sábado, 5 de julio de 2014

Las ciudades no hablan, pero nosotros hablamos por ellas.

Gerardo Contreras Venegas
A01540091

Las ciudades no hablan, pero nosotros hablamos por ellas.

Vivimos en una sociedad en conjunto, donde cada persona está preocupada por su propio bienestar aunque esto último signifique hacer caso omiso de todo lo que sucede alrededor, no logramos ver que lo que ocurre afuera de nuestra vida también nos afecta, como la falta de árboles, la contaminación, la falta de respeto hacia la naturaleza, la desigualdad, la falta de derechos, la pobreza, la injusticia y muchos otros, los cuales, no queremos ver.
Empezare hablando sobre la manera en que vivimos como sociedad; las personas como sociedad tienen códigos y normas que seguir, como leyes, normas sociales y morales, etc. El motivo de la existencia de este tipo de normas se debe a que sin ellas, no seriamos capaces de convivir en sociedad, ya que, cada persona tiende a buscar su propio beneficio (lo que la hace feliz), por lo tanto, ¿Por qué nos tenemos que atener a estas normas? Por el simple hecho de que en ciertos momentos, lo que nos beneficia más es beneficiar a todos; imaginemos una situación donde dos perros se están peleando por su territorio, estos dejaran de pelear hasta que lleguen a un acuerdo, donde ambos establezcan sus límites y tengan la confianza en que el otro cumplirá, tristemente, son perros y carecen de la habilidad para razonar, pero nosotros como humanos ¿Por qué nos tenemos que comportar como perros?
Somos humanos, tenemos capacidad de razonar y somos la única especie que puede hacer esto, entonces ¿es nuestra responsabilidad cuidar de todos los seres vivos? Si, Rachels argumenta sobre este aspecto: “Podrá asegurarse una existencia tal como se ha descrito, en la mayor medida posible, a todos los hombres. Y no solo a ellos, sino, en tanto la naturaleza de las cosas lo permita, a todas las criaturas con capacidad de sentir” (Rachels, 2003 , Pg. 149) , en pocas palabras, debemos ser imparciales con los seres vivos y también llegar a un sistema de beneficio mutuo con ellos; desgraciadamente esto no sucede en el mundo real, ya que, las ciudades tienen cada vez menos árboles y más estacionamientos,  mas automóviles y menos bicicletas, y nosotros tenemos televisiones en lugar de plantas y mascotas.
Yo participé en un evento en el que nos proponíamos encontrar lo que estaba mal con nuestro entorno y nos propusimos solucionarlo, los principales problemas que encontramos fueron: la tala de árboles, la falta de banquetas, la falta de rampas, la falta de ciclovías; todo esto afecta a la felicidad de muchos grupos de personas que también tienen el derecho a disfrutar de este tipo de facilidades, pero que no sucede debido a la prioridad que se tiene en otros sectores, como aquellos con automóvil, por poner un ejemplo, pero esto a largo plazo en lugar de generar la mayor felicidad para todos, solo causará desgracia debido a los problemas que implica la contaminación, la falta de una conciencia ecológica y el respeto por todos los seres vivos. 
Ahora hablare un poco de la dignidad humana y como el estado de nuestra ciudad nos afecta en este aspecto, lo primero que debemos de tener en cuenta es que “El valor de las personas está por sobre cualquier peso” (Rachels, 2003, Pg. 206), siguiendo este argumento ¿Tenemos dignidad cuando los automóviles tienen más prioridad en la construcción de una ciudad? ¿Cuándo es imposible para personas con capacidades diferentes transitar las calles? ¿Cuándo el valor de las personas se define por la cantidad de bienes que posee? Yo digo que no, todas estas situaciones nos degradan como persona, lo peor de todo, es que para la mayoría de las personas esto es normal y no lo sienten incorrecto, además las calles son un lugar público, al no ser aptas para todas las personas, se está violando su dignidad y su igualdad ante todos.
Al momento de participar en eventos que como el de #EcoProvidencia, donde su fin es hacer mejores calles para todos, sientes que realmente estás haciendo algo para cambiar a la ciudad y observas como la gente se une a una misma causa, de esta manera,  con solo aportando tu granito de arena se puede llegar a hacer cosas maravillosas entre toda una comunidad, eso es algo que hemos olvidado como humanos, la importancia de hacer lo correcto para todos.
Uno de los aspectos más importantes al momento de hacer intervención social, es el ¿Por qué? Y el ¿Quiero que todos actúen como yo? Según Kant “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se tome ley universal” (Rachels, 2003 , Pg. 205) , esto significa que todo lo que hagamos, debemos hacerlo pensando en si nos gustaría que otros actúen igual que nosotros ante la misma situación; esto nos ayuda a entender los actos como #EcoProvidencia, o actos como los de los ex presidentes colombianos Mockus y Peñalosa, los cuales, fueron ejemplos de lo que debe ser actuar para el beneficio de todos; por ejemplo  si pusiéramos un parque dedicado a mascotas y a la convivencia, la gente se sentiría atraída y si este parque les brinda felicidad, las personas se preocuparían por él, de manera que lo cuidarían; en cambio, si en lugar de un parque se colocara una fábrica, la gente se alejaría, algo similar pasa con nuestras acciones, si actuamos tomando en cuenta la felicidad de los seres vivos, ellos tendrán la voluntad de acercarse hacia ti y tomar tus fines como suyos.
El ayudar a una buena causa como la de #EcoProvidencia, te genera una satisfacción porque sabes que estas ayudando a los demás y esto te hace crecer como persona, por el simple hecho de que estas desarrollando virtudes, al cooperar, al plantar árboles, al identificar injusticias, al hacer lo correcto sin que nadie te lo imponga; todo esto ayuda a crecer como persona, y todo esto es aún mejor si motivas a las personas a que te ayuden, ya que, las ayudaras a desarrollar algunas virtudes como el respeto hacia la naturaleza, la igualdad entre todos los seres vivos, el bienestar social y el cooperativismo;  ya que, estas virtudes se necesitan para que toda una ciudad vaya abriendo los ojos a lo que está mal y se decidan por cambiarlo.
¿Pero qué sucede con las personas que siguen buscando su propio beneficio o solo les gusta afectar negativamente a los otros? Como aquellos que talan árboles para su beneficio sin brindar nada a cambio; en mi opinión, este tipo de personas necesitan un pequeño castigo para hacerles notar que esto está mal, ya que, desgraciadamente muchas personas no saben que es ilegal, debido a que estas talando algo que no es tuyo, sino del dominio público; esto también debe aplicarse con los individuos que se estacionan en lugares indebidos y que no sufren de ninguna discapacidad. Todo esto nos lleva a que  la gente tiene que aprender de alguna manera que este tipo de actitudes son incorrectas, todos merecen las mismas posibilidades y los mismos derechos, esto es la justicia y la justicia requiere del castigo porque de esta manera señalamos un comportamiento erróneo y recae en la persona la posibilidad de si hará algo para evitarlo o seguirá igual, de esta forma no se le quita la posibilidad de elegir (su autonomía), dándole aun sus derechos y su condición como humano, sin embargo, si la actitud errónea continua o empeora, el castigo será cada vez más severo.
Si continuamos actuando solo para sobrevivir, no veremos hacia el futuro y las posibles consecuencias que esto puede llegar a tener, además de que esto evitaría totalmente el desarrollo a favor de la naturaleza  y se convertiría en un círculo vicioso; El vivir en una sociedad capitalista acostumbra a las personas a enfocarse en el dinero, en ser unos consumidores y por lo tanto deshacerse rápido de artículos antiguos, lo cual, genera una gran cantidad de basura; en cambio, imaginemos que ya nadie se enfoca en el dinero, sino, en todo lo visto durante este ensayo, en el respeto por todos los seres vivos, en la justicia, en los derechos y la dignidad de las personas, en las virtudes y en la voluntad de ayudar, todos generaríamos un cambio radical a todas las ciudades, no solo se pensaría en lo que es mejor para nosotros, sino en lo que es mejor para todos, ya sea en el presente o en el futuro, porque todo lo que hacemos actualmente es con un fin en el futuro, para las próximas generaciones, para seguir conservando la naturaleza y todo aquello que es bueno para todos.

Como conclusión, es vital tratara todas los seres vivos con respeto e igualdad, además de que se debe buscar lo que beneficia a la mayoría de las personas, siempre tomando en cuenta las reacciones a todos nuestros actos y nunca olvidar que todo lo que hagamos debe ser un ejemplo para todos.







Referencias
Ambiente & Sociedad. (2002). Manifiesto por la vida. Recuperado de
http://www.scielo.br/pdf/asoc/n10/16893.pdf

Rachels, J. (2007). Introducción a la filosofía moral. México: Colec. Brevarios

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