sábado, 5 de julio de 2014

El cuidado natural Ricardo Narváez

El cuidado natural
Para la clase de ética se nos pidió hacer un plan de reforestación en la colonia Colomos, además de una intervención acabada dicha reforestación. La reforestación consistía de un reconocimiento del lugar para encontrar arboles cortados cuyos tocones habían sido dejados ahí, después nosotros replantaríamos arboles nuevos en donde antes se encontraban dichos tocones. Esto se llevaría a cabo el viernes 4 de julio 2014. Después, el día siguiente realizaremos la intervención, la cual consiste en diversas actividades cuyo propósito es el de concientizar a la comunidad (y a nosotros mismos) de la importancia de preocuparse por su colonia y ser más activo en lo respectivo al bien estar ciudadano, al igual que darnos cuenta de que las pequeñas acciones, si se realizan en conjunto pueden causar un gran impacto. En este ensayo hablare un poco sobre las reflexiones a las que llegue durante todo este proceso al igual que algunas posibles soluciones que podrían funcionar para arreglar algunos de los problemas actuales que se pueda enfrentar esta y cualquier otra zona residencial.
Palabras clave: virtud, responsabilidad, egoísmo ético, dignidad.  
Esto es algo que me puse a pensar después de haber hecho el primer “camina providencia”. Yo siento que la gente todavía no comprende que ellos, cada uno como individuo, no es lo único que importa en el mundo. Que quiero decir con esto; que muchas veces no nos ponemos a considerar que otras personas aparte de nosotros también tiene problemas, necesidades y deseos, por eso es fácil ignorar que las banquetas no son aptas para gente que anda en silla de ruedas, porque si uno mismo jamás ha vivido la experiencia, nunca le pasaría por la mente la posibilidad de que alguien, en algún momento tenga que salir a la calle en silla de ruedas. Las calles tienen que estar hechas de manera tal que cualquier persona, sin importar sus capacidades físicas o mentales, pueda transitarlas de manera segura, si bien la gente no siente la necesidad de hacerlo, se tiene que respetar la dignidad de las personas de acuerdo a lo que dice Sergio fajardo en su video del miedo a la esperanza “lo público es de todos nosotros” (Fajardo, 2010), eso quiere decir que no se aceptan excepciones de quienes pueden disfrutar de las calles y quiénes no.  Eso se podría clasificar como discriminación ya que se le están negando ciertas facilidades a cierto grupo de personas por desventajas injustas que no son su culpa, y no existe justificación suficiente para que estas se encuentren en una desventaja.
El problema en cuestión es que nosotros como sociedad no nos consideramos como iguales y eso se ve reflejado de manera física en nuestra ciudad. Tenemos que dejar de pensar solo en nosotros mismos y darnos cuenta de que en la medida en la que ayudemos a los demás y ellos nos ayuden a nosotros, todos nos veremos beneficiados, y conforme esta actitud se vaya volviendo una costumbre, todos nos veremos beneficiados por igual, y la actitud tan común de “no es mi problema, entonces no hago nada” poco a poco ira desapareciendo.
Entrando de lleno a los asuntos filosóficos, y concentrándonos un poco en el tema de la tala de árboles que es igualmente importante, podemos argumentar con una de las teorías éticas comúnmente más practicadas (de manera consciente o inconsciente) que el talar árboles es una práctica completamente inmoral e irracional. Y claro que la corriente ética a la que me estoy refiriendo es al egoísmo ético y este es el razonamiento de la aseveración previamente mencionada. El egoísmo ético nos pide pensar en lo que es lo mejor para nosotros, si sabemos que los árboles son fuente de aire puro y ayudan a reducir los efectos de la contaminación, entonces es de nuestro mejor interés tener árboles y plantas en nuestras banquetas y  dentro de nuestras casas. Si el cortar árboles hace que lentamente causemos un deterioro de nuestra salud, entonces estamos yendo en contra de nuestros propios beneficios y esto no lo podemos permitir de ninguna manera, además como seres racionales que pretendemos ser, debería ser obvio que ninguna ganancia monetaria a corto o mediano plazo puede ser más conveniente que tener una buena salud para nosotros a través de toda nuestra vida. Siento que es importante tener aunque sea una ética cívica local, es decir que nada más te fijes en lo que pasa a tu alrededor, pero que de verdad te fijes, y hagas algo al respecto. Siendo sinceros es mucho pedir que la gente se ponga trabajo comunitario en lugares que ni siquiera frecuenta, pero yo siento que eso no sería necesario si cada quien cuidada su cuadra, de esa manera todas las cuadras estaría bien cuidadas y serian adecuadas para todas las personas. Este es un aproximamiento que nadie puede considerar muy exigente o injusto, al mismo tiempo que nos permite hacer lo correcto y ni siquiera necesitamos ser grandes filósofos para llegar a la conclusión de que cuidar los lugares que frecuentamos es beneficioso para nosotros mismos.
Siguiendo esta lógica de lo que es bueno para nosotros y/o para los demás, y continuando con el tema de los árboles, retomando el tema de por qué no es ético cortar los arboles desde una perspectiva kantiana el argumento iría algo así;  No se puede universalizar algo que al largo plazo es dañino para nosotros. Esto bajo la lógica kantiana que algo así; “Kant sostiene que, así como los ‘deberes’ hipotéticos son posibles porque tenemos deseos, los ‘deberes’ categóricos son posibles porque tenemos razón. Los ‘deberes’ categóricos obligan a los agentes racionales simplemente porque son racionales. (Rachels, 2006, p. 196-197). Y la prueba de que cortar los arboles a la larga nos hará daño es esta; “Un acre (4.000 m2) de árboles consume anualmente la cantidad de CO2 que produce un automóvil al recorrer 42.000 km. Un árbol de 30 metros de altura y 45 cm de diámetro en su base produce 2.722 kg de oxígeno.” (Un sólo árbol produce oxígeno suficiente para que respire una persona, 2014). En conclusión, universalizar la talla de árboles como un acto moralmente aceptable concluye con una imposibilidad de sostener la vida humana en la tierra, ya que no habría oxígeno en ella y casi toda la vida se extinguiría. Esta clase de conductas no se pueden sostener.
El cuidar a la naturaleza no es solo plantar árboles y ya, similar a cuando se tiene un niño o una mascota, plantar un árbol o una planta no es suficiente, tienes que darles un cuidado constante y mucho seguimiento, sino todo lo que plantaste se va a morir. Sé que para muchas personas esto suena como una obligación, responsabilidades extras que nadie quiere tener, eso es algo que yo puedo entender, pero también entiendo el concepto de virtud,
“las virtudes morales son las virtudes de las personas como tales. Entonces, siguiendo el ejemplo de Pincoffs, podemos definir una virtud como un rasgo de carácter manifestado en una acción habitual, que es bueno que una persona tenga. Y las virtudes morales son las virtudes que es bueno que todos tengan”. (Rachels, 2006, p. 277-278).
Como se explica en la definición, una virtud moral es una virtud que es bueno que todos tengan, por lo que si superas la fase en la que cuidar y atender los árboles se te hace un quehacer aburrido y pesado, y lo sigues practicando hasta que se vuelva un habito serás una persona más virtuosa, ya que tener respeto y cuidado por el medio ambiente es una virtud que sería bueno que todos tuvieran.   
            El último punto que me gustaría tomar a consideración en este ensayo es que muchas veces creemos que es “necesario” talar árboles por alguna, ya sea el hacer más estacionamiento para un restaurante, hacer una nueva construcción vial, como un puente u otro carril para una calle,  pero la verdad es otra. Para empezar sería más practico cambiar ciertas leyes y costumbres de vialidad que seguir construyendo calles, ya que entre más calle construyas, más carros va a haber y la ciudad no le puede dar abasto a tantos carros. Por laguna razón tenemos la mentalidad de que más es mejor y esto no es verdad.  De hecho es completamente lo opuesto, no podemos darnos el lujo de seguir produciendo cosas en este ritmo tan desacelerado. Esto no quiere decir que a dejar de tener cosas o vayamos a abandonar la idea de seguir “progresando”, todo lo contrario, es el crecimiento lo que no puede continuar indefinidamente en un mundo finito, pero sí es posible el desarrollo”. (La sostenibilidad o sustentabilidad como [r]evolución cultural, tecnocientífica y política, 04/07/2014).  Tenemos que dejar de pensar en tener más cosas y mejor empezar a pensar en tener mejores cosas, así evitaríamos el acelerado desgaste que hay en los recursos naturales y tendríamos mejor calidad de vida. No podemos seguir consumiendo  como si no hubiera consecuencias, ya que los problemas ambientales son una realidad.
            Para concluir quisiera reflexionar sobre lo fácil que es para nosotros olvidar la importancia del medio ambiente o las necesidades de otras personas. No estoy diciendo que tengamos que sacrificarnos todo el tiempo y solucionarle la vida a todas las personas, solo que debemos de ver a nuestro alrededor más seguido y ser más empáticos, tanto con otras personas como con el medio ambiente, ya que este también merece cierta consideración moral. La naturaleza hace tanto por nosotros que lo mínimo que podemos hacer por ella es no matarla.



Referencias:
VILCHES, A., GIL PÉREZ, D., TOSCANO, J.C. y MACÍAS, O. (2014). «La sostenibilidad o sustentabilidad como [r]evolución cultural, tecnocientífica y política» [artículo en línea]. OEI. ISBN 978-84-7666-213-7, 04/06/2014.
James Rachels. (2006). Introducción a la filosofía moral. México: Fondo de Cultura Económica.

Sergio Fajardo del miedo a la esperanza, 2010

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