viernes, 4 de julio de 2014

#EcoProvidencia

Laura Estrada Amador
Ética, Persona y Sociedad
ITESM


#EcoProvidencia

Abstract:
El ensayo hablará sobre la experiencia en una caminata por providencia, proponiendo cambios y razonamientos argumentados en teorías éticas kantianas, utilitaristas, sustentables, ecofeministas, entre otras. Se abordará el tema de la tala de árboles y abuso del espacio público tanto en las calles como en zonas verdes. Se llega a la conclusión de que es necesario un cambio en la mentalidad de la ciudadanía para lograr una ciudad sustentable y con facilidad para los peatones, ciclistas y usuarios de sillas de ruedas.

Palabras Clave:  Ética de sustentabilidad, utilitarismo, Kant, ecofeminismo, dignidad humana, imperativo categórico, espacio público, tala de árboles.

El espacio público es de todos: las banquetas, calles, y parques son para el uso y beneficio de todos los habitantes. El pasado 7 de junio, asistimos a un evento llamado “Camina Providencia”, en el cual recorrimos dicha colonia, con el fin de identificar los problemas que están creciendo día a día en nuestra ciudad. A lo largo de la caminata, nos encontrábamos con banquetas mal pavimentadas, al igual que calles y baches; rampas para sillas de rueda en terribles condiciones o inexistentes; tocones de árboles afuera de casas, negocios, y hasta en los mismos parques. Al estar los árboles ubicados en espacio público significa que no pertenecen a nadie en especial, es decir, nadie tiene el derecho de quitarlos.

Eventos como “Camina Providencia” nos dan la oportunidad de vivir la ciudad de una manera completamente distinta, ya que hacen que crezca el sentimiento de solidaridad y empatía, así como la necesidad de ayudar y cuidar a quienes viven las calles en bicicleta, silla de ruedas, o como peatones. Aquí es en donde entra en práctica la ética de la sustentabilidad.
La ética para la sustentabilidad es una ética de la solidaridad […] que rebasa el individualismo para fundarse en el reconocimiento de la otredad y de la diferencia; una ética democrática participativa que promueve el pluralismo, que reconoce los derechos de las minorías y las protege de los abusos que les pueden causar los diferentes grupos. (Leff, 2002, p.326).
Esto quiere decir, que si queremos lograr un cambio, necesitamos ser  una comunidad participativa, que reconoce y actúa por los derechos de las minorías al cuidar de los peatones, ciclistas y personas con discapacidades, respetando sus espacios y necesidades para el bienestar, no abusar de la protección del automóvil e invadir sus espacios designados.
                       
El proyecto EcoProvidencia, toma como base la idea de la sustentabilidad, toma la iniciativa de ser ciudadanos conscientes y participantes en las decisiones y problemas que pasan en nuestra ciudad. “[…] el movimiento ambiental ha generado la emergencia de una ciudadanía global que expresa los derechos de todos los pueblos y todas las personas a participar de una manera individual y colectiva en la toma de decisiones que afectan su existencia[…]” (Leff, 2002, p. 322). Al ser seres humanos, somos parte del medio ambiente, lo cual nos hace responsables de nuestras acciones morales hacia él. Se necesita un entendimiento total de nuestra unión al medio ambiente, ya que todas las decisiones que tomemos para dañarlo, hará un rebote y nos dañará a nosotros mismos.

Los organizadores de “Camina Providencia” lograron crear interés en los participantes al demostrar preocupación y cariño por la popular colonia Providencia y su creciente problema con la tala de árboles y mala manutención de sus calles. El argumento de los beneficios, según Rachels, establece que si podemos beneficiar a alguien sin dañar a otro, se debería de completar la acción (Rachels, 2007, p. 18), pero en este caso, con la destrucción de las áreas verdes, mala manutención de las calles y poca preocupación por las áreas peatonales y ciclovías, se está dañando directamente a la sociedad.

Según Cortina, para lograr una convivencia pacífica, es necesario que existan unos mínimos de justicia (o sea, cívica ética) que todos respetemos. Uno de los puntos que aborda es la tolerancia como respeto activo, procurando no solo soportar lo distinto a mí, si no respetarlo, apoyarlo, y aprender (Cortina, 2000). Si utilizamos este punto como base y referencia al trato que le damos a nuestro al rededor, se lograría un avance significativo no solo como individuos con moral particular, si no como sociedad. La ética, como esfuerzo de guiar nuestras conductas, nos ayuda a comprender la moral con la que nuestra sociedad se guía, es decir, las costumbres y normas que se preestablecieron para señalarnos lo que es correcto e incorrecto (Sánchez, 1984). La cultura con la que crecimos de solo tomar cuidado y responsabilidad de nosotros mismos, nos ha traído hasta este momento, en el que el ecosistema pide a gritos ayuda y ser notado. Como sociedad, únicamente nos preocupamos de como sobrevivir día a día en un entorno urbano, pero pocas veces nos detenemos a pensar que sacrificios o acciones radicales se han tenido que tomar para que podamos vivir así. Es momento de que consolidemos y dejemos de lado los distintos códigos  y prejuicios que han sido puestos por la sociedad y dejemos vivir a árboles y zonas verdes. Ellos que le han brindado oxígeno, limpieza, tranquilidad, estética, y pureza a nuestra ciudad.

Pero, ¿por donde empezar a mejorar?. Es necesario un impulso a la educación ambiental en la que las instituciones educativas se transformen, no únicamente en su paso hacia la inter disciplina, sino también en su paso hacia sus responsabilidades éticas, sociales y ambientales (Trellez, 2002), para así construir una visión al conocimiento en la que se pueda enseñar de manera práctica y física, en la que los alumnos comprendan cómo funciona el medio ambiente y cuales son sus beneficios y consecuencias, para así crear una conciencia profunda en las futuras generaciones.

Al ver las necesidades de los humanos como prioridad, deberíamos comenzar a actuar en beneficio a las siguientes generaciones, es necesario ser prudentes con las especies vivas y con el cuidado de la estructura de la ciudad, conforme al desarrollo sostenible. “Es necesario modificar los métodos insostenibles de producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros descendientes” (OEI, 2011). Así se podrá conservar y transmitir a las futuras generaciones la belleza y riqueza que nos da la naturaleza para la ciudad.

Kant dice que nunca hay que tratar a las personas como medios, únicamente como fines en sí mismos, es decir, no actuar en contra de su autonomía y dignidad.
…los seres racionales deben ser tratados ‘siempre como un fin y nunca solamente como un medio’. Esto significa, en el nivel más superficial, que tenemos un estricto deber de beneficencia hacia otras personas: debemos esforzarnos por promover su bienestar; debemos respetar sus derechos, evitar dañarlos, y de modo general ‘esforzarnos, en lo que se pueda, por fomentar los fines ajenos’ (Rachels, 2007, p.212).
Al invadir los pasos peatonales, ciclovías, estacionar el carro frente a rampas para discapacitados, no dar preferencia a los peatones, entre otras cosas, estamos atentando en contra de sus derechos y dignidad. Ya que al poner en peligro a los peatones y personas en sillas de ruedas, le quitamos el valor y la importancia a su vida, la cual está “por sobre cualquier precio”.

            En el imperativo categórico, propuesto por Kant, se explica que se debe  obrar de forma en que la acción que se realizará se convierta en una ley universal. 
Cuando estés pensando en hacer una acción particular, te vas a preguntar qué regla estarías siguiendo si hicieras esa acción […] Entonces te vas a preguntar si estarías dispuesto a aceptar que toda la gente siguiera todo el tiempo esa regla, eso la convertiría en una “ley universal” (Rachels, 2007, 197).
Al tener en cuenta el imperativo categórico, se puede hacer un recuento de las acciones realizadas y si en realidad estaríamos de acuerdo en que fueran universalizadas como ley. Como por ejemplo: la tala de los árboles. Al talar un árbol por beneficio propio, estamos insinuando que todos deberían de tener la libertad de talar los árboles cuando sea necesario ya sea porque estorban, tapan, o simplemente molestan. Al contrario, deberíamos de cuidar y/o replantar los árboles que hay en nuestro entorno, para crear una ley universal de cuidado al ecosistema.

            El tomar responsabilidad y cuidado de la ciudad, nos corresponde a todos por igual. Aunque el ecofeminismo explica que el cuidado y compasión eran valores asignados a la mujer por su conexión con la naturaleza, si queremos lograr una sociedad y un mundo sostenible es necesario dejar atrás la creencia de que dichos valores son solo femeninos.
No se trata de pedir a las mujeres un plus de esfuerzo para que sean salvadores del planeta ni de enfrentar a hombres y mujeres, sino que se trata de universalizar esas virtudes, de enseñar a todos porque son capacidades humanas que puede desarrollar cualquier ser humano. Habría que avanzar hacia una cultura que incluyera esos valores que se han considerado femeninos y han sido minusvalorados por esa razón (Red ecofeminista, 2013).
Para prosperar como sociedad es preciso que los estereotipos de género se dejen en el pasado, y todos, hombres y mujeres, participen y actúen en beneficio del ecosistema.

Conclusiones:
En conclusión, la caminata por la colonia Providencia al igual que las intervenciones sociales que se realizarán, son oportunidades ejemplares para darse cuenta sobre los problemas que están ocurriendo en nuestra ciudad, y al mismo tiempo, hacer algo al respecto. Tanto replantando árboles, dando multas ciudadanas, recogiendo la basura y quitando la contaminación visual, todos podemos hacer algo para que al final, todos tengamos el beneficio de una Guadalajara sustentable, limpia y segura. En mi opinión, todos tenemos una responsabilidad y deber con la ciudad, es momento que tomemos consciencia y le demos algo a cambio como protección, cuidado y cariño. Aunque la mayoría estamos acostumbrados a transportarnos en automóvil y no tenemos que lidiar con las calles mal pavimentadas, banquetas mal hechas y ciclovías inexistentes, no nos exenta de preocuparnos y querer mejorarlo para las personas que sí experimentan esto diariamente.




Referencias:

Cortina. (2000). Valores mínimos de una ética cívica. Madrid: Editorial
Santillana.

Rachels, J. (2006). Introducción ala filosofía moral. México: Fondo de cultura
económica.

Red Ecofeminista. (2013). “Avanzar hacia el ecofeminismo es universalizar las virtudes del cuidado doméstico y ambiental”, Alicia Puleo. Recuperado de http://redecofeminista.com/2013/04/22/avanzar-hacia-el-ecofeminismo-es-universalizar-las-virtudes-del-cuidado-domestico-y-ambiental-alicia-puleo/#more-1512


Sánchez, A. (1984). Ética. Barcelona: Crítica.


Trellez, E. (2002). En Leff, E. (2002). Ética, vida, sustentabilidad. México DF:
UNEP

OEI. (2014, February 16). ¿Es aún posible lograr la Sostenibilidad? Recuperado de http://www.oei.es/decada/boletin093.php





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