Conflicto en Marfil
Jorge Said Haro Cruz
Abstract
El siguiente
ensayo habla sobre el levantamiento civil en Costa de Marfil, se revisa el
actual estado del país, los diversos sucesos secundarios a los enfrentamientos
y se analiza con respaldo en teorías y modelos éticos para determinar si las
acciones son o no adecuadas y justas. Se discuten los atentados contra la
dignidad y los derechos humanos y se expresa una opinión sobre la violencia en
general y cómo afecta nuestro desarrollo como humanidad.
Desarrollo
El conflicto
armado en Costa de Marfil comenzó el 19 de septiembre del 2002, gran parte del
conflicto terminó en el 2004, dividiendo el país en dos, dejando el norte bajo
el control de los rebeldes y el sur bajo el control del gobierno, sin embargo,
esta separación sólo provocó que aumentara la hostilidad entre ambas partes. En
2010 se organizaron elecciones presidenciales después de haber sido retrasadas
6 veces, lamentablemente el resultado de las elecciones reavivó el conflicto el
24 de febrero de 2011. Las razones detrás del primer levantamiento fueron la
xenofobia inculcada por dos de los candidatos presidenciales, principalmente
Laurent Gbagbo, para excluir a un tercero y a su gran séquito de votantes con
estatus de inmigrantes, así como la baja que se vivió en la economía debido a
una reforma en los tratados que regulaban las relaciones económicas entre
países de primer y tercer mundo.
Esta situación
presenta un dilema ético debido a la deshumanización que caracteriza las
guerras interfiere con el principio de que todos los humanos somos iguales, todos
tenemos ilusiones, sueños y metas propios, es decir, somos seres autónomos cuya
autonomía debe ser respetada; la gran discriminación interna de los habitantes
del país hacia ciudadanos que venían de países vecinos, particularmente Burkina
Faso, basándose esta discriminación en el origen étnico de los ancestros de las
personas, sin utilizar argumentos que demuestren una diferencia entre
discriminado y discriminador; la violencia, los abusos de autoridad y el hecho
de que la insurgencia se financió en parte por la venta de los denominados
“diamantes de sangre” o de “conflicto”, este último punto nos involucra a todos
quienes hemos comprado o planeamos comprar un diamante, volviéndonos una parte
importante del conflicto ya que no sólo lo toleramos e ignoramos, sino que
también indirectamente lo financiamos. “La justicia es un principio de igualdad
en la reciprocidad entre seres subjetivos.” (Gil, 1999, p. 154)
Al iniciar el
conflicto sólo se conocía un grupo rebelde, el MPCM (Movimiento Patriótico de
Costa de Marfil), pero desde entonces al menos dos grupos nuevos se han
generado, el MPGE (Movimiento Popular del Gran Oeste) y el MPJ (Movimiento por
Paz y Justicia). El MPCM mostraba una rara disciplina militar, pagando por
provisiones en los pueblos que tomaba, pero relatos de refugiados que lograron
escapar de pueblos bajo el control del MPGE y MPJ hablan sobre hurtos y abuso
sexual. (El Economista, 2002) Se puede observar que no existe un verdadero estado
de justicia debido a las fluctuaciones en el orden público. “El objeto de la
justicia distributiva es repartir proporcionalmente los beneficios y las cargas
de la sociedad entre sus miembros. La sociedad tiene que tratar con justicia a
sus miembros repartiendo equitativamente los derechos y los deberes, los
poderes y obligaciones, las prerrogativas y las garantías, los ingresos y los
impuestos, los premios y sanciones.” (Gil, 1999: Valores Humanos y Desarrollo
Personal)
La violencia:
Característica de los levantamientos armados, desde el inicio de la primera
guerra civil hace once años, el conflicto ha dejado miles de muertos, se estima
que en la oleada inicial los números se acercaban a las dos mil pérdidas,
incluyendo rebeldes, soldados de paz, el ejército y civiles; mientras que la
segunda oleada ha registrado números mayores a las tres mil pérdidas.
Éticamente hablando, la violencia no es la solución para un problema, “Siempre
habrá alguien más grande y fuerte que tú”, ésta popular frase ejemplifica dicho
argumento, la violencia sólo genera más violencia debido a que no se justifica
a sí misma, se olvidan las razones y se deja que los sentimientos se
involucren. Desde el punto de vista utilitarista, el sufrimiento de pocos está
justificado si se busca la prosperidad de muchos, se crea un balance positivo
de utilidad o de felicidad, sin embargo, Kant nos habla sobre como cada persona
es un fin en sí mismo y por esto no utilizarse como medios para alcanzar una
meta, aun cuando se crea que esta meta es para el bien común. (Rachels, 2011) Esto es especialmente cierto cuando se
aplica un criterio subjetivista, pues lo que el grupo al poder piensa que es
correcto puede no coincidir con los deseos del pueblo, y por esto no se les
puede otorgar la facultad para ejercer el poder a como ellos vean necesario,
debe haber un consenso general y democrático.
Los hurtos: Como
parte del contrato social, no tomamos lo que no nos pertenece para poder
conservar lo que sí, al no respetar este acuerdo una persona que fue hurtada se
siente irrespetada y por lo tanto puede llegar a hurtar puesto que ya le
sucedió a él, provocando un círculo vicioso y resquebrajando las fibras de
la de-por-sí frágil sociedad. Se
violenta la solidaridad que existe, atentando contra los derechos humanos que
todos poseemos, en este caso, de tercera generación, pues se atenta contra el
estado de paz y el derecho al desarrollo de cada persona, estancándolos debido
a la pérdida de su propiedad. (Fernández, 1997)
El abuso sexual:
La dignidad de cada persona es intrínseca, nace con nosotros y merece sumo
respeto. (Aristóteles, IV A.C.) El abuso sexual es éticamente incorrecto debido
a que violenta tanto la dignidad como la autonomía de las personas, todos somos
capaces de tomar nuestras propias decisiones y esas decisiones deben
respetarse, incluyendo el criterio sobre como desarrollamos nuestra sexualidad,
este tipo de abuso deja cicatrices emocionales y psicológicas que requieren
años de tratamiento para superarse.
La
discriminación: El considerar una raza o etnia mejor o peor que otra carece de
argumentos y cae en la arbitrariedad, este punto debe expandirse, pues si bien una
raza puede ser “superior” en algún aspecto que otras, esto no la hace “mejor”,
sino más adaptada para realizar cierta actividad y debido a que en sí todas las
culturas tienen un detalle característico o una actividad en la cual podrían
considerarse más aptos que el resto de la población mundial, esto no los vuelve
superiores en todos los sentidos, simplemente más hábiles en el contexto
indicado, de los cuales vale la pena indicar, hay muchos y si bien una persona
puede ser más indicada en una situación, otra persona puede tener un mejor
desempeño en un escenario distinto, es esta diversidad una de las cualidades
que deberían ser apreciadas de los seres humanos, un punto de unión entre todos
a nivel global, no uno de separación o discriminación; un ligero detalle no
debería ser expandido al punto de que se torne en un motivo de desunión entre
personas. Las personas se definen por sus acciones, no su origen. Una postura
emotivista podría incitar a pensar que los rasgos de una persona importan, pero
dicho argumento sería solo la postura del enunciador y podría convencernos de
estar sustentado, pero se considera solamente como una opinión, no un hecho
moral (Rachels, 2011). El subjetivismo también entra en este tema de esta
manera, un grupo de personas que creen que otro es inferior, por ejemplo los
nazis, crean un código moral propio en el que está bien discriminar a los
demás, pero esto no lo hace correcto universalmente, ya que otras culturas no
tienen la misma percepción, aquí es donde se debe de apelar a leyes éticas de
carácter universal para dictar cómo deben de interaccionar y tratarse los seres
humanos unos a otros. El tema en este caso evolucionaría al tema de los
derechos humanos, y hablaríamos sobre como los derechos de segunda generación
se enfocan a la igualdad de las personas, percibida de manera universal,
dándonos a todos los mismos beneficios, derechos, obligaciones y estatus como
humanos, probando en este caso que el punto de vista subjetivista nazi es
incorrecto y discriminatorio. (Fernández, 1997)
La apatía: Las
noticias de hoy no llegan a ser recuerdos del ayer; si bien al escuchar de un
conflicto que subyace en una nación que se encuentra en otro continente podemos
mostrarnos interesados e incluso sentimentalistas, esta empatía evocada por las
cándidas imágenes, tristes escenarios y desgarradores relatos no dura mucho;
apagamos el televisor, la radio, doblamos el periódico o cambiamos de página
web, y después, nada, olvidamos lo ocurrido y seguimos con nuestras vidas. Una
sociedad altamente informada, en la que las noticias viajan a la velocidad de
un click, recibe tanta información que se vuelve destinada a ignorarla. Nos
hemos vuelto inconscientemente apáticos, dejamos de lado a nuestros compañeros
humanos y alienizamos las situaciones, África y Siria se vuelven planetas
lejanos ajenos a nuestras vidas y en los cuales no tenemos papel alguno,
preferimos dejar que los eventos sigan su curso y escuchar el desenlace durante
el noticiero de la mañana siguiente. Buscamos la felicidad naturalmente, la
encontramos al hacernos de la vista gorda y al decidir no escuchar, el mayor
beneficio para el mayor número de personas se convierte en ignorar un problema
que no nos afecta. La ética del cuidado nos habla sobre el estado de desarrollo
que debe haber entre cada persona y el resto del mundo, sobre cómo todos
debemos preocuparnos por el bienestar de todos para alcanzar una verdadera
madurez moral y hacerlo de tal manera que la razón provenga de nuestras bases
éticas y no prejuicios, sugerencias o posibles castigos. (Patiño, 2006)
Diamantes de
conflicto: Tierras como África presentan una ironía humana, existe una pobreza
tan inmensa que cientos mueren de hambre a diario, sin embargo sus tierras son
tan fértiles para materiales preciosos que quienes se han percatado de ello
están dispuestos a iniciar guerras con tal de obtenerlos. Los llamados
“diamantes de sangre” han financiado conflictos armados, levantamientos y
golpes de estado desde hace décadas. Un diamante de sangre o de conflicto es
tomado de una zona en guerra, usualmente extraído por gente trabajando en
condiciones de esclavitud bajo el brutal mando de los grupos civiles armados.
Estos diamantes son después trasladados fuera del país para ser vendidos por
grandes compañías como si se obtuvieran de zonas libres de conflicto y terminar
en un anillo de compromiso altamente sobrevaluado. El dinero que se obtiene de
los diamantes es usado para postergar el conflicto y comprar armas (cuyo
origen, curiosamente, permanece siendo un misterio). A raíz de estos eventos se
creó el proceso de certificación Kimberley, el cual busca que se certifique el
origen de todos los diamantes exportados para asegurar que provienen de zonas
pacíficas. El consumismo de las personas impulsa los levantamientos, los cuales
pierden consistencia y se ven corrompidos por ideales económicos. Un anillo
hace feliz a dos personas, pero si alguien murió por ese diamante, la balanza
se inclina desfavorablemente.
Pobreza y
sustentabilidad: Finalmente podemos observar que el gasto irresponsable de los
recursos financieros del país para lo que algunos ven es un gasto necesario,
puede llevar a sus habitantes a la ruina, arrastrando a todo el país a un
estado de pobreza extrema y demostrando que un sistema en el que las decisiones
no se toman de manera conjunta y orientadas hacia el bienestar general de la
población no es sustentable y está, por tanto, destinado a colapsarse.
“Resulta
inaceptable una concepción de la sociedad o la economía que eleva el mercado y
su funcionamiento sin cortapisas ni restricciones a criterio último de la
actividad económica, justificando, desde él, el estado de posición de millones
de seres humanos, minimizando los sufrimientos de los excluidos,
funcionalizando la muerte de tantos inocentes en aras de un progreso global
supuestamente benefactor a largo plazo o sometiendo el valor inalienable de la
vida digna para todos a la lógica del capital indiferente a lo que no sea su
propia autorreproducción.”
(José A. Zamora,
1997: Neoliberalismo y Teodicea)
Conclusiones
En lo personal,
siento que desde un punto humanista, no sólo este, sino cualquier conflicto
armado está mal, existen excepciones en las que alterar el orden público es
correcto debido a la ruptura del contrato social. Abrazar la violencia es volver
a un estado de naturaleza y eso sería un proceso retrógrado, es importante que
busquemos métodos dialógicos para resolver las diferencias, procesos
democráticos en los que se respete la autonomía de todas las partes
involucradas, la violencia rara vez obedece o presenta razones, por lo cual no
puede ser considerada ética o moral. Y si bien, algunas culturas (incluida la
nuestra) lo ven como algo normal, es inmoral e injustificable el tratar a otro
ser humano de esta manera, puesto que una ética universal nos hace recapacitar
y considerarlo nuestro igual, hablando tanto del conflicto como de la situación
de violencia que experimenta el mundo entero, por lo que debemos dejar de lado
la apatía, la costumbre de experimentar hechos de tan horripilante magnitud nos
ha dejado marcados peor que cualquier herida, nos ha vuelto tolerantes a los
mismos. Debemos apelar a principios universales que nos indiquen cómo tratar a
las personas en general, somos una misma especie y nuestro físico o posición
geográfica no debería influir en el trato que damos y recibimos, todos nos
merecemos respeto y afección, sólo en este estado de unidad y aceptación
podremos realmente progresar como seres humanos.
Bibliografia
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personal. (1 ed., Vol. 1, pp. 146-160). Madrid, España: Escuela Española.
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Concepto, fundamentos, sujetos. (1 ed., Vol. 1, pp. 86-137). Madrid,
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Patiño, S. (2006). Ética actual y
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Velázquez, M. (2006). Ética en los
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Educación.
Bibliografía Complementaria
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http://www.amnestyusa.org/our-work/issues/business-and-human-rights/oil-gas-and-mining-industries/conflict-diamonds
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Emmott, B. (2002, Diciembre 19). Côte d'ivoire's
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Lawler, N. (2012). Côte d’ivoire:
Political unrest. Recuperado de
http://global.britannica.com/EBchecked/topic/139651/Cote-dIvoire/278555/Political-unrest
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