miércoles, 27 de noviembre de 2019

AI y sus impactos


AI y sus impactos
Daniela Abigail Parrales Mejía
A01228629
Actualmente se dice que estamos en la era de la información, la era de la tecnología; día con día en los diferentes diarios del mundo noticias con relación a la tecnología inundan las primeras planas. Nos hemos embarcado, como país, empresa, universidad e inclusive a nivel personal; en una carrera por ver quien tiene la computadora con mayor capacidad de procesamiento, o quien desarrolla la tecnología que permita almacenar mayor cantidad de datos por superficie, quien desarrolla los algoritmos más avanzados o quien crea al bot más inteligente.
Durante este ensayo trataré el tema de la inteligencia artificial (IA) con el objetivo de discutir las cuestiones éticas que le rodean y determinar si desde el punto de vista de la ética, esta nueva tecnología es o no es aprobada. Abordaremos las cuestiones del consentimiento, responsabilidades y el desplazamiento laboral por causa de la IA.
La importancia de analizar esta nueva tecnología es grande, la IA es una tecnología con la que ya estamos interactuando y es una tecnología que controlará diversos sistemas de control en un futuro. Tendrá y tiene control en cosas como redes sociales, maquinarias, sistemas de logística, redes de información, sistemas de administración empresariales y gubernamentales, sistemas médicos, vehículos autónomos, y vidas humanas. Dado que tendrá en su control tantas cosas, en las “manos” de esta tecnología, estarán el proporcionar servicios gubernamentales; manejar nuestra información personal, conectar personas en base a su compatibilidad, gustos compartidos y/o necesidades similares; estará a cargo de monitorear espacios en hospitales y casas de asistencia; habrá una red de aparatos interconectados, incluyendo vehículos y maquinaria pesada “inteligentes”.
Por lo anterior, se demuestra que esta tecnología de ser mal empleada puede atentar contra vidas humanas y la estabilidad emocional e intelectual de las personas; pero si es utilizada de la manera ideal, mejorará las condiciones necesarias para que personas puedan mejorar su nivel de vida en muchos aspectos: laboral, familiar, estudiantil, social, etc. De modo que esta tecnología estará y, está impactando directamente la dignidad, derechos humanos y circunstancias de las personas, allí radica su importancia de acuerdo con la ética. En párrafos posteriores abundaremos en estos conceptos, dignidad y derechos humos, para garantizar que el lector esté en la misma sintonía.
En este ensayo se abordará el tema de la inteligencia artificial y el por qué no es ético su uso en las empresas desde el punto de vista de las corrientes Aristotélica y Utilitarista. Primero estableceremos la problemática y posteriormente discutiremos acompañados de distintos autores la tesis mencionada en el párrafo anterior.
Palabras clave: IA, automatización, inteligencia, responsabilidad.


Comencemos mencionando que la inteligencia artificial en sus primeras etapas, aproximadamente por allá de la década de los cincuentas buscaba emular el sistema cognitivo humano (Peña, 69, 2009), hoy en día entendemos a la inteligencia artificial como “la habilidad de una computadora digital o robot controlado por computadora, para ejecutar tareas comúnmente asociadas con seres inteligentes” (Britannica, 2018), de modo que la inteligencia artificial puede ser simplemente un programa de computadora o bien puede ser el “cerebro” que comande a maquinas o un proceso completo.
Dentro de los efectos de la IA hay muchos, entre ellos se encuentran la automatización parcial y total de procesos que antes eran realizados por humanos, dando como resultado la baja de costos de producción para las empresas, y un incremento en la calidad de los productos. Como efecto secundario de la automatización por implementación de IA como cerebro de una línea de producción, se encuentra el despido de obreros y el desempleo.
Otro de los grandes efectos secundarios de la IA es la des-privatización de la información. La inteligencia artificial está compuesta por uno o más problemas de computadora que son entrenados con una cantidad de datos inmensa y después de un análisis de Big data, son capaces de tomar decisiones en base a los datos con los que fueron alimentados. La cuestión aquí reside en los datos y sus orígenes. Para conseguir es cantidad inmensa de datos resulta casi de carácter obligatorio usar datos personales lo cual requiere el consentimiento de los dueños, este consentimiento muchas ocasiones es otorgado de manera desinformada o en el peor de los casos no es otorgado, pero los datos igual son usados.
El otro gran efecto secundario, o mejor dicho, problema de la inteligencia artificial es un conflicto que surge a raíz de una responsabilidad compartida de los efectos de la IA. En este punto nos referimos al juego de la papa caliente que se crea entre desarrolladores y la empresa que posee el software que contiene la IA. Normalmente estas situaciones se dan cuando algo sale mal y la IA genera alguna perdida significativa, y después de una situación de estas, se genera un tiempo de discusiones y negociaciones para determinar quién fue el culpable. Para nuestra mala suerte (la de los usuarios) o para su fortuna (la de los desarrolladores y dueños de las firmas), los algoritmos en los últimos años han sido dotados de diferentes mecanismos que les permiten evolucionar e ir formando algo que bajo nuestro concepto sería una especie de criterio, por lo que, quizás en unos años la culpa se pueda ver repartida entre tres agentes en lugar de entre dos.
Entremos entonces en materia ética. Comenzaremos discutiendo el aspecto desde el punto de vista de la corriente Aristotélica. Aristóteles planteaba que los seres humanos por default buscamos ser felices, pero que somos seres dotados de razón. Aristóteles creía que el ideal de cómo debe ser una persona es el ser una persona prudente, esto incluía: pensar a futuro, emplear las habilidades para fines buenos y actuar pensando en que va a traer más felicidad a nuestras vidas a largo plazo(Cortina, 2, 1996).
Bajo el fundamento aristotélico, veamos la situación de la empresa que automatiza su línea de producción por medio de un sistema cuyo cerebro es la IA. En dicha situación, habría una cantidad significativa de despidos, todo para bajar costos. Debemos también considerar que las partes de la cadena que se han automatizado son las partes donde los obreros trabajan. Los obreros son personas que por circunstancias diversas o a causa de limitadas oportunidades, no han tenido más remedio que hacer labores físicas para ganar dinero, y que la mayor parte de estas personas no tienen un nivel escolar elevado ni mucha preparación, de lo contrario no estarían trabajando de obreros. Teniendo esto en cuenta, sabemos que el despido masivo va a ser una mala noticia para todos los trabajadores y que a largo plazo esto ocasionará problemas económicos en las familias de los obreros, colocándolos en una situación de riesgo.
Dado el planteamiento de Aristóteles, alguien prudente va a buscar los fines buenos, y busca bienestar para sí y para los otros a futuro, de modo que no tomaría la decisión de implementar dicho sistema de automatización y hacer un despido masivo; sino que capacitaría a sus empleados para aumentar la productividad y calidad de sus productos, para poder aumentar sus precios y al mismo tiempo sus ganancias.
Ahora vayamos con el utilitarismo. El utilitarismo es una corriente ética que dice que se debe de buscar producir tanta felicidad en este mundo como sea posible, y que “hay un principio de utilidad, que exige que cuando tengamos que elegir entre diferentes acciones o políticas sociales, debemos elegir aquella que tenga las mejores consecuencias globales para todos los afectados.” (Rachels, p.147, 2006) Dado este postulado es más que evidente que no se debe de implementar un sistema de automatización como el planteado en párrafos anteriores ya que ocasionaría una cantidad tremenda de tristeza en los empleados que están por ser despedidos, trayendo dolo y limitando los goces de los despedidos. John Stuart Mill dice en su libro El Utilitarismo que
“Conforme al principio de la mayor felicidad […] el fin
último, en relación con el cual y por el cual todas las demás
cosas son deseables (ya estemos considerando nuestro propio
bien o el de los demás), es una existencia libre, en la
medida de lo posible, de dolor y tan rica como sea posible
en goces.” (Rachels, 149,2007)
De modo que de acuerdo con el utilitarismo tampoco se debería de implementar un sistemas de IA para automatizar funciones que ejecutan trabajadores porque atenta contra este último principio.
Contemplemos ahora una situación médica, en la que se usa la IA para diagnóstico más efectivo y atinado por medio del análisis de imágenes y otros datos recolectados de los pacientes(Guerra, p.2, 2018) En esta situación primeramente nos veríamos en un dilema que atenta contra la privacidad o en un dilema de atentar contra regulaciones gubernamentales como lo planteado por Whittlestone en la sección “WHY THE FIELD SHOULD FOCUS ON TENSIONS” (Whittlestone, p. 3, 2019). De acuerdo a un pensamiento utilitario deberíamos de usar AI sin dudarlo mucho porque eso nos permitiría tener un diagnóstico certero y evitar complicaciones y muertes ocasionadas por enfermedades como el cáncer, cumpliendo con el principio de otorgar una existencia libre de dolor y rica en goces.
Dejando un poco de lado las posturas planteadas anteriormente, me permitiré dar mi postura personal. En mi opinión, la inteligencia artificial en una empresa para fines de automatización no debería de implementarse. Dado nuestro modelo económico y modelo social, no hay niveles adecuados de entrenamiento y escolaridad entre la clase obrera como para permitirnos esos niveles de automatización en las empresas de nuestro país. Los despidos que ocasionaría ese proceso, serían muy dañinos para la economía del hogar y lo más probable es que pondrían a muchas familias en una situación de pobreza, lo cual les colocaría en una situación donde sus derechos humanos no se verán garantizados (mínimo no en México) y eso es atentar contra la dignidad de los trabajadores y sus familias.
Yo creo que a menos que se renueve el sistema educativo y se proporcionen entrenamientos entre los obreros y obreras para permitirles un cambio de trabajo, se debe continuar con labores manuales en nuestras empresas, inclusive cuando la automatización esté planeada en el sector de servicios. La única área donde opino que sería prudente implementar un sistema de IA, sería en el gobierno, para garantizar la no corrupción y reducir el gasto público; en dicho sector, los trabajadores en su casi totalidad tienen un nivel económico muy bueno y un nivel escolar alto, por lo que podrían sobrevivir a la automatización. De este modo se conseguirá que los trabajadores mantengan una vida digna y que sus derechos laborales no sean violados.
Conclusiones
Dadas las proyecciones, la Inteligencia Artificial es algo que se irá usando más y más año con año y, en mayor medida; teniendo impacto en el área médica, transporte, gubernamental, social, educativa y económica entre otras. Lo esperado es que en unos cuantos años el número de las vidas que dependen de un algoritmo será cada vez mayor y que la automatización causada por la implementación de sistemas inteligentes en las empresas ocasiones un nivel elevado de desempleo entre algunas generaciones, hasta que se consiga el “cambio de giro” en los empleos, para que de este modo haya más personas dedicadas a la creación y mantenimiento de tecnología y sea posible un entorno altamente automatizado. De acuerdo con esta situación se debe de considerar a inteligencia artificial como algo bastante importante y algo de suma importancia en una sociedad ya que tendrá y tiene un impacto bastante grande en diversos sectores de nuestra sociedad, economía y gobierno.
Los gobiernos y las instituciones están conscientes del alcance, al igual que los beneficios y los riesgos que traerá la AI, es por eso que las instituciones que regulan la tecnología buscan acotar las opciones para el mal uso y restringir las consecuencias de esta nueva tecnología, junto con sus alcances, a solo cosas que beneficien a la mayor cantidad de personas. Por este motivo, se están haciendo regulaciones ya a nivel gubernamental en diversos países, con el propósito de regular desde su desarrollo hasta su implementación. Recordemos que las regulaciones están allí para garantizar que los derechos de las personas no sean violados y son parte del contrato social. ¿Qué quiere decir lo anterior? La creación de regulaciones para la Inteligencia Artificial es a resumidas cuentas, la creación de los mecanismos para que aquellos que garantizan el cumplimiento de nuestros derechos puedan salvaguardar nuestros derechos cuando la AI esté involucrada, sin comprometer el avance de la tecnología en el camino.


Referencias
Mathison, D. L. (1988, 10). Business ethics cases and decision models: A call for relevancy in the classroom. Journal of Business Ethics. Recuperado de: https://doi.org/10.1007/BF00411025
Narendra Kumar (2016). Ethical Aspects and Future of Artificial Intelligence. ICICCS 2016. Recuperado de: https://0-ieeexplore-ieee-org.millenium.itesm.mx/stamp/stamp.jsp?tp=&arnumber=7542339
Peña Acuña, Beatriz (2009). LA CRISIS DE LOS ROBOTS SE DEBE A LA CRISIS DE LOS HOMBRES. Vivat Academia. Recuperado de: http://dx.doi.org/10.15178/va.2009.108.68-73
Rachels, James, and Millán Gustavo Ortiz (2007). Introducción a La filosofía Moral. Fondo De Cultura Económica.
Whittlestone Jane(2019)The Role and Limits of Principles in AI Ethics: Towards a Focus on Tensions. Recuperado de: http://0-delivery.acm.org.millenium.itesm.mx/10.1145/3320000/3314289/p195-whittlestone.pdf?ip=40.74.252.8&id=3314289&acc=ACTIVE%20SERVICE&key=AC2CD171D2BF46AB%2EC20F8573ADEEA8A7%2E4D4702B0C3E38B35%2E4D4702B0C3E38B35&__acm__=1568829517_96f62f2b72184f6561da13c8003b2a83
Complementarias
Britannica Academic(2018). Artificial intelligence (AI). (2019). In Encyclopædia Britannica. Recuperado de: https://0-academic-eb-com.millenium.itesm.mx/levels/collegiate/article/artificial-intelligence/9711
Cortina, A. Ética. La vida moral y la reflexión ética. (1996). Santillana, Madrid. 1996.

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