fuerzas sociales que siguen un círculo vicioso que consiste en aumentar el consumo y la producción.

Se sabe que para lograr erradicar un problema, se tiene que atacar este de raíz, saber sus inicios, su historia y el porqué de su existencia. Es entonces cuando se fórmula la pregunta de: ¿Cuándo surgió esta transformación y desvío de lo necesario para vivir bien hacia lo superficial en nuestra sociedad? La respuesta se respondería de la siguiente manera, desde la antigüedad, desde el momento en el que se crearon las clases sociales y los beneficios que los bien posicionados obtenían sobre los menos favorecidos, beneficios tales como el status, poder y economía, se comienza a crear una disección entre las personas y se comienza a tomar el rango de vida social como un índice para darle valor y voto a las personas. Quizás la diferencia en tiempos anteriores no era tan marcada como lo es hoy en día, pero con los cambios tanto sociales como industriales y económicos que han agitado al mundo en los últimos años, la tendencia a caer en el materialismo es cada vez más probable. El consumismo ha tenido un proceso y una evolución que al integrar la mercadotecnia se desarrollo con gran fuerza. Es la mercadotecnia con sus anuncios que realmente son proyecciones de momentos de humanidad, es decir, momentos de relación entre las personas, que crean tales productos.

El consumismo en la juventud

Los jóvenes de hoy definen sus vidas por lo que tienen y pueden llegar a tener, esto sucede en gran parte debido a que los adolescentes al estar consolidándose como adultos, buscan entre sus posibilidades, ser los mejores y destacar en donde estén, esto es algo completamente normal. Al estar en dicha etapa de desarrollo, los jóvenes ven como oportunidad el hecho de integrarse en la sociedad por medio de la adquisición de bienes materiales. Un claro ejemplo de esto, se da al en cuanto a la diversión que procuran los jóvenes, imaginemos, al llegar a un “antro” se puede apreciar como todos sin excepción buscan colocarse en la mejor mesa, en la que esté más en alto

(Cortina, Adela (21-02-1999) ética del consume. El País. Disponible: http://www.elpais.es/articulo.html?xref=19990121elpepiopi_3&type=Tes&anchor=elpepiopi&d_date=19990121)

y cuyas botellas sean las más caras del lugar, por otro lado, los que no tienen dichas mesas se sienten desplazados y no lograr disfrutar de la noche en la misma medida.

¿Qué es entonces lo que pone a las personas en esa posición de “popularidad”? evidentemente su riqueza económica, dicha riqueza la cual les da una gran ventaja para lograr una fácil integración en la sociedad. Otra de las interrogantes que se plantearon al hacer este ensayo es la de ¿si serían igual de bien aceptadas los líderes sociales en la, de no tener el mismo estilo consumista? La respuesta a la que se llegó es que probablemente no lo lograrían, es decir, algunos de los líderes sociales si podrían ya que cuentan con una actitud que conmueve y ayuda a formar relaciones sociales, pero no sería igual para todos la que al verse limitados económicamente su autoestima bajaría y no serían capaces de desenvolverse de la misma manera ante la sociedad.

Se debe de recordar que el consumismo no se refiere únicamente al hecho de comprar ropa, coches y tener bienes materiales, existe un tipo de consumismo aún más peligroso que atenta contra la salud de los jóvenes y que está cada vez más al alcance de sus manos. La juventud consumidora en el mundo, ha desviado su atención de lo puramente material y ha sido influenciada por organizaciones que promueve por ejemplo las drogas, el alcohol y otros artefactos dañinos a la salud. Este tipo de mercado tiene la ventaja de ser algo que provoca vicios y de tal manera el consumo no termina nunca. Es aquella necesidad a seguir y seguir comprando y no parar.

Consecuencias del consumismo en los jóvenes

El mercado ha establecido los estándares e imagen que deben de lucir los jóvenes, desde la figura, el cabello, las tendencias, modas, estilos e inclusive vicios, de tal manera se va logrando ser aceptado o no en el círculo social al que se desea ingresar. Al imponer los requerimientos de la sociedad, se limitan las formas de pensar y la diversidad cultural se fragmenta, esto hace que la sociedad se divida en grupos, por ejemplo los hippies, los fresas, los punks, cada uno dentro de su grupo y sus estándares se gobiernan de manera independiente y no se mezclan. Con esto se refiere a que no van a los mismos lugares ni comparten experiencias y como consecuencia se ve limitada el trato personal entre personas con mentalidades diferentes que quizás tienen intereses en común.

Esta alienación creada dentro de las personas que habitan en una misma ciudad llevan a que surjan repercusiones sobre las misma y sobre su psique y su moral, es decir que los que se sientan de alguna manera agredidos, sufrirán de baja autoestima por conductas externas y agresiones a su integridad por no cumplir con ciertos requisitos basados en modas y bienes materiales.

Vivimos en un país donde la sociedad joven pone los limites para el resto de las vidas de sus integrantes, alguien que “la arma” en la sociedad, es decir, que se relaciona muy bien obtiene mayor probabilidad de éxito, estas oportunidades de relacionarse se obtienen mediante un consumismo que las misma sociedad y el mercado imponen.

La aparente felicidad es la causa y consecuencia del consumismo, aparente porque realmente no es verdadera, la sociedad nos ha dicho que es lo que necesitas cuando realmente no es así, Epicuro, un filósofo griego, nos habló en su tiempo acerca del consumismo y sus efectos en las personas, la gente piensa que comprando cosas caras es lo que nos lleva a la felicidad y al placer, pero si nos pudiéramos enfocar en lo esencial, los amigos, la autosuficiencia, los valores y la reflexión personal e ignoráramos las mercadotecnia que nos ciega, podríamos tener una sociedad más integrada y funcional.

Consumismo en relación con el mercado y viceversa

Estos dos términos van muy a la mano a lo largo de la historia, ya que el mercado necesita mayor consumo para generar mayor ganancia o utilidad, y a la vez el consumismo necesita mayor venta y producción para el consumo de la sociedad que va en aumento.

Como he hablado anteriormente el mercado creo la mercadotecnia para dar un mensaje de sus productos con fines de mejorar ventas en sus consumidores. Los mensajes que nos envía la mercadotecnia mediante anuncios son proyecciones de necesidades esenciales para las personas que son obtenidas mediante sus productos anunciados, es decir, nos quieren vender los momentos que son las bases de la vida humana que son relaciones entre personas, la autosuficiencia y la reflexión personal, según Epicuro.

Existen éticas que tratan te entender el consumismo de la población:

-Las "éticas del capitalismo” entienden que el consumo es la expresión más acabada de la democracia económica y de la autonomía personal. El consumidor -opinan- se comporta como un ser autónomo porque, haciendo uso de su soberanía, deposita su "voto-peseta" en un producto, vota por él, y las empresas se ganan los votos con la calidad de sus productos.

-Los economistas neoclásicos desarrollaron la teoría de demanda del consumo basándose en el utilitarismo. Los neoclásicos toman la acción de consumo como una satisfacción asi que al mayor consumo de la población mayor satisfacción. Y el producto que produzca mayor utilidad al mayor número es considerado como bueno para la sociedad.

- Una ética del consumo que intente responder a la pregunta "qué se debería consumir, para qué se debería consumir y quién debería decidir lo que se consume" en sociedades que se precian de afirmar que toda persona es igual en valor, debería tener en cuenta las dos grandes dimensiones de la moral, es decir, que el consumo debe ser justo y propiciar a las personas una vida buena.

En México existe una institución, Comercio Justo México A.C., que trata de regular la justicia en el comercio. Como dice esta última ética del consumo esta es una institución que trata de ver la justicia en el mercado mexicano, Comercio Justo México A.C. es una institución 100% mexicana que promueve productos y servicios de pequeños productores mexicanos que garantiza la calidad, la sustentabilidad ambientas y la justicia en el pago de sus productos.

(Cortina, Adela (21-02-1999) ética del consume. El País. Disponible: http://www.elpais.es/articulo.html?xref=19990121elpepiopi_3&type=Tes&anchor=elpepiopi&d_date=19990121)

Conclusión

La sociedad joven mexicana y del mundo está regida por el consumismo impuesto por el mercado, los jóvenes estamos negados a ver más allá de las cosas materiales e innecesarias de tal manera se llega a la forma de vida que tenemos en México; vivimos en una competencia por consumir más y más, nos fijamos en las cantidades pero nunca en las cualidades, nunca en las cualidades humanas, es decir no vemos por lo esencial, tenemos que ver lo realmente necesario, los amigos y familia, los valores de la humanidad, encontrarle un mayor sentido a la vida, algo más grande y trascendente que el simple consumo de bienes materiales innecesarios que no nos permiten llegar a ser mejores personas y a trascender. Debemos de comprender que en el momento en el que los bienes nos restan la posibilidad de convertirnos en mejores personas, es entonces momento de abandonarlos y retomar un camino moral.

Esto es sin duda un proceso complicado para todos, ya que el mercado es muy poderoso y tiene una fuerte influencia sobre chicos y grandes, está de hecho, establecido en el inconsciente de muchos de nosotros. Por lo tanto es necesario que se promuévala importancia del valor humano y de los sentimientos, intenciones, voluntad e inteligencia del ser humano y no de lo que el ser humano pueda llegar a poseer, no debemos de olvidar, como dicen, que “lo material se queda en la Tierra después de la muerte” y seremos bien recordados en cambio por las acciones y decisiones que tomemos en el trato diario con las personas, más que por las riquezas económicas que se hayan logrado adquirir.

Bibliografía

- Cortina, Adela (21-02-1999) ética del consume. El País. Disponible: http://www.elpais.es/articulo.html?xref=19990121elpepiopi_3&type=Tes&anchor=elpepiopi&d_date=19990121

- Comercio Justo México A.C. [online]. Comercio Justo A.C. disponible: http://www.comerciojusto.com.mx/

- Alain De Botton (2007) Philosophy: A Guide To Happiness, (pelicula) Londres: Philosophical Media

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