sábado, 5 de julio de 2014

Gisel Jimena Sánchez Salazar

#EcoProvidencia para #EcoMundo
           
            El pasado 7 de Junio el equipo 5 de color naranja de la clase del verano 2014 de Ética, persona y sociedad del ITESM y yo una de sus integrantes, participó en el proyecto social de la colonia Providencia llamado “Camina Providencia”. Es un proyecto que pretende abrir los ojos de los colonos de Providencia para que conozcan los problemas de su comunidad y sean partícipes de la solución. Los temas a tratar dentro de este proyecto son los siguientes: La tala de árboles excesiva, las banquetas deterioradas y poco transitables para personas con capacidades diferentes, entre otras; todas por su puesto con el fin de que los residentes de la colonia Providencia, participen en la resolución del problema. La misión de mi equipo era la de marcar 10 muñones de árboles con un letrero donde denunciábamos la localización del árbol, así como su edad y el nombre que habíamos elegido para el mismo, con el fin de pedirle al Ayuntamiento que retirara el árbol muerto y nos brindara árboles pequeños para replantar en su lugar.
            Mi experiencia personal dentro de este “Camina Providencia” fue algo muy parecido a un despertar. Me di cuenta de lo poco participativa que he sido siempre en los asuntos de mi comunidad, ya que dentro de mis prácticas morales nunca estuvo incluida una participación a mi comunidad por convicción propia o si quiera por obligación; cosa que me pareció grave, señal clara de la ignorancia que existe en México respecto a temas de interés para el país entero. El hecho de que yo no me preocupara por la comunidad en la que vivo, que tiene problemas mucho más graves que la colonia Providencia, me pareció un síntoma de la ignorancia y desinterés en que viven la mayoría de los mexicanos. Como cualquier persona no soy perfecta, pero justamente como cualquier persona debo buscar evolucionar mejorando a mi yo interno dejando de lado el subjetivismo donde yo pienso que si los problemas no me afectan, no debo hacer nada al respecto, donde los demás afectados deben respetar mi opinión solamente porque es diferente a la suya.
            Existe una postura ética conocida como el egoísmo ético donde debemos hacer lo mejor para nosotros mismos y promoverlo, donde superficialmente puede parecer que como los árboles son seres vivos que no pueden comunicarse con los humanos, son seres irracionales y de los cuales no conocemos señales claras de sentimientos por lo cual no son tratados como algo más que medios para la subsistencia del ser humano. Pero si le vemos un poco más a profundidad, al talar árboles se está viendo por tu mejor interés, ya que a la larga la falta de vegetación ensuciará el aire, causando a los individuos problemas de salud graves, entonces se tendrían que dejar razones de poco peso de lado, como una de las clásicas razones para talar árboles, que es el típico “me estorba”. Así que si estamos viendo por nuestro mejor interés debemos talar menos y plantar más.
Esta no es la única teoría con la que se podría apoyar a esta postura si no que enfocándolo hacia el contrato social, la tala de árboles debe detenerse porque si estamos respetando las reglas morales de una comunidad donde no se debe dañar a nadie y respetar acuerdos mutuos, al talar árboles se está dañando a los ciudadanos porque estamos reduciendo la cantidad de vegetación responsable de limpiar el aire que se respira en la  comunidad y por lo tanto decaerá la calidad de vida por futuros problemas de salud a los residentes.
Ahora que se entiende que el problema dentro de la comunidad es que no se sabe de los problemas a futuro, no solo por falta de interés en el problema si no por la falta de conocimiento de las consecuencias, se le debe plantear moralmente a los integrantes de la comunidad: Eres dueño de una tiendita en la colonia Providencia, una de las colonias más verdes del municipio así como pulmón del mismo. Hace muchos años, los inquilinos anteriores de la propiedad en la que actualmente habitas, plantaron un retoño de Ficus, que ha crecido demasiado grande frente a tu fachada y no permite que la gente que va pasando vea tu tiendita por lo que pierdes clientes. El planteamiento moral sería: ¿Cortarías el árbol para detener la pérdida de clientes o dejarías seguir creciendo al Ficus para permitirle ofrecer aire limpio a su alrededor? Lo cual nos hace volver al par de teorías éticas anteriormente planteadas; es decir; los residentes de esta colonia por ejemplo donde se está aplicando el proyecto social de #EcoProvidencia, al entender que existen consecuencias graves a futuro, se creará una mayor conciencia, erradicando la ignorancia pero quizá no la apatía que como en la colonia Providencia, podría darse en cualquier parte y no por todos los ciudadanos. Interés hay, solo debe incrementarse y llevarse a la acción.
Ahora podemos plantear este mismo caso frente al relativismo cultural, donde “diferentes culturas tienen códigos morales diferentes” (Rachels,  41), por lo tanto de ninguna cultura a otra se podría juzgar una costumbre de buena o mala precisamente porque la moral varía en cada cultura. Eso significa que según esta ideología ética, cortar árboles en la colonia Providencia no es necesariamente malo porque los colonos así como dueños de comercios lo hacen cuando un árbol les estorba, acción que no es castigada por autoridades, sin embargo la población que rodea al árbol lo ha notado y el resultado fue el proyecto de #EcoPovidencia. Es aquí donde vemos inconsistencia en esta ideología ética porque es imposible que “no haya una verdad universal en ética ni verdades morales que valgan para todos los pueblos” (Rachels, 42) porque de no ser así no seríamos capaces de formar una sociedad si quiera, como por ejemplo no debemos matar ni mentir para poder confiar unos en otros para poder formar una sociedad. Ahora dirigido esto al caso de la colonia Providencia; una verdad universal es que se necesitan árboles para limpiar el aire contaminado y si se talan por motivos menores como el árbol siendo un estorbo podría considerarse un acto a favor de quien le estorbe, pero en contra de los que lo rodean, incluso aunque no se pretenda dañar a los demás.
Cada persona piensa diferente, por eso puede observarse en el caso anterior que el responsable de talar el árbol no se muestra preocupado pero los colonos que lo rodean si. Entonces ¿Que piensen diferente significa que tienen el derecho o permanecer indiferentes ante su acción o a presenciar que alguien lo haga? Aquí es en donde entra el subjetivismo ético que es “la idea de que nuestras opiniones morales están basadas en nuestros sentimientos y nada más” (Rachels, 64) es decir, algunos colonos de la colonia Providencia al no sentirse directamente afectados probablemente no mostrarán interés en darle solución no solo a la tala de árboles si no a la serie de problemas a los que se enfrenta la colonia.
Ahora poniendo la perspectiva por el lado emotivista los habitantes de la comunidad participantes del movimiento EcoProvidencia quieren que se replanten esos árboles, que se reparen las banquetas y que los peatones puedan circular tranquilos. Actitud distinta a la de los colonos que se muestran desinteresados por falta de conocimiento tanto de los distintos problemas como de sus consecuencias, por lo cual no denuncian los actos que dañan a los árboles o las personas que requieren de rampas para discapacitados, o pasos peatonales libres. El emotivismo es “un desacuerdo en actitudes” (Rachels 73) y porque la actitud de los involucrados en el proyecto social no está de acuerdo con la de los vecinos que desconocen, existen posturas emotivistas posibles, como por ejemplo puede haber colonos que sean conscientes del problema junto con sus consecuencias pero como creen que no les afecta no cambian de parecer.
En la teoría del “Derecho natural” estipula que “todo en la naturaleza tiene un propósito” (Rachels, 94). Tomando un fragmento de una de las intervenciones dentro del proyecto de EcoProvidencia se explica cuales son los propósitos de los árboles: “Los árboles deben ser pulmones, no tocones. Sin ellos el aire se ensucia igual que nuestra mente, sin árboles uno se vuelve consumista e insatisfecho, cada vez se cortan más y plantan menos. Ellos son nuestros pulmones y nuestro aliento su alimento. Luchemos por un mundo sustentable, no consumista, un mundo satisfecho con lo que tiene, empezando por el sitio más accesible de todos, la casa nuestra, cuidando de un retoño que devolverá los cuidados recibidos en aire limpio y fresco, quizá sombra e incluso frutos.” (Equipo 5 Naranja EcoProvidencia) Aunque un texto que pretende llegar a las personas por el corazón, podemos respaldar lo que en él se dice, porque existen más razones para plantar que para talar.
La colonia Providencia es una comunidad, por lo cual podemos decir que tiene problemas al estar talando árboles, no respetando pasos peatonales, no remolando banquetas etc. Una comunidad debe vivir en bienestar imparcial, respetando la dignidad humana,
Los ciudadanos de Providencia no deben ser dañados por los intereses particulares de otros dentro de Providencia pues“…la imparcialidad carecería de sentido en ausencia del derecho a un trato equitativo y justo por parte de los miembros de la raza humana.”                                                                                                      (Guisan, desconocido , pág 10). Es decir que los ciudadanos de Providencia no viven en bienestar imparcial porque se ve por unos o por otros grupos particulares dentro de la colonia providencia, y se trata de que todos sean imparcialmente beneficiados. Es decir, al talar árboles se está inclinando hacia el grupo particular de personas que sienten que los árboles son un estorbo; al no remodelar las banquetas dentro de la colonia, se está inclinando hacia el grupo particular de personas sin alguna discapacidad que les impida andar por ellas; al no dar un espacio digno a los peatones y ciclistas porque se inclina al grupo particular de personas que tienen un auto. Entonces lo que se debe hacer es buscar un bienestar imparcial, común, donde todos tengan derecho a las mismas oportunidades, donde los ciclistas puedan andar, los peatones caminar sin problema, los autos un espacio más equitativo y por el bien comunal, permitir el crecimiento de árboles para no dañar a la colonia Providencia, uno de los pulmones más grandes del estado de Jalisco. Los ciudadanos de Providencia al ser “humanos tienen <>, que los hace valiosos <>.”(Rachels, 2006, pág 204), entonces se debería poner por encima de los intereses de cada quien el bien estar de los ciudadanos cosa que también nos llevará a un bienestar imparcial. Volviendo al ejemplo del árbol impidiendo que se vea el letrero de la tiendita, no sería correcto que lo talaras porque, el hecho de que las personas tengan un valor sobre cualquier precio no permite que disminuyas el suministro de oxígeno para los ciudadanos que te rodean porque son personas y la baja de ingresos a tu tienda no será nunca un motivo más fuerte para poner tu dinero por encima de lo que es mejor para las personas que te rodean. Y enfocándolo a los otros problemas, el gobierno del estado, debería poner como prioridad darle una mejor calidad de vida a los colonos así como al espacio que gobiernan, poniendo por debajo sus intereses particulares, ganando menos dinero, para poder ofrecer más a la infraestructura para banquetas amigables para todo tipo de personas, pasos peatonales, ciclo-vías, etc.
Esas son varias razones por las que se debe abstener a talar un árbol. ¿Varias no? Bueno, ahora para luchar en contra de la falta de interés por parte de los colonos y ciudadanos que se vean afectados por la misma situación, podemos usar normas morales, pues si se empieza a tachar por un número mayor y creciente de personas que talar árboles es malo por las varias razones anteriormente estipuladas, se estará creando una norma moral, que además por ser practicada de forma constante por la gente, recurriendo a Kant estamos diciendo que queremos que se universalice la norma de no talar árboles, por lo que la gente evitará hacerlo, permitirlo y apoyarlo. Por supuesto toda la situación de replantar árboles talados podría prevenirse si no se talaran desde un principio, por lo cual los colonos así como los ciudadanos afectados debería adoptar nuevas virtudes dentro de su carácter, como por ejemplo la virtud de cooperar, con la cual te unirías a la causa total del proyecto de Camina Providencia o si no apoyarías con lo que estuviera en tu poder, ya que es comprensible que todos tenemos ocupaciones, pero eso no deja de lado los intereses de la comunidad, hay que recordar, los interese del otro, son tan importantes como los propios.
Hemos visto este problema desde una perspectiva, no digamos cerrada, pero si local, ya que este problema es parte de uno de talla mundial, y si no es posible resolver un tema a escala local, definitivamente no tendremos esperanzas de resolverlo a nivel mundial. “México es el segundo país con mayor número de muertes por contaminación atmosférica de toda América Latina” (Hernández, 2013), cosa que nos debería llevar a un estado de alerta, porque “mañana puede ser demasiado tarde” (Educadores por la sostenibilidad, 2014). El problema que existe respecto a los árboles en la colonia Providencia simplemente  es un reflejo del problema que existe en el mundo en general, donde los árboles se talan con propósitos consumistas en vez de dejarlos crecer y seguir produciendo aire limpio para nuestro propio bien. México es un lugar con contaminación atmosférica muy fuerte por ser el primero en la lista de muertes por contaminación y si se sigue permitiendo la tala de árboles con propósitos tan insignificantes como que estorban, entonces estaremos permitiendo que el país se contamine más y más rápido. Como dice el equipo naranja del movimiento de EcoProvidencia, debemos empezar por el lugar más accesible que será dentro de nuestros hogares, cambiando nuestras actitudes, que si no tenemos tiempo para plantar nuevos árboles, entonces denunciemos cada vez que veamos que se tala alguno, respetando pasos peatonales, no invadiendo espacios para discapacitados, entre muchas otras pequeñas acciones.
Con estas pequeñas acciones se estará tirando a cambiar comunidades, luego municipios, luego estados, luego países, hasta cambiar al mudo. Es una tarea que tomará varios años, pero si es posible convertir al mundo en un lugar sustentable, iniciando por el caso de Providencia; que con solo detener la tala de árboles innecesaria ya se proveerá de buen aire limpio, con disminuir el lugar para tránsito de autos, se limitará su uso y se tendrá un lugar más limpio para vivir. Entonces si el mundo igualmente coopera con sus pequeñas poblaciones se podrá solucionar el problema, porque citando a Floricienta, mi serie favorita de la infancia: “Si cambias tu mundo, cambias el mundo”.



Referencias
·         Rachels, James. Introducción a la filosofía moral / James Rachels ; trad. de Gustavo Ortiz Millán. — México : FCE, 2006, 347 p. ; 17 11 cm — (Colec. Breviarios ; 556) Título original The Elements of Moral Philosophy, ISBN 968-16-7906-7.

·         Mariana Hernández, 2013, México: 2º país de AL con más muertes por contaminación

·         Guisan, Esperanza. Igualdad, imparcialidad y bienestar en la ética contemporánea. Santiago de Compostela.

·         Educadores por la sostenibilidad. Boletín Nº 95 22 de abril de 2014 (Día de la Tierra) http://www.oei.es/decada/boletin095.php

·         Educadores por la sostenibilidad. Boletín Nº 94 29 de marzo de 2014. (Día de La Hora del Planeta)http://www.oei.es/decada/boletin094.php.

·         Puleo, Alicia H. Ecofeminismo: la perspectiva de género en la conciencia ecologista. 2009. Madrid.

·         Sánchez Vázquez, Objeto de la ética, Capítulo I.

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