sábado, 4 de julio de 2015

Lo que constituye y debería constituir una familia

Esto saldra antes del leer mas

Paolo Franco Vázquez Contreras
A01228832
Grupo 1
Lo que constituye y debería constituir una familia
Abstract
            El propósito de este ensayo es argumentar a favor de la adopción por parejas del mismo sexo. Tomando en cuenta que se está a favor del matrimonio homosexual, expondré argumentos que se surgen usualmente para estar en contra de dicho tema, explicaré sus detalles, sus razones como sus falacias y, finalmente, contra argumentaré esas posiciones con evidencias, estudios, razones y argumentos que abogan por permitir dejar que parejas del mismo sexo puedan adoptar hijos tal como lo hacen los heterosexuales.
Palabras claves – Matrimonio homosexual, homosexualidad, adopción, igualdad, libertad, derechos humanos, amor
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            Primero y ante todo, cabe señalar que mi postura sobre el matrimonio homosexual es a favor, como lo es cada vez más común en el mundo occidente. La razón de este ensayo, no obstante, es discutir sobre el derecho de las parejas homosexuales al poder adoptar a un niño o no. Como hacia el matrimonio, mi postura también es a favor aunque entiendo por qué existe tanta gente, en nuestra ámbito incluido, que está en contra, sea por los derechos de los niños y los juicios, usualmente mal sustentados, que se tiene hacia los homosexuales, o por otras razones, las cuales expondré. Debido a que es una tema tan controvertido, pondré en el plano del ensayo argumentos a favor y en contra de la adopción entre una pareja homosexual, con una inclinación hacia estar a favor de tal tema.
            Los argumentos que usaré, por lo menos los que son a favor de la adopción por parejas homosexuales estarán basados en los derechos humanos de los homosexuales como humanos, como también los derechos de los niños a los que se contempla adoptar. Adicionalmente, sostendré mis argumentos con el apoyo de la universalidad, imparcialidad y racionalidad. Primero, antes que exista la opción de adoptar un niño e integrarlo a una pareja homosexual, la unión entre los homosexuales debe estar establecida como una práctica aceptada jurídicamente, por lo menos en nuestro país. Sobre los matrimonios del mismo sexo, reitero, yo estoy a favor por la simple razón de que yo creo en el amor como creo en un Dios existente en alguna forma u otra. Pese a que exista gente que no crea ni en el amor ni en un Dios, yo sé que todo aquel que haya conocido el amor puede afirmar la dicha e inmensa felicidad que esto le trae al ser humano. Quizá el amor no puede ser cuantificable, quizá no puede ser medido, ni pueda ser tocado físicamente, pero todo aquel creyente del amor entiende que la forma de consumar dicho sentimiento es a través del matrimonio y negarle esto a un ser humano es imparcial e irracional. Ahora, como existe el amor entre parejas, también existe el amor que el padre y/o la madre le tiene al hijo, como el hijo le tiene a la madre y/o al padre. Yo creo que tanto la pareja como el posiblemente adoptado tienen el derecho de ser amados, queridos y cuidados en un ambiente sano, siempre y cuando, a la hora de juzgar a una pareja homosexual apta o no para adoptar, se haga con el mismo criterio imparcial que se hace con parejas heterosexuales. Al final del día, todos los heterosexuales (con la excepción de los estériles) tienen la habilidad y el derecho de engendrar sin prohibición como se les dé la gana, incluso cuando la procreación no es planeada o, peor aún, cuando los padres heterosexuales mal preparados o mal educados terminan proporcionándole un daño emocional o psicológico al niño que sería incomparable con el amor y apoyo que le brindarían a dicho niño, una pareja responsable y estable, la cual no solo busca crear una familia, sino que también busca librar a un ser inocente de tan tristes condiciones, como las que se viven en un orfanato.
            Principalmente, antes de abordar y exponer los argumentos y las razones por las que se debería de aceptar y legalizar la adopción de niños por parejas del mismo sexo, primero se deberían exponer los contraargumentos que se usan para estar en contra de dicho tema y de esa forma, poder disuadirlos y esclarecer los mitos y falacias que los rodean. Primero, es muy común que se usen los argumentos de mandato divino y de la ley natural para estar en contra, no solo de la adopción entre parejas del mismo sexo, sino que también para troncar el avance de los derechos LGBT y de los matrimonios entre las parejas homosexuales. Refiriéndose al mandato divino, es un hecho no argumentable que las principales religiones occidentales (la cristiana, la judía y la musulmana) dictan a través de la escritura “ordenada por Dios” que la homosexualidad y cualquier sub-tipo de ella está prohibida. De hecho, en el libro de Levítico, se ordena que los actos homosexuales, por lo menos entre los hombres, es prohibido y hasta castigable con la muerte a los participantes (Epstein, 2006, p. 52). Siendo nuestro país, desde su incepción, un país influido fuertemente por la iglesia católica y las religiones en general teniendo una fuerte influencia en la sociedad desde hace más de dos mil años, es entendible cómo la homosexualidad es vista de forma negativa por la sociedad. Tal influencia sobre la sociedad por la religión autoriza cualquier acto de intolerancia, discriminación e, incluso, abuso físico hacia los homosexuales debido a que, según la Biblia, cualquier sangre derramada está sobre los homosexuales ellos mismos. Debido a este adoctrinamiento de tan enormes proporciones, la simple aceptación o, por lo menos, la toleración, de la homosexualidad se dificulta, lo cual disminuye aún más las posibilidades de contemplar el matrimonio entre parejas del mismo sexo o la adopción por ellas mismas.
Segundo, se usa el argumento de que el matrimonio homosexual y, por ende, la adopción entre parejas del mismo sexo, es innatural y debería ser prohibidos debido a que parejas del mismo sexo no pueden reproducir y procrear vida como cualquier otro ser viviente. Se enfatiza la necesidad de que un niño crezca y desarrolle su vida acogido por el amor  y el soporte de una figura paternal y maternal y, debido a que en una pareja homosexual, haría falta una de estas figuras, se argumenta que al niño no se le estarían satisfaciendo sus necesidades básicas, como argumenta Salvador Abascal en su artículo “Los matrimonios homosexuales y los derechos humanos:”
Al niño o a la niña tampoco le parece natural tener dos papás o dos mamás. En estudios similares en los Estados Unidos, se presenta cada vez más frecuente el caso de que niñas adoptadas por lesbianas les piden a varones cercanos a su círculo que sean sus papás (McCandish, Against all odds: Lesbian Mother Family Dinamics). Lo mismo ocurre con niños varones que tienen dos “papás”, y que desean tener una mamá como los demás. ¿Quién en su sano juicio no lo desearía?
Existen algunos con razonamiento extremista que aún pueden llegar a argumentar que si el matrimonio homosexual, o lo homosexualidad en general, es tolerada y aceptada, nuestra población podría llegar a perecer debido a que no se estaría reproduciendo como se es común, como también argumenta el mismo Abascal, “De haber sido “natural” desde la antigüedad el mal llamado matrimonio homosexual, lo verdaderamente natural es que la raza humana se hubiese ya extinguido sobre la faz de la tierra” (Abascal, n.d., p. 16). Por último, otro gran argumento en contra de la adopción entre parejas del mismo sexo es que al adoptar a un infante o a un niño, se lo podría perjudicar su estado de vida y de salud debido al estilo de vida tan “anormal” que llevan las parejas homosexuales. Por ejemplo, un razonamiento común es el siguiente: “Lo que no se vale, digan lo que digan los defensores de la causa de las “bodas gay”, es que se juegue con el futuro de los más inocentes de los inocentes, que no pidieron ser “hijos” de parejas del mismo sexo” (Abascal, n.a., p.17). Aún más allá, existen ciertos estudios que demuestran que la adopción entre parejas del mismo sexo exponen al adoptado en ciertos riesgos psicológicos reales. Según un estudio hecho examinando el bienestar de niños adoptados por parejas del mismo sexo, se concluyó que, “los hijos de lesbianas tuvieron 
una mayor frecuencia de: algún tipo de atracción sexual por el mismo sexo, considerar tener una relación sexual de tipo homosexual, tener de hecho relaciones sexuales homosexuales y tener de hecho una orientación sexual de tipo homosexual o bisexual” (Irana, 2006, p. 385) entre otras irregularidades. Pese a que existen estudios creíbles en contra de la adopción entre parejas del mismo sexo, en muchos casos son llevados en ambientes y porciones de tiempo convenientemente controlados, mientras que también existen estudios igualmente (o aún más) creíbles que alegan lo completamente opuesto.
            Ahora, uno por uno, explicaré cómo estos argumentos están mal sustentados al tratar de prohibir la adopción por parejas del mismo sexo. Primero y antes que nada, pese a que la iglesia católica tenga una influencia muy poderosa, no solamente sobre nuestro país sino sobre toda Latinoamérica, se debe entender que la Constitución de los Estados Mexicanos Unidos separa al Estado de la iglesia y, por ende, cualquier ley federal, estatal o local debe de ser legalizada y implementada sin la coacción de la iglesia o cualquier otra religión. Esta separación de iglesia y Estado como también la declaración del Estado mexicano como un país laico empezó cuando se implementó la Constitución de 1857 bajo el mandato de Benito Juárez y fue ratificada una vez más por la Constitución de 1917 bajo el artículo 130 después de la Revolución mexicana. Refiriéndose a los tiempos contemporáneos, la Suprema Corte de Justicia de México ha declarado inconstitucional y discriminatorio considerar al matrimonio exclusivamente entre un hombre y una mujer al afirmar, “las parejas homosexuales se encuentran en una situación equivalente a las parejas heterosexuales, de tal manera que es totalmente injustificada su exclusión del matrimonio” (http://www.bbc.com/). Este fallo, como también el de la Corte Suprema de los EEUU a fecha similar, toma precedente sobre el tema en territorio nacional y se convierte en la decisión judicial predominante en la región pese al empujo social conservador. Y, como dice Abascal, “según nuestras leyes, no puede haber matrimonio [homosexual] sin derecho a la adopción. Sin ninguna dificultad, cualquier juez podría conceder un amparo a los “unidos” bajo el cobijo de esa ley de excepción” (Abascal, n.a., p. 15), lo que significaría que el prohibir la adopción a parejas del mismo sexo sería, por sí mismo, inconstitucional y discriminatorio hacia ellas.
            Segundo, se argumenta contra la adopción por parejas del mismo sexo debido a lo innatural y anormal que es la homosexualidad en la naturaleza. Se basa en la creencia que el fin del sexo en la naturaleza es la procreación y que cualquier desviación de esto es algo inaceptable e intolerable. El problema con este argumento es que la naturaleza, a través de millones de años, ha evolucionado, cambiado y está en constante adaptación para sobrevivir, como también lo está el matrimonio, cuyo ritual ha sido tradición desde alrededor de mil años, lo que simplemente es una milésima en comparación con la vida de la Tierra. Como comenta Stephanie Coontz en su libro Marriage, a History (2005), “no fue sino hasta 1215 que la iglesia católica convirtió el matrimonio en un sacramento, y hasta 1563 que empezó a imponer reglas que obligaban a que se realizaran ciertas ceremonias para que un matrimonio fuera legítimo” (Coontz, 2005). El matrimonio en sí se volvió obligatorio a mediados del milenio pasado y como fueron pasando los siglos, las leyes del matrimonio han sido ajustadas e incluso cambiadas para promover un cierto punto de vista o hacer del matrimonio algo más equitativo (Ortiz Millán, 2011, p. 4). Adicionalmente, se puede decir que el matrimonio, más que ser medio para procrear, también es proveedor de otros bienes como la consumación del amor, la compañía, el placer, la protección, el abatimiento del miedo a la soledad, el desarrollo y crecimiento personal a través de la comunicación que se requiere en una matrimonio y la realización en conjunto de metas a largo plazo, entre otros beneficios. Finalmente, puede sonar un poco absurdo llamar a los actos homosexuales algo innatural debido a que, según los Centers For Disease Control, el sexo anal es practicado por un porcentaje de heterosexuales mayor al de los homosexuales. Según una encuesta realizada en los Estados Unidos por la CDC en 2002, se concluye que entre 60 y 68 millones de heterosexuales practican el sexo anal, mientras que sólo 1,474,875 homosexuales lo practican (CDC 2005). Pese a que el sexo anal, visto como innatural por muchos, sí es practicado por los homosexuales, un porcentaje mayor de parejas heterosexuales lo practican. Esto aún tomando en cuenta que esta encuesta fue llevada acabo en 2002, hace más de 13 años, cuando el matrimonio homosexual aún se veía como un tabú de la sociedad, mientras que ahora, el Presidente de los Estados Unidos y la Corte Suprema del mismo país aprueban del matrimonio homosexual. Lo cual, según mi opinión, significaría que si una encuesta similar fuera llevada acabo en el presente, los resultados resultarían aún más favorables en soporte de este argumento debido a la liberación de la homosexualidad en el mundo occidental.
            Finalmente, otros muchos se agobian por el estado mental y emocional de los adoptados por parejas del mismo sexo debido a que se cree que los hijos de padres o madres homosexuales sufrirían el riesgo de presentar problemas psicológicos o sociales, cuando no de volverse homosexuales ellos mismos, y que sufrirían discriminación. En argumento contra la primera razón, según un estudio realizado por la Asociación de Psicológica Americana en el 2005 bajo el titulo Lesbian and Gay Parenting, en el se analizan cientos de casos de familias homosexuales a través de Europa y América del Norte, se concluyó que hijos e hijas adoptados/as por parejas homosexuales no muestran problemas sociales o psicológicas que se pudieran atribuir a la orientación sexual de los adoptadores. Se mostró que hijos de parejas homosexuales desarrollaron patrones de conducta similares a los de parejas heterosexuales y que la orientación sexual de los adoptados no depende de sus padres, sean heterosexuales u homosexuales (APA 2005). En general, el estudio llevada por la APA concluyó que hijos adoptados por parejas homosexuales tienen tantas posibilidades de tener problemas psicológicos o sociales, o incluso, ser homosexual, como las tienen los hijos de parejas homosexuales. Ahora, en cuanto al cuidado que se tiene a la posible discriminación que sufrirían los adoptados por parejas del mismo sexo, yo opino que esto no debería de ser motivo de detraerse de la adopción por una pareja homosexual. Todos, en algún punto de nuestras vidas, hemos sufrido discriminación por alguna razón u otra y, tomando en cuenta que vivimos en un país donde se discrimina hacia todo aquel que sea diferente o femenino y que tenemos de vecino a otro país infame de discriminar contra aquellos de raza, religión y etnicidad diferente, yo creo que el dejar que parejas homosexuales se casen y pueden formar una familia solo podría aliviar, ayudar y contribuir hacia la pelea contra todo tipo de discriminación. Decir que no se debería dejar que una pareja del mismo sexo adopte debido a la discriminación que el adoptado sufriría sería equivalente a tratar de esconder un problema más grave y enfermizo que tiene la sociedad debajo del tapete, como se suele decir en EEUU; lo cual no llevaría a una solución y remedio al problema, sino que solo lo agravaría. Finalmente, de privarles a las parejas homosexuales la oportunidad de adoptar sería lo equivalente a privarles a los adoptados la posibilidad de tener acceso a la seguridad, el cariño y la educación que una pareja del mismo sexo les podría ofrecer tan sencilla y naturalmente como una pareja heterosexual. Desafortunadamente, según datos del Consejo Nacional de Población, del instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática y de Desarrollo integral de la Familia de 2007, solo 6.8% de los 28 mil niños y niñas en posibilidad de adopción fueron adoptados (DIF 2007). Sin duda, si las parejas homosexuales tuvieran la oportunidad de adoptar, el porcentaje de adoptados por año aumentaría, mientras que cada vez serían menos los niños y niñas que vivirían en su fría y triste realidad en orfanatos o casas hogar.
            En conclusión, nunca faltan argumentos para estar en contra del matrimonio homosexual y la posibilidad que estos tienen de adoptar. Sea por razones bíblicas, por la ley de la naturaleza, por el relativismo cultural de nuestro país o por la supuesta defensa de los derechos humanos de los niños, es aparente que existen argumentos creíbles, aunque lejos de infalibles, para estar en contra. Pese a esto, como expuse, estos argumentos son antiguos, están débilmente y convenientemente sostenidos, no tienen voz en un Estado regido por leyes constitucionales, pensamiento racional e ilustrado o simplemente existen razones y estudios que se sobreponen y sobrepasan a los que previamente se tenían sostenidos. Al final del día, aceptar el matrimonio homosexual y el adoptar por parejas homosexuales es algo necesario en una sociedad que aspira a crecer social y culturalmente debido a que estaría cumpliendo uno de los derechos humanos más importantes y fundamentales de nuestra vida: el de poder elegir con quién casarse y compartir nuestras vidas.

Referencias
Abascal, S. (n.d.). Los matrimonios entre homosexuales y los derechos humanos. Ciudad de México: Centrales.
American Psychological Association (APA), 2005, Lesbian and Gay Parenting, en http:// www.apa.org/pi/lgbt/resources/parenting-full.pdf.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC), 2005, "Sexual Behavior and Selected   Health Measures: Men and Women 15-44 Years of Age, United States, 2002", Advanced Data from Vital and Health Statistics 362, 15 de septiembre, en http://    www.cdc.gov/nchs/data/ad/ad362.pdf.

Centers for Disease Control and Prevention (CDC), 2002, Cohabitation, Marriage,           Divorce, and Remarriage in the United States, en http://www.cdc.gov/nchs/data/           series/sr_23/sr23_022.pdf.

Coontz, Stephanie, 2005, Marriage, a History. How Love Conquered Marriage, Penguin, Nueva York.
Homosexuality and American Psychiatry: The Politics of Diagnosis. Ronald Bayer.            Princeton University Press, 1987.
Neurobiology and Sexual Orientation: Current Relationships. Richard C. Friedman and      Jennifer Downey in Journal of Neuropsychiary and Clinical Neurosciences, Vol. 5,            No. 2, p. 131-153; 1993.
Ortiz Millan, Gustavo. "El Derecho Al Matrimonio Entre Personas Del Mismo Sexo."      (2011): 3-23. Print.
Paullier, Juan. "¿Por Qué Pasó Desapercibida La Decisión Judicial Que Legaliza El             Matrimonio Gay En México? - BBC Mundo." BBC Mundo. 25 June 2015. Web. 4      July 2015.
Rachels, J. (2006). Introducción a la filosofía moral. Ciudad de Nueva York: McGraw-Hill           Education.

Sexual Behavior in the Human Male. Alfre Charles Kinsey, Wardell Baxter Pomeroy.        Indiana University Press. 1998.
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