martes, 1 de noviembre de 2011

Nuestro cómodo sistema
Milena Duarte
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"Somos ciudadanos comunes y corrientes, no pertenecemos a ningún partido ni a ninguna asociación. Nos sentimos decepcionados, estafados por el sector financiero, hartos de la hegemonía política, del bipartidismo", (integrante grupo M15, 2011) "Lo llaman democracia y no lo es. Queremos solucionar el bipartidismo, que no sean siempre los mismos los que lleven el país en sus manos". Es la forma en la expresa y se identifica uno de los tantos manifestantes mejor conocido como INDIGNADO.
El objetivo de este ensayo es mostrar la realidad en la que vivimos, por medio de la exposición y reflexión ética que explique los problemas de injusticia que hay en el sistema económico contemporáneo; esta realidad que ya no se encuentra tras bambalinas, que esta frente a nosotros y no la queremos ver, o que tal vez otros no están interesados en que la sociedad reaccione muy posiblemente por bienestares individualistas, esta realidad que cuenta con luz propia pero que no queremos aceptarla para no tener que salir de la comodidad de hacer algo por crear un cambio, un mejor futuro, un lugar en cual exista una justicia distributiva, un mundo en el cual exista la equidad y estemos regidos por un conjunto de valores propios.
La desigualdad es un asunto inherente a la sociedad, un vivo ejemplo de esto es el que están viviendo los Estadounidenses cuando los 400 estadunidenses más ricos tienen una riqueza neta combinada (la diferencia entre sus activos y pasivos) es mayor que la de 150 millones que están en los estratos más bajos de ingresos. El uno por ciento posee una riqueza mayor que el 90 por ciento de los habitantes de ese país, más claro aun y sin ir tan lejos en México cuentan con el hombre más rico del mundo, llamado Carlos Slim, cuya fortuna se calcula en 74 mil millones de dólares sin embargo un 75% de su población paisana total. Es decir que 85 millones de la población en México se encuentran en condiciones de pobreza y la mitad de ellos sobrevive en la indigencia. El país está sumido en una profunda crisis económica política y social, intensificada por la crisis mundial, pero fundamentalmente como resultado de la desigual distribución de la riqueza, que nos ha llevado por un lado a que millones de personas nada tengan, y por otro a que una minoría oligárquica acumule a diestra y siniestra y por último Jalisco no se queda atrás de esta situación ya que aunque sea quinto en extensión y cuarto en producción económica en el país, con 7 millones 357 mil habitantes, presenta una sobresaliente desigualdad social, pues según datos oficiales, casi el 80 por ciento de sus pobladores vive con carencias sociales en educación, salud, seguridad, social, calidad y espacios de la vivienda, y acceso a la alimentación.
La indiferencia nos ha arrastrado hasta el punto en el que nos encontramos, somos dueños de nuestro destino y somos los protagonistas de esta historia en la cual pareciera que vamos cayendo en un gran abismo, del cual ninguno de nosotros saldrá sin lesión alguna. Estar en una posición “grata” podría decirse ya que las crisis nos afectan pero no acaban con nosotros, vemos a los indigentes sin un centavo para alimentarse y al mismo tiempo a multimillonarios vanagloriarse de su éxito económico, la despilfarranción de los recursos que le pertenecen a las diferentes sociedades, la codicia, la desigualdad e infinitas situaciones con las cuales muchos estamos en desacuerdo, pero las ignoramos de una forma tan natural.
Toda esta situación requiere de un levantamiento en cada uno de nuestros valores, éticos, necesitamos asegurar que la democracia, no solamente es un instrumento de los que tiene poder político y financiero para asegurar muchos beneficios para unos pocos y el olvido de la gran mayoría de los seres humanos que habitamos en esta planeta. Los INDIGNADOS en el mundo entero, deberíamos pedir una verdadera participación y un enfoque más bienhechor de los procesos de progreso.

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