Mariana Corral
A00225832
ITESM Campus Guadalajara
Proyecto #EcoProvidencia
En
este ensayo hablaré sobre la actividad que realizamos este verano en clase de
ética. Titulada “Ecoprovidencia”, fue una intervención ciudadana dividida en
varias etapas: La primera fue durante la caminata de “Camina Providencia”, en
la que recorrimos las calles de la colonia para conocer el estado de las
banquetas y además para detectar tocones en la zona. Esto con el fin de poder
replantarlos en la segunda etapa, que tomó lugar el día viernes 4 de julio. A
continuación expondré algunas observaciones que surgieron a partir de este
proyecto con respecto a la tala de árboles y las malas condiciones en las que
se encuentran las banquetas en la ciudad.
#sustentabilidad,
#deforestación, #urbanismo, #transporte, #igualdad, #ética
Después
de recorrer las calles en el proyecto de “Camina Providencia” puedo decir que,
en lo personal, la experiencia amplió mi visión de la realidad como ciudadana.
Es muy difícil ver lo afortunados que somos al poder transportarnos fácilmente
por la ciudad. Estamos tan acostumbrados a movernos en coche que lo damos por
hecho y no nos damos cuenta del privilegio que representa. La realidad de
muchos otros ciudadanos es totalmente distinta. Miles de personas no tienen
otra opción más que caminar de un lugar a otro para poder trasladarse, y el
único camino con el que cuentan son las banquetas y cruces peatonales. Fue muy
triste ver las pésimas condiciones en las que se encuentran. No solo están
deterioradas, sino que muchas fueron mal diseñadas en primer lugar.
Estacionamientos donde debía haber banqueta, raíces que dejan grandes grietas,
anuncios estorbando el paso y ni hablar de las rampas para discapacitados:
todos estos son problemas que afectan la circulación del peatón. Por otra
parte, la búsqueda de tocones no fue menos alarmante. Me sorprendió mucho la
cantidad de árboles que han sido talados. No solo los cortan sin arrancar
completamente la raíz, sino que no los reemplazan con otro árbol que puede ser
una fuente de oxígeno.
La
pregunta aquí sería, ¿deberíamos o no deberíamos intervenir? ¿por qué nos
debería importar la viabilidad en las banquetas o la falta de árboles en la
ciudad? Si no nos afecta directamente, ¿para qué molestarnos en tomar cartas en
el asunto? La ética puede ayudarnos a responder estas preguntas.
Existen
muchas teorías dentro de la ética, entre ellas está la ética cívica. Esta parte
del hecho de que somos seres sociales, formamos parte de una comunidad, por lo
tanto esto implica que deben existir ciertos mínimos de justicia que todos
respetemos para tener una convivencia pacífica. Uno de ellos es buscar la
igualdad de oportunidades respecto al resto, en cuanto a condiciones
materiales, sociales y culturales que permitan tener una vida digna (Cortina,
2000). Aquí es donde entra la cuestión de las banquetas que facilitan la
circulación de los peatones. Si ignoramos esta situación, estaríamos atentando
contra la igualdad de oportunidades que debemos tener como miembros de una
sociedad.
Un
punto muy importante dentro de la moral, es que para actuar moralmente es
necesario que se tome en cuenta el bienestar imparcial, es decir, que se
valoren los intereses de todos por igual. Como menciona Rachels: “…el
requisito de imparcialidad excluye cualquier esquema que trate a los miembros
de grupos particulares como moralmente inferiores” (Rachels, 2006, p. 34). En
el caso de la viabilidad de la ciudad, el gobierno está excluyendo a los los
peatones, discapacitados y ciclistas. Al no haber ciclovías ni banquetas
seguras, ellos son un grupo vulnerable que está siendo tratado como inferior,
por lo tanto, cuando se trata de la construcción de una ciudad, es importante
tomar en cuenta los intereses de todos, no únicamente de los automovilistas.
Con
respecto a la tala de árboles, muchos apelarán al relativismo cultural que,
según Rachels, es la teoría basada en que diferentes culturas tienen códigos
morales diferentes (Rachels, 2006, p. 39). Dirán que como no tenemos una
cultura ecologista en nuestra sociedad, entonces no tenemos porque hacer nada
al respecto, ya que la tradición es irrefutable y nada la debe contradecir. Sin
embargo, hay una gran diferencia entre lo que una sociedad cree como correcto y
lo que realmente es correcto. Consultar únicamente los criterios de nuestra
sociedad no nos dará una visión realista de lo que es o no es correcto, por lo
tanto, el hecho de que no tengamos una cultura ecologista no significa que esta
deba permanecer así o que debamos actuar conforme a ella.
Posiblemente habrá quienes se nieguen a
reemplazar los árboles talados porque defienden el derecho natural, el cual
especifica que todo en la naturaleza tiene un propósito (Rachels, 2006, p. 94).
Esta teoría fue incorporada por Aristóteles, quien afirmaba que el bienestar
del hombre era el único fin y propósito de la naturaleza. Tomando esto como verdadero,
la tala de árboles representaría más un atentado contra nuestro bienestar que
un beneficio, porque es nuestra fuente de oxígeno la que se está viendo
afectada. ¿Un mundo sin oxígeno de qué manera podría proporcionarnos bienestar?
Ni siquiera podríamos sobrevivir en él, en primera instancia. Si estamos
muertos no podemos tener bienestar alguno, por lo que reemplazar árboles
talados es una acción a favor del derecho natural que tienen las plantas, en
caso de que este fuese verdadero.
Ahora
miremos el asunto desde la perspectiva de Kant. Él señalaba que debíamos actuar
solamente conforme a imperativos categóricos, en otras palabras, “Obra sólo
según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley
universal” (Rachels, 2006, p. 210). Significa que no podemos realizar una
acción si no queremos que el resto del mundo la haga también. Los árboles que
se encuentran en espacio público son fuente de oxígeno para todos. Talarlos
solo por algún interés personal no puede ser una ley universal porque entonces
todos lo harían a su conveniencia y al final eso nos dejaría sin árboles.
Cuando
tomamos decisiones que involucran el medio ambiente, hay muchísimos factores
que debemos tomar en cuenta. Entre ellos están las generaciones futuras.
¿Podemos hacer lo que nos plazca con los recursos sin pensar en el futuro de la
humanidad? Como menciona la OEI, es necesario “…modificar los métodos
insostenibles de producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y
en el de nuestros descendientes” (OEI, 2011). Muchos dirán que es más
importante el aquí y el ahora, y que las necesidades de las vidas actuales
merecen tener más valor. Sin embargo, si la vida humana es una prioridad,
entonces, por deducción, la existencia (y trascendencia) de toda la humanidad
también debería de serlo. No tiene sentido valorar una vida si las acciones de
esta ponen en peligro la vida de toda una especie. El acabarnos los recursos
naturales atenta contra esa existencia por lo tanto es necesario tener una
visión sustentable en nuestras actividades de producción y consumo.
Antes
de este proyecto nunca me había puesto a pensar en la importancia de darle
prioridad al ciclista y al peatón. Yo vengo de una ciudad chica, donde no hay
mucho tráfico ni avenidas muy grandes por donde los carros viajan a 100km por
hora. En mi ciudad no hay mucho problema para los peatones porque como casi no
pasan carros, para un peatón es cuestión de esperar unos segundos para poder
cruzar la calle de manera segura. Pero ahora que vivo aquí y recorro las calles
todos los días en mi carro, me doy cuenta que a los automovilistas no parece
importarles otra cosa que no sea llegar a su destino. Nunca había considerado
trasladarme en bicicleta debido a la inseguridad de las calles, pero el ver que
en otros países es una realidad hasta me da coraje porque significa que es
posible y que nos estamos quedando atrás. Si tan solo se invirtiera más en
ciclovías, las personas saldrían con mayor confianza y podríamos trasladarnos
viéndonos a la cara, frente a frente, no a través de un cristal blindado y
polarizado. Desde mi punto de vista personal, pienso que tanto la tala de
árboles como el diseño de nuestras calles es algo en lo que todos deberíamos
involucrarnos. Es nuestro aire y nuestro medio para llegar de un lugar a otro.
Con esta intervención me di cuenta de que es posible mejorar las cosas si
juntos ponemos manos a la obra.
Referencias
Cortina.
(2000). Valores mínimos de una ética cívica. Madrid: Editorial
Santillana.
Leff,
E. (2002). Ética, vida y
sustentabilidad. PNUMA, recuperado de:http://www.ambiente.gov.ar/ infotecaea/descargas/leff04. pdf
Puleo,
A. (2009). Ecofeminismo: la
perspectiva de género en la conciencia ecologista. EcoPolítica, recuperado
de: http://www.ecopolitica.org/ index.php%3Foption%3Dcom_ content%26view%3Darticle%26id% 3D107%253Aecofeminismo-la- perspectiva-de-genero-en-la- conciencia-ecologista-% 26catid%3D25%253Aecofeminismo% 26Itemid%3D1
Rachels,
J. (2006). Introducción ala filosofía moral. México: Fondo de cultura económica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario