sábado, 4 de julio de 2015

Bernardo Rafael Lizárraga Magaña
Ética
Profesora Alicia Ocampo Jiménez

La clonación en seres humanos

¿Qué pasa por nuestras cabezas al hablar de un clon? ¿Nos imaginamos embriones que amenazan con robarnos la identidad, o más bien, otra parte de nosotros mismos? Si sólo se sintió identificado con la primera noción, este ensayo está especialmente dirigido a usted. Si así fue con ambas, las líneas siguientes le serán de gran interés. Por último, si no entendió qué quise decirle con que un clon es una extensión del ser original, le urge leer el material a continuación ¿Se debe aceptar la clonación con fines prácticos en la medicina?
Palabras clave: Clon, Clonación, Identidad, Bioética, Células madre, Plasticidad, Medicina, Terapia, Trasplantes, Planeta de los simios
“Una de las aplicaciones clínicas en desarrollo activo de la ingeniería de la CM (célula madre), es la posibilidad de utilizar su plasticidad para reconstituir tejidos dañados o con procesos degenerativos por diversas enfermedades”  (Porras, 2005). Es evidente que la reconstrucción de tejidos intercompatibles es un método eficaz que permite al paciente una mejoría rápida y sin complicaciones en todos los casos en que se necesita. Cabe añadir que la plasticidad mencionada por Porras significa el vastísimo potencial de las células madre. Como su nombre sugiere, todas las células especializadas que nos conforman provienen de una CM. (Bianco, P, 2001)
Podemos dimensionar más fácilmente el papel de una célula madre en la vida comparándolo con el de la materia prima. Un gran ejemplo es el petróleo crudo, puesto que su valor comercial está en todo lo que se puede hacer con él. Gran parte de nuestra industria ha dependido de él y de su versatilidad. De la misma manera, cada parte de nosotros empezó con la misma materia prima. Otra similitud es que tampoco es un recurso renovable para nadie, porque cada CM termina como otra protocélula, que a su vez se divide en células más y más orientadas a funciones específicas. Todos llegamos al punto en que sólo células del mismo tipo pueden procrear más de éstas.
Aquí surge el gran problema al que le hallamos solución: necesitamos más materia prima cuando las células comunes nos fallan. O simplemente cuando circunstancias externas, como heridas o una enfermedad degenerativa, nos dejan con un déficit de tejidos para curar el tejido afectado. Es entonces cuando tomaríamos de nuestra reserva de CM para producir el trasplante idóneo para el paciente. Podemos verlo como la creación de refacciones para casos que lo precisen.
Si a esto aunamos una noción clara de cuánto nos afectan las enfermedades degenerativas crónicas, no hay razón para dudar de que hacer una copia de nuestro material genético es de las mejores ideas en la medicina preventiva. De todos modos, la única manera de darle un verdadero sentido humano a la clonación es a través del lente de la medicina, viendo que la clonación de células madre es la única manera eficaz de salvar a pacientes que padecen enfermedades degenerativas, o la defunción de algún órgano vital.  
No es un salto cuántico pensar en que podemos regenerar el hígado de un enfermo de cirrosis a partir de su mismo material genético. Entre otros tratamientos, destaca el de la enfermedad de Alzheimer, que causa el estrepitoso declive de las neuronas y sus sinapsis al grado de dejar al paciente sin capacidad de recordar, pérdida de motricidad voluntaria y demencia.
Vemos un caso parecido a esto llevado a extremos en la película titulada El origen del planeta de los simios (Wyatt R, 2011). La narrativa nos va enseñando cómo la creciente soberbia del protagonista va produciendo cambios en la naturaleza de un simio mediante el abuso de un agente que revertía la plasticidad de las neuronas de Caesar, haciendo que se siguieran reproduciendo después de los parámetros naturales. Estos cambios ocasionan una mejora cognitiva del chimpancé tan grande que lo llevó a escaparse y ponerse en contra de la humanidad, poniéndola en verdadero peligro de ser dominada.
Si bien el mensaje de la historia puede ser una advertencia de tomarnos a la ligera nuestra ilusión de controlar los poderes de la naturaleza, también es una crítica al uso irresponsable de algo que no conocemos. Incluso el protagonista, que sólo buscaba encontrar una cura para el Alzheimer, fue sumiéndose en la obsesión por explorar las demás posibilidades de explotar la regeneración de células que no lo harían naturalmente. Son juegos como estos los que los opositores de la clonación suelen utilizar como la base de sus convicciones: escenarios pesimistas.
La única manera de esperar que la clonación de CM tenga un impacto negativo sería asumiendo que quienes se encargasen de ella la usaran irresponsablemente, tal y como en esta película se nos advierte. Sin embargo, necesitamos esclarecer lo que cualquier opositor defendería, como a continuación.
La clonación humana agrede directamente la identidad de la persona, pues conlleva duplicar el código genético exacto de una persona. Esto ataca el carácter único de cada individuo, y privaría de personalidad jurídica a alguien, por el hecho de no ser único. Similarmente, no está en el plan de Dios que existan dos personas con el mismo material genético. Lo que es técnicamente posible no se debería igualar a lo que sería éticamente correcto, así que no debemos jugar con la vida.
Todos los argumentos anteriores serían perfectamente válidos y sólidos si se hablara del uso de personas como medios para satisfacer curiosidades o ganar más dinero. Por otro lado, preguntémonos ¿qué no haríamos por preservar el bienestar de una persona?
Asimilando todo, si ponemos atención a los pros y contras, concluiremos que un análisis ético siempre nos inclinaría a aceptar la clonación humana como un acto preventivo o paliativo para los pacientes de enfermedades degenerativas.
Por si fuera poco, no hay manera de igualar a la clonación con la replicación exacta de una persona. Primordialmente, porque lo que hace a una persona única no es solamente su material genético, sino también las circunstancias en las que nace y vive. Además, los clones ni siquiera se desarrollarían como embriones, no sobrepasa la etapa de blastómero, en donde sólo se encuentran células madre conformando una esfera vacía. Ergo, un ataque a la identidad del sujeto queda completamente descartada como punto de discusión.
Así acabamos con la conclusión de que cualquier otro propósito en la clonación humana es inético, pero que ésta puede mejorar increíblemente la calidad de vida de todos cuando todos se manejan con responsabilidad. La terapia con células primigenias de cada persona es el siguiente paso ineludible en la terapia génica.




Referencias
Bianco, P., Riminucci, M., Gronthos, S. and Robey, P. G. (2001), Bone Marrow Stromal Stem Cells: Nature, Biology, and Potential Applications. STEM CELLS, 19: 180–192. doi: 10.1634/stemcells.19-3-180
Considerando detalladamente la Ética de la Clonación (- Universidad de Chile) http://www.uchile.cl/portal/investigacion/centro-interdisciplinario-de-estudios-en-bioetica/publicaciones/76971/considerando-detalladamente-la-etica-de-la-clonacion
Porras, Oscar. (2005). Ingeniería de la célula madre. Acta Médica Costarricense, abril-junio, 69-75. 
Hedgecoe, A. M. (2004), Critical Bioethics: Beyond the Social Science Critique of Applied Ethics. Bioethics, 18: 120–143. doi: 10.1111/j.1467-8519.2004.00385.x
Parkinson tratamientos, síntomas e información en Dmedicina (DMedicina) http://www.dmedicina.com/enfermedades/neurologicas/parkinson.html
El origen del planeta de los simios [Película]. (2011). E.E.U.U.: Twentieth Century Fox Home Entertainment.


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