viernes, 4 de julio de 2014

El primer paso al cambio

Carlos Pérez Vega
A01227961
ITESM campus Guadalajara
Ética, persona y sociedad
#EcoProvidencia: El primer paso al cambio

Introducción
Tal vez parezca un día soleado, perfecto para hacer ejercicio y disfrutar la tarde en familia. A veces se preguntarán, ¿qué es lo que hace que estos días sean tan perfectos? Y si están más que reflexivos podrían llegar a cuestionar ¿por qué estoy vivo? O ¿qué es lo que me mantiene vivo? La respuesta más mediata a estas preguntas podría ser el aire, el viento o algunos podrían considerar responder: Dios. Pero hablando de algo más directo, más sencillo y verificable, ustedes están leyendo estas palabras con el simple hecho de respirar oxígeno que se encuentra en cualquier lugar que se dirijan en este planeta, pero ¿de donde viene este maravilloso elemento que nos mantiene vivos? De un modesto lugar, despreciado y destruido por muchos, o cuidado y conservado por muchos otros: los árboles, incansables máquinas purificadoras de aire y ambiente. Lastimosamente, una verdad ronda en nuestra vida diaria, y más cerca de lo que se imaginan: así como incansables ellos, incansables nosotros en destruirlos. Algunos son talados con intensiones industriales de fabricación; aunque se hace daño al ambiente y a la naturaleza terminan sirviendo para un fin (papel, muebles, etc.), reprobable pero con utilidad. Lo que es inconcebible es lo que sucede en la mayoría de nuestras sociedades, la tala de árboles por motivos de comodidad o porque simplemente a un ciudadano no le gusta la apariencia de un árbol que se encuentra cerca de la entrada de su hogar.

Esta situación se ha agravado en los últimos años, y al analizar que la colonia de Providencia en Guadalajara, Jalisco presentaba cada vez más árboles talados, surgió un gran movimiento por alumnos de la clase de Ética persona y sociedad del Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara denominado #EcoProvidencia, con la intención de identificar todos aquellos árboles talados, reportarlos al gobierno para su remoción y responsabilizarnos de su replantación. Más que plantar, es concientizar y hacer ver a los miembros de esta comunidad que están en sus manos el futuro de su planeta y de ellos mismos. El objetivo de este ensayo es poner en prueba y reflexionar, desde un punto de vista ético, todos aquellos problemas relacionados con la tala de árboles en nuestra sociedad. Esto se logrará a través del análisis y reflexión de los actos involucrados al contrastar distintas teorías éticas que nos muestran puntos de vista muy variados acerca de una acción que podría definir el destino de nuestro mundo.

Palabras clave: árboles, naturaleza, tala de árboles, sociedad, #EcoProvidencia, ética, concientizar

Simplemente te das cuenta que la sociedad todavía tiene esperanzas de resurgir cuando te enteras que existe gente como tú, preocupada por la sociedad. En esta propuesta hecha hacia el ayuntamiento, va dirigida más que una iniciativa, va un deseo, una ilusión y una prueba hecha más para analizar que tan preocupado se encuentra el gobierno por su sociedad. Los árboles deben de seguir su “Ley de la Naturaleza” y servir de acuerdo a sus propósitos naturales como sigue la teoría del derecho natural, con su propósito de brindarnos oxígeno, algo que no valoramos ni en lo más mínimo (Rachels, 2007, pp.95-97).

Al estar prácticamente expuesto a la verdad que está viviendo la colonia de Providencia y todo Guadalajara, realizo autoconciencia y muchas veces me es difícil creer todo lo que sucede día con día, y cómo la sociedad no se digna a hacer lo que le corresponde como agentes morales responsables. Tala de árboles, uso excesivo del automóvil, no interés por el peatón y discapacitados, son unos cuantos sucesos que cualquier persona es capaz de observar con el simple hecho de caminar durante 15 minutos por esta colonia; pero la pregunta es: ¿Acaso nuestra sociedad ha llegado a un punto de conformismo en el que estas situaciones se encuentran formando parte de nuestra cultura o es simplemente una mala racha?

Enfocándome en esta situación, he llegado a preguntarme si este modo de actuar de la sociedad podría ser considerado un tipo de nuevo código cultural que está rigiendo Providencia y si también podría ser considerado como aceptable desde un punto de vista del relativismo cultural; la respuesta es no. Las razones que podrían llegar a proponer los ciudadanos del por qué de estas acciones son comodidad, no caminar tanto, árboles estorbosos, no esperar y no ceder el paso al peatón; todas absolutamente reprobables pero sin llegar a formar parte de una cultura propiamente hablando. En otras palabras, todas estas acciones tendrían que formar parte del código moral de esta sociedad y regir o guiar las actividades de otras personas que en verdad actúan bien por su sociedad, lo que no hace ni en lo más mínimo; es sólo la acción de unos cuantos, que debido a la gravedad de sus actos, causan a su vez una gran controversia y que sean difíciles de contrarrestar por las personas que en verdad les interesan el bienestar de su sociedad y del mundo. (Rachels, 2007, p.41).

Para mí no es opción que esta sociedad siga actuando así. Tras analizar la situación y desde mi punto de vista moral, no considero que las conductas antes mencionadas puedan ser justificadas. Es simplemente cuestión de análisis y razones suficientes para darse cuenta de esta conducta errónea. La teoría del emotivismo me hizo razonar acerca de la situación y podría considerar el uso de esta teoría, en una situación hipotética, para influir en la conducta de los integrantes de la comunidad.

Supongamos una situación en la que un agente moral responsable, tras analizar la situación actual de la comunidad, dialoga con un ciudadano que considera pertinente la tala de árboles en la calle en la cual habita. Tras un desacuerdo de deseos se podría considerar una actitud basada en la teoría del emotivismo por parte del agente moral responsable, suponiendo un lenguaje moral: ¡Yo no apoyo la tala de árboles!, entendida como: ¡No deberías de apoyarla! que contrastada con una actitud subjetivista no se llegaría absolutamente a nada. Considérese la misma situación inmersa por el subjetivismo; sería imposible y nunca se podría llegar a un verdadero cambio, diferentes actitudes por parte de estos dos sujetos pero al fin y al cabo respetadas ya que con respecto a la moral, según esta teoría, no hay hechos y nadie está realmente en lo correcto, son simples opiniones sin la posibilidad de alcanzar una futura sociedad consciente de los problemas actuales (Rachels, 2007, pp.63-64, 70).

Dentro de estos conflictos que tenemos, se encuentras los que hacen referencia a la conciencia y al modo de pensar de muchos seres humanos. Bastantes personas consideran que la ley de la naturaleza se debe de adaptar a nosotros, nuestros actos y cualquier voluntad. Pero si seguimos este accionar la palabra “ley” ya no tendría efecto ni sentido. Todo en este mundo existe por alguna razón, y los árboles son una muestra clara de ello; nos brindan oxígeno, vital para permanecer en este mundo. En pocas palabras sin ellos no estuviéramos aquí. Escasean y nosotros debemos de actuar para que ellos sobrevivan, de otra manera estaríamos perdidos. Ésta es la forma en la que actuamos y todo debe de estar dictado y guiado por una sola ley, que es la naturaleza, ya que ella es la que decide en qué condiciones vivimos y cuándo nos debemos de adaptar o no. Qué mejor muestra de ello, qué mejor muestra que debemos actuar conforme a ella no conforme a nosotros, que como hemos actuado los últimos años; hemos hecho lo que nos pega en gana: talar árboles, residuos tóxicos, entre otros. ¿Consecuencias? Calentamiento global y contaminación. Debemos seguir las leyes no romperlas o crear nuevas (PNUMA,1998).

Generalmente, las personas que optan por talar árboles que se encuentran en la banqueta próxima a su hogar o en la cuadra en la que residen, lo hacen por razones “estéticas” o de comodidad (obstruyen la “fachada” de su casa, poca visibilidad, etc.). Al analizar estos argumentos tan incrédulos y poco sustentados surge la duda de por qué estas personas creen estar en lo correcto. Esto es debido a que, según los niveles de desarrollo del razonamiento moral de Kohlberg, la mayoría de las personas cuentan con un tipo de razonamiento convencional, esto es que sus acciones sólo buscan complacer o siguen actos conforme al orden social en el que viven; así, si en su sociedad es permitida la tala de árboles por las razones antes mencionadas, actuó correctamente. En las palabras del propio Kohlberg:  “Estos datos podrían servir para explicar la pobreza moral que como sociedad estamos viviendo…” Ya él analizaba lo que este nivel de razonamiento podría ocasionar. La actitud óptima sería seguir un tipo de razonamiento posconvencional, en el que se toma en cuenta la universalidad del acto y no sólo los intereses del grupo o sociedad, sino de la humanidad; así sería razonable no talar árboles para beneficio del planeta, disminución de la contaminación y por un aire más limpio (Patiño, 2006, pp. 79-81).   

Al observar y analizar la comunidad pudimos reflexionar que hacer una intervención ciudadana no es una actividad cualquiera. Dentro de nuestro grupo de compañeros optamos, además de nuestra acción de replantación, por realizar actos que concienticen a esta sociedad a en verdad actuar con equidad hacia los demás, exigiendo respeto para todos y unión para lograr un bien común. En especial nuestro equipo blanco, que tiene como propósito sancionar con multas ciudadanas a aquellas personas que hagan un mal uso de su vehículo, se encuentra en especial “peligro” hacia reacciones de ciertas personas. Rachels (2007) afirma: “Cualquiera que se enfrente al peligro necesita tener valor. […] El valor es lo que al final todos necesitamos, y se necesita constantemente en el curso común de la vida” (pp.278-280). El valor y la civilidad son dos virtudes de vital importancia que se desarrollarán en esta intervención ya que no es fácil juzgar actitudes de otras personas y más enfrentándolas, y a su vez exponiéndose a recibir una mala opinión o una ofensa hacia el grupo. Pero para esto se van a desarrollar estos valores, porque sin ellos o por miedo a las consecuencias, el cambio nunca se dará y estaremos siempre por debajo de aquellas personas que consideran que sus acciones son correctas.

Rachels en su capítulo dedicado a Kant nos da una reflexión profunda sobre el giro kantiano, el cual menciona que su idea básica es que debemos apelar a la razón más que a la regla. Así, si una persona decide estacionarse en un lugar que no le corresponde, por ejemplo en un sitio para discapacitados, no significa que considere que todas las personas deberían de hacer esto; supongamos en una situación hipotética que un hombre tiene que recoger sus boletos de avión en una agencia, son las 6:59, el negocio cierra a las 7:00, no hay donde estacionarse excepto el lugar para discapacitados y si pierde los boletos no volverá a ver a su hermano ya que se encuentra en fase terminal; y así decide estacionarse en un lugar para discapacitados. El punto no es que todos se tengan que estacionar en ese lugar por cualquier razón, sino que todos estuvieran dispuestos a aceptar esta razón dada a la acción si es que se les llega a presentar la misma situación. A pesar de la buena justificación, la persona debe ser sancionada por infringir la ley, ese espacio le pertenece a otra persona y lo debemos respetar, aunque en esta ocasión el acto no sea reprobable: no te estaciones ahí, pero si tienes buenas razones asume las consecuencias; no todos los que se aprovechan de estos lugares tienen buenas y comprensibles justificaciones para hacerlo. El problema no es la acción, sino la intención (Rachels, 2007, p. 207).

Dentro de esta gran movimiento que es la búsqueda de una mejor sociedad, entra la pregunta acerca de qué nos depararía el futuro si siguiéramos con todas estas malas acciones, hacia nosotros mismos y hacia la naturaleza. Gracias a la situación en la que se encuentra el mundo actual, muchas virtudes y valores son requeridos para poder lograr un avance y estabilidad; la solidaridad no es la excepción. Sin la implementación de este gran valor, la sostenibilidad que tanto necesita el mundo para las generaciones futuras y para el bienestar de nuestra sociedad difícilmente se logrará. Esto debido a que como menciona la Organización de las Naciones Unidas, “…la solidaridad es uno de los valores esenciales para regir las relaciones internacionales del siglo XXI” y es necesario tener primero este valor para acabar con todas aquellas desigualdades y conflictos del mundo y así poder empezar a preocuparnos por las generaciones venideras, también adoptando una actitud de solidaridad hacia ellas. Uno de los valores que tiene que imperar en nuestra intervención es éste (Educadores por la sostenibilidad, 2011).

Un movimiento ciudadano a favor de la sustentabilidad, como #EcoProvidencia, claro que ayuda y tiene buenos resultados, pero solamente a esta sociedad. Estamos viviendo un tiempo, y especialmente en México, en el que el aire se encuentra gravemente contaminado, con 15 mil decesos por año debido a esto y si le sumamos la pérdida de árboles agravamos más la situación. Iniciar por nuestra sociedad es más que un gran paso, pero si no logramos concientizar con esto, no llegaremos a nada, porque como menciona Vilches (2012): “La sostenibilidad exige planteamientos holísticos, globales; exige tomar en consideración la totalidad de problemas interconectados a los que la humanidad ha de hacer frente y que solo es posible a escala planetaria, porque los problemas son planetarios: no tiene sentido aspirar a una ciudad o un país sostenibles”  (Ureste,2013) (Vilches, A., et al., 2012). #EcoProvidencia necesita ser sólo el principio de un cambio. Añadido a las alternativas previamente mencionadas, la Bioética parece representar un papel importante en este movimiento y lo debe de ser. Esta acción necesita actuar con este tipo de reflexión para poder utilizar tanto el conocimiento ecológico como moral para el bien social. Si unimos estas dos grandes ramas podemos crecer tanto en virtudes, racionalidad, justicia y equidad para poder determinar qué acciones son correctas o qué acciones necesita el mundo de mí para poder llegar a ser ese hogar que tanto necesitamos en óptimas condiciones (Clark, 2002).

Conclusión
            Después de reflexionar acerca de tantos factores y puntos de vista que rondan esta gran acción, podemos y debemos tomar lo mejor de ellos para formarnos esa conciencia moral que tanto necesita el mundo por parte de nosotros en estos días; formarnos una cultura de cuidado y anclarla a nuestra cultura social, hacer total uso del emotivismo y los recursos cerca de él para concientizar nuestras comunidades, tomar todas aquellas virtudes inherentes a nosotros y formar, junto con lo que nos propone Kant, una acción que cualquier persona racional aceptaría y estaría dispuesto a adoptar. Éstas son sólo un ejemplo de lo mucho que se puede lograr con una sola pizca de reflexión; somos racionales para eso, para poder usar nuestra conciencia y ser capaces de tomar las mejores decisiones en vista de justicia, equidad y sostenibilidad. Los árboles nos necesitan y nosotros los necesitamos a ellos, vivimos en un mundo en el que debemos ir de la mano para alcanzar el bienestar y la estabilidad ambiental. Gracias a la situación actual, lo razonable sería: “Nada sin ellos, todo sin nosotros”, cambiémosla, demostremos que podemos vivir en armonía, demostremos que somos dignos de vivir en este mundo.


Referencias

Anónimo.(1998). Manifiesto por la Vida Por una Ética para la Sustentabilidad. PNUMA.
                 Recuperado de
http://www.pnuma.org/educamb/mantexto.php

Clark, I. (2002). Ética ambiental y educación ambiental: dos construcciones convergentes. ÉTICA,
              VIDA, SUSTENTABILIDAD. México: PNUMA

Educadores por la sostenibilidad. (2011). La Solidaridad como requisito de sociedades sostenibles.
                                                    
Recuperado de
http://www.oei.es/decada/boletin068.php

Patiño, S. (2006). Desarrollo moral. En A. Hernández, Ética actual y profesional (pp. 75-
                 99)
. México: Thomson

Rachels, J. (2007). Introducción a la filosofía moral. México: Colec. Brevarios; 556

Ureste, M. (24 de Abril de 2013).  México, 2º país de AL con más muertes por contaminación.
             animal politico. Recuperado de http://www.animalpolitico.com/2013/04/mexico-2o-
             pais-de-al-con-mas-muertes-por-contaminacion-oms/?utm_source=Hoy+en+Animal
           &utm_campaign=1662dc184a-ga&utm_medium=email#axzz2ROLbq15r


Vilches, A., et al. (2012). La sostenibilidad o sustentabilidad como [r]evolución cultural,
                     tecnocientífica y política
. Recuperado de:
                     http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=000

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