Laura Estrada Amador
Ética, Persona y Sociedad
ITESM
#EcoProvidencia
Abstract:
El ensayo hablará sobre la experiencia en una
caminata por providencia, proponiendo cambios y razonamientos argumentados en
teorías éticas kantianas, utilitaristas, sustentables, ecofeministas, entre
otras. Se abordará el tema de la tala de árboles y abuso del espacio público
tanto en las calles como en zonas verdes. Se llega a la conclusión de que es
necesario un cambio en la mentalidad de la ciudadanía para lograr una ciudad
sustentable y con facilidad para los peatones, ciclistas y usuarios de sillas
de ruedas.
Palabras Clave: Ética de sustentabilidad, utilitarismo, Kant,
ecofeminismo, dignidad humana, imperativo categórico, espacio público, tala de
árboles.
El espacio público es de todos: las banquetas,
calles, y parques son para el uso y beneficio de todos los habitantes. El pasado
7 de junio, asistimos a un evento llamado “Camina Providencia”, en el cual
recorrimos dicha colonia, con el fin de identificar los problemas que están
creciendo día a día en nuestra ciudad. A lo largo de la caminata, nos
encontrábamos con banquetas mal pavimentadas, al igual que calles y baches;
rampas para sillas de rueda en terribles condiciones o inexistentes; tocones de
árboles afuera de casas, negocios, y hasta en los mismos parques. Al estar los
árboles ubicados en espacio público significa que no pertenecen a nadie en
especial, es decir, nadie tiene el derecho de quitarlos.
Eventos como “Camina
Providencia” nos dan la oportunidad de vivir la ciudad de una manera
completamente distinta, ya que hacen que crezca el sentimiento de solidaridad y
empatía, así como la necesidad de ayudar y cuidar a quienes viven las calles en
bicicleta, silla de ruedas, o como peatones. Aquí es en donde entra en práctica
la ética de la sustentabilidad.
La ética para la sustentabilidad
es una ética de la solidaridad […] que rebasa el individualismo para fundarse
en el reconocimiento de la otredad y de la diferencia; una ética democrática
participativa que promueve el pluralismo, que reconoce los derechos de las
minorías y las protege de los abusos que les pueden causar los diferentes
grupos. (Leff, 2002, p.326).
Esto quiere decir, que si
queremos lograr un cambio, necesitamos ser
una comunidad participativa, que reconoce y actúa por los derechos de
las minorías al cuidar de los peatones, ciclistas y personas con
discapacidades, respetando sus espacios y necesidades para el bienestar, no
abusar de la protección del automóvil e invadir sus espacios designados.
El proyecto EcoProvidencia, toma como base la idea de
la sustentabilidad, toma la iniciativa de ser ciudadanos conscientes y
participantes en las decisiones y problemas que pasan en nuestra ciudad. “[…]
el movimiento ambiental ha generado la emergencia de una ciudadanía global que
expresa los derechos de todos los pueblos y todas las personas a participar de
una manera individual y colectiva en la toma de decisiones que afectan su existencia[…]”
(Leff, 2002, p. 322). Al ser seres humanos, somos parte del medio ambiente, lo
cual nos hace responsables de nuestras acciones morales hacia él. Se necesita
un entendimiento total de nuestra unión al medio ambiente, ya que todas las
decisiones que tomemos para dañarlo, hará un rebote y nos dañará a nosotros
mismos.
Los organizadores de “Camina Providencia” lograron
crear interés en los participantes al demostrar preocupación y cariño por la
popular colonia Providencia y su creciente problema con la tala de árboles y
mala manutención de sus calles. El argumento de los beneficios, según Rachels,
establece que si podemos beneficiar a alguien sin dañar a otro, se debería de
completar la acción (Rachels, 2007, p. 18), pero en este caso, con la
destrucción de las áreas verdes, mala manutención de las calles y poca
preocupación por las áreas peatonales y ciclovías, se está dañando directamente
a la sociedad.
Según Cortina, para lograr una convivencia pacífica,
es necesario que existan unos mínimos de justicia (o sea, cívica ética) que
todos respetemos. Uno de los puntos que aborda es la tolerancia como respeto
activo, procurando no solo soportar lo distinto a mí, si no respetarlo,
apoyarlo, y aprender (Cortina, 2000). Si utilizamos este punto como base y
referencia al trato que le damos a nuestro al rededor, se lograría un avance
significativo no solo como individuos con moral particular, si no como
sociedad. La ética, como esfuerzo de guiar nuestras conductas, nos ayuda a
comprender la moral con la que nuestra sociedad se guía, es decir, las
costumbres y normas que se preestablecieron para señalarnos lo que es correcto
e incorrecto (Sánchez, 1984). La cultura con la que crecimos de solo tomar
cuidado y responsabilidad de nosotros mismos, nos ha traído hasta este momento,
en el que el ecosistema pide a gritos ayuda y ser notado. Como sociedad, únicamente
nos preocupamos de como sobrevivir día a día en un entorno urbano, pero pocas
veces nos detenemos a pensar que sacrificios o acciones radicales se han tenido
que tomar para que podamos vivir así. Es momento de que consolidemos y dejemos
de lado los distintos códigos y
prejuicios que han sido puestos por la sociedad y dejemos vivir a árboles y
zonas verdes. Ellos que le han brindado oxígeno, limpieza, tranquilidad,
estética, y pureza a nuestra ciudad.
Pero, ¿por donde empezar a mejorar?. Es necesario un impulso
a la educación ambiental en la que las instituciones educativas se transformen, no
únicamente en su paso hacia la inter disciplina, sino también en su paso hacia
sus responsabilidades éticas, sociales y ambientales (Trellez, 2002), para así
construir una visión al conocimiento en la que se pueda enseñar de manera
práctica y física, en la que los alumnos comprendan cómo funciona el medio
ambiente y cuales son sus beneficios y consecuencias, para así crear una
conciencia profunda en las futuras generaciones.
Al ver las necesidades
de los humanos como prioridad, deberíamos comenzar a actuar en beneficio a las
siguientes generaciones, es necesario ser prudentes con las especies vivas y
con el cuidado de la estructura de la ciudad, conforme al desarrollo
sostenible. “Es necesario modificar los métodos insostenibles de producción y
consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros
descendientes” (OEI, 2011). Así se podrá conservar y transmitir a las futuras
generaciones la belleza y riqueza que nos da la naturaleza para la ciudad.
Kant dice que nunca hay
que tratar a las personas como medios, únicamente como fines en sí mismos, es
decir, no actuar en contra de su autonomía y dignidad.
…los seres racionales deben ser
tratados ‘siempre como un fin y nunca solamente como un medio’. Esto significa,
en el nivel más superficial, que tenemos un estricto deber de beneficencia
hacia otras personas: debemos esforzarnos por promover su bienestar; debemos
respetar sus derechos, evitar dañarlos, y de modo general ‘esforzarnos, en lo
que se pueda, por fomentar los fines ajenos’ (Rachels, 2007, p.212).
Al invadir los pasos peatonales,
ciclovías, estacionar el carro frente a rampas para discapacitados, no dar
preferencia a los peatones, entre otras cosas, estamos atentando en contra de
sus derechos y dignidad. Ya que al poner en peligro a los peatones y personas
en sillas de ruedas, le quitamos el valor y la importancia a su vida, la cual
está “por sobre cualquier precio”.
En
el imperativo categórico, propuesto por Kant, se explica que se debe obrar de forma en que la acción que se
realizará se convierta en una ley universal.
Cuando
estés pensando en hacer una acción particular, te vas a preguntar qué regla
estarías siguiendo si hicieras esa acción […] Entonces te vas a preguntar si
estarías dispuesto a aceptar que toda la gente siguiera todo el tiempo esa
regla, eso la convertiría en una “ley universal” (Rachels, 2007, 197).
Al
tener en cuenta el imperativo categórico, se puede hacer un recuento de las
acciones realizadas y si en realidad estaríamos de acuerdo en que fueran
universalizadas como ley. Como por ejemplo: la tala de los árboles. Al talar un
árbol por beneficio propio, estamos insinuando que todos deberían de tener la
libertad de talar los árboles cuando sea necesario ya sea porque estorban,
tapan, o simplemente molestan. Al contrario, deberíamos de cuidar y/o replantar
los árboles que hay en nuestro entorno, para crear una ley universal de cuidado
al ecosistema.
El tomar responsabilidad y cuidado
de la ciudad, nos corresponde a todos por igual. Aunque el ecofeminismo explica
que el cuidado y compasión eran valores asignados a la mujer por su conexión
con la naturaleza, si queremos lograr una sociedad y un mundo sostenible es necesario
dejar atrás la creencia de que dichos valores son solo femeninos.
No se trata
de pedir a las mujeres un plus de esfuerzo para que sean salvadores del planeta
ni de enfrentar a hombres y mujeres, sino que se trata de universalizar esas
virtudes, de enseñar a todos porque son capacidades humanas que puede
desarrollar cualquier ser humano. Habría que avanzar hacia una cultura que
incluyera esos valores que se han considerado femeninos y han sido
minusvalorados por esa razón (Red ecofeminista, 2013).
Para
prosperar como sociedad es preciso que los estereotipos de género se dejen en
el pasado, y todos, hombres y mujeres, participen y actúen en beneficio del
ecosistema.
Conclusiones:
En conclusión, la caminata por la colonia Providencia
al igual que las intervenciones sociales que se realizarán, son oportunidades
ejemplares para darse cuenta sobre los problemas que están ocurriendo en
nuestra ciudad, y al mismo tiempo, hacer algo al respecto. Tanto replantando
árboles, dando multas ciudadanas, recogiendo la basura y quitando la
contaminación visual, todos podemos hacer algo para que al final, todos
tengamos el beneficio de una Guadalajara sustentable, limpia y segura. En mi
opinión, todos tenemos una responsabilidad y deber con la ciudad, es momento
que tomemos consciencia y le demos algo a cambio como protección, cuidado y
cariño. Aunque la mayoría estamos acostumbrados a transportarnos en automóvil y
no tenemos que lidiar con las calles mal pavimentadas, banquetas mal hechas y
ciclovías inexistentes, no nos exenta de preocuparnos y querer mejorarlo para
las personas que sí experimentan esto diariamente.
Referencias:
Cortina. (2000). Valores mínimos de una ética cívica. Madrid: Editorial
Santillana.
Rachels, J. (2006). Introducción ala filosofía moral. México: Fondo de
cultura
económica.
Red Ecofeminista. (2013). “Avanzar hacia el
ecofeminismo es universalizar las virtudes del cuidado doméstico y ambiental”,
Alicia Puleo. Recuperado de
http://redecofeminista.com/2013/04/22/avanzar-hacia-el-ecofeminismo-es-universalizar-las-virtudes-del-cuidado-domestico-y-ambiental-alicia-puleo/#more-1512
Sánchez, A. (1984). Ética. Barcelona: Crítica.
Trellez, E. (2002). En Leff, E. (2002). Ética, vida, sustentabilidad. México DF:
UNEP
OEI. (2014, February 16). ¿Es aún posible lograr la Sostenibilidad? Recuperado de
http://www.oei.es/decada/boletin093.php
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