Ricardo
Arturo Benítez Cruz A01018084
Ética,
persona y sociedad
Verano
2014
Conciencia colectiva y sociedad incluyente
Abstract:
En este ensayo
buscaré generar conciencia en las personas sobre la situación que nuestra
ciudad y nosotros mismos estamos generando. Basándose en diversos argumentos y
posturas éticas se buscará generar un análisis de la sociedad actual en
relación a temas de interés colectivo como lo son la tala de árboles, la
situación de la ciudad con respecto a la relación peatón-automovilista, la
participación ciudadana y como se puede apoyar para generar una sociedad que
poco a poco vaya siendo mejor y así generar una sociedad más incluyente con
todos, y no sólo un grupo selecto. También propondré una forma de comportamiento
entre las personas que asegura el buen funcionamiento de esta misma.
Palabras clave:
Conciencia, participación ciudadana, ética, moral, utilitarismo, dignidad,
respeto, egoísmo ético, convivencia social pacífica, sociedad, incluyente.
Una sociedad es tan buena como lo son sus ciudadanos, con este
principio me parece debemos de comenzar el análisis del tipo de sociedad que
queremos y lo que tenemos que hace para conseguirla. En el “Camina Providencia”
se busca exactamente esto; señalando y reconociendo la colonia, para que de
esta manera se genere conciencia en la sociedad en general. Encontré diversas
situaciones en el evento, entre los que destacan la excesiva tala de árboles;
la falta de rampas para discapacitados; la obstrucción del paso peatonal y el
estacionamiento de automóviles en lugares prohibidos. Sin duda alguna, todas
estas situaciones son de mucho cuidado y no es nada sencillo intentar
solucionarlas de raíz. Sin embargo, no podemos quedarnos de brazos cruzados
esperando que la situación se arregle por sí sola, nosotros tenemos el cambio
en nuestras manos y en nuestras acciones.
La participación ciudadana es
primordial, si lo que se busca es un verdadero cambio en las actitudes de las
personas, y como dice Sánchez en su libro de Ética, la moral es el
conocimiento adquirido a través de las prácticas enseñadas por costumbre y que
constituyen las normas a seguir en una sociedad en particular, mientras que la
ética es la ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad
(Sánchez, 1984, pp.23). Con esto podemos darnos cuenta que no basta con hacer
un planteamiento moral de la situación que se está viviendo, sino que es
esencial hacer un planteamiento ético para verdaderamente generar conciencia en
la gente y generar un cambio en la forma de actuar.
Como menciona la OEI (Organización de los Estados Iberoamericanos
para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2011): “…es necesario que nuestra
sociedad comience a preocuparse y cuidar del medio ambiente, para que no sólo nuestra
generación, si no todas las generaciones futuras puedan gozar una Tierra digna”,
esto relacionado a la problemática presentada en Providencia ciertamente
podremos hacer muchas acciones para tomar cartas en el asunto y dejar un mejor
mundo para nuestros sucesores. No podemos permitir que la tala de árboles
continúe a diestra y siniestra ni mucho menos dejar pasar el tiempo antes de
hacer algo por nuestra comunidad verde y las generaciones futuras. Debemos de
generar conciencia colectiva y juntos mejorar poco a poco.
Las razones que se utilizan para justificar el ecocidio son variadas,
desde que el árbol ya se encontraba muerto debido al muérdago, que se hayan
caído por las fuertes lluvias, o incluso simplemente porque “estorbaban” en la
calle. Como menciona Clarck (2012, pp. 105) en su libro Un humanismo científico para la sostenibilidad:
debemos de tener una mejora en la moral de las personas para incluir la conducta
entre los humanos y el ambiente, y no solamente las acciones de las personas
entre sí. De esta manera, si tuviéramos una moral extendida de ese tipo, podríamos
realizar acciones en favor de las plantas y los árboles y no ignorar su muerte,
como lo estamos haciendo la mayoría de las personas actualmente.
Hablando específicamente del muérdago, es un semiparásito que vive
en las ramas de los árboles, absorbiendo la savia del árbol infectado
(Botanical-online, 2014), ocasionando en la planta que poco a poco muera, hasta
llegar a un punto irreparable y el árbol se convierta simplemente en un tronco
incrustado en el suelo. Esto, sin embargo, se pude tratar se puede lograr que el
árbol vuelva a tener salud. Se puede realizar la poda de toda la rama en donde
se presenta el muérdago, ya que este semiparásito genera raíces dentro del
árbol huésped y puede volver a crecer si solamente se corta superficialmente
dicha planta (Mundoforestal, s.f.). Mencionado esto, cabe destacar que el
tratamiento de esta plaga no es muy complicado y prácticamente cualquier
persona con las herramientas necesarias puede hacer lo debido y darle el
tratamiento necesario a los árboles, o bien, la contratación de algún experto
en el área que pueda ayudarles. Dado a la alta contaminación de los árboles con
este mal, nos lleva a la observación de que poca gente realmente le importa lo
que le suceda a los árboles de nuestra ciudad, y basándonos en lo que se
menciona en el libro de Introducción a la
filosofía moral: “El egoísmo ético es la idea de
que cada quien debe buscar exclusivamente
su propio interés” (Rachels, 2006, pp.128), si realizamos una comprensión de
lectura sencilla de ese texto podríamos decir que estaría bien ignorar lo que
le sucede a los árboles y seguir haciendo con nuestras vidas lo que debemos de
hacer, porque el interés propio no está en cuidar un árbol, sino trabajar y
conseguir el bienestar propio, sin embargo, no se estaría cumpliendo por
completo está teoría ética, ya que se estaría rompiendo algo muy importante
llamado contrato social, del cual voy a hablar más adelante.
La postura ética del
utilitarismo dice que se debe de generar el mayor bien y
la mayor felicidad posible para la mayor cantidad de personas (Rachels, 2006,
pp. 148), y al momento de talar un árbol, probablemente pueda generar algún
bien en particular para cierto grupo selecto de personas, sin embargo eso
afecta de una manera negativa a un sector más grande de la población que sí nos
interesamos en la vegetación de nuestra ciudad; por lo tanto, la tala de
árboles es una acción incorrecta éticamente desde este punto de vista
utilitarista.
Todas estas acciones basadas en
posturas éticas tienen una razón de ser y están ligadas a una razón de ser en
este ensayo en común, la cual es la convivencia social pacífica y el contrato
social que cualquier persona como participe de una sociedad debe de cumplir. Como
menciona Rachels, para tener una sociedad estable es necesario que haya
confianza entre la población, un gobierno que regule las actividades de las
personas y sobre todo, un contrato social (Rachels, 2006, pp. 222-223). Por
ende, si lo que buscamos es que consigamos tener una vida justa y digna en
sociedad debemos de ser lo más incluyente posible entre todos tratando de
respetar la autonomía del resto de la población. A lo largo de nuestro
recorrido en el “Camina Providencia” ciertamente no se podían notar acciones de
esta índole y se puede notar como los ciudadanos tienen poco respeto por las
reglas a seguir y sólo buscan su propio bienestar sin tomar en cuenta al resto
de la población. La ética habla de la aceptación y respeto al otro, por lo
tanto, en una ontología en la que no haya “otro”, habrá una ausencia
fundamental de la ética (Montero, 2010). Tomando esto en cuenta, a los
ciudadanos de la ciudad de la zona metropolitana de Guadalajara nos hace mucha
falta de orientación ética.
Ahora que si de lo que hablamos es
sobre la falta de respeto de los espacios públicos y la poca inclusión que
nuestra ciudad nos puede mostrar, me parece que necesitamos urgentemente un
jalón de orejas. La ciudad está completamente diseñada para que las personas se
muevan en base al automóvil y cuando intentamos caminar una calle o bien,
simplemente cruzarla nos vamos a encontrar con varias situaciones que no nos
parecerán agradables. Carros estacionados en lugares prohibidos, banquetas
dañadas, falta de rampas para discapacitados e invasión de pasos peatonales.
Esos son sólo algunos ejemplos de lo que nos podemos encontrar un día
cualquiera en nuestra ciudad y eso no es algo que debamos de apoyar ya que la
persona que va dentro de un automóvil y la que camina la ciudad son humanos, y
por el simple hecho de serlo, poseen una cualidad intrínseca llamada dignidad
(Rachels, 2006, pp. 206) y de la misma forma que se respeta al automovilista,
se debe de respetar al peatón, con mejores calles, rampas para discapacitados
en funcionamiento y adecuadas, además de darle prioridad a este por sobre el
automovilista.
Para que haya un cambio en la
sociedad, se debe de empezar por uno mismo; debemos de dar el ejemplo, “obra
sobre una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley universal”
(Rachels, 2006, pp. 205). Si nosotros no mostramos al resto de la población las
buenas acciones que nos gustarían que ellos hicieran, ellos jamás podrán
conocer nuestra visión del mundo y como se puede contribuir a tener una
sociedad más incluyente.
Para concluir, los humanos somos
seres humanos por naturaleza, y como tales sentimos la necesidad de
comunicarnos con los demás, sobre todo cuando una acción nos parece injusta o
bien nos incomoda de alguna manera. Precisamente tratando de crear en los
lectores una cultura crítica de la sociedad y que haya más comunicación entre
todos les digo que en caso de que todos participáramos en las decisiones de
nuestra ciudad y además respetáramos los espacios públicos del resto de la
población, estaríamos asegurando un proceso de mejoría constante de nuestra sociedad,
convirtiéndonos poco a poco en seres más incluyentes entre sí. Debemos de realizar
acciones tales que, queramos que se conviertan en parte de nuestra cultura,
cuidando el bienestar del otro y procurando tomar las decisiones correctas en
base a las consecuencias directas y a largo plazo, y procurando al mismo tiempo
el mayor bienestar posible para el resto de la población, así y sólo así se
generará la sociedad y la ciudad añorada por todos. Por último me gustaría
recordarles que, una sociedad sólo es tan buena como lo son sus ciudadanos.
Referencias
Boletín Nº 68. (2011). La Solidaridad como requisito de sociedades
sostenibles. Recuperado de: http://www.oei.es/decada/boletin068.php
Botanical-online, (2014). Propiedades
del muérdago. Recuperado de: http://www.botanical-online.com/muerdago.htm
Clark, I. (2002). Un humanismo científico para la sostenibilidad.
En Leff, E. (Ed),
Ética,
vida y sustentabilidad (pp. 105-110).
México: UNEP.
Mundoforestal, (s.f.). Males y tratamientos. Recuperado de: http://www.elmundoforestal.com/consultorioforestal/males.html
Montero,
M. (2010). De la ética del individualismo
a la ética de la otredad: La noción de Otro y la liberación de la psicología.
Escuela de Estudios Políticos y Analíticos
Rachels, J. (2006). Introducción a la
filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.
Sánchez, A.
(1984) Ética. Barcelona: Crítica.
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