viernes, 4 de noviembre de 2011

Los indignados. Capitalismo, justicia y economía. por Xicoténcatl Lugo Sánchez

Es una total preocupación la determinante lucha que se está realizando contra la crisis financiera de nivel mundial. Se desarrollan un sinfín de inconformismos sociales que poco a poco crean dudas y más dudas sobre como atacar el problema al que nos enfrentamos y desemboca a más problemas, como una cadena que se va desenvolviendo en una crisis en sociedad. El pueblo es el primer afectado de todo esto, el gobierno y las principales unidades capitalistas también presenta sus inconvenientes, sin embargo, estos cuentan con lo necesario y algo más para continuar con una vida sustentable y de buen desarrollo. No es así para aquellos sectores de la sociedad a quienes se les dificulta el conservar una vida económica sustentable y que son la mayoría de la población.

Varios grupos insatisfechos he indignados por el sistema político y económico, se manifiestan contra el gobierno y los capitalistas, buscando una solución justa y equitativa, basándose en realidades que se ven y muchas veces se ignoran como lo son: la pobreza, el mal trato a personas por su nivel económico, la educación para todos con las mismas oportunidades, etc.

Pero ¿qué se puede hacer?, ¿será las manifestaciones una solución? No se puede decir que sea una solución pero si son una manera de ser escuchados, defender nuestros derechos y exigir por lo que tanto nos esforzamos.

El movimiento de los indignados es un grupo de personas que lucha por una política económica equitativa, un trato igualitario. El fin es un cambio en la democracia justa para todos, en beneficio de bienes comunes para la sociedad. Como lo dice Slavoj Zizek en su editorial sobre los motivos de su lucha: “El único sentido en el que somos comunistas radica en que nos importan los bienes comunes. El bien común de la naturaleza. El bien común de lo que es privatizado por la ley de propiedad intelectual. El bien común de la biogenética. Por esto y sólo por esto debemos luchar.” Ellos buscan una justicia queriendo una vida mejor y equitativa, con mismas oportunidades como la de justicia expresada por Rawls.

Pero antes de exigir debemos tomar conciencia que tenemos el derecho de hacerlo porque no tendría coso la lucha; es decir, se harían la pregunta: ¿Por qué valdría la pena escuchar a alguien que no hace nada más que quejarse? El periodista español, Paco Gómez Nadal, muestra su ignorancia a las manifestaciones de los indignados porque no cree que sea la forma de encontrar el cambio esperado, él dice: “creo, sinceramente, que casi nadie de los que salen a manifestarse en el llamado primer mundo quiere un nuevo sistema. Un nuevo sistema más justo será, en primer lugar, más incómodo y exigirá, en segundo, mucho más trabajo comunitario y menos ombliguemos acomodaticio. La sola idea de justicia y de equidad social es incómoda e incómoda.” Para decir esto se basa en que este tipo de manifestaciones se han ido desarrollando desde hace décadas y todavía no hay algún logro. Entonces ¿Qué otras opciones tenemos para exigir justicia y equidad?

El problema está, como lo dicen muchos, en el capitalismo y el mal sistema de administración económica que afecta directamente a la sociedad más pobre. Este fue un problema de crisis que comenzó en países tercermundistas, pero ahora se está dando en países que son potencias económicas del mundo. Es una crisis internacional en la que destaca una desigualdad entre sectores sociales, los más ricos son a los que menos les preocupa su bienestar pues, pase lo que pase ellos siempre contaran con bastantes recursos que satisfagan sus necesidades básicas de alimentación, educación (sustentabilidad). En cambio en la pobreza, la vida en una crisis económica es muy dura con escasez de recursos para ganarse el día, mantener familias, etc. Y esto sucede a nivel de estado, nacional e internacional.

Guadalajara, Jalisco, por ejemplo, “es la segunda metrópolis mexicana con cerca de cinco millones de habitantes, pero también es el escenario de una profunda crisis social, reflejo fiel de lo que acontece en todo el país.” En México los principales males sociales de mexicanos son la violencia, la corrupción y la pobreza, resultado de un proceso de acumulación capitalista salvaje basado en la privatización de lo público y de la intensiva explotación de la fuerza de trabajo. Por estas causas del capitalismo, trae como consecuencias las manifestaciones de los indignados, exigiendo justicia en varios aspectos: justicia por los trabajadores que se la pasan horas metidos en sus labores exhaustivas y con salarios y tratos irrespetuosos, justicia por la igualdad de oportunidades para todos y con las mismas posibilidades de lograr sus metas, justicia en la distribución económica y no beneficiar soló a los ricos, justicia en el respeto entre ricos y pobres, etc. Los capitalistas se justifican con el argumento de “rescatar el balance económico” dado por el sistema financiero de bancos y empresas, dándole prioridad a esto, lo cual me parece una injusticia porque al hacerlo no se valora el esfuerzo realizado por aquellas personas que logran un beneficio y desarrollo para su sociedad y para sí mismos. Esas personas no están recibiendo lo que se merecen por estar cuidando el balance económico, y es injusto pensar que hay personas con un nivel económico superior a ellos sin que hagan o haigan hecho nada. Además de que para mí es más importante cuidar los recursos que el dinero e, incluso, primero están las personas antes que él(refiriéndome a las condiciones de la pobreza).

Los indignados defienden una causa justa y no sólo quieren ser escuchados sino también que haiga respuestas positivas. Se tiene que buscar la manera de distribuir económicamente el capital de personas ricas y que estas no gocen de exclusividades y tratos especiales por su nivel económico, satisfaciendo las necesidades a los más necesitados, ofrecer las mismas oportunidades de trabajo sin favorecer a el que tenga mayor habilidad, simplemente se le otorgara el trabajo al que lo haga mejor en mismas circunstancias, los salarios deben de ser los adecuados, suficientes y proporcionales al trabajo, tomando en cuenta las condiciones de trabajo y la eficiencia. Así el capitalismo (concentración del dinero en un solo lugar) poco a poco se distribuirá de una manera justa, equitativa y pacífica, y, tal vez, desaparecerá.

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